¿𝐖𝐇𝐄𝐑𝐄 𝐈𝐒 𝐌𝐀𝐋?

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𝗝𝗘𝗦𝗦𝗔𝗠𝗜𝗡𝗘 𝗛𝗔𝗕𝗜𝗔 𝗖𝗢𝗠𝗘𝗡𝗭𝗔𝗗𝗢 el día con una amenaza de Evie por teléfono. Hablándole sobre los millones de paparazzis que acosaban a Mal casi todos los días, preguntándo sobre su madre, sobre ser reina y por la Isla de los perdidos.

Mal siempre les comentaba lo difícil que fue para ella salir del lugar más oscuro del mundo y entrar en una vida colorida y llena de buenas personas. Pasar de ser una niña que le robaba dulces a los niños a una reina con un super castillo y un príncipe que con el pasar de los días la amaba más y más.

Evie le había pedido a Jessamine que le ayudara con el vestido que Mal usaría en la coronación. Gracias a la escena que tuvo anoche con el genio, despertó tarde y se perdió unas cuantas clases.

Aunque sabía que valió la pena hablar con el genio. Después del museo, Jessamine se llevó junto a ella, la lámpara.

Obviamente estaba en problemas pero si no se enteraban que fue ella la que robo la lámpara, no había problemas. Jessamine no lo llamaría robar sino, tomar prestado.

Solamente tenia que pensar sus últimos dos deseos y devolverlo al museo. No llevaría mucho tiempo, en la noche ya lo devolvería.

Jessamine tocó la puerta 3 veces de diferentes maneras como contraseña que habían arreglado junto a Evie.

── ¡Pase!

Jessamine sonrió mientras cerraba la puerta. ── Estoy aquí, ¿qué paso?

── Hice el ridículo con tus padres, ¿no es así? ──Habló Mal, haciéndose la cabeza.

── Bueno... Mi padre ha hecho el ridículo varias veces, incluso con mi mamá. ──Mal sonrió──. Les caíste super bien, Mal. No te preocupes, estuviste genial.

── 𝘔𝘢𝘭, 𝘥𝘦𝘣𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘢𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘭 𝘣𝘢𝘪𝘭𝘦 𝘳𝘦𝘢𝘭. ──El volumen de la televisión aumentó── Donde de convertirá oficialmente en una dama de la Corte.

Mal se sentó en la cama de Evie, dejando que su fabuloso vestido amarillo con detalles azules se destacara.

Jessamine volteó su cabeza cuando escuchó a Mal pasar páginas del antiguo diario que le dio su madre antes de llegar a Auradon.

── Leelo pronto, no tardes mucho. No olvidemos lo que busco. ──Movió sus dedos a la vez que leía y se podía notar como un aura verde rodeaba sus dedos.

Evie y Jessamine compartieron miradas.

── Conozco tu secreto para ser una dama. ──Evie se acercó al borde de la cama──. Y a Ben no les gustaría para nada. ¿No ha habido suficientes secretos entre ustedes?

── Evie, no olvides como era yo antes de usar mi libro de encantamientos. Era un completo desastre. ──Contestó esta.

── Bueno, me parece que como tus amigas. ──Evie se volteó hacía Jessamine──. Que este libro de encantamientos. ──Evie se lo quitó de las manos──. Pertenece al museo junto con mi espejo y la lámpara de Jess.

Jessamine estaba segura que si Evie se enteraba de que quitó la lámpara del museo, se enojaría y dejaría de hablarle. Pero como Evie no estaba enterada, decidió callar.

── Mal, cambia esa mirada, cambia esa cara. ──Mal quitó su cara de enojada y la cambio por una expresión triste para que Jessamine accediera a que se quedara con el libro──. No vas a convencerme. ──Mal volvió a colocar su rostro enojado──. Mjum, es la verdad.

── ¿No extrañan estar fuera de control y no cumplir reglas? ──Preguntó Mal

── ¿Robar, engañar y pelear?

── Sí. ──Dijo Mal.

── ¡No! ──Gritó Evie.

── Jessamine tu me entenderás. Antes de convertirte en princesa seguías los pasos de tu padre en su adolescencia, engañabas a comerciantes y decías que tenías diamantes y eran una pila de vidrios rotos. ──Jessamine rió cuando recordó su niñez.

── En ese momento apenas podía vivir, Mal. ──Comentó sinceramente──. Ahora tengo un castillo y vivo como quiero mientras protejo mi desierto. No extraño el pasado para nada.

── Exacto. ──Apoyó Evie──. ¿Por qué extrañarlo? Mal ven aquí. ──Evie la tomó de las manos y la acercó a la TV──. Mira donde estamos. ¡Estamos en Auradon! somos chicas de Auradon ahora.

── Mal, esta es la tierra de las oportunidades, serán lo que quieran que sean.

── Te lo suplico, Mal. ──Evie le acarició el hombro──. Dejemos atrás el pasado, ¿bien?

── Además mira esto. ──Jessamine tomó unas botas que Evie había diseñado──. ¿No te gustan? Son hermosas.

── Muy bonitas...

── Cambia esa cara y vayamos a clases, ¿sí?

── De acuerdo...

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── Hola chicas. ──Jay le guiñaba el ojo a todas las chicas que se le cruzaban.

── ¿Por qué las torturas? Debes elegir a una para ir al baile. ──Habló Carlos.

A Jay le encantaba alardear de las chicas con las que salía, no tenía nada serio, solo aventuras. También le gustaba molestar a Carlos con Jane, y Carlos odiaba cuando lo hacía y también odiaba que ilusionara a pobres chicas para nada.

── Iré solo, así podría bailar con todas ellas.

Jessamine le apareció enfrente y hizo una expresion de ofendida.

── Creí que irías conmigo, o que me obligarías a ir contigo. ──Jay frunció el ceño──. Así como tu padre obligó a mi madre a que se casara con ella.

Jay rodó los ojos. Jessamine siempre lo molestaba con eso desde que llegó.

Cuando Jay puso un pie en Auradon a Jessamine no le agradó para nada, y siempre buscaba alguna manera de molestarlo. Con el tiempo se dio cuenta de que Jay no era como su padre y solo era un adolescente traumado con las acciones y decisiones que tomaba su papá.

── ¿Cuándo dejaras de bromear con eso?

── Se me hace muy chistoso recordar el pasado de nuestros padres, Jay. ──Habló──. Disculpa.

── Jess, tu eres una chica. ──Mencionó Carlos.

── Que novedad. ──Lo interrumpió.

── Déjame terminar. ──Dijo fastidioso──. ¿Cómo te gustaría que te inviten a un baile?

── Dándome flores bonitas y siendo respetuoso con tu propuesta.

── ¿Tan fácil? ──Preguntó Jay.

── ¿Quieres que sea materialista? ──Contestó la morena.

── No gracias.

Jane se acercó al grupo de adolescentes y por la mirada que le dedico Carlos a Jay, informaba que estaba nervioso. Carlos comenzó a reírse de los nervios y Jane simplemente actuaba normal y le seguía la corriente.

Jessamine le susurró a Jay que alejara a Carlos de Jane antes de que le de una convulsión por la risa fingida que daba.

El varón hizo caso y tomó de los hombros al de pelo blanco para sacarlo de allí. Loonie apareció por detrás de Jane en menos de un segundo y se apresuró a acercarse a la morena.

── Jessa, lamento ser yo la que te informe esto pero... ──La expresión de Jessamine pasó de ser de curiosidad a una de panico──. La lámpara del genio despareció del museo.

Evie se sorprendió y la abrazo por detras. ── ¿Desapareció? ──Jessamine fingió estar sorprendida──. ¿De que manera? ¿Desaparecer de robada? o ¿Desaparecer de que no hay rastro?

── Es lo mismo linda. ──Murmuró Evie junto a su oído.

── Oh.

── ¿Tus padres lo saben? ──Loonie se preocupó.

── No lo sé, pero mi padre estará muy enojado. ──Afirmó.

── Ya lo creo...

── Mal. ──Loonie dejó a Jessamine con las palabras en la boca──. ¡¡Ya quiero ver como será tu boda!!

── También yo. ──La villana cambio su expresión rápidamente cuando se percató de las palabras de la asiática──. ¡¿Espera qué?!

── El baile real es como comprometerse a comprometerse. ──Mencionó Jane.

── Todos lo saben.

── ¡Yo no tenía idea! ──Mal comenzó a estresarse──. Nadie me lo dijo. ¿Por qué toda mi vida esta planeado por...?

── Hola, Mal. ──Ben apareció tomando de la cintura a su novia.

── ¡Hola, Ben! ──Dijeron las cuatro amigas de la villana a la par.

Mal las fulminó con la mirada y podían sentir como las maldecía por dentro.

Jane alejó al rey de la multitud y de las adolescentes. Compartieron sus últimas charlas y cada una emprendió caminó hacía sus clases.

Evie acompañaba a Jessamine, tenían dos clases en común así que siempre se acompañaba cuando era la hora. Sumergidas en su charla no tomaron en cuenta de que alguien las venía siguiendo.

Jasmine reina de Agrabah, su madre, estaba siguiéndolas hace un buen rato. Jessamine al notar que su madre no las dejaba en paz, detuvo el paso y giró hacia la mujer.

── ¿Qué ocurre? ──Preguntó, llamando la atención de la peliazul que se habia volteado.

── Necesitamos hablar. ──Jasmine la tomó de la mano.

── Tengo clases ahora, mamá. ¿Podemos dialogar luego? ──Por la cara que Jasmine había puesto, supo darse cuenta de que estaba en problemas.

── Es urgente, Jessamine.

Jessamine intentó pedir ayuda con una mirada pero Evie no logró captarla y en cambio la saludó, alejándose de las mujeres morenas.

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── ¡¿Qué te ocurre?!

Jessamine obtuvo mala suerte. La noche que entró al museo, había jurado que nadie la había visto. Las cámaras tapadas la cubrían y no dejaban rastro de que estuvo ahí, según ella.

Uno de los guardias le habían enviado las fotos al Hada Madrina de la castaña escabulliendose en el museo. No pasaron ni cinco minutos que las fotos ya estaban en las manos de Jasmine y Aladdin.

── ¿Por qué entraste, hija? ──El moreno la veía con el ceño fruncido.

── Necesitaba ayuda con algo.

── No puedes sacarlo así porque sí, Jessamine. ──La reina intentó razonar con su hija.

── ¡Merece ser libre! ──Mencionó alterada──. ¡No pueden dejarlo atrapado! Te ayudo en todo, papá.

── Jessamine baja el tono de tu voz. ──Ordenó con autoridad.

── Es increíble que después de todo lo que hizo por tí, lo dejes abandonado.

El aura celeste que se había presentado en Jessamine la otra noche, había escapado de la lámpara y rodeado a la morena en un plazo de diez segundos.

El genio se hizo ver y se posicionó detrás de la joven.

── Lo que faltaba. ──Aladdin se mostró enfadado.

── Déjala en paz, Ali. ──El genio habló──. Ella me sacó así que ella me dirigirá. ──Explicó──. Tú fuiste Jessamine en un momento.

── Yo no sabia quien eras, ni que hacias. ──Se defendió.

── Pero tomaste el riesgo igual. ──Contestó la menor──. Me quedan dos deseos y no voy a desaprovecharlos. Cuando termine voy a devolverlo.

Obviamente, era mentira. Jessamine no dormiría hasta liberarlo, haría lo que fuera con tal de que el genio la acompañara toda su vida. Era el único que la entendía.

── Princesa Jessamine.

Hakim, el guardia más leal y bondadoso del reino apareció. Haciendo rechinar las grandes puertas del salón.

Hakim logró tener la atencion de Jasmine y Aladdin. ── ¿Qué necesitas, Hakim? ──Preguntó la reina.

── El joven, Jay. ──Aladdin se colocó firme──. Busca a la Princesa Jessamine.

── Déjalo pasar, Hakim. ──Ordenó la pequeña morena.

── Jessamine, debo recordarte que estamos hablando sobre como robaste al Genio del museo. ──Jasmine regañó a su hija.

── Debe ser algo importante, mamá.

Jessamine giró su vista a través del ventanal enorme adornado por pequeñas piedras valiosas, el cual se encontraba abierto dejando ver el desierto desnudo perfectamente liso sin una sola montaña.

El viento y un poco de arena llenó el salón.

── Nadie cruza el desierto para verme, solo Jay. ──Habló con mucha tranquilidad──. Y debe ser algo importante...

Hakim obedeció y ordenó a los guardias que abrieran las puertas así el hijo de aquel villano entrará a la sala llamando la atención de los padres y los sirvientes de ahí.

Jay caminó hasta la mitad de la sala, hasta que dos guardias se pusieron en su camino apropósito. Jessamine se dirigió hacia aquellos dos y con una sola orden, dejaron en paz al castaño.

── ¿Qué haces aquí, Jay?

── Mal, se fue a la isla. ──El rostro de Jessamine tomó un color pálido y sus ojos se abrieron ante la repuesta.

── ¿Por qué? ──Fue una pregunta estúpida pero tal vez Jay estaba informado de algo.

── Discutió con Ben y... tomó la motocicleta que él le regalo y simplemente huyó. ──Contestó.

── ¿Para eso atravesaste el desierto? ──Preguntó Jessamine irónica. Jay frunció el ceño ──. Lo entendiste mal. ¿Atravesaste el desierto para informarme sobre eso cuando podías mandarme un mensaje? ──Jessamine sacó su teléfono del bolsillo y lo agitó.

── Podría, pero Abu fue a buscarme. ──Señaló al mono que estaba detrás de ella──. Además, no iba a irme a buscar a Mal solo, sin tí.

Jessamine volteó hacia el pequeño mono que corría hacia el rey para esconderse de la mirada fulminante de la princesa.

── Me contó sobre que robaste la lámpara... ──Mencionó Jay, siendo interrumpido por Jessamine.

── No fue así, solamente necesitaba pedir algo y lo tomé prestado. ──Se defendió, cruzándose de brazos.

── Y pensar que el año pasado me odiabas por ladrón y terminaste siendo una. ──Dijo Jay, suspirando sarcásticamente. Jessamine rodó los ojos y empujó al muchacho con fuerza pero gracias a lo formado que estaba y que era tres veces más grande que ella. No logró ni moverle un pelo.

── Vayamonos de una vez.

── ¿Disculpa? Jessamine estamos en medio de un castigo ahora. ──Mencionó la reina.

── Mamá, esto es importante. ──Contestó.

── ¿Y lo que hiciste no lo es?

── Mamá por favor, se trata de Mal. ──Le aclaró──. No voy a dejarla sola...

Jasmine suspiró y mantuvo la calma. Asintió con la cabeza dándole a entender que debería irse de una vez.

── Gracias. ──Jessamine se volteó hacia Jay y le señaló con la cabeza la alfombra mágica.

La alfombra mágica voló hasta la joven princesa y bajó con cuidado, con una de sus extremidades le señaló para que se subieran. Jessamine levantó su vestido con sus manos y puso un pie encima, Jay la ayudo tomándola de la mano para que pudiera subir mejor y no se cayera.

── Alfombra... Llevanos a Auradon.

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MIAHALE__