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046. reconciliation

CHAPTER FORTY-SIX
❝reconciliación❞
   cobra kai season five | act. five








ETHAN, LUCA Y SOPHIE ESTABAN EN LA PISCINA del primer nombrado esperando a las chicas ya que las dos estaban con Daniel en Miyagi-Do.

—Me aburro —dijo el de lunares flotando en el agua—. Sin Johnny mi vida no tiene sentido.

—¿Si te acuerdas de que estás saliendo con su hijo y no con el?

—Robby se puede ir a la mierda —Luca salió de la piscina y se recostó sobre la reposera al lado de Ethan.

—¿No han hablado?

Luca negó y los dos se voltearon ya que escucharon pasos. Cassie caminó hasta ellos con notable preocupación.

—No frunzas el ceño te vas a arrugar —le dijo su primo.

—Cierra la boca, el señor LaRusso cerró Miyagi-Do —dijo la pelirroja sentándose junto a Sophie—. Sam lleva media hora en el dojo practicando.

—Se siente culpable —explicó Ethan apoyando su cabeza en el hombro de su amiga—. Hay que darle tiempo.

Siguieron conversando de distintos temas hasta que Ethan vio que Miguel —que llevaba desaparecido un par de días— lo estaba llamando. Tomó su celular y se alejó dejando a los primos solos con Sophie.

—¿Miguel?

Hola, Eth.

—¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Te secuestraron? Puedo pagar el rescate solo dime el número. ¿Transferencia o efectivo?

Estoy bien —interrumpió Miguel—, no quería que supieran dónde estaba hasta que encontrara a mi papá.

¿Sabes donde está?

De hecho, por eso te llamo. El proceso ha sido más difícil...

¿Solo por eso? Miguel, tu mamá esta muriendo de la preocupación. No le dijiste a nadie.

Porque si lo hacía, intentarían detenerme.

Me hubiera ofrecido a ir contigo. Es peligroso, Miggy. Si tu abuela y tu mamá huyeron fue por algo...

Yo...

¿Te queda dinero? —preguntó—. Te voy a transferir un poco. Si necesitas cualquier cosa llámame, ¿sí? Llama a tu mamá, por favor. Iré a verla más tarde.

Aún tengo dinero, no me des nada —dijo luego de suspirar—. La llamaré luego.

Ten cuidado. Te quiero.

Miguel cortó la llamada y Ethan volvió con sus amigos, que se abstuvieron de preguntar.

Ethan odiaba el verano con toda pizca de su ser.

El calor hacia que le doliera la cabeza y el sentirse sucio por el sudor no cooperaba. En ese momento estaba recostado en el suelo con la cabeza pegada en el suelo frío mientras Sam comía galletas de uva en el sillón.

—Sam, ¿te comiste toda la caja de galletas de uva? —preguntó Anthony indignado.

—Se ponen a pelear y me mato enfrente suyo —murmuró Ethan con la frente pegada en el suelo.

—Solo quedaban dos, relájate —dijo Sam.

—Es un tema de principios —gritó Anthony—. También las necesito.

—¿Qué te pasó? ¿Perdiste en Fortnite?

—En realidad yo... tengo problemas con un Cobra Kai —dijo Anthony.

—¿Con el que bañaste en leche?

—Basta —lloriqueó Ethan.

—No lo bañe —reclamó—. La pusimos en su casillero... No importa. Está aprendiendo karate y...

—Dios. Este verano no quiero oír más la palabra karate.

—¿Por qué actúas tan raro, Sam? ¿Es por qué tu novia esta muy ocupada para pasar tiempo contigo?

—Cassie se consiguió un trabajo de verano con Demetri, no es porque no quiera pasar tiempo con Sam —explicó Ethan dándose la vuelta.

—Mensaje para Moon y Yasmine. "¿Comemos algo? Necesito salir de casa".

—Me caen mal los dos.

—¿Qué haces en el piso? —preguntó Anthony.

—Esta frío —contestó Ethan levantándose—. Y estoy muriendo de calor.

—Tiene mucho sentido.

—Ethan, ven conmigo —dijo Sam agarrando la mano de su hermano y arrastrándolo con ella.

Sam lo había arrastrado junto a Luca a su junta con Moon y Yasmine. Las tres chicas estaban sentadas de un lado y los dos chicos del otro.

Desesperado —dijo Yasmine al ver los mensajes de Miguel—. Pero lindo. Sabe que está en problemas.

Ethan contestó con un "No es nada malo, no te preocupes :)" y Yasmine le arrebató el celular de las manos.

—Dije que no caritas —reclamó—. Si van a terminar no puedes escribirle así.

—No quiero terminar con el —respondió y Luca soltó una risa—. Sam, ¿por que nos trajiste?

—Necesitan consejos amorosos de chicas —dijo tomando su batido—. Los dos.

—¿Eso que significa?

—Solo explícale como te sentiste —interrumpió Moon—. No tienen por qué terminar.

—Gracias —dijo Ethan apoyando la cabeza en el asiento.

—Tu deberías hablar con Robby —apuntó Sam y Luca se cruzó de brazos—. La única razón por la que no han hablado es porque tu no quieres. No van a arreglar las cosas si no lo dejas explicarte que pasó.

—No quiero ver a Robby —dijo el más alto rodando los ojos—. Sigo enojado.

—Créeme, nos damos cuenta —dijo Ethan con una sonrisa inocente.

—Y tú —dijo Yasmine volteando a ver a Sam—. Tienes que hablar con Cassie. Una cosa es trabajar y otra cosa es no contestar los mensajes.

Luca se tensó y agarró su bebida con rapidez para tratar de ocultarlo pero Ethan igual lo notó. Le preguntaría luego.

Las chicas habían ido a un spa, Ethan y Luca se negaron. Yasmine había tratado de convencerlos pero no tuvo mucha suerte.

Ethan llevó a Luca hasta su casa y luego se fue a Miyagi-Do a esperar a Miguel. Estuvo ordenado algunas cosas hasta que le hablaron por detrás.

—Hola.

—Hola —dijo Ethan antes de abrazarlo—. Casi me matas del susto, ¿lo sabías?

—Eth, te debo una disculpa —dijo cuando se separaron—. No debí haberme ido así. Intentaba comenzar un nuevo capítulo y descubrir mi pasado. Pero no pensé en ti. O en nosotros. Ni en el baile de graduación...

—Miguel —lo interrumpió—, está bien. Es bueno que te tomes el tiempo para ti mismo y descubrir cosas, pero deberías haber hablado con alguien. Quizá no estuve para ti, y lo siento. Créeme que se como se siente no saber quien eres.

—Gracias —sonrió soltando un suspiro de alivio—. Te compré algo.

Ethan hizo una mueca pero sonrió levemente al ver una pequeña caja salir del bolsillo de Miguel.

—No tenías que darme nada —negó—. Yo no te compré nada...

—Me diste cien dólares cuando te dije que no me des nada, esta es mi manera de compensártelo. Ábrelo.

Ethan suspiró y abrió la cajita para ver un anillo con forma de pulpo. Sonrió de oreja a oreja y subió su mirada a Miguel.

—Es precioso —dije sonriendo—. ¿Cómo supiste mi...?

—Tengo mis contactos —alzó los hombros con superioridad.

—Gracias, Miguel —Ethan lo abrazó por el cuello, con el sentimiento de tranquilidad que le transmitía el latino de nuevo en su pecho.

—Te extrañe —dijo abrazándolo de vuelta y dejando un pequeño beso en su cabeza.

—Yo también.






















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