—Yoonie—el nombrado bostezó, acurrucandose más a el bajo las colchas—, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Ya la hiciste—las cosas nunca cambian.

¿Cuanto había pasado?, ¿dos, cinco meses?, ¿un año?.

El tiempo pasa rápido.

Jimin le miro fijo a los ojos—. ¿Me amas?

—Nop, ¡para nada!

El mayor amaba, por alguna razón, cuando su novio se ponía irónico.

—¿Ni un poquito?—preguntó en tono juguetón.

—No, ni eso—sonrío con burla, segundos antes de juntar sus labios con los de su lindo novio, ahora peli naranja, en un tierno y corto pero significativo beso.

Se aman, hoy y siempre, a pesar de todo.