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💠[1.1] just disappointments






































Los Red Devils estaban en entrenamiento practicando pases. Scott aprovechó la perfecta oportunidad para vengarse de Lisandro quien había traicionado la confianza de Mar y los mellizos, por lo que pateó el balón y pegó a un costado del rostro del argentino "por accidente".

— Ay! Una disculpa!! —dice el escocés ocultando sus verdaderas intenciones.

— Ni te hubieras disculpado —recalca Marcus lanzándole una mirada asesina al defensa central.

Alejandro se acerca a revisar a su amigo—. Metiste la pata en grande —dice al conocer de la situación.

Para la suerte del argentino, el entrenamiento termina y se va yendo a los vestidores. Cuando llega a su lugar, se da cuenta de que sus cosas estaban fuera de lugar aventadas por doquier. Busca con la mirada el responsable y al enterarse que fue McTominay, iba en camino a pelearse con él pero es el mismo Marcus quien se entromete.

— Martínez, detente! No quieras causar una pelea —razona.

— Cuál es tu problema?! —se dirige a Scott quien sólo acompaña con una sonrisa burlona.

— Está enojado por lo que le hiciste a los mellizos y Mar —revela el inglés.

Lisandro consigue relajarse—. Lo entiendo, yo arruiné la situación. Pero eso no le incumbe!

— Scott es cercano a ellos —explica Marcus —sólo los está defendiendo.

— Más bien cobrando venganza —Garnacho se entromete.

El castaño lanza una mirada fugaz a su amigo. Marcus suspira—. Quizá tengas razón. Mira, mi consejo? Busca cómo remediar las cosas y yo le digo a McTominay que se detenga, de acuerdo? —intenta negociar.

Accede relajado— bien. Denme tiempo, ok? No es tan sencillo que Mar te perdone —recuerda.

Rashi sonríe— lo sé por experiencia —admite— una vez que me quedé a cargo de los mellizos, dejé que Rhaegar jugara en la lluvia en el patio trasero de mi casa, llegó cubierto de lodo por todos lados y Mar me gritó. Nunca me dirigió la palabra ni por error como por tres semanas —relata riéndose y después se va deseándole suerte al argentino.

Lisandro regresa a recoger sus cosas junto con la ayuda de Alejandro—. Has conseguido que Mar te responda los mensajes? —desea el atacante saber.

— No. Me ha estado evitando.

— Has intentado ir a su casa?

— La última vez que fui sin previo aviso, Mar estaba lista para matarme —revela.

Alejandro quería ayudar a su amigo—. Qué hay de Agathe?

Deja escapar un suspiro—. Está enojada porque le había ocultado el hecho de que me estaba viendo con Mar. Y furiosa porque cancelé la cita.

El argentino sinte compasión por el defensa central— ay Licha! Te entiendo, estabas muy emocionado con los mellizos que se te olvidó que ya habías formado tu propia vida —revela—. Vamos aclarando poco a poco: quieres a Agathe?

Ahora esa era la pregunta del millón. Acaso Lisandro quiso a la neerlandesa alguna vez? Cuando la conoció en Amsterdam, se le hizo bastante atractiva y linda, sin embargo, la cosa sólo quedó hasta ahí. Entonces por qué le pidió que fuese su novia? Pese a que no lo iba a revelar en voz alta, existía una simple razón.

Agathe compartía rasgos similares que le hacían recordar a Mar, ambas tenían esos ojos azules hermosos, aquel cabello suave castaño, esos labios rosados carnosos, nariz pequeña y perfecta. Quien sí notó las semejanzas fue su hermana pero jamás dijo algo por temor a que su hermano se enojase con ella iniciando una discusión.

Al no obtener una respuesta, Alejandro siguió hablando— o sólo andas con ella para olvidarte de la mexicana? —intenta desvelar.

— No estoy seguro... —responde el argentino.

— Escucha, dolerá lo que voy a decir pero tanto tú como Mar ya han hecho sus vidas y querer regresar al pasado sería dar un paso atrás para ambos. Deberías enfocarte en tus hijos y Agathe, y dejar de impresionar a Mar si no quieres causar más problemas —sugiere Garna.

Tenía razón, aquello si dolió. Pero es la cruel realidad. Se tenía que enfocar en el pasado y pensar en el futuro.


























vvv


























Mar se quedó horas extra en su trabajo al estar atrasada con unos encargos cancelando los planes que tenía con sus amigas y teniendo que traer a sus hijos al trabajo. Ante esta situación y sumando lo que había pasado días atrás, Vian y Liz trajeron comida para todos decidiendo acompañarlos.

La mexicana estaba más que agradecida por el rescate de parte de sus amigas pese a que seguía con el rencor de que ninguna de las dos le dijo de la relación de Lisandro con su novia. Tanto Liz como Vian omitieron aquel detalle al ver que su amiga estaba ilusionada por el reencuentro que tuvo con el argentino reconociendo que se le veía muy feliz aquellos días y no querían ver esa felicidad desvanecerse por culpa suya.

Como sea el caso, la morena no quería tener que discutir con sus dos mejores amigas.

Estaban teniendo un descanso agradable cuando se escuchan unos toques en la puerta de la ofician de Mar indicando que era Tina—. Hola, quería revisar si necesitabas ayuda en terminar el trabajo.

— Estoy bien, gracias.

Tina se fija que Mar no estaba sola, estaba acompañada de sus hijos y sus amigas— oh ya veo. Andas ocupada. Te dejo regresar a lo tuyo...

— Hey, espera! —detiene Mar— hay mucha comida de sobra, no quieres?

— Estás segura? No quiero causar problemas —interviene nerviosa.

La morena supo a lo que Tina se refería— mira, lo que haya pasado entre tu hermano y yo, no significa que tenga que afectar nuestra amistad. Tu y yo estamos bien, mi problema es con Lisandro.

Así es como la argentina llega a sentirse más cómoda— de acuerdo —deja escapar una pequeña sonrisa entrando a la oficina de Mar—. Aún así creo que debo pedir disculpas por no decirte lo de Agathe.

Mar recarga su mano en el hombro de Martina— no era tu responsabilidad decirme, además de que hemos estado ocupadas con los encargos —relaja Mar.

— Oye, Tina! Si no te incomoda preguntarte, cuánto tiempo lleva Lisandro con Agathe? —desea Vian saber.

A Mar no le interesaba saber de ello pero no dijo nada al respecto. Mientras que Tina pensó en que le desagradaba en lo absoluto la neerlandesa, aquí sería donde se podía quejar a gusto de ella sin ser juzgada— creo más o menos como tres años. Agathe es quien andaba detrás de mi hermano y si les soy honesta, a mi parecer Licha no se le ve cómodo a su lado.

— Una clara ventaja de que Mar lleva la delantera sin siquiera intentarlo!! —exclama Liz.

— Aunque no quiera confesarlo, mi hermano te sigue extrañando —revela Tina hacia Mar.

— Decidido!! Ayudaremos a juntar a los padres de los mellizos!! —propone Vian.

Mar no estaba de acuerdo—. Chicas, aprecio el apoyo de su parte. Pero se acabó. No quiero interferir más en la relación de Lisandro. Ambos seguimos adelante y yo tengo que pensar en lo mejor para mis hijos.

En eso, Myrcella le dice a su mamá que si podía acompañarla al baño por lo que ambas salen de la oficina dando oportunidad de las chicas quedarse solas con Rhaegar—. Oye, hijo. Te gustaría ver juntos a tu mami y papi?

El chiquillo asiente— pero Myrcella no le agrada nuestro papá.

— Eso es fácil de arreglar —soluciona Liz.

— Lo complicado va a ser cambiar de opinión a Mar.

— Prefiero a Mar antes que a esa neerlandesa que ha hecho mi vida imposible. La tipa me odia sin razón alguna! —se queja Tina.

— Decidido! Nuestra misión es hacer que las chicas Barrueco vean a Lisandro con otros ojos —anuncia Liz junto con el apoyo de sus amigas y Rhaegar.

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