
11
———EL ROSTRO AGOTADO DEL ESQUELETO miraba con cansancio y cariño en dirección de la cansada akuma¹ que estaba arrunchada en su nuevo acolchado hecha bolita, sus magulladas manitos se aferraban a su nueva bufanda, su fiebre ya había bajado, pero sus ataques de sueño aumentaron al punto que pasaba la mayor parte del día durmiendo.
Es cuánto se despertara tendrían que ir con Nightmare a una reunión, ya lo había evadido demasiado, al fin y al cabo eran socios y camaradas, no deseaba defraudarlo, después debía ir con science!sans para ver los resultados de los últimos exámenes de Hikaru, lo había autonombrado el pediatra de su niña, ya que era de los pocos que no la asustaba, ——ya que este le tubo que explicar la diferencia entre los doctores y los pediatras para no espantarla—— de solo recordar su último encuentro le producía ternura y algo de gracia.
El científico estaba ciertamente espantado, la inesperada presencia del destructor lo sorprendió y más al ver qué venía con la pequeña niña a la que tuvo que atender ——error claramente lo había amenazado)——
— E-error, pero que inesperada sorpresa, ¿Q-que necesitas? — pregunto con un claro nerviosismo el esqueleto.
— Vengo a qué revises a la niña, vendré con ella cada 15 días para su chequeó — demandó, sin tomarle importancia a lo tenso que se encontraba el contrario.
— ¿Chequeó? ¿Cada 15 días? ¿Me está autoproclamando el pediatra de la niña? — se pregunto internamente, pero dejo de lado sus pensamientos al ver la irritada expresión del destructor.
Con un suspiro, erro!sans le doy suaves golpes a la cabeza de la nena, que, estaba escondida detrás de sus piernas, alentandola a salir de su "escondite"
Con una suave sonrisa, el científico se arrodilló a la altura de la niña al verla asomarme con miedo y timidez.
— Buenos días pequeña, soy science, tu pediatra, es un placer conocerte — se presentó con calma, sin querer asustarla, error!sans le había mostrado su expediente la primera vez que la atendió para saber tratarla (aun que está estuvo inconsciente durante el chequeo).
— Hikaru...mi nombre es Hikaru — se presentó entre susurros, aún desconfiaba de aquel esqueleto, más no quería hacer quedar mal a su mamá.
El esqueleto se sorprendió, su voz era calmada, incluso un poco monótona para una niña de su edad, era como la voz de una niña de 14 años en adelante.
— Mucho gusto Hikaru, dime ¿Sabes que es un pediatra? — la niña solo negó con la cabeza. — Los pediatras se encargan de ver cómo están los niños como tú, para que crezcan sanos y fuertes, y si se portan bien, ¡Se ganan una paleta! ¿Que dices? — ánimo el doctor.
Los cansados ojos de la demonio brillaron ante la idea de un aperitivo, rápidamente miro al destructor en busca de aprobación para iniciar su cheque, si cola pateaba el suelo sin disimulo alguno, lo que provoca la suave risa de su tutor, sorprendiendo gratamente a science que se levantaba del suelo, con un simple asentimiento dejo que la niña fuera con el doctor, mientras esté tomaba asiento en una de los cómodos sillones blancos que brotaba aquel características olor a medicamentos.
El científico extendió su mano para guiarla a la camilla, siendo acepta con timidez, aferrándose a la punta de su esqueleticos dedos, provocando ternura en su pecho.
Fue mejor de lo que esperaba.
Tanto Hikaru como science!sans pasaron un buen rato juntos mientras esté la chequeaba, cosas básicas como su altura, presión, peso, se encontraba en un leve estado de desnutrición y sus defensas estaba algo bajas, nada que con una buena alimentación para estabilizarla, ganándose su merecida paleta antes de caer dormida de golpe, que, si no fuera por el médico, su cuerpo ubiera caído directamente al suelo, el de bata aprovecha la oportunidad de hablar con error!sans sobre su enfermedad, sus medicamentos y su nueva tabla de alimentación, más algunos deportes y actividad física y cognitiva, lo básico que necesita un niño.
— Science. —
— ¿S-si? — respondio con nerviosismo al cambio tan drástico de su voz, ——aún que era algo normal en el——
— Desde que la rescate de Empireverse...su cuerno se a agrieto ¿Que pasa con eso? ¿La puede afectar a un futuro? — pregunto, sin capaz de esconder su preocupación, mientras acariciaba la cabeza la niña.
— Bueno... Es difícil de explicar sin una radiografía, que la dejaríamos para la próxima cita para no estresarla, pero tengo una suposición, lo más seguro fue debido al estrés acumulado, que parcialmente termino "explotando" — explicó mientras hacia unas comillas con su huesos. — Tienes que prevenir a toda costa que acumule más estrés, no quiero saber que consecuencias pueden llevar si su cuerno se fracturó por completo — suspiro, el contrario simplemente asintio.
— Si eso es todo, me voy — con delicadeza, el padre primerizo tomo en brazos a su hija, ya era capaz de cargarla sin sufrir tantos gliches. — Gracias...por todo — suspiro sin verlo, abriendo un portal directo a su hogar, dejando solo al científico.
Una pequeña sonrisa se presentó en su cráneo, jamás ubiera pensado ver al destructor siendo tan dulce y paciente con una niña híbrida, tal vez, gracias a ella, ciertas cosas se podrían calmar.
El padre joven se estaba preparando, mientras que su niña se iba despertando, confundida al ver qué estaba otra vez en su casa, sin recordar ni siquiera su propia nombre.
Lo normal.
— ¿Mami? ¿A dónde vas? — pregunto la somnolienta niña mientras se frotaba su ojo en un intento de limpiar el mugre acumulado en sus lagrimales.
— Nos vamos, tengo que reunirme con un socio, y tu chiquilla — dijo mientras apretaba levemente su nariz, sacándole unas cuantas risillas. — Irás conmigo, no te puedo dejar aquí sola ¿Verdad? — aclaro mientras mostraba una sonrisa ladina, estaba bastante relajado.
Una sonrisa más animada se mostró en la colmilluda, así que con algo de pereza se estiró cuál gato, levantándose por completo, sacándole una risa a la variante.
Pero ¿Dónde la ducho?
Detalles, detalles.
El titiritera se encargo de vestir como toda una dama a su niña.
Su vestuario consistía en un bello vestido Lolita color rojo vino, con mangas transparentes con estampado de puntos, unos zapatos Mafalda negros y unas medias cortas blancas, un delicado sombrero gris, donde su bufanda reposaba en forma de un delicado liston, dejando que las puntas sobre salieran de esta con delicadeza, su broche rojizo que decoraba su capul, junto a unos pendientes en forma de Saturno, más un lindo bolso rojo con estrellas blancas, donde guardaba aquel libro sobre tiburones que la había atrapado por completo, su largo cabello estaba estaba suelto, dejándolo caer cuál cascada, soltando un dulce aroma a coco para nada empalagoso.
Con cuidado, le colocó una loción de ²arrurrú, según el, era el olor perfecto para una niña como ella.
Digamos que mientras hikaru estaba en coma, este aprovecho de comprar (robar) artículos para la niña, tales como productos de higiene, ropa, zapatos, pijamas, medicamentos y demas.
La demonio dio una vuelta de 360° grados con felicidad, hace tiempo que no se veía tan linda.
— ¿Cómo me veo? — pregunto en busca de su aprobación.
Error!sans la veía con tranquilidad y cariño, una suave sonrisa se presentó en su cráneo con cariño.
— Hermosa, ahora vamos, al gruñón nightmare no le gusta la impuntualidad — carcajeo, mientras abría un portal y tomaba suavemente su pequeña mano.
Ya no le incómodaba tomarla de la mano o cargarla por unos minutos, era un avance para los dos, pero este avance solo era para su hija, nada más.
Alguien más intentaba tocarlo lo pateaba del multiverso.
Sin más, abrió un portal directo a la entrada de la cafetería de ccino!sans.
El olor a café y postres recién horneados inundaba sus fosas nasales con gran gusto, el ambiente era cálido, como un suave rayo de sol mañanero en tu rostro.
Una linda cafetera de gatos.
Hikaru estaba viviendo un sueño que no imaginaba tener.
Aquellos regordetes mininos se restregaban en sus piernas en busca de mimos, sus heterocromicos ojos brillaban con ilusión, mientras sus dedos jugaban con la cabecita de uno de los gatos, su larga cola se meneaba lentamente con tranquilidad a la par de los animalitos.
Su mundo de ensoñación fue esfumado por una palmadita en la cabeza por parte de su acudiente.
— Vamos a pedir algo — el de voz trabada hablo, comenzando a caminar juntos en dirección a la recepción, donde se mostraban diferentes postres en el mostrador, ahí se encontraba el dueño del pequeño local.
Era un esqueleto de apariencia dulce y cansada, traía puesto un buso cuello de tortuga color crema, junto a unos pantalones sueltos color café, y un delantal de cadera blanco.
— ¡Oh! Buenos días error, que grata sorpresa verlo aquí, ¿Y quién es esta pequeña dulzura que viene contigo? — saludó con amabilidad el esqueleto, curioso por la pequeña acompañante del contrario.
— Buenos días Ccino, ella es Hikaru, mi hija — presentó con orgullo a la menor, dejando en leve shock al dueño del local, pero rápidamente recobró la compostura ante la suave voz de la infanta.
— Hola~ — alargó la última vocal, con más confianza, mostrando aquellos tiernos colmillos, se notaba más cómoda, gracias al ambiente y al ver qué su mamá no estaba tan tenso.
Con cuidado, el joven se agachó a su altura, extendiendo su esquelética mano, siendo correspondida con un toque de timidez.
— Mucho gusto Hikaru, soy Ccino, el dueño del local, eres una niña muy elegante — alago con una pequeña sonrisa que fue felizmente correspondida, seguía sorprendido ante la noticia de que el destructor tuviera una hija híbrida, más tenía que fingir que esto no le afectaba, no quería ser víctima de la ira del titiritera y aquella demonio era toda una ternura.
Volvió a levantarse, preparado para tomar sus pedidos.
— Y bien, ¿Que desean pedir? — sonrió.
— Lo de siempre, nightmare vendrá en unos momentos, asi que ya sabes lo que quiero — le contesto con calma, luego miro a la menor. — ¿Tu que quieres chiquita? — pregunto.
— ¿Puedo tener una malteada de fresa con un pedacito de ese pastel? — señaló con algo de vergüenza a un cheesecake de maracuyá y salsa de arándanos, recibiendo un asentimiento por parte del mayor.
— ¡Perfecto!, pueden ir a sentarse, en un momento traigo sus pedidos — dijo el gerente mientras anotaba sus pedidos.
Sin más, padre eh hija se sentaron en una de las mesas, con vista a la ventana.
— ¿Nightmare es a quien esperamos? — pregunto con calma la menor, mientras un gato blanco de franjas azules se subía a sus piernas, acurruandose en estás mientras ronroneaba.
— Si...es un socio mío, nos ayudamos en algunos negocios, nada de lo que te tengas que preocupar — después de decir eso, el esqueleto de delantal llegó a con sus pedidos, con una pequeña sonrisa, los dos agradecieron y el joven se retiro.
Los ojos de la "dragona" brillaban ante la gustosa apariencia de aquellos aperitivos, sacándole una suave carcajada al esqueleto, este simplemente tenía un moca caliente, completamente puro, mientras que el del su invitado era una taza de café amargó.
Hablando del diablo.
La campana del local tintino, avisando la llegada de otro cliente, era el, su pesada aura era fácil de reconocer.
Nightmare.
El esqueleto llegó a su mesa a paso lento, pero padre eh hija se encontraban imperturbables, error!sans por tener años de haberlo conocerlo y hikaru por la gran familiaridad que tenía, es como si ya lo hubiera visto mucho antes.
— ¿Es ella eh? — su voz era grave, casi escalofriante para cualquier ser humano común y corriente.
— Supongo que ya sabes de ella, ¿No es así, nightmare? — dijo con una sonrisa relajada, ganándose un asentimiento por parte del mayor.
Ahora, su mirada se dirigió a la niña. La menor pudo sentir un fuerte deja vu, como si ya lo ubiera visto, regalándole una pequeña sonrisa, que sorpresivamente fue devuelta por la entidad antes de sentarse al frente de los dos individuos.
Los dos adultos comenzaron la charla que tenían anteriormente pendiente, mientras la menor disfrutaba sus alimentos, el dulce sabor a fresas, leche, crema y lechera, junto a pequeños pedacitos de la fruta que se atoraban en el popote, podía jurar que sus mejillas estaban rojas ante el exquisito sabor, no era ni tan simple, ni tan empalagoso, era el balance perfecto.
Y ni hablar del postre, la mezcla perfecta del ácido de la maracuyá, el dulce de los arándanos y el simple sabor de la crema, junto a la cobertura de la galleta era sensacional.
Sin darse cuenta, un aura rosita la rodeaba, sus mejillas estaba infalditas por el comestible al igual de rojitas ante su felicidad, tenía algunas manchas cerca de sus boca y su cola se movía con gusto; mientras tanto, error!sans le explicaba con seriedad ciertos inconvenientes que ha tenido en cierto Au.
El rey de las pesadillas veía con cierta ironía el contraste de su socio y su cría.
Que ironía.
En cierta forma le alegraba que la niña si leyera el libro que le dejo ——claramente no lo admitiría—— se notaba tan ilusionada al leer sobre aquellos indomables cazadores del mar.
Terminaron sus alimentos y el líder criminal pagó la cuenta, ganándose un agradecimiento por parte de los dos, parece que tendrían que quedarse un tiempo en la gran mansión del hombre, donde se resguardaban los peores criminales del multiverso, comandados por el ex-protector.
¿Por qué llevarían a una niña a convivir con asesinos de sangre fría?
Ósea si, la niña era una demonio/dragón con piroquinesis y fuerza monstruosa, pero sigue siendo una niña.
¿Entre ratitos se entienden no?
Digamos que el señor de las pesadillas tenía un buen presentimiento.
Si supiera el remolino de desastres que estaba causando.
Pero le daría un paso más al sueño de la niña.
¿Quién diría que al trio de psicópatas traumados sin figuras maternas se le uniría un nuevo integrante para desmadre?
¿Podrán las señoras de la casa, error, nightmare y cross controlar tal catástrofe?
Ni puta idea, pero una cosa es segura, muchos culos serán quemados aquí.
Nota de la autora:
Palabras: 2338.
¹Akuma: demonio en japonés.
²Arrurrú: marca de higiene infantil de origen colombiano.
—★ Dato!: A Hikaru le gusta mucho la música vieja, más la brasileña, uno de sus artistas favoritos es Jorge Ben Jor.
Hola carebola
No importa cuánto tiempo pasé, hipersomnio es mi creación preferida y a la que más cariño le tengo.
Tenía el capítulo en borradores desde hace un mes HSKSVSKSVSLSB hoy por fin lo termine.
¿Se han dado cuenta que está es la única historia en la que le sigo colocando musica?
PORFIN VA A SALIR MI TRÍO FAVORITO BSKSSHKSHSKWB que emoción, perdón si el capítulo estuvo meh, no tenía ideas para este capítulo, el siguente ya está medio planeado.
Ya se medio dibujar esqueletos chicos, ahora sí puedo dibujar más escenas con la nena.
Error suelo vestir a Hikaru con ropa elegante de los 80's y 90's, se niega a vestir mal a su hija, ahora es hija del destructor de Au's que esperaban.
¿Cómo reaccionaran los "Bad Guys" (nombre todo culero) ante la llegada de una niña?
¿Que sucederá si los stars sances (nombre culero x2) se enteran?
¿Que mausque aventuras vivirá la pequeña Hikaru?
¡Lo veremos en el próximo capítulo!
No olviden comentar y votar por la historia, solo tienen que picarle en la estrellita me ayudaría mucho :3
Cherry se despide ¡Bye!
😸
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