Capítulo 20
Duele dejarla, pero debe protegerla
Lo frío de la noche es casi un susurro claro de lo que se acerca. El cumpleaños de Haseul aún le tiene el corazón caliente, como en esos días de campo que su madre preparaba su comida favorita y el solo hecho de saberlo era satisfactorio a su manera. Pero es pesimista, como bien le ha demostrado la vida a lo largo de los periodos que ha tenido. No sabe cuándo volverá a irse o si tendrá otra misión donde arriesgue la vida, el mundo parece desconocido.
Incluso cuando el silencio es un método justificante para la necesidad que tiene de reconocer la respiración acompasada de Haseul en su pecho o los latidos rítmicos que siente emanar de ella, es también un caset de recuerdos. Mudo mirando el techo de la habitación es que se lo piensa.
¿Debería irse más tiempo para seguir con lo de la detective o debería de quedarse?
¿Cuanto más puede seguir así?
Cierra sus párpados y suspira, porque no concilia el sueño aún teniendo a su hija al lado y se pregunta una vez más antes de que milagrosamente le seda la inconsciencia: ¿Seré libre o te haré presa, Haseul?
Sábado 17 de Octubre, 2021.
La luz de la mañana y los toques de unas manos pequeñas es lo que lo despierta, aún que lo único que reconoce es cerrar los ojos y volverlos a abrir. Como novedad, al no dormir usualmente con ella, Seul lo mira con estos ojos brillantes que no duda en dedicarle y también posee una sonrisita cómplice, que duda signifique algo malo porque ella parece ser dueña de la ternura misma.
— Buenos días, papi — Su mano lo saluda, como si no estuvieran a centímetros. — ¿Dormiste bien?
Asiente — ¿Y tú? Pareces bastante descansada para todo lo que hiciste ayer.
— ¡Si! Pensé que estaría cansada, pero luego no, y después si, aún que luego entendí que era porque no me cansa estar con la gente que quiero mucho — Su risita le ánimo.
— Eso es bueno, entonces. ¿Tienes hambre o primero quieres arreglarte? Hoy debemos salir.. a hacer algunas cosas.
Seul solo asintió y con un gesto le señalo el baño, para luego salir hacia su habitación. Entendió que se alistaría primero para salir, así que se levantó también para arreglarse por su cuenta. O intento hacerlo, hasta que vio los mensajes de Lee. Reconoció el código que le mando, un código verde caramelo. El nombre sonaría estúpido pero sabía que significaba.
Tenía una semana para encontrar a su objetivo y llevarlo con él, sino quería afrontar las consecuencias. El corazón se le saltó varios latidos cuando lo único en lo que pensó es que Haseul corría peligro. Debía ser astuto, lo suficiente como para no dejarle ver a ella que algo estaba mal y actuar con mente fría.
— ¡Papá, ¿ya estás?! — Escuchó a Seul preguntar desde fuera.
— ¡Ya casi, si quieres ve preparando cereal primero, ya voy! — Respondió con la mano temblorosa.
Tomó aire y agarro un conjunto cualquiera de su armario para salir, sonriendo fingido al verla en el mesón de la cocina. Comieron lo poco que pudo preparar y pronto se fueron de camino al consultorio, con la psicóloga que él había buscado, no la mala trabajadora con la que había estado la última vez.
Aún que por si acaso llevaba una manta y el peluche favorito de Haseul en una mochila para poder calmarla si algo salía mal. Cuando llegaron noto que estaba un poco terca a seguir y se veía asustada.
— ¿Que pasa, bebé? — Murmuró suavemente cuando se arrodilló a su altura.
— Tengo miedo, ¿Por qué vinimos a un lugar como el de la última vez? — Lo miró con ojos llorosos y sentía que se le irritaba el corazón.
Negó suave — No es igual, es diferente. Te prometo que la persona que estará contigo no te preguntará cosas que no quieres. ¿Esta bien?
Haseul asintió lentamente.
— ¿Puedes prometerme que no vas a cerrarte a ella?
Asintió de nuevo — S-Si puedo responder, lo hago, papi.
Conforme con su respuesta le sonrió y acarició su cabello — Esta bien, ahora vamos, no queremos llegar tarde, ¿Verdad?
— Verdad — Respondió bajito y le agarro la mano, nerviosa pero ya no renuente a avanzar.
Hoseok esperó fuera aún que no todo el tiempo, pues al inicio si entró con Haseul y hablaron algunas cosas, pero luego tuvo que salir. Su ansiedad intento desbordarse pronto ante la expectativa de la terapia, pero afortunadamente en este caso todo salió bien. A Haseul le había gustado Rose, la nueva doctora, le dijo que era linda y que no le pregunto muchas veces como lo hizo la anterior, había sido mucho mas respetuosa con sus limites.
Consiguió distraerse con facilidad por el resto del día para tener cierta paz, que ciertamente la noche se la quito de inmediato, con la llegada de la llamada de Lee. Su cuerpo estaba totalmente tenso.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué no te has movido desde que mandé el puto codigo?
Tomo aire, agradeciendo que Haseul ya estuviese dormida — No es nada, señor. Únicamente estoy analizando mis opciones, no me puedo mover solo porqué sí y arriesgarme a que muevan a Doona a otra locación, ya están alerta por que desaparecí a InYeop.
— No me importa, vas a viajar ya. Si me entero que no has salido de la ciudad para las seis de mañana, voy a verme obligado a deshacerme de ti Hoseok, que lo tengas claro y no pienses que puedes salir ileso de esa como la última vez — Su tono helado indicaba lo obvio, no había opción.
— Entendido.
— Hmph. Y no te quiero de vuelta hasta que no tengas a Doona contigo, viva o muerta, pero la necesito, sin excepciones, sin fallos. Si se meten las perras del gobierno no importa, pondré al cuartel a lidiar con ellos. Asegúrate de no dejar rastros de nada, como siempre — Colgó sin dejarle responder más.
La frustración le hirvió la sangre. Tenía a Yeop en el cuartel de los chicos, muerto, porqué no tenía más uso que la información que le habían sacado pero no podía irse así como así, Haseul no podía quedarse sola. Una mano inconscientemente se dirigió a su cabeza cuando está empezó a tener un dolor punzante, parecido al que tenía en sus periodos de amnesia.
Recobro la lucidez unos minutos después y lo único en lo que pudo pensar fue en llevar a Haseul con SeokJin, no podía explicarle bien porqué pero era lo más seguro y estable. Suspiró, teniendo en lo profundo de su mente el silbido de las palabras de Paka la última vez y la posible relación de su padre con todo esto. Pronto fue a la habitación de su hija con el corazón palpitando a mil, probablemente bombeando sangre a velocidades anormales por la presión que tenía en el pecho.
Dejar a Haseul le jodía muchísimo. Ni siquiera sabía del todo aún que tan afectada estaba por todo lo que hizo Roxanne con ella en los años anteriores y tenía que dejarla, abandonarla de nuevo porqué no podía darle seguridad cuando aún estaba atado a Lee. Sentía los ojos picarle por las lágrimas y la impotencia contenida, pero siguió con su tarea. Tomo las maletas que había comprado para el viaje de campamento días atrás y las uso para empacar toda la ropa de Haseul cuidadosamente.
Sus peluches y juguetes fueron en su bolsa respectiva, que había comprado para organizar todo. Pronto sale de la casa para ir por su reciente y oculta compra, un BMW. Cuando vuelve entra a su habitación y la mira dormir plácidamente ajena a todo y se lamenta demasiado por lo que debe hacer para garantizar que ella pueda vivir bien. Teniendo el cuidado de un cirujano la toma en brazos y la carga hasta el coche procurando no despertarla en ningún momento, arropando su cuerpo friolento con una manta térmica en los asientos traseros.
El reloj marca casi las cuatro de la mañana cuando se detiene frente a la puerta de la casa de Jin. Una respiración pesada es todo lo que puede soltar antes de tocar el timbre, sabe que no irrumpe el sueño de ninguno de los ocupantes cuando rápidamente deslumbra las luces de la cocina prendidas. Los pasos lentos llegan hasta al puerta, que pronto la abre una ya arreglada Kim.
— ¿Hobi? ¿Que haces aquí tan temprano?
— Lo siento, Sae. Honestamente, no puedo explicarte el porqué pero puedo rogarte que me hagas un favor, te explicaré todo una vez entremos.
La mirada de Saeron parecía confusa pero aún así asintió — Entra.
— Si, primero déjame entrar a Haseul — Sonrió leve, intentando alivianar el ambiente tenso.
Con cuidado traslado a su pequeña a la habitación de huéspedes de la casa, ignorando, al igual que con Saeron, la mirada intrigada y sorprendida de Jin. Salió de la habitación con cuidado, vigilando el sueño de la niña en todo momento. Una vez llegó a la cocina noto la taza de café extra, supuso que era para él.
— Hoseok — Inició SeokJin — sabes que te adoro, confío en ti y sé que tienes tus razones, ¿Pero de qué se trata todo esto?
El silencio duró unos segundos, mientras intentaba poner todo en palabras. — Paso algo grave con mi trabajo, algo de quién protejo — Empezó, refiriéndose a la idea genérica que había planteado a sus amigos de ser un guardaespaldas — no sé exactamente qué pero me ha pedido irme del país con él porqué justo ahora es peligroso.
» No sería un drama para mí, si no fuera por Haseul. Jamás me especificó cuanto tiempo sería, pero se que es peligroso si me quedó, dijo que me buscarían. Si me buscan, encuentran a Haseul — Dijo lo obvio. Apretó su mandíbula, la rabia de la incapacidad de actuar seguía viva en su piel — no puedo dejar que le pase nada a ella Jin, Saeron, si le pasa algo a Haseul mi mundo se acaba — murmuró con la voz entrecortada.
Saeron parecía querer llorar igualmente, pero respiro hondo y le sonrió, ese tipo de sonrisa que asegura que todo estará bien. — No te preocupes, entiendo porqué viniste y te aseguro que cuidaremos de ella, te dejo mi palabra.
— Lo prometemos, Hobi — Jin se unió a ella — mientras podamos hacerlo, Haseul estará con nosotros y nos aseguraremos de darle todo hasta que puedas volver — Su sonrisa flaqueo, ligeramente — ¿Lo harás, verdad? No te puedes perder, Hobi.
Soltó una risa pequeña, como intentando hacerle ver qué era obvio que volvería. Aún que no lo sabía, si era sincero, este trabajo no era cualquiera. Doona no era una mera detective y las cosas podrían ponerse feas en cualquier momento.
— ¿Pero que dices? Como si me llamo Jung Hoseok, llego porqué llego— Mintió.
Fue suficiente para aligerar un poco el ambiente tenso y pronto empezaron a hablar de otras cosas mientras iban de camino al carro para sacar las cosas de Haseul. A eso de las cinco y cuarto finalmente terminó de acomodar todo, cuidando que no hubiera nada que faltará para ella. Lástima que se descuido un poco al pisar demasiado fuerte una de las maletas.
Pronto se encontró con los ojos atentos y alterados de Haseul. No estaba preparado para despedirse.
— ¿Papá? ¿D-Donde está mi habitación? ¿Por qué estoy aquí? — Su voz se aceleró dos tonos.
El instinto lo acerco a ella rápidamente, teniendola atrapada en sus brazos como si eso pudiera protegerla — Lo siento, cariño, te he traído a escondidas a casa de tu tío SeokJin, por eso no reconoces la habitación. Te quedarás un tiempo aquí, estarás bien.
Haseul presintió que algo iba mal cuando nunca mencionó algo de los dos, solo ella. Las lágrimas se acumularon en sus ojos rápidamente y se sintió desesperada, ¿Por qué estaba siendo abandonada de repente?
— Papi no te vayas, perdón si hice algo mal, por favor quédate, dijiste que no te irías — Sus manos le temblaban pero seguía aferrada a su pecho — ¡Dijiste que estaríamos juntos por siempre!
Hoseok sintió el pitido agudo del dolor — No llores, te lo pido. Si pudiera darte el mundo, sería tuyo, si pudiera evitar separarme de ti jamás tendrías que vivir así. No puedo protegerte del peligro y por eso me tengo que ir.
Haseul negó, no quería esto — no te vayas, por favor. No digas que no me puedes proteger cuando ya me protegiste de mamá — Sollozó, se suponía que los deseos de cumpleaños se hacían realidad pero ella no estaba recibiendo el suyo.
— Tengo que irme Haseul, esto no es como tu madre o algo que hayas visto, este peligro te puede alejar para siempre de mí — Las lágrimas le ahogaban — No podría perdonarme si eso pasa princesa, jamás. Duele, yo sé que lo hace, papá también lo siente Seul, pero no puedo quedarme.. sé que serás una buena niña y te portaras bien con tus tíos.
» Te amo, Haseul. Porfavor nunca lo olvides, no importa que pase, debes saber que te amo más allá de lo que puedes creer.
Como pudo, beso su frente y salió de la habitación, cerrando antes de que la pequeña pudiera seguir sus pasos. El dolor no tenía comparación alguna, incluso si pensaba en los ejemplos posibles no había algo que se asemejara a lo que sentía en este momento. SeokJin lo acompañó en silencio hasta el auto, mientras Saeron lloraba en silencio sosteniendo el picaporte de la habitación donde estaba Haseul. Aún a lo lejos podía sentir sus golpes a la puerta y su voz gritándole que vuelva, que no la dejé. Ninguno pudo decir nada, la despedida fue silenciosa.
Y mientras Hoseok conducía a su inevitable destino, solo pudo sentir rabia, odio, un sentimiento profundo que no tenía descripción pero era dirigido únicamente a Lee, porqué aún seguía arruinando su vida, incluso cuando ni él mismo sabía que lo hacía.
Apartir de ahora empieza el clímax y drama de la historia, también, les entrego un capítulo de larga duración y no como los últimos de 1900 y algo palabras. Será duro, pero prometo que valdrá la pena llorar por nuestros protagonistas.
Espero leernos pronto en otra actu, amores.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro