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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐎𝟔 | 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐞 𝐦𝐞

"No puedo verte, pero eres la única que tiene la respuesta, antes que termine esto".
Don't leave me - BTS



Jungkook estaba seguro que su relación tenía una solución, aunque sabia que estaban en una brecha donde se iba destruyendo con cada discusión y alguno que otro chisme que lo daño aún más, tenía miedo de perderla, perder a aquel amor que lo hizo ser él mismo cuando no tenía en quien refugiarse al sentirse caer al abismo.

Layla le hacía ver lo bonito que había en la vida, que todo se podía lograr con motivación y esfuerzo, por muchos obstáculos que se interpusieran; sin embargo, esa noche lo había cambiado todo, aquel malentendido y por culpa de aquellas personas que los querían ver separados definitivamente hicieron que su amante de toda la vida lo odiara sin explicación.

—Por favor amor, creeme, no todo es lo que parece.

—Todos los hombres dicen lo mismo Jeon, yo lo vi. ¡Vi todo, como estaba sentada en tu regazo besándote! Tanto te costaba respetarme o acaso morías por meter tu pene en otra mujer. —Él la miraba avergonzado, tenía miedo. —Sabes, no vale la pena llorar por tí, que disfrutes tu soltería Jungkook, yo no pienso aguantar esto.

—No, cariño, ¡espera!

Layla ignoró sus gritos y salió de su oficina. No quería verlo ni escuchar sus explicaciones absurdas ese día, odiaba el hecho que su corazón se sintiera afligido ante la mirada hiriente que veía en el pelinegro, pero su mente estaba aturdida, algo dentro de si misma le decía que debía escucharlo, pero su mente no opinaba lo mismo.

Jung Hara había cumplido su objetivo, robarle a su marido.

Lo recuerdos de esa tarde, tenían tan aturdido a Jungkook, por lo que un vaso de alcohol no le venía tan mal en aquellas tardes después del trabajo, para después dirigirse a la sala de estar y poder ponerse cómodo para ver aquellos videos de su boda con su hermosa ex esposa. Donde lucia como una reina con aquel vestido blanco pegado a su cuerpo, resaltando su delicada y hermosa figura.

Layla Scott no era como cualquier mujer, ella era única, tenía un cuerpo tan ardiente, que volvía loco a todo hombre que la viera, es por eso que Jeon se sentía tan afortunado que lo eligiera como el hombre de su vida y el primero en hacerle el amor, aunque eso ya no fuera ahora.

Recordaba cuando se conocieron, estaban en la Universidad, él era un nerd de la clase aunque eso no quitaba que era el más guapo, mientras que la castaña era la capitana del equipo de básquetbol.

Un día, Jeon estaba en la cafetería comprando su leche de plátano, pero al dar la vuelta, no se fijó que estaba una chica detrás de él y su bebida cayó en la playera de ella.

Estaba tan avergonzado y más aún que vió por accidente el brasier negro de encaje de Layla.

—L-lo siento, no era mi intención.

—No te preocupes, fue un accidente, además, tengo ropa de repuesto. —sonrió.







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Layla se encontraba decorando el evento que tendría en unas horas, su libro estaba siendo todo un éxito, por lo que decidió hacer una fiesta de celebración en honor a eso, una reunión de fans no vendría nada mal para ella. Habían pasado meses en los que se divorcio de Jungkook, por lo que tomó un rumbo diferente al de él, quería olvidarlo, alejar su corazón y su mente de aquella persona que aunque la haya dañado de una manera tan desvergonzada, aún sentía aquella chispa desde la primera vez que se conocieron, pero sabia perfectamente que no era nada bueno para su salud mental.

Así que decidió escribir un libro, uno donde expresara todos sus sentimientos y pudiera sacarla de aquel cuarto oscuro donde no veía una luz de esperanza, pero su mejor amiga pudo hacerla abrir los ojos y enseñarle que aún existía ese rayito de esperanza para salir adelante.

—¡Todo está hermoso amiga! Eres una mujer admirable, te amo.

—Gracias Mina, jamás pensé que podría lograr esto con solo unas páginas de romance que pensé no llamaría tanto la atención.

—No seas tonta, esto es lo que mereces por todo lo que haz pasado, además, eres buena en todo. Haber dime, ¿quién era la que me ayudaba a pasar todos los exámenes de la Universidad?

—¿Y-yo?

—¡Exacto! Amiga, ve todo esto, es el fruto de lo que has logrado por meses. —ella asintió. —Ánimo, que cuando acabe todo, te llevaré a una after party donde podrás disfrutar tu soltería y conocer a muchos hombres sexys.

—Yo creo que eso no sería buena idea Mina.

—No acepto ningún "no" como respuesta, quiero que disfrutes tu vida.

—Pero...

—Nada de peros, además, una noche de sexo salvaje no te vendría mal.—la castaña negó rápidamente y tomó a su mejor amiga del brazo para llevársela a otra parte donde nadie las viera.

¡Mina!—exclama nerviosa y alterada. —Esta bien, acepto. Pero nada de sexo con desconocidos, aún no he podido olvidar a mi ex marido.

—¡Y eso qué! Él hizo lo mismo, que tu lo hagas estando divorciada, no tiene nada de malo. Eres libre guapa.

—Lo sé, pero, sabes, tienes razón. Hoy será mi noche alocada de sexo con un guapo desconocido.

—Eso es guapa, ese trasero debe tener su regalo.

Layla río y pronto volvieron a la fiesta, habían llegado los invitados, por lo que la fémina fue a recibirlos, empezando así una pequeña velada.









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El pelinegro seguía observando las fotos de aquella mujer que se apoderó de todo su ser, ese foto había sido tomada el día de su Luna de miel, algo que jamás olvidaría.

Se mordió el labio al recordar cuando todas las noches después de disfrutar el día, hacia el amor con su ex mujer, la primera vez que se entregaron mutuamente. Recordaba cada detalle, desde su piel morena y suave, hasta sus hermoso trasero y sus pechos.

Sin darse cuenta, ya tenía una erección de solo pensarla, ahora tenía que bajarse ese problema con una buena ducha fría, sin antes tomar la llamada de su mejor amigo Yoongi.

—¡Hey Jeon! ¿Cómo estás? —pregunta al otro lado de la línea el pelirrojo.

—Todo sigue igual Yoongi, nada ha cambiado, ¿qué necesitas? —respondió desinteresado.

—Al menos saluda imbécil, en fin. Quería invitarte a una divertida noche de antro con este bombón. —Jungkook suspiro frustrado. —Antes que pienses negarte, te hago saber que estoy afuera de tu casa, así que mueve ese trasero y arreglate, hoy la pones.

—Yoongi, no creo...

—La vida es una Jeon, ánimo.

Colgó.

—Solo será un trago. —dijo el pelinegro para sí mismo.







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La música resonaba por todo el lugar, todo se resumía en alcohol y personas besándose como si fuera el fin del mundo, algunos restregando sus cuerpos sin ningún pudor, bailando y riendo.

—¿Es en serio Mina? Creo que no es buena idea.

—Es un antro Lay, solo relájate y diviertete.

Negó.

—No, tengo que irme.

—No me dejes sola amiga, ya estamos aquí, hay que disfrutar.

Lo pensó unos minutos,analizando la situación y asintió.

—Pero nada de beber mucho.

—Ese es el chiste guapa, enbriagarse hasta el amanecer.

Layla la miró desganada y la siguió a la barra, donde pidieron unos tragos para adaptarse al ambiente de aquel lugar.

Por otro lado, Jungkook seguía a su mejor amigo entre la multitud de toda esa gente, puso su mano en su nariz por el olor tan fuerte de las personas sudorosas. Algo asqueroso para él, por eso siempre prefería beber en casa, más aún después del problema con Layla.

—¿A esto le llamas diversión Yoongi? Es asqueroso. —observó el lugar con desagrado.

—Se me olvidaba que eras un poco asqueroso Jeon, pero sí, esto es divertirse. Relajate, alguna nena caerá ante ti y podrás follártela en tu casa.—rió.

—Ni hablar. Aún amo a Layla, aunque estemos divorciados, no me fijaría en ninguna otra mujer, ella lo tiene todo y es...

No terminó de hablar al ver a la castaña bailando con su mejor amiga al ritmo de la música, estaba hipnotizado por como movía sus caderas y ese vestido negro le sentaba tan bien.

¿Desde cuando empezó a tener más trasero?—pensó.

—¡Jeon!

—¿Eh?—respondió sin dejar de mirar a su mujer, porque para él ella lo seguía siendo.

—¿A quien ves? Traes tu cara de imbécil como cuando veías a... Madre mía, ella es, Layla. ¿Será que me presenta a su amiga?

—Sólo cállate.

—No, mejor vamos hacia ellas.

—Espera, ¡Yoongi!.

Su amigo lo ignoró y tan pronto como llegó a ellas, invitó a Mina a bailar, esta indecisa, le preguntó a su amiga si estaba bien lo cual asintió. El pelirrojo volteó a ver a Jungkook y le hizo una seña para que se acercara a la castaña.

Este tenía un revuelo de emociones, su corazón latía con frenesí mientras se acercaba a la fémina, quien bailaba sola al no estar con su amiga, hasta que sintió unas manos rodear su cadera, una mano tatuada rodear su cintura, sabía de quién era.

Giró y se topó con aquellos bellos ojos que no había visto hace meses, eran tan hermosos e increíbles, que aún no captaba como podía cambiar su mirada tierna a una demandante, imponiendo dominación.

—Jeon...

—Layla, ¿c-cómo estás? Te ves muy linda.

Ella lo miro y solo pudo sonreír. Estaba ebria y eso no ayudaba para nada.

—Bien, todo me ha ido demasiado bien. ¿Tu como has estado? No, ya sé, me imagino que muy bien con tu amante, ¿no?

—Yo no...

—Ya, no es necesario que lo digas, me tengo que ir, no soporto estar en un lugar con gente hipócrita y mentirosa.

La mujer salió de aquel lugar, no sin antes despedirse de su mejor amiga, dejándola un poco desconcertada, hasta que vió am culpable de la incomodidad de su mejor amiga.

—¡Como se te ocurre Jeon! Bastante hiciste con serle infiel y ahora la molestas, ¿no te cansas?

—Hey guapa, relájate. Aquí mi amigo no es culpable como lo piensas tú y Layla.

—Te lo explicaré luego, tengo que alcanzarla.

El pelinegro la dejo con la palabra en la boca, lo que más le importaba era ella. Fue un idiota al no rogarle más después de aquellos meses, pero tenía miedo, el rechazo de ella era como un puñal al corazón.













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Layla caminaba sin prisa, sus tacones no la dejaban dar más y agradecía a Dios tener cerca la parada de autobús, sino, estaría muerta de miedo por encontrarse a algún maliante por ahí, además, estaba tranquila de ver personas caminando en las calles y un puesto de café.

—Maldito idiota, maldito seas Jeon.

Se lamentaba el hecho de sentir aún más por Jungkook, el aroma que tenía y a ella le fascinaba, aún la volvía loca.

—Por fin te encontré.

Volteó y lo encontró de nuevo a él. Ya estaba harta, pero no de él, sino de ella y el tiempo. Juraba que lo quería olvidar, pero su corazón decía otra cosa, además que merecía una explicación. Todo pasó tan de repente, que su enojo y celos tomaron tienda en sus decisiones.

—Habla.—exclamó la castaña.

—Yo, lo lamento. —lo miro y éste soltó un suspiro.

Era el momento exacto para poder aclarar todo, aunque el lugar no era tan cómodo, se había tomado el atrevimiento de preguntarle si podía llevarla a su casa a lo cual ella asintió. Dejando un camino en un silencio bastante incómodo, sintió un frío recorrer sobre sus hombros desnudos y trató de darse calor.

Jungkook no pasó desapercibido eso, así que aprovechó que el semáforo estaba en rojo y le brindó su chaqueta.

El camino para ambos era largo, pero bastó unas calles para que llegarán al departamento de la fémina.

—Pasa.—hizo un espacio en la entrada para que él pudiera entrar.

—Gracias.

Observó el lugar y sus fotos, incluso tenía la foto de él y ella cuando eran unos jóvenes experimentando el amor.

—Habla de una vez antes de que me arrepienta.—asintió dolido ante la poca amabilidad de ella.

—Quiero explicarte lo de ese día, lo que viste.

—Te escucho.

—Ese día, había quedado en llevarte a cenar, era nuestro aniversario de novios, aunque ya éramos más que eso, el punto es que, ella entró a mi Oficina sin mi autorización, al aparecer soborno a mi Secretario con una gran cantidad de dinero. Lo planeó todo Layla, sé que fui un idiota al no buscarte más y rendirme fácilmente, pero tenía miedo de tu rechazo y que no me creyeras.

—Dime tú, ¿lo harías si me vieras con alguno de tus colegas sobre sus piernas?

—No.—ella lo miro para que continuara hablando. —Pero sé que por nada del mundo harías eso, nos amamos, yo te amo.

Ella solo bajó su cabeza.

—No he dejado de amarte, incluso aún veo nuestras fotos y videos de nuestra boda. Todavía recuerdo tu forma de mirarme cuando te digo cosas cursis y que a veces detestas, el aroma de tu perfume aún inunda nuestra recámara.

—No tienes que hacer esto.

—Sí, si lo tengo que hacer. No voy a perderte de nuevo.

Se acercó a ella y tomó sus mejillas.

—No voy a perder a la única mujer que amo en esta vida y la que solo puede hacer mi corazón latir con fuerza.

Jeon tomó sus manos y las llevó a su pecho para que sintiera los latidos de su corazón por las emociones que solo ella podía lograr.

—Estamos divorciados Jeon, yo no...

—Podemos casarnos de nuevo, por favor. Dame una oportunidad de demostrarte que te amo, que aunque existan personas que quieran tenernos lejos, yo siempre hallare la forma de estar a tu lado.

—Y-yo...

—Sólo tu tienes la respuesta antes que esto se termine, yo no quiero que acabe.

Ella lo miró unos momentos, intentado descifrar algo que pudiera ser mentira, pero no, solo veía sus hermosos ojos de bambi con la galaxia en ellos, siempre que la veía, encontraba esa mirada que la volvía loca de ternura.

Mientras Jungkook esperaba impaciente, temiendo por la respuesta de ella. Al verla irse hacía la puerta de su casa, sintió que su mundo se vino abajo, pero todo cambio cuando escuchó el seguro de la puerta y verla venir hacia él para tomarlo de las mejillas y besarlo.

Este sonrió para sus adentros y tomó su nuca para profundizar aún más, bajo sus manos hacia su cintura y la apegó a él. No quería separarse de ella.

La falta de oxígeno hizo que aquel beso candente se rompiera, haciendo que aquella pareja respirara con rapidez, logrando sacar una sonrisa en ambos.

—Te extrañe tanto, más aún, tus besos.

—Nadie te hará sentir lo que solo yo puedo lograr Jungkook.

Ella sonrió coqueta y volvió a besarlo, pero ahora era un beso más candente, donde mostraban su deseo por ambos.

La temperatura subía y sus cuerpos pedían a gritos unirse, esos meses donde no estuvieron juntos les hizo saber cuánto eran el uno para el otro.

Jungkook la tomó de los muslos y la llevo a su recámara, aún besándola. La ropa estorbaba en ese ambiente lleno de lujuria, Layla quedo desnuda junto a él, ambos se separaron del beso para verse uno al otro a detalle, de arriba a abajo. El pelinegro veía sus ojos, sus labios, bajo a sus pechos y luego a su sexy abdomen, para terminar viendo su monte de Venus.

—Siempre tan hermosa y jodidamente buena. —susurró ronco sobre sus labios.

—Tu no te quedas atrás, tus glúteos son hermosos.

Ella enredó sus piernas sobre la cadera de Jeon luego de ser tumbada boca arriba por él, rodeó sus piernas sobre su cadera y lo acerco de golpe a su intimidad, sintiendo su dura erección.

—Mmm...—gimió ante la sensación de sentir el pene de su amante.

Ella lo amaba tanto, incluso por su grande miembro, era perfecto en medida.

—Quiero cogerte muy duro, ¿me dejas? —ella asintió y mordió su labio inferior, deseando ser tocada por él, que calmara su deseo.

El pelinegro agarró su pene para empezar a rozarla con la intimidad de la castaña, quien gemia alto, la ebriedad la hacia más liberal y provocativa.

—¡Metela ya!

—No bonita, las cosas se piden educadamente. —rió.

—Sólo cállate y... Joder, ¡Ah!

Jungkook metió de golpe su miembro al sentir muy lubricada la vagina de su mujer. Sus sentidos se agudizaron y su corazón latía con frenesí ante la rica sensación de estar dentro de Layla.

—Extrañaba estar dentro de tí, amo cuando me aprietas así.

—Cogeme duro Jungkook.

—Tus deseos son órdenes.

Sacó su glande para luego meterlo aún más duro, golpeando el punto dulce de la fémina, quién empezó retrcerse de placer por las estocadas de Jungkook, rasguñando su espalda y gimiendo como una perra en celo.

—Ah... ¡si si, así!—gritó de placer, estaba en el cielo.

—Joder, quiero estar así siempre.

Jungkook golpeaba más duro su parte íntima, los sonidos lascivos de sus cuerpos por choque de los testículos de Jeon hacían eco en la habitación.

Los grandes pechos de la castaña rebotaban por los bruscos movimientos, llamando la atención de Jeon, quién no tardó en darles una lamida, dejando rastro de saliva y moderlos a su antojo.

—Son tan grandes y apetitosos, más tarde quiero follarlos con mi semen. —dió un media sonrisa.

Era una excelente vista para Layla, su pelo pegado por el sudor y sus músculos siendo tensados por cada empuje que aproximaba su próximo orgasmo. Tomó el brazo tatuado de Jeon, dándole a entender que quieria que la ahorcara sutilmente.

—¡Ah, más Jungkook! Mmm...

Gimió al sentir el agarre sutil de Jungkook sobre su cuello, donde la follaa con más rudeza.

—Eres tan pervertida que te gusta que te tome del cuello para cogerme ese rico coño.

No tardó en regar su esencia sobre su pene, sintiendo éxtasis y un mar de emociones por ese orgasmo, su cuerpo se sentía débil y aún despertarse por la sensibilidad de seguir siendo follada por Jeon para poder buscar su alivio. El líquido de su semen escurrir desde su entrada hasta sus muslos.

—Dios, mira como mi semen se escurre sobre tu vagina, es tan caliente verlo.

La besó entusiasmado, siendo correspondido con el mismo sentimiento.

—A mi me encanta que me hagas tuya de esa manera.

Jungkook rió y beso su frente, susurrandole un:

—Te amo Layla.

—Te amo, Jeon Jungkook.

Esa noche, vivieron tantas posiciones sexuales, que Layla descubrió lo multiorgasmica que podría ser con Jeon Jungkook, su esposo.

¡Hola! Feliz Noche buena, espero se la pasen muy bien y se diviertan. Hoy les traigo este OS como regalo.

Besos, nos leemos pronto. 💗💋

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