Capítulo 7
En sus ojos brillaban las estrellas y en sus corazones latía la esperanza.
Al día siguiente salió temprano para poder entregar el portafolio con la documentación completa, dejando a Haseul dormida en casa; asegurándose de dejarle el desayuno listo para que solo lo calentara cuando se despertara
Al día siguiente salió temprano para poder entregar el portafolio con la documentación completa, dejando a Haseul dormida en casa; asegurándose de dejarle el desayuno listo para que solo lo calentara cuando se despertara. Llego rápido a la comisaria, hablando con la recepcionista para pedir un turno y esperar para dejarle los documentos al Comisario. Luego de eso se quedo sentado en la sala de espera, mirando a la nada pero pensando en todo.
— Señor Jung, el comisario lo atenderá en su oficina — Escucho a la mujer luego de unos minutos.
Se levanto con una pequeña reverencia y paso a la oficina del señor, sentándose frente a el.
— Buenas tardes, Comisario Hwang.
— Buenas tardes, Joven Jung. Me informaron de su caso, ¿Trae los papeles completos, no es así? — Le miro con suavidad.
Hoseok asintió y rápidamente le paso el portafolio — Aquí están todos los documentos y los datos que me pidió, están ordenados según la lista.
El hombre asintió sin prestarle mayor atención, únicamente fijándose que todos los papeles solicitados estuvieran en su lugar, suspiro y le miro tranquilamente.
— Gracias por acatar nuestra orden y entregar todo oportunamente. Como segunda medida miremos un día que le sea cómodo, para que la trabajadora social pueda hacer la visita correspondiente; luego de eso para finiquitar realizaremos una evaluación psicológica para estar seguros que la niña estará segura con usted, a la vez que hablaremos con ella para verificar que todo este bien y confirmar que su deseo sea el estar con usted — Dejo el portafolio sobre algunas hojas que estaban encima del escritorio.
Hoseok pasó saliva con suavidad — Entiendo.. ¿Le parecería si la fecha de visita fuera para el próximo miércoles? Es que estos días tengo trabajo.
— ¿El 15? — Pareció pensarlo pero asintió conforme — De acuerdo será el miércoles al.... medio día, ¿Si? — Lo miro.
Asintió — Es perfecto, gracias.
— Si, y para el jueves 7 de octubre nos volveríamos a ver aquí para la evaluación psicológica — Se levanto y extendió su mano.
— De acuerdo — Formo un pequeño apretón de manos y se despidio con una reverencia rápida.
La situación parecía menos complicada con el paso del tiempo, aun que la desconfianza que caracterizaba a Hoseok, seguía presente pinchando su mente. No era tonto, sabia que la felicidad no siempre duraba y lo había aprendido de varias maneras que cargaban su corazón de impotencia. El camino al hospital se le hizo bastante eterno, aun si el iba en tren y estaba a unos cuantos minutos parecía que todo iba en cámara lenta, de hecho, se había sentido así antes, aun que no recordaba el momento especifico. La mayoría de su adolescencia se mantenía en recuerdos borrosos o fugaces, aun que aquellos días jamás podría sacarlos por completo de su mente y aislarlos de su rota conciencia. Los días anteriores al comienzo y el fin, siempre fueron los mas duros.
Domingo 12 de septiembre, 2021
Sujim despertó con cansancio y un poco de dolor de espalda y cuello, no recordaba el momento exacto en que cedió al sueño pero si sintió rápidamente un peso cómodo sobre su espalda, era una cobija que seguramente Roxanne había colocado cuando lo noto dormido. La sonrisa inconsciente fue clara, parecía adorar los gestos amables de la chica por mas que esta se esforzara en parecer mala o agresiva, negando aquel lado de ella.
— Buenos días, Sujim — Escucho la voz rozando su oído.
— Buenos días, Roxanne — Volteo su cara, estando a escasos centímetros de la contraria.
Roxanne se separo con tranquilidad, viéndose que estaba vestida del todo — Quería avisarte que me voy a ir. Iré a verme con unas amigas.
— Pero no era necesario que me dijeras, podías irte y solo dejarme un mensaje, nada mas — Bostezo, confuso por la actitud que había tomado.
— Solo decía, después de todo de cierta manera te pertenezco, ¿No?.
Sujim se levanto de golpe y le dirijo una mirada totalmente ofendido — Tu no le perteneces a nadie Roxanne, eres una mujer libre. Lo que yo te ofrezco es algo totalmente diferente a lo que piensas.
— Engañarse así, debe ser difícil. ¿De verdad no necesitas un trabajo? — Realizo señas con sus manos.
— Por Dios, ¡No todo en esta vida es sexo, Roxanne! — Bufo —, lo hago con buena intención, sin ánimos de tener que recibir algo de tu parte — Suspiro y simplemente se volvió a sentar y seguir con lo suyo —. Solo recuerda que mañana es la cita con la psicóloga y me agradaría no tener que cancelar.
Ella únicamente rodo los ojos, ignorando las palabras de Sujim. Era demasiado bueno como para ser verdad, demasiado para que de verdad quisiera ayudarla sin ningún interés de por medio; si algo le había enseñado la calle era que nadie era bueno, por mas que se quisiera hacer pasar por santo. Salió del penthouse con aburrimiento y algo de estrés, a veces la sola existencia de Sujim le provocaba ganas infinitas de querer romperle la cara y largarse al igual que había hecho varias veces tiempo atrás con otras personas, pero se contenía por alguna razón. En realidad no iba a salir con unas amigas, quería ir a ver un medico que tenia en Seúl que la atendía y en el que confiaría sin pensarlo. Probablemente tenia unos 4 meses si poder realizarse exámenes para verificar que estuviera libre de cualquier enfermedad o embarazada, pues aun que el condón servía nunca se podía dejar de lado el porcentaje que daba para margen de error.
Seúl parecía cambiar siempre mucho, cuando iba siempre encontraba algo nuevo en su camino, nuevas tiendas, mas edificios y algunas veces gente conocida o clientes casuales. Llego al centro medico con tranquilidad, pareciendo mas como si realmente no odiara del todo estar allí, solo pareciendo estar mas tranquila de lo usual para algunas enfermeras que ya la conocían por sus visitas anteriores.
— Buenas tardes, soy Kim JiWoo, vengo por mi cita con el doctor JongWoon.
— Oh — La chica parecía sorprendida -, tuvo un caso de emergencia con un paciente, pero me encargare de preguntar si ya puede atenderla — Sonrió suavemente y marco el teléfono que tenia a su lado obteniendo una respuesta casi inmediata, hablo unos momentos asintiendo con suavidad ante lo que se le decía.
— ¿Y bien?
La mujer colgó el teléfono y la miró — El doctor la espera en su consultorio.
Asintió y siguió su camino. Al estar llegando notó como un hombre bastante alto de pelo castaño salía de la habitación, mientras el doctor Kim se despedía de aquel.
— ¡Hoseok, no olvides saludar a Haseul por mi! — Sonrió con suavidad.
El corazón de Roxanne pareció detenerse y sus pulmones retuvieron aire.
El solo asintió tranquilamente y siguió su camino, sin si quiera sospechar que la madre de su hija y en algún momento, gran amor, estuvo prácticamente a centímetros de el con el corazón acelerado y la respiración contenida. Ella camino rápidamente hasta el doctor y el entro al consultorio con el corazón latiendo demasiado rápido, tan fuerte que temió que el doctor escuchara el fuerte golpeteo contra sus costillas dentro del silencio de la habitación.
Casa Jung, 12:30 pm.
Haseul estaba aburrida, jugando con sus juguetes sin mucha emoción. Habían pasado muchas horas probablemente y su papi no llegaba, era injusto porque el dijo que no demoraría y saldrían juntos a comer y no había señales de que llegara pronto. Suspiro con cansancio y dejo de jugar para organizar sus juguetes y ir a la sala, si veía televisión quizás el tiempo pasaría mucho mas rápido y papá llegaría sin que ella notara cuanto había pasado.
Como si los ángeles, que el tío TaeTae le había enseñado que existían, la escucharan luego de un rato escucho las llaves en la puerta. Activándose casi de inmediato se paró para correr a la entrada ansiosa.
— Cariño, estoy en casa — Hoseok sonrió con suavidad al verla llegar corriendo.
— ¡Bienvenido a casa! — De volvió el gesto antes de lanzarse encima de el en un abrazo necesitado, casi buscando mezclarse con el cuerpo ajeno.
Hoseok la recibió gustoso y la cargo con cuidado, abrazándola de igual manera. Se había sentido cansado y algo estresado, mañana volvería al hospital porque era la cita con Yesung para verificar si estaba comiendo bien y había subido algo de peso, incluso el hecho de que cualquier día tendría que ir a trabajar realmente, no en la academia, y que tendría las visitas y el test; su cabeza quería explotar, pero Haseul parecía aliviar cualquier dolor que tuviera rápidamente con abrazos y sonrisas dulces para el. Dejo a la menor en el suelo con cuidado y le dio un beso en la frente, notando aquella preciosa sonrisa con su hoyuelo izquierdo que lo hacia querer sonreír también y sus preciosos orbes zafiro que a veces tenían pequeños destellos avellana.
La menor únicamente se separo para ir al baño junto con su papi, que debía bañarla antes de salir. Una vez bañada y cambiada con la preciosa ropa regalo de parte de su papi siendo una camisa blanca que le gustaba mucho por el moñito negro y un pantalón de cuadros. Su papi siempre había tenido un buen gusto para escoger ropa que le gustara y que la hacia sentir muy bonita; porque su papi le decía mucho que era preciosa y debía usar ropa que la hiciera ver mucho mas bonita.
Salieron juntos para ir a comer Jajamgyeon, uno de los platos favoritos de Haseul. La caminata siempre se hacia bastante tranquila hasta el lugar, como siempre jugaban a no pisar las líneas en el suelo o adivinar lo que el otro veía en la calle en base al color. El lugar estaba algo solo para entonces, la melodía que se escuchaba en tonos bajos recordaba a Hoseok el ambiente de los conciertos de música clásica a los que asistía con su hermana tiempo atrás cuando eran jóvenes. Mostrarle algo de ese arte a Haseul le parecía buena idea, verla disfrutando y degustando algo que el había atesorado desde que nació y que había dejado de lado por el pasado que le recuerda cuando escucha la melodía; pero prefiere crear nuevos recuerdos a la par de su pequeña.
— Papá, ¿Puedo pedir malteada de fresa? — La pregunta lo saco del pequeño mundo en el que se había metido.
— Si, esta bien.
La mesera asintió y anoto — Serian.. Dos platos de jajamgyeon con california roll's, una malteada de fresa y Sprite ¿Correcto? — Lo miro, conociendo ya lo que le gustaba pedir.
Asintió y la chica se fue rápidamente.
Haseul se mantuvo más habladora de lo usual, contándole con detalle lo que había hecho y lo emocionada que estaba por ir a la escuela, parecía irradiar luz por los poros y felicidad siempre que hablaba de estudiar o portar un uniforme como los demás niños. Quizás ella era demasiado pura para el, que estaba manchado por la inocencia y sangre de los demás, estaba manchado por cosas que sabia no debió hacer en ningún momento; a pesar de literalmente estar atado de manos a esa vida. La comida llego luego de un rato silenciándo a ambos que simplemente se centraron en comer, al acabar solo pago y camino un rato mas con Haseul, llevándola a un parque que quedaba a unos diez minutos de la casa para que ella jugara un rato con otros niños.
Se sentó en el césped, mirándola desde lejos a la pequeña jugar. Haseul ciertamente parecía una buena combinación de el y Roxanne, siendo siempre alegre y brillante con el, pero algo desconfiada y seria cuando se trataba de personas que no conocía. Aun que había sido cargado de estrés los últimos días, ahora se sentía mas tranquilo a pesar de que tenia bastante claro que esto era pasajero, si a algo estaba acostumbrado era a dejar que el tiempo pasara y adaptarse a las situaciones difíciles. Y como si sus palabras fueran mágicas, nuevamente lo llamaron para trabajar, aun que para su desgracia no era de la academia.
— Hope, tengo un trabajo para ti — Escucho nuevamente aquella voz que le helaba la sangre.
— Dígame que necesita, señor Lee — Hablo con la típica seriedad que tenia al tratarse de el.
— Necesito que encuentres a una persona que es del clan de Gangnam-gu.
Hoseok trago saliva, un trabajo de localización era algo de larga duración, y ahora era el momento equivocado para tener que hacerlo justamente el — ¿Con que información cuento para poder encontrarlo?
— Su nombre es Han Doona — Se escucho el sonido de unas hojas ser pisadas al otro lado del teléfono — Fue una detective hasta 2013, luego de eso desapareció y no había sido encontrada, hasta hace unos días que MinHyuk me informo que había sido vista en la casa de apuestas de Gangnam-gu. Creemos que vive con Choi MuSeong.
— Bien.. ¿Cuál es mi plazo? — Suspiro, viendo a lo lejos como Haseul comenzaba acercarse.
— Tienes tres meses. Y si vuelves a equivocarte de persona o tardar demasiado, no volveré a perdonarlo. Te envié una foto por mensaje — Colgó.
Solo dos años mas y volverás a vivir como alguien normal, recordó el trato de aquel día.
Guardo el teléfono y sonrió para su pequeña, que venia corriendo emocionada pero algo cansada a sus brazos. La recibió con cuidado y sentó en sus piernas, corriendo los mechones pegados a su frente por el tenue sudor. La niña le miro nuevamente con su sonrisa y ojos soñadores, algo cansados, pero aun así manteniéndose con esa chispa que había descubierto algunos días atrás y la cual no existía antes; una chispa que le recordaba demasiado a las estrellas, parecía que Seul tuviera toda una galaxia en sus brillantes ojos.
— Papi, ¿Sabes una cosa? — Pregunto con una sonrisa gigante.
— ¿Qué cosa, cariño?
— ¡Que eres el mejor papi del mundo! — Río suave en sus brazos. — Eres el mejor, muy muy lindo y bueno conmigo — Sonrió apretando sus mejillas.
Hoseok sintió su corazón dar un brinco y un nudo atorarse en su garganta, deseaba no estar soñando porque las palabras de Seul se clavaron profundamente en su corazón siendo las palabras mas dulces que había recibido en demasiado tiempo. El realmente quería llorar en ese momento como un niño pequeño, sentía que no merecía unas palabras tan dulces viniendo de alguien como su pequeña. Ella era demasiado pura, constantemente se había preguntado, ¿Cómo lo vería si se enteraba de todo lo que el hacia?, seria fatal para el.
— Papi no llores — Chillo asustada, limpiando sus mejillas —, no quería hacerte llorar, lo siento mucho, y-yo no lo diré-
— Esta bien cariño, llore de felicidad —Se apresuro a contestar —, dijiste algo muy bonito, hizo que mi corazón se sintiera lindo — Sonrió.
Haseul cambio su expresión triste por una pequeña sonrisa y le dio un abrazo —Esta bien, no me asustes de nuevo — Escucho su risita.
— Si, no te volveré a asustar — Acaricio su espalda — ¿Volvemos a casa?
Haseul únicamente asintió, aferrándose a su cuello y abrazando su torso con las piernas, claramente quería ser cargada. Camino con ella en brazos hasta la casa, quitando sus zapatos con cuidado y dejando sus pantuflas a la vista. Probablemente se quedarían un rato viendo películas hasta la noche para que Hoseok durmiera una ultima noche con tranquilidad. Tendría que cuidar a Seul, llevarla a sus citas y cumplir con el trabajo. Realmente deseaba poder cumplir con todo, no quería dejar de lado a HaSeul, pero a la vez no quería meterse en problemas con Lee, pondría en peligro a su pequeña.
Todo sería más fácil si lo hubiera sabido desde el inicio.
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