
💠[O.2] how it happened
Mar estaba guardando sus documentos restantes en su computadora preparándose para concluir su jornada laboral e ir con Tina a esa comida que le prometió. Mientras tanto, sus hijos se distrajeron con una película que su mamá le había puesto en su celular, no obstante, se estaban quejando que tenían hambre.
En eso, tocan la puerta indicando que era la misma argentina— ya mero termino, Rhaegar. Dame unos cinco minutos más. Por mientras, quieres atender la puerta por mi? —pide sin despegar la mirada de la pantalla.
El pequeño abre la puerta mostrando a Tina quien al principio se sorprende de ver reflejado el niño quien era un infante idéntico a su hermano, algo que quizá le tomará tiempo acostumbrarse— hola, chiquitín! —saluda cordialmente.
— Hola —saluda el niño.
— Necesitas ayuda? —ofrece Tina.
— Estaré bien, gracias. Es sólo cuestión de guardar los archivos —indica la morena finalizando con la computadora— ahora sí, Tina. Nos vamos? —avisa recogiendo sus cosas— niños, ya vayan guardando y limpiando sus cosas.
Estos obedecen al instante sorprendiendo a Martina de la gran educación que tenían los mellizos. Los cuatro parten a un restaurante que tenía de jueguitos para los niños y así mantener una conversación más privada entre las chicas.
— Muy bien, ahí te va, Tina... —comienza Mar nerviosa— la razón por la que mi hijo se parece demasiado a tu hermano es porque mis hijos son de Lisandro.
Martina no podía creerlo— a ver! Pero cuánto?! Dónde?! Cómo?! —demanda respuestas.
— La fiesta de graduación de secundaria —revela Mar— Licha y yo decidimos escapar de la ceremonia para tener privacidad y...
— Con respeto, Mar, pero no quiero escuchar los detalles —pide asqueada.
Deja escapar una risita— no te culpo.
— Y no planeabas decirle a mi hermano?!
— Se lo iba a decir una vez que me enteré que había quedado embarazada! Pero en eso mi padre me dijo de la infidelidad de mi mamá y resultó que también habían llamado a mi padre en las fabricas de Manchester. Por lo que mi papá aceptó y nos mudamos hasta acá sin que me diera la oportunidad de decirle a Lisandro —añade cabizbaja.
Martina suelta unos gestos de sorpresa— válgame! —desvía la mirada pues esto ya se estaba poniendo bastante incómodo.— le tengo que decir de tu existencia y de sus hijos...
— Tina! Aguarda...! —detiene.
— Mar! Licha tiene que saber! Dios mío! Es papá desde muy temprana edad!
— Lo sé! Pero no creo que debas ser tú quien le tenga que decir, esa es mi responsabilidad —argumenta desviando la mirada.
Tina suspira— vamos a calmarnos —respira profundo y luego de una larga pausa, continua hablar— cuáles son sus nombres? —pregunta curiosa.
— Rhaegar y Myrcella.
— Oh! Son nombres que jamás haya escuchado —admira la creatividad de la mexicana.
Suelta una risita— mmmh hehe, saqué los nombres de "Game of Thrones". Has oído hablar de esa serie?
La argentina acierta— si! Sin duda una de las mejores novelas pese a que son demasiada páginas que leer —se queja.
— Si son demasiadas páginas, pero créeme que valen la pena. El autor te describe y detalla hasta lo más mínimo en una escena.
— Pues veo que de ahí sacaste la inspiración para los nombres de los mellizos —justo en ese momento, Rhaegar se encaminaba a las chicas.
— Mamá! Tengo que ir al baño —avisa.
Mar se apresura a tomar de sus cosas— ahí te llevo —se levanta de su asiento para agarrar la mano de su hijo— te importaría echarle un ojo a Myrcella? No me tardo.
Martina accede sin dudarlo y las chicas toma diferentes caminos. La argentina se acerca a supervisar de la pequeña, quien bajaba de la resbaladilla con su rostro rojo gracias al cansancio y energías gastadas por jugar— y mami? —pregunta inocente.
— Fue al baño con tu hermano.
Myrcella rueda los ojos— yo le dije que fuera antes! Pero nunca me escucha.
La expresión de la niña provoca una sonrisa en el rostro de la castaña— me puedo fijar que quién manda entre ustedes eres tú —intenta ganarse la confianza.
La ojiazul sonríe— por supuesto! Yo soy quien todo el tiempo ordena a Rhaegar que se comporte —indica con orgullo.
Salió con el carácter de Licha. Pensó Martina.
Rhaegar era un completo clon del futbolista argentino, pero quien era la réplica de la personalidad de Lisandro, era Myrcella, con ella siendo una líder con bastante orgullo y un toque de arrogancia.— Así me gusta, las mujeres en este mundo somos quienes mandamos.
— Sí!! Me caes mejor eh... —Myrcella desconocía del nombre de Tina o tan siquiera quién era en realidad.
— Tina! Me puedes llamar Tina —responde la castaña.
— Ok, Tina —coincide sonriente— me gustaría que nos fueras a visitar a mi casa. A mami le vendría bien más amigas ya que sólo la veo con mis tías —revela añorando.
Si la memoria no le fallaba a Martina, Mar siempre fue hija única.— desconocía que tu mamá tuviera hermanas —indaga sorprendida.
— No, no tiene —contesta Myrcella— son amigas de mami, pero Rhaegar y yo les decimos tías porque han estado siempre en nuestras vidas.
Esto hace que Martina razone la situación y piense que Mar tuvo ayuda con sus amigas para sacar adelante su vida. Ante esto, la argentina sintió admiración por la mexicana al criar de los mellizos sin la ayuda de un hombre y al mismo tiempo, ser exitosa en su trabajo pues cabe resaltar que Mar era la supervisora de la empresa.
Hablando de la morena, Mar y Rhaegar venían acercándose a Tina y Myrcella— todo bien? —pregunta Mar.
— Todo bien. Platicaba con Myrcella, es idéntica a ti —resalta el parecido entre madre e hija.
Mar se acerca a acariciar el costado del rostro de la pequeña— al menos ella sacó mis ojos —bromea.
Tina ríe— pobre Rhaegar, es muy parecido a... —se calla antes de estropear algo.
No lo logró, pues el niño la escuchó— a quién? —demanda saber— a mi papá?
La castaña le lanza una mirada a la morena en busca de ayuda— si, mi amor —Mar responde, saliste igualito a tu padre.
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