
10
Tengo frío.
Mucho frío.
Mi cuerpo duele.
Duele mucho.
¿Por qué?
¿Por qué yo?
¿Que hice?
¿Es mi culpa?
¿Fue mi culpa nacer?
¿Lo merezco?
Apenas y podía respirar sin atragantarme con el metálico sabor de mi sangre, que escurría por todo mi cuerpo, no podía moverme, mi cuerpo estaba completamente adolorido por la prueba, mi bata no era más que trapos rotos, manchados por el líquido rojo que me empapaba y se desperdiciaba en el piso, creando una gran charco.
Mi último pelea fue horrible, me obligaron a luchar con alguien mucho mayor que yo, lo logré matar, pero me dejó al borde de la muerte.
Es asqueroso.
El fuerte olor a putrefacción que soltaba el cadáver acaparaba por completo mi nariz; ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Minutos? ¿Horas? ¿Días? ¿O quizás semanas? Toda pasa tan lento que ni siquiera lo se.
Me niego a morir de forma tan patética, no les daré el gusto de verme perecer de esta forma.
Etoy tan cansada, cansada de luchar por vivir, de gritar hasta que me quede sin voz, de retorcerme del dolor a causa de sus retorcidos juegos.
¿Es qué acaso ésto es vivir? ¿Un ciclo constante de dolor?
Siempre me a dado curiosidad sobre mi vida antes de llegar aquí, ¿Será que mi mamá era una bella y dulce mujer de bonita sonrisa? ¿Y mi papá y carismático y divertido hombre? ¿Tuve un hermano menor al que cuidar? ¿O un hermano mayor que me protegiera? ¿Unos tíos que me visitaran? ¿Primos con los que jugar? ¿O tal vez unos abuelos que me contarán historias divertidas?
Siempre me a gustado jugar con las sombras, crear bonitas siluetas mientras sueño despierta, imaginando vivir una vida normal, es lo único que me mantiene cuerda dentro de este infierno. Dormir también me resulta reconfortante, siempre me encuentro en un lindo campo a la luz de la noche, con bellas flores que me susurran cosas lindas, siempre termino en aquel lago lleno de peces lindos, ese lugar es como mi equilibrio, donde controló todas mis emociones revueltas y las aplano a un delgado hilo con el que creo una sinfonía plana y ensoñadora.
Tal vez, en otro vida si pude ser feliz, una en la que no me golpearan hasta desmayarme, donde no me faltará ninguna comida, donde no me obligaran matar o utilizarán mi cuerpo como un simple muñeco desechable, Una donde me dieron amor y esa calidez que una familia te da.
Lo único que puedo hacer es espera hasta que de mi último respiro y que mi cuerpo ya no aguante más.
Solo escuchaba los inaudibles murmurós de los doctores antes de que todo se volviera negro.
Narrador omnipresente
——EL SILENCIO REINABA EN el anti-void del destructor, este observaba con angustia a la nena, ya había pasado una semana desde que la trajo a su “hogar” y ella aun no despertaba, incluso había llamado a science!sans para que la revisara, este le informo que solo era un simple ataque de narcolepcia, causado por un gran remolino de estrés, junto a un aumento de temperatura corporal, recomendándole estar pendiente de reducir su fiebre con paños fríos.
El científico estaba ciertamente conmocionado al ver cómo el destructor tuviera bajo su tutela a un infante, y más al verlo genuinamente preocupado por su bienestar.
Claramente no dijo nada, apreciaba mucho su vida para soltar un comentario que despertara la irá del titiritero.
El esqueleto negativo se le quedó viendo por un rato, antes de soltar un suspiro agotado, mientras acariciaba los blancos mechones de la demonio de manera detenida, pausada y calmoso, quitandole de su frente ahora húmeda un pequeño mechón. Apenas lo hizo alejo apresuradamente su mano, aún no estaba acostumbrado.
Luego de cambiar el agua del trapo, se levantó lentamente del suelo, observando a la pequeña inconciente, estaba acostada en un pequeño puff rojo a su medida que el le había comprado como “bienvenida” junto a una cobija que el mismo había tejido con estampado de dragones que ahora cubría su helado cuerpo.
El no lo quería aceptar, no aceptaba el hecho de que estaba preocupado por un ratón de laboratorio, pero su alma lo sabía, en lo más profundo de su ser el lo sabía.
Se había encariñado con aquella dulce demonio de sonrisa filosa y mejillas regordetas, que ya no podía si quiera pensar una vida sin esos brillantes ojos rojizos y pequeñas risitas que llenaban aquel helado anti-void con un calor reconfortante, la amaba, la amaba como un padre que amaba a su hija, y como no, era su niña, sin darse cuenta se robo una parte de su corazón, le dio el afecto que no sentía en años y respetaba sus límites.
Si, amaba a esa niña dormilona y glotona como la mierda, y no se arrepentía de haberla rescatado de aquel “orfanato”.
Soltando un suspiro ante sus cursis pensamientos y los constantes chillidos y lloriqueos de las voces, abrió rápidamente un portal, tenía que buscar la medicina que Science le receto para la pulga, no quería tardarse mucho, no le gustaba dejar a la nena sola por mucho tiempo; luego de aquel arrebato que tubo en Empireverse se dio cuenta de la gran ansiedad y estrés que sufría al estar tanto tiempo separado de la morena.
Habían pasado al rededor de quince minutos desde que el esqueleto había salido, en ese lapso de tiempo, la menor poco a poco iba despertando, pero no la mejor manera.
Su respiración estaba acelerada, jadeando en busca de algo de oxígeno, sentandose de golpe agitada por aquel choque de recuerdos poco reconfortantes, pero rápidamente se dio cuenta de dónde estaba.
Estaba en su hogar.
Pero el no estaba.
El no se encontraba en ese frío y blanquecino lugar, ella estaba rogando por días para regresar, pero la razón de sus plegarias no se encontraba por ningún lado.
¿De qué servía volver a su hogar si su motivo por volver no estaba ahí?
Estaba entrando en pánico, levantándose rápidamente de dónde estaba acostada, pero perdió el equilibrio debido a un repentino mareo, colapsando directo al suelo, apoyando sus manos para no golpearse la cabeza, estaba temblando, se sentía asfixiada, incapaz de controlar su respiración, el miedo recorría su cuerpo por completo; Lentamente se sentó, apoyando su cuerpo en sus magulladas rodillas mientras observaba con angustia el silencio lugar, poco a poco sus ojos se iban cristalizando, desbordando lentamente finas gotas de agua y su nariz de comenzaba a humedecerce.
¿Dónde estaba? ¿Por qué se tardaba tanto? ¿Le pasó algo malo? Odiaba ese sentimiento de soledad, no importaba las veces que hubiera vivido aquel sentimiento, la asfixiaba el sentirse desamparada.
Estaba tan perdida en sus pensamientos que no sintió la presencia del esqueleto que se quejaba como señora divorciada.
–– Me niego a creer que un jarabe infantil sea tan caro; Si lo robe ¡Y que! Estupido gobierno consumista –– refunfuño mientras entraba al anti-void. –– Me cago en la pu- –– no logro fórmular sus palabras al presenciar su escenario actual, a su niña tirada en el suelo mientras lloraba cuál magdalena. –– Hikaru... –– por el shock, soltó la bolsa donde guardaba las compras.
La pequeña rápidamente se volteo a su dirección con asombro ante su presencia, más no pudo contenerse por mucho tiempo, rompiendo en llanto, soltando chillidos y frases llenas de incoherencias.
–– Mami... –– chillo con la voz entrecortada mientras moqueaba.
Digamos que Hikaru aún tenía los conceptos de madre y padre algo revueltos.
Error rápidamente troto a su dirección, tomandola con suavidad entré sus hilos para volverla a colocar en el puff rojo, arropandola con la manta, mientras soltaba un suspiro que no sabía que retenía al verla conciente, pero le abrumaba verla llorar, era pésimo consolando.
–– ¿Tienes hambre? –– pregunto con tono de voz suave, sin querer alterarla, mientras se sentaba en el suelo al lado de ella.
Ella simplemente asintio, agotada por el gran remolino de sentimientos, sus ojos brillaban en un grito de esperanza al verlo junto a ella.
No estaba sola, ya no.
El negativo simplemente suspiro, su esquelético cuerpo antes tenso se había relajado considerablemente al verla más tranquila, pero la preocupación no perecia, debido a las extrañas y delgadas fisuras que rodeaban su cuerno, con mayor esfuerzo, acercó su mano a la cabeza de la pequeña, acaricio los delgados y esponjosos cabellos de la menor, que ahora estaban más brillantes, desprendiendo un suave olor a frambuesa. Su cabeza hizo memoria de algo, arrastrándose a su puff bajo la curiosa mirada de la demonio, detrás de este saco una larga bufanda rojo fuerte. Era la primera bufanda que hicieron juntos el primer día que ella estuvo ahí, solo que más prolija y con algunos estampados en forma de manzana.
Era una forma de calmar sus nervios por la ausencia la muchacha.
Con cuidado, envolvió el cuello de Hikaru con aquella suave tela, más no pudo evitar soltar una pequeña risa.
–– Jaja, te queda gigante niña –– era cierto, la bufanda tapaba la mitad de su rostro, dejando solo a la vista sus cansados ojos que se achinaban, indicando su sonrisa no visible.
A ella le gustaba verlo sonreír.
–– Traje caldo de carne, debes estar hambrienta –– suspiro con un mejor estado de ánimo, mientras tomaba las bolsas con alimento.
Tuvo que fingir ser un chef de un centro comercial para poder hacerle la comida a su niña, tenía si o si pedirle a ink que instalará una en su anti-void o quedaría en la ruina si seguía comprando comida callejera.
Hikaru simplemente asintio mientras destapa su boca y naríz de la bufanda, su temperatura se había nivelado un poco y su estado de ánimo mejoró gradualmente con la presencia del esqueleto.
Extrañaba ese ambiente familiar que conformaban.
Todo había vuelto a la normalidad.
Solo eran ellos dos.
Nota de la autora:
Palabras: 1580.
Hola no me mori.
Perdón por parecer político en campaña que promete las cosas y no las cumple 😭😭😭😭
Entre a la escuela y está bien pesada la cosa y no vamos ni 3 meses diomio.
¿Vieron el nuevo separador? ME GUSTO MUCHO WJAKJD 💗💗
¿Que paso en Empireverse?
¿Porque el cuerno de Hikaru presenta esas fisuras?
¿Estaba rico el caldo que error!sans hizo?
¡Lo veremos en el próximo capítulo!
No olviden comentar y votar por la historia, solo tienen que picarle en la estrellita me ayudaría mucho :3
Editado: 15/06/2025:
Cómo pueden ver, corrige uno que otro capítulo de vez en cuándo.
Cherry se despide ¡Bye!
😸
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