𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝟏𝟏 | 𝐒𝐈𝐆𝐔𝐄𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐄́𝐋
"¿Por qué sigues con él? Si borracha me confesaste que él no te lo hace bien, tu le calienta la comida pero él no te sabe comer".
Sech ft Arcangel
Para las personas era realmente raro ver una ex pareja ser mejores amigos, donde se cuentan todo y pasan tardes increibles viendo películas o dándose consejos para sobrellevar una vida amorosa llena de madurez.
Ese era el caso de Jeon Jungkook y Maven Reynolds, ambos habían tenido una relación cuando iban en la Universidad, eran la pareja envidiable de toda la escuela.
Jungkook la amaba demasiado, cuando la vió por primera vez sintió una brisa enmanada de amor, mandando corrientes de enamoramiento a su sistema, sintiéndose tonto al dar su corazón sin más.
Maven era una hermosa chica, miles de chicos querían con ella, pero jamás estuvo interesada en ellos, no hasta que Jeon Jungkook inundó su mente y cuerpo.
Los días iban pasando y ambos iban frecuentando, comenzando las salidas y famosas citas en las ferias que había en el lugar.
—Espero estés disfrutando la cita. —exclama cierto castaño.-Estoy contento de tenerte aquí, conmigo.
—La verdad nunca pensé que te interesara tanto para traerme a una cita, pero no negaré que tu compañia me agrada.
Jungkook la miraba totalmente enamorado, Maven era una mujer maravillosa, deseaba tanto que fuera su novia, poder tomarla de la mano y que todos vieran que ella era dueña de su cálido corazón.
Es así como pasando los meses, ambos fueron más cercanos hasta ser pareja, siendo así la más cotizada de la Universidad.
Encajaban tan bien, que muchos intentaban terminar aquella relación, pero a ellos les daba exactamente igual, dejando de lado aquellos intentos de niños inmaduros. Sin embargo, no todo pudo durar para siempre, las discusiones y la distancia que les ponían sus trabajos, hicieron estragos a su relación ocasionando el rompimiento de ambos.
Y es que no fue falta de amor o sexo, amor tenían de sobra y el sexo era el factor de tener buenas rondas todos los días de la semana, incluso aquellas donde tenía que ser dentro de un cubículo para medirse la ropa en el centro comercial, pero no podían culpar al pelinegro, eso estaba claro, él no limitaba las reacciones que ocasionaba la morena con su sensual cuerpo y su mirada coqueta.
A Jungkook le encantaba todo de ella, su tono de piel, la personalidad alegre que tenía e incluso amaba aquella cicatriz que adornaba en su ojo derecho y en su mejilla.
Algo diminutivo pero que la hacia realmente especial, pero todo lo que empieza bien, acaba.
—Debemos terminar, no tenemos tiempo para los dos y las discusiones como el distanciamiento, no están afectando demasiado Jeon. —exclamó la fémina.
—Entiendo, solo recuerda que no soy yo el que está terminando con esto. —miró por última vez al amor de su vida, la dueña de sus pensamientos y corazón. —Pero sabes que siempre estaré para tí y esperaré cuando nuestro destino decida dejarnos juntos de nuevo.
Esas fueron las palabras que se dijeron aquella vez, quedando en buenos términos e incluso, siendo amigos.
Ambos tomaron rumbos distintos, viajando y conociendo a diferentes personas, encontrándose en ellas, sin dejar de olvidarse.
Jungkook encontró a una mujer que tenía la misma aptitud de Maven y ella, un hombre que llenaba la mitad de lo que la hacia sentir aquel hombre que fue su primer amor.
Aunque todo parecía marchar bien, Maven sentía que Eunwoo no le proporcionaba la adrenalina suficiente para que su cuerpo sintiera la conexión de sus manos tocándola, él era muy atento con ella, incluso podía llamarlo un Romeo complaciendo a Julieta en su máximo grado, pero no sentía ese complemento como lo vivió con Jungkook, no la follaba como él pelinegro lo hacía ni tampoco habían aquellas sesiones de sexo en las mañanas que ocasionaba orgasmos emocionantes.
Claro, llenaba la mitad de su corazón, pero Jeon Jungkook era diferente, con Jungkook sentía tantas emociones y su dopamina crecía eufórica cada vez que este tocaba su cuerpo con sus grandes manos, sintiéndolas cálidas.
La chica sabia perfectamente que comparar a su futuro marido con su ex pareja <<ahora amigo>> no era algo agradable de escuchar, mucho menos a la hora del sexo, pero aquí estaba, hablando con su mejor amigo sobre su pareja, sin ningún tipo de tabú.
—No me excita, no siento esa conexión que haga mi cuerpo enloquecer, siento que le falta algo en nuestra relación pero Dios, nada funciona.
Jungkook la escuchaba atentamente, cada descripción gráfica de la relación de su exnovia, eso hacia que subiera sus esperanzas de volver a tenerla en sus brazos.
—Entonces, ¿por qué sigues con él? —exclamó.—Si dices que él no te lo hace bien.
En ese momento, el silencio fue el retorno de su conversación, escuchando solo sus respiraciones a través del aparato electrónico, sin que ninguno emitiera alguna palabra, como su estuvieran juntos físicamente en compañía del otro.
Pero era algo que los hacia sentir que estaban juntos, que seguían sintiendo esa química inigualable, como cuando estaban en su estaba juvenil, viviendo lo fantástico del sexo, los placeres de unir sus cuerpos fundiéndose en los orgasmos más deliciosos que pudieran tener en sus vidas, sentir que podían ser el refuerzo del otro a base de cariños y besos franceses.
En cambio, ahora había una pequeña brecha que podían romper si decidían ir por el camino de la felicidad, dejando todo sin importar las consecuencias, solo estaba en ambos, en querer seguir a su corazón.
—Te extraño tanto Jungkook... —exclamó por fin la pelinegra, suspirando al solo obtener silencio.—Extraño tus labios, tocar tu suave cabello, colorear los tatuajes que adornan tu cuerpo...
—Maven...—musitó Jeon,
—Me haces tanta falta que incluso imagino tu rostro cuando Eunwoo me folla, aunque no sienta lo mismo que tu me hacías sentir.
—No hagas esto, por favor.
—Quiero que vuelvas a follarme Jungkook.
El pelinegro tragó saliva al escuchar eso, sabía perfectamente que podía ocasionar aquellas palabras, incluso el efecto que traían estas hacia él. Maven siempre había sido así, directa y sin pelos en la lengua al pedir algo de él, eso lo volvía loco.
Pero estaba mal, demasiado mal, suponía que ella iba tan bien con su prometido, la veía felíz a su lado.
—Jungkook, ¿tú...me extrañas? —preguntó la fémina al no escuchar respuesta. —¿Aún sientes algo por mi?
Jungkook soltó un suspiro y sintió un nudo en la garganta que no le permitía responder con tranquilidad. Estaba claro que aún sentía cosas por ella, su corazón latía con fuerza con tan solo escucharla.
Así que pensando en que lamentaría después su decisión, no desaprovecharía la oportunidad de recuperarla, no le importaba si tendría que raptarla o pelear por ella, sin dudar, él lo haría.
—Te amo Maven, ¿puedo verte?
—Claro, te estaré esperando.
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Jungkook manejaba ansioso, no sabía que hacer pero estaba seguro que Maven era su lugar seguro, que jamás debió permitir que lo dejara, aunque respetaba sus decisiones y no debía actuar como un completo imbécil.
Pero ahora todo había cambiado en ambos, tenían una pareja a su lado, bueno, en su caso era diferente, intento buscar algo similar a una chica que jamás logró conectar como lo hacía con la pelinegra.
No quiso lamentarse más, todo lo que pasara con aquella fémina quedaría en ambos, sin importar lo que sucediera a la mañana siguiente.
Bajó de su auto y justo cuando estaba a punto de tocar la puerta del departamento esta fue abierta por una hermosa mujer.
Tan solo traía un camisón de seda que usaba como pijama y que con trabajo cubría parte de su cuerpo, lo cual mostraba su lencería que hacia derretir a Jungkook, quien no pudo evitar crear imaginarios indecorosos con ella.
—Dudé por un momento en si vendrías, pero aquí estás.
—Tenía que hacerlo, yo pedí verte.
Ella asintió y sonrió complacida, se acercó cautelosamente a él y sin esperar alguna reacción, besó los labios del pelinegro, dejándolo estático en su lugar hasta conseguir que siguiera su ritmo.
Los chasquidos de sus besos hacían eco en el lugar, Jungkook aprovechó para bajar sus grandes y venosas manos a su trasero y apretarlo a su antojo, sacándole un gemido a su chica.
—Fóllame Jungkook. —susurró bajo la mujer, separándose un poco para poder apreciar la mirada de aquel hombre del quién seguia enamorada.
Este la miraba fascinado, así que sin más preámbulo, tomó el cuello de la fémina con su mano tatuada y estampó sus labios ferozmente, mostrando las ganas que tenía de estar con ella, de volver a tenerla encima suyo mientras gritaba su nombre.
—¿Por qué sigues ahí? —preguntó mientras se deshacía de su sudadera negra, mostrando su cuerpo trabajado ya que no traía camisa debajo. —Que sepa que no te causa un orgasmo en la habitación como yo lo hago.
Maven suspiró de deseo al escucharlo hablar así, sus piernas temblaban ante las sensaciones que Jungkook provocaba, mientras su parte íntima pedía a gritos su atención.
—Nadie logrará lo que tu me haces sentir Kookie. —gimió emblesmada.
Captando la atención del pelinegro, tomó las tiritas de aquel camisón para bajarlas, haciendo que se deslizará por su cuerpo, dejándola solo con aquel tanga negro y sus pechos desnudos.
El tatuado tragó saliva y sus orbes se volvieron más oscuros al sentir ese instinto de comerla entera, ese diminuto tanga no cubría lo necesario y eso lo hizo sonreír, sabía que era a propósito y con el único fin de provocarlo, cosa que logró hacer.
—Te quiero en cuatro sobre tu cama.
Maven asintió y con una sonrisita llena de picardía dió vuelta, meneando sus caderas y mostrando su redondo trasero a Jungkook, quien mordió su labio inferior.
Sus manos picaban por tocar esa parte voluptuosa de Maven, y es que era tan sensual, tenía un cuerpo de diosa, esas caderas anchas, su cintura pequeña, aquellos pechos del tamaño perfecto y su gran trasero, era algo que lo volvía loco.
No quería esperar más, así que fue deshaciéndose de toda su ropa, dirigiéndose hacia la chica que se encontraba en una posición realmente reveladora y que causaba excitación inexplicable a cualquier hombre que la viera.
Tenerla en cuatro era su posición favorita, podía ver todo de ella en 3D, disfrutaba de la vista y los pequeños flashback de ella siendo follada por él, venían como ráfagas de viento en su mente.
—¿Te gusta la vista?
—Me encanta, no sabes las cosas que quiero hacerte en este momento.
—Tenemos toda la noche, soy completamente tuya Jeon... siempre lo he sido.
Jungkook sonrió como un niño travieso y tomó como ambas manos las caderas de ella, acercándola a él, sus intimidades hacian contacto y sentía la sensibilidad de estas.
El pelinegro tomó la base de su polla y empezó a masturbarse un poco, su mano subía y bajaba sobre su miembro erecto, las venas de este eran notables por la leve presión de querer liberarse pero aún no era el momento.
Mientras tanto, Maven se daba autoplacer con sus manos, masajeando su clítoris con descaro delante de Jeon, quien soltó una risita por verla tan necesitada.
No dudó en tomar la punta de su polla y empezar a acariciar la intimidad de la fémina con este, logrando sacarle gemidos agudos hasta que sintió su húmedad.
—Quiero que sepas que siempre estaré para joderte cuando lo requieras...
Su pene entró de una sola estocada, logrando sacarle un grito a la pelinegra.
—Extrañaba tanto estar así.
Sus embestidas fueron lentas, los gemidos salían con naturalidad, Maven meneaba su trasero para tener una mejor sensación de placer.
Jungkook apretaba sus nalgas con fuerza al aumentar el ritmo de las embestidas, la cabecera golpeaba la pared y el golpeteo de sus pieles chocando era lo que se escuchan en aquella habitación, el pelinegro la follada duramente como ella le pedía.
—Ah... Ah... ¡Sigue Jungkook, no pares! —gimió.
—T-te sientes tan apretada joder. —exclamó este, dándole una nalgada tras otra.
—¡Ah, si, si, si! ¡Ah, Jungkook!
Este seguía follandola con dureza mientras le daba nalgadas y tomaba su cabello en una coleta, los pechos de Maven se movían al ritmo de las embestidas de Jungkook.
Aunque después se sentía insatisfecho por no ver las expresiones de ella, optando por salirse de su interior dejándole un vacío hasta que fue volteada por él, quien tomó sus muslos y volvió a fundirse en ella.
Esta vez tomando una velocidad inigualable, Maven gritaba su nombre con entusiasmo, tantas noches en espera valían la pena para tenerlo encima de él follándola como tanto quería.
—Oh, joder, mírate... Tus ricas tetas rebotan por como te cojo.
Este los tomó con felicidad y se agachó a la altura de estos para chuparlos a su antojo mientras con una mano, subía una de las piernas de la fémina para sentirla aún más, llegando a tocar aquel punto dulce que lograba aumentar la llegada del orgasmo.
—Quiero llenarte con mi semen. —susurró cerca de su oído una vez dejó sus pechos.
Ella asintió emblesmada, las palabras no salían de su boca y su mente estaba en blanco, el nudo en su vientre bajo avisaba su próximo orgasmos, apretando el miembro de Jungkook, hasta que logró correrse en él, sacándole una sonrisa de satisfacción.
Unas tres embestidas más bastaron para que él se liberara, llenandola por completo, mientras pocas gotas de su esencia salían de su vagina, dándole una vista espectacular a Jungkook.
Sabía que esto no acaba ahi, porque la seguiría follando hasta hacerle ver que él era su futuro.
¡Holaaa! Ha pasado tanto tiempo que no aactualizaba este libro de Jungkook, pero aquí les traigo otro capítulo más.
Espero lo disfruten y lamento hacerlas esperar más.
Ojalá les guste y cometen que les parece, nos leemos pronto, besos 😘.
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