
𝐎𝐧𝐜𝐞
«—Tres meses.
Se volteó a verlo, con el seño fruncido.
—¿De qué hablas?
—¡Llevamos tres meses de novios, tonto!—susurró, aún así YoonGi se mostraba muy emocionado. Y rápidamente contagió aquello en el peli-castaño.
—Pensé que...
—¿Que lo olvidaría?—abrió la boca, poniéndose una mano en el pecho—. Me ofendes, Park.
—Oh, vamos—Jimin soltó una carcajada y se acercó con un movimiento rápido para robarle un beso. Fugaz.
Las mejillas del menor se encendieron en rojo vivo como un semáforo prohibiendo el paso.
—¡Mi madre podría volver en cualquier momento!—le reprochó.
—YoonGi—suspiró, poniendo los ojos en blanco—. ¿Piensas que tu madre es tonta?
—No, nunca... ¡¿qué dices?!
—Bebé, ella sabe—dijo en voz baja, riendo—, ¿o le preguntamos?
—¡Ni se te ocurra decir una sola palabra, Park!
—¿Decir qué sobre qué, bebé?—la señora Min apareció con una fuente de comida y se acercó a la mesa.
—Ajam—sonrió y YoonGi vio la malicia en sus ojos—, ¿decirle qué cosa, amorcito?
—¡Tú no me llames "bebé"—señaló a su madre—, y tú maldito tonto deja de decirme de esa forma!
La señora Min se carcajeó al ver como su hijo corría escaleras arriba. Seguramente iría al baño a lavarse la cara y volvería más tranquilo.
—Creo que esta vez se molestó de verdad señora Min—susurró alarmado cuando el chico no regresaba, pasados alrededor de cinco minutos.
—No conoces a tu novio, Jimin. El día que se moleste de verdad va a gritarte y luego lo verás llorar—negando con la cabeza terminaba de servir el almuerzo. El menor no dijo nada, solo continuó ayudando.
Entonces, de verdad ella lo sabía.»
Se despertó por un golpe en la cabeza. Una vez que se acostumbró a la claridad pudo inspeccionar dónde se encontraba.
Estaba en un lugar que no recordaba del todo, sentado en un sofá frente a una mesa. Las paredes tenían un aspecto rústico y antiguo, el techo era machimbrado y hasta ese instante notaba que estaba rodeado de libros. Posiblemente era una biblioteca.
Miro a la derecha y se encontró con el rostro de Hoseok que le miraba con seriedad; miró a la izquierda para encontrarse con Moonbyul y Solar que le observaban curiosas.
—Tenemos que hablar—declaró su mejor amigo con dureza, pero sin levantar demasiado la voz.
Jimin parpadeó un par de veces.
—¿Te-tenemos que ha-hablar?
—Si Jimin—apoyó MoonByul—, tenemos que hablar.
—Pero ¿sobre qué?—al parecer Solar estaba aún más perdida que Park.
—Antes que nada—Hoseok retomó la palabra, charraspeando—, Jim, ¿recuerdas cómo llegamos aquí?
Jimin hizo memoria.
—Anoche llegué a casa, mi madre... do-dormía con alguien más, saqué un par de botellas... y luego llegaste tú—señaló a su mejor amigo—, dijiste que faltaría al trabajo y nos fuimos... no se donde. Y luego... ¡luego nos encontramos a las chicas! Y no recuerdo más nada.
—Te olvidas de los detalles como vomitar en el auto, dormirte mientras caminabas y la mayoría del tiempo—Moonbyul comentó con gracia—. Pero estamos en la biblioteca de mi casa por si eso te preguntas.
Iba a disculparse, pero Hoseok le ganó de mano en hablar.
—En estos tres meses tu vida está cayendo en picada, ¡¿y porqué?! Por idiota. ¡¿No te das cuenta de lo que estás haciendo?!
—Hoseok oppa, no le grites—lo reprochó Solar.
Hoseok rodó los ojos, y bajando un par de tonos la voz, agregó:
—Wooseok no quiere firmar el contrato, Jimin.
El peli-castaño frunció el ceño, un escalofrío le recorrió el cuerpo. Nadie, nadie, sabía sobre el contrato.
—¿Contra-contrato? ¿Y tú... ustedes como conocen a Wooseok?
—¿Sabes cuantas veces estuve a tu lado mientras dormías y faltabas al trabajo por que no podías levantarte?—que habló nuevamente con dureza—. Era obvio que algún día me iba a caer su visita.
—Hobi, y-yo...—se mordió el labio inferior—, e-en serio no quería...
—No te preocupes—sonrió a la fuerza, por que por supuesto que le dolía—, no importa si no puedes confiarle eso que para ti es tan importante a tu mejor amigo.
Jung se levantó y a pasos apurados salió de la habitación cerrando de un portazo. No fue muy lejos por el pasillo, pero aún así el peli-castaño amagó a seguir sus pasos.
—Deja que salga a tomar aire, Jimin, está un poco ofendido—sonrió Moonbyul—. Escucha, Wooseok no quiere firmar los papeles porque no quiere hacer negocios con un alcohólico.
—¡Pe-pero! Yo no s-soy alcohólico.
Solar lo miró con incredulidad.
—¿Seguro?—Park no respondió—. Mira chico, cuando mis padres se divorciaron mi madre comenzó a tomar mucho alcohol. Y tiempo después que regresaron, dejó ese mal hábito. Ella lo hacía porque no sabía cómo controlar la situación.
Jamás se había puesto a pensar realmente en porqué lo hacía. Muy en el fondo sabía que la principal causa era el sentimiento de culpa por todo lo ocurrido. YoonGi era una persona decisiva, y si no lo quería ver, tampoco en ese caso él quería insistirle porque acabarían peor. Entre tanto, el alcohol era su mejor escapatoria para no sentir y no pensar, al menos no demasiado.
Tenía una pregunta atascada en la garganta desde que sus párpados se separaron, y no aguantó más para soltarla:
—¿Han visto a Yonnie?
Solar le dedicó una mirada confusa, pero la expresión de su rostro era de pena.
—El no sabe que hemos vuelto hace alrededor de un año—confesó Byul—. Queríamos darle una sorpresa pero hemos estado muy ocupadas con la tienda de ropa, la universidad y mi casa.
—Se-será mejor q-que...—dudo un poco, aún arrastraba algunas palabras al hablar pero hizo el esfuerzo—, será mejor que aún no le digan nada, porque tengo una idea y necesito de la ayuda de los tres.
—¡Cuenta con nosotras!
—Adelante, te escuchamos—su voz seguía sonando seria a través de la puerta, pero Park podía jurar que sonreía.
¿Será que el trabajo en equipo siempre es mejor?
Tenía que dedicar este capítulo pero dos excusas:
1. Me estoy quedando dormida.
2. Me da flojera buscar quienes eran.
3. Les deseo un próspero año nuevo♡
Espero les guste el capítulo:3
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