Capítulo 15
Porque para sanar, no necesitamos mejor medicina que el apoyo.
En el capitulo se hace mención de una seción con un psicólogo, puede no ser tan acorde a la realidad por el beneficio y/o funcionamiento del universo/trama del fic.
Sábado 2 de Octubre, 2021
Son escasamente más de las dos de la mañana, han pasado ya algunas semanas desde que visitaron su hogar y le hicieron las preguntas a HaSeul.
No ha podido dormir haciendo un informe con más información para Lee, su mente máquina de un lado a otro y no puede evitarlo, se siente increíblemente cansado y preocupado por las acciones que deba cometer gracias a lo que ya sabe que puede suceder. Dos toques en la puerta lo distraen y sonríe viendo que es su pequeña, se aparta un poco y espera que ella caminé hasta quedar enfrente de él para subirla a su regazo.
— ¿No puedes dormir?
— No papi, estoy algo cansada pero no tengo sueño — Hizo un pequeño puchero.
Río dulce y acomodó su cabello — ¿Quieres algo caliente? Ya es muy tarde, no deberías estar despierta a esta hora.
— Lo sé — Suspira bajito y se abraza a su cuello. — Quiero leche de la que te gusta, es rica cuando está caliente.
Asiente y se levanta, no va a cuestionar su repentino gusto por la leche de almendras caliente, la lleva a la cocina y deja que siga recostada en su cuello quejándose por no querer separarse. Cuando la leche está caliente solo basta que ella la beba y queda dormida sobre sus brazos, como si fuera la cama más cómoda del mundo. La lleva hasta su habitación y la deja sobre su cama, arropándola de nuevo con su manta de ositos.
— Que descanses bien cariño — Susurra bajito y se levanta, debe seguir con el trabajo.
Ya casi al amanecer es cuando termina su informe, es la última información que le puede dar a Lee hasta que tenga que volver a moverse. Descansa un poco los ojos por lo que le parecen minutos y termina siendo levantado por el lejano sonido de su celular vibrando en la mesa. Gruñe bajito y abre los ojos, frotándolos un poco; la llamada no le interesa en especial por quién viene así que solo espera a que el sonido acabe para pararse de la silla finalmente. Su espalda duele y suelta un leve quejido pero no dice más, simplemente sigue todo su camino al baño para darse una cómoda ducha de agua caliente para iniciar bien el día.
No pasa mucho cuando siente el ruido de Seul por la casa, al principio cuando llegó era bastante silenciosa, pero con el tiempo empezaba corretear por las mañanas de un lado a otro, o encendía el televisor con el volumen alto. Termina de cambiarse y sonríe al verla fuera de su puerta apunto de tocar, con su sonrisa dulce.
— Buenos días papi.
— Buenos días — Acaricia su cabello, — ¿Algo en específico que desayunar para hoy?
La menor asiente suave y toma su mano para guiarlo hasta el televisor, donde una de las tantas películas de anime que le gusta ver esta pausada justamente en el desayuno.
— Así que, ¿Huevos con tocineta y pan?
— Si pero así, como lo hace ahí la señora con cacifer-
— Calcifer — Corrige con una sonrisa.
— Si, sí, eso papi.
Asiente y va a la cocina para preparar lo que pide su pequeña, sonriendo al ver que tiene todo lo que pide, aún que el pan este previamente tajado y no sea del que viene para cortarlo en casa. Mientras HaSeul sigue viendo muy entretenida su película, el termina el desayuno a tiempo mientras sirve en vez de té, una infusión de panela y frutos rojos. Organiza la mesa rápidamente, volviendo a la sala para llamar a su pequeña y ir a comer. El desayuno resulta silencioso y cómodo, HaSeul no dice mucho concentrada en la comida y el está resintiendo los efectos del mal sueño que tuvo, con un dolor de cuello y los ojos pesados.
— Papá, ¿Cuándo salimos?
— ¿Salir? — Ladeó la cabeza confundido.
— Si, dijiste que la señora que visitó nuestra casa nos llevaría con un sicolojo.
— Psi-co-lo-go — Repitió cuidadosamente.
La menor repaso sus palabras y volvió a mirarlo — Bueno, ¿Cuándo vamos? — Parecía entre emocionada como ansiosa, al ser algo nuevo.
— Uhm.. en cinco días, cielo.
Seul asintió con suavidad y recogió los platos, recordando a Hoseok que ni siquiera se dio cuenta de cuando acabo de comer. Dejaron los platos para lavar más tarde, optando por acurrucarse cómodamente en sofá y ver una maratón de películas animadas o algo por el estilo.
La hora de ir a hacer el almuerzo llegó intensificando la pereza de Hoseok, el cual por cierto estaba muy entretenido junto a su pequeña mirando la bella y la bestia, riendo internamente al escuchar el odio profundo que profesaba HaSeul contra Gastón. Cuando la película llegó al momento de la persecución, tuvo que abrazarse con igual fuerza que su hija; a pesar de que ya sabía cómo terminaba la película, con la esperanza de que la bestia sobreviviera para estar con bella. Celebraron en grande cuando finalmente pudieron reunirse luego de que la bestia se salvase, y aún que se preocuparon en el momento que la rosa se marchito y bella desesperadamente lo beso, todo fue alegría cuando la bestia se convirtió en el príncipe dándole un final feliz a bella.
Estaba atesorando la sensación de compartir con ella, había extrañado tanto tenerla cerca que le parece imposible ahora querer dejar de complacerla por momentos. Quería quedarse en el sofá o en la cama todo el día por qué no tenía muchas energías para más, y honestamente sería bueno descansar unos días, luego volvería a salir y terminaría el trabajo rápidamente, quería estar libre un buen tiempo para descansar y estar cerca de su hija en unos días tan cruciales como los que se vendrían con las citas del psicólogo y demás.
Pasan así a otra película, siguiendo el maratón sin prisa, como si fuera la forma predilecta para recuperar el tiempo perdido. Suspira antes de sentir como haseul esta cabeceando en su pecho, notablemente cansada. Mira la hora y ríe dulce, apenas y son las cuatro y media de la tarde, pero ella parece tempranamente cansada por la poca actividad. Pausa la película sonriendo dulce al ver como seul se queja en murmullos al ver que ha terminado sin avisarle.
— Cariño, te estas quedando dormida — Ríe suave.
Lo único que recibe es el fuerte apretón de sus manitas para aferrarse a el, siendo una clara señal de que le gustaría ser levantada hasta la cama. Simplemente sonríe con suavidad y con cuidado pasa sus brazos por debajo de las rodillas y la espalda de Seul.
— Bien, te llevare a la cama. Sujétate bien — Camino con cuidado directo a la habitación de Haseul.
Cuando la dejo en la cama, viendo como dormía tan plácidamente, tan calmada se pregunto, ¿Cómo podía haber cambiado tanto?, no sabia ni siquiera cuanto tiempo había pasado, pero era un cambio tan radical que sentía como si la hubiera conocido desde siempre. La piel que había recordado pálida y maltratada, ahora tenia ese bonito color rosa en sus mejillas y una energía raramente agotable. Era simplemente algo distinto a la pequeña niña que estaba sentada en la calle bajo la lluvia, carente de un brillo en sus ojos o con sueños rotos incluso antes de siquiera haber pensando en posibilidades.
Acaricio con cuidado su cabello antes de salir de la habitación, entro a la suya propia sin saber que mas hacer. Miro al rededor sus plantas, aun vivas, y empezó a limpiarlas con cariño, sabia que hace mucho no se tomaba un tiempo para poder limpiarlas. Corto algunas hojas marchitas, limpio las hojas y aplico fertilizante en especial a sus rosas, recordando brevemente cuando con las espinas Haseul se pincho el dedo. Sonrió inevitablemente, con ese extraño sentimiento que le mantenía cálido, una felicidad que no entendía de donde podía salir con situaciones como esas. Mirando en retrospectiva, el también había notado el cambio.
De repente, no era mas esa persona de ojos fríos o que limitaba sus sonrisas, ahora si lo pensaba, capaz que volver a vivir solo nuevamente le hacia sentir un vacío que no esperaba sentir. Era curioso como aprendió de Haseul, tomo una responsabilidad y aun que no sentía que fuera el mas indicado para hacer de padre, tampoco considera que lo este haciendo mal, por que después de todo había recibido una buena crianza, lo cual quería aplicar en Seul. Suspira al final, sentándose en la cama y sonriendo al aire. Al final, aquello que había pensado sobre el que tener a Haseul podría ser algo bueno, realmente lo estaba siendo, podría sentirse avergonzado de notarlo en frente de alguno de sus amigos, pero a si mismo si podía aceptarlo, estaba totalmente mejor gracias a su hija.
Centro de psicología y psiquiatría infantil, Jueves 7 de Octubre, 2021
Haseul parecía ansiosa a simple vista, estaban de camino en el tren y parecía no poder evitar mirar de un lado a otro. La idea de que le hicieran preguntas sin tener a su padre a su lado le aterraba porque no tenia ni idea de que decir, si le preguntaran de su madre, no confiaría lo suficiente para decirlo todo. Aun cuando su papi le había aclarado que no había que temer y que allí podría confiar en decirles todo, no se sentía cómoda; ni siquiera hablo de eso con la señora amable que fue a su casa o con Taehyung y Jungkook oppa.
Cuando llegaron le pidió permiso a su papi para ir al baño rápidamente, dejando que la esperara afuera. Reviso nuevamente su ropa, la que escogió con mucho esmero porque había visto a su papi hacer lo mismo, con un poco de miedo de que su vestidito azul y su blusa blanca este manchada por alguna razón. Cuando ya vio que su ropa estaba intacta pudo salir mas tranquila, sorprendiéndose al ver como su papi sacaba de su mochila uno de sus osos de peluche.
Cuando ya vio que su ropa estaba intacta pudo salir mas tranquila, sorprendiéndose al ver como su papi sacaba de su mochila uno de sus osos de peluche — Ya llamaron por ti, pensé que estarías nerviosa así que pensé en traerte tu osito — Sonrió suave y le dio el peluche.
Lo tomo con cuidado — Gracias, papi — Sonríe también, ahora tiene al Sr. Pelusa.
Aun con miedo sigue a su padre hasta una puerta blanca con líneas de colores y un sol con una sonrisa, sin saber que hacer mira para arriba buscando los ojos ajenos, encontrándose con su sonrisa y como le empuja un poco hacia adelante.
— Tienes que entrar sin mi, Seul.
— P-Pero.. — Muerde su labio nerviosa, evidentemente.
— Estaré justo aquí esperando por ti — Se agacha un poco para acariciar su cabello, — puedes hacerlo cariño, no tengas miedo.
Suspira y asiente aun un poco dudosa, pero tomando iniciativa gracias a su padre. Agarra el pomo de la puerta y lo gira con algo de miedo, viendo como del otro lado hay una mesa blanca y una persona sentada en frente de una silla vacía. Esta algo nerviosa por lo observada que se siente, a pesar de que la persona allí dentro no parece ser consiente aun de su presencia. Con cuidado mueve un poco la silla vacía para poder sentarse allí, pegando un saltito cuando puede hacer contacto visual con la señora.
— ¡Oh, no te vi llegar pequeña! — Sonrió.
— Ah.. Buenos.. días, señora — Se remueve, mirando la mesa y encontrándose con lápices y hojas blancas o de colores.
El silencio dura unos momentos mientras ve como la señora coloca sus cosas en la mesa, cuando termina la mira con suavidad.
— Haseul, ¿Cómo estas?
— Bien — Acaricia distraídamente su oso de peluche.
Se alarma un poco cuando ve que la mujer empuja un poco los colores y una hoja blanca -Puedes ir dibujando si quieres.
— Yo.. no quiero, no me gusta hacerlo — Mira las hojas con desconfianza. — ¿Cuándo puedo ir con mi papi?
— Uhm, pronto, después de que hablemos un poco — Sonríe, — ¿Puedo saber porque no te gusta dibujar, Haseul?
Desvía la mirada a su oso de peluche de nuevo, después al suelo y finalmente vuelve a mirar a la señora. ¿Debería mentir?
— Solo no me gusta.
— De acuerdo, hablemos de otra cosa. ¿Cuál es tu color favorito?
Pasan unos minutos mientras se lo piensa, buscando un color especifico.
— Creo que.. el rojo es un lindo color — Piensa que se ve bien en su papi, así que podría ser su color favorito.
La mujer parece anotarlo — El rojo es un color lindo, tienes razón. A mi me gusta el Morado por que tiene la inicial de mi nombre.
— ¿Cómo se llama?
— MiSuk — Le ofrece su mano con una sonrisa.
Aun que la ve estirando la mano en su dirección se niega un poco simplemente bajando la mirada, volviendo a acariciar su oso de peluche.
— Bien.. — La señora aleja su mano algo incomoda, le parece. — Ahora me gustaría saber que es lo que te gusta, ¿Podrías nombrarme algunas cosas?
Asiente con suavidad — Me gusta.. salir al parque a jugar con algunos niños, me dicen que quieren jugar conmigo y pues, yo digo que si. Me gusta caminar de la mano con mi papi.. ver la televisión a veces, es divertido.
— Vaya, ¿Y a que juegas con los niños del parque?
— Escondidas o a correr, me gusta mas escondidas porque nadie me ve cuando es mi turno de esconderme.
Misuk asiente con suavidad. — ¿Y con tu padre, a donde van cuando salen a caminar?
— Al parque, a comer pollo con sprite.. a la casa de Taehyung oppa, al medico con Yesung oppa y.. cuando salimos a comprar muchas cosas.. incluso cortaron mi cabello — Sonríe un poco, le gusta su cabello ahora.
— Ya veo, parece que has sido muy consentida por el. ¿Cuál crees que es tu cosa favorita con el? Como por ejemplo, cuando saliste a comer pollo con el — Misuk aprovecha un poco el cambio de actitud a uno mas abierto cuando se trata de hoseok.
— ¡Hace poco vimos muchas películas en un día! Fue genial, papi escogió unas divertidas — Sonrió enorme un momento, antes de agachar un poco la cabeza avergonzada y volver a una expresión neutral mientras acomodaba su cabello disimuladamente.
— Vaya, eso suena a que te divertiste mucho - Sonríe, - por cierto, no había visto bien la ropa que tienes puesta hoy. ¿La escogiste tu?
Asiente con un tenue sonrojo — Me gusta, incluso cuando fuimos a comprar muchas cosas, papi me dejo escoger la ropa que me gustara y el no tomo nada.
— Entonces que buen gusto que tienes linda — Anota algo en la hoja y luego vuelve a mirar, pero esta vez le asusta un poco que este seria. — ¿Y como salías con tu madre?
Se queda callada de inmediato mientras aprieta su osito. No quiere hablar de eso, no tiene un Tae o un Kookie oppa que le calmen.
— Haseul..?
— Ella no salía conmigo, no como papá y yo lo hacemos. Me gustaba estar en mi habitación cuando estaba en la casa, y luego salía cuando ella no estaba, tenia una foto de papá cuando era joven pero nunca hablamos de el hasta que.. hasta que llegue a casa.
Misuk entendió rápidamente que algo no estaba bien — ¿Por que no salías de la habitación cuando ella estaba dentro de la casa? ¿Tu madre fue mala contigo?
Entonces dejo de responder evitando la situación, cualquier pregunta relacionada con su madre fue evadida e ignorada olímpicamente, incluso como mecanismo de defensa termino dibujando. Misuk intento de muchas maneras pero solo colocaba mas ansiosa a Haseul, termino por dejarla irse con Hoseok.
— ¿Cómo te fue con la psicóloga, cariño? — Pregunto algo preocupado Hoseok, al verla acelerada cuando salió.
No contesto. Se abrazo a su pecho cuando la levanto y no salió de allí para nada mas, empeñada en que quería irse a casa. Ante la negativa solamente pudo ceder y llevarla todo el camino devuelta hasta la casa, totalmente convencido de que posiblemente la trataron de obligar o no respetaron que no quería hablar de algo, pero no diría nada hasta que ella sola no decidiera decirle. Simplemente decidió que seria mejor no estresarla mas, y dejarla que ella se calmara viendo televisión o tomando un baño mientras el iba por lo del almuerzo.
A veces, como consideraba que la mejor forma de apoyar a alguien y mas si se trataba de un niño, era dejar de presionarle y dejarle mas bien su espacio para poder calmarse o relajarse. Ellos debían confiar que no serían lastimados, abrirse por si mismos.
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