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030. dealing with bullies

CHAPTER THIRTY
❝lidiando con matones❞
   cobra kai season three | act. three






¡OYE! Lista para dejarlos de piedra con nuestra presentación de Ciencias de la Tierra? —dijo Demetri llegando con una maqueta cubierta con una sabana.

—Estoy lista para que dejemos de hablarnos —dijo Yasmine.

—¡Oye! —dijo Demetri levantando los brazos—. Mi popularidad está en aumento, mientras que la tuya está disminuyendo. Pero podemos llegar a un punto intermedio, como un diagrama de Venn sexual.

—Recuérdame por que Yasmine se sienta con nosotros otra vez —le preguntó Ethan a Moon sin querer sonar grosero.

—Por que es mi amiga, ¿qué hay bajo la sábana? —dijo con una sonrisa divertida.

—Me alegra que preguntes —sacó la sábana de un tirón dejando ver una maqueta hecha de puros legos—. Así creen los científicos que era el Valle cuando los dinosaurios habitaban la tierra. Pulsa el huevo de hadrosaurio.

Yasmine apretó uno de los huevos y empezó a hacer un sonido raro, luego salió humo del volcán.

¡Nada mal! —dijo la rubia sonriendo—. Mis padres no deberán comprar mi nota.

—Nunca más tendrán que pagar por un diez.

—Quiero hacer trabajos contigo —dijo Ethan cruzado de brazos—. ¿Te demoraste mucho?

—Es mi obra maestra. O sea, todo está en escala. Y con 8251 piezas individuales, este modelo armado meticulosamente representa el momento exacto antes del asteroide...

Una pelota de fútbol cayó encima de la maqueta destruyendo todo.

—Lo siento, viejo —dijo Halcón—. Se me escapó la pelota.

—Me tomo tres semanas construirlo —dijo Demetri molesto.

—Y a mi pelota, tres segundos destruirlo —sonrió y se fue.

—¿Tienes otro? —pregunto Yasmine.

Ethan la miró mal y se levantó para seguir a Demetri que caminaba hacia el grupo de Cobra Kai.

—Otra semana, otra medición de fuerzas —dijo—. No me sorprende, ya demostré que eres un debilucho.

—Solo lograste darme una patada —dijo Halcón acercándose—. Tuviste suerte.

Luca se tensó detrás de Halcón.

—Fueron dos contra uno, si no mal recuerdo —dijo Ethan cruzándose de brazos—. ¿Y aún así perdiste?

—Deja de molestar o no tendrás suerte —dijo Sam posicionándose al lado de Ethan y cruzando sus brazos al igual que su hermano.

Halcón miró a los dos mellizos de arriba a abajo y rió.

—Como si fueran a hacer algo. ¿Por qué no van y se consiguen más gente para acostarse con ellos y romperles el corazón?

Sam lo empujó antes de que Ethan pudiera reaccionar. Los chicos de Cobra Kai evitaron que el de cresta roja cayera al suelo.

—¿Qué hace, señorita LaRusso? —dijo la consejera detrás de nosotros—. Conoce las reglas sobre el contacto físico. ¿Entró en su burbuja personal sin consentimiento verbal?

—Me provocó en mi espacio seguro —dijo Halcón fingiendo sentirse mal.

—Eres un idiota, ¡tu empezaste! —gritó Ethan dándole otro empujón.

—¡Señor LaRusso!

—¿Vio?

—¿De que estás hablando? —se metió Demetri—. Él destruyo mi proyecto de ciencias.

—¡Fue un accidente! No deberías traer juguetes a la escuela.

—No quiero oír excusas. Quiero que se respeten.

—Deberíamos detener las agresiones —dijo aún haciéndose el inocente—. A todo nivel.

—Miren quién lo dice —murmuró Ethan con los puños apretados.

—¡Oigan! Consideren esto una advertencia —miró a Demetri—. Y recoja los Legos, alguien podría caerse.

La consejera de fue de ahí negando con la cabeza y Halcón sonrió con suficiencia.

—Para ustedes, ningún espacio es seguro.

Empezó a reír y paso su brazo por los hombros de Luca para llevarlo a la otra mesa de nuevo.

Luego del almuerzo, todos tenían educación física así que salieron a la cancha.

—Estos pantalones aprietan en las peores partes —dijo Demetri.

—Concuerdo —dijo Ethan incómodo.

—Qué poco espíritu escolar —dijo Sam abrochando sus cordones.

—Claro. Apoyemos a los Pumas, rawr —dijo Demetri sarcástico.

—¿Acabas de decir "rawr"? —preguntó Cassie.

Ethan vió como los chicos de Cobra Kai caminaban por la cancha con aire de superioridad.

—Ojalá pudiéramos darles su merecido —dijo Demetri.

—Podemos —dijo Sam.

—¿Cómo? La consejera Blatt nos castigará si nos ve cerca de ellos.

—Pronto se me acaba la paciencia y no me importa que me suspendan de nuevo —dijo Ethan suspirando.

—Yo no veo a la consejera Blatt, ¿ustedes sí? Además, todo partido de fútbol conlleva contacto físico —dijo Sam sonriendo—. Creen que pueden pisotearnos. Mostrémosles que no.

—Te adoro —dijo Cassie con una sonrisa boba.

Apenas se pusieron a jugar se convirtió en una batalla campal entre los dos equipos.

Luego de un rato, Halcón y Luca fueron los dos a tratar de quitarle la pelota a Ethan pero el accidentalmente les pego una patada a los dos.

—Perdón —le dijo a Luca antes de salir corriendo.

Y así siguió el juego. Todos golpeándose entre todos. A Ethan le llegó más de un pelotazo a la cara.

¿Saben qué? ¡Se acabó! ¡Todos a dirección! ¡De inmediato!

Ethan sintió sus labios mojados y cuando pasó su mano, estaba llena de sangre.

—Mierda.

Fueron a dirección y luego de más o menos una hora en la que los dos equipos de miraban feo, Halcón salió de la oficina.

—Caldwell, Johnson, Rickenberger, Di Angelo, pueden irse junto con Eli.

—¿Qué? —preguntó Ethan indignado.

—Increíble —dijo Demetri.

—¿Es una broma? —preguntó Sam—. ¿Y nosotros?

—Ustedes deberán venir a detención, como rehabilitación, no como castigo.

—¿Detención? Genial, otra mancha en mi registro permanente —dijo Demetri.

—¡Esto es una mierda! —gritó Sam.

—¿Rehabilitación? No somos unos putos drogadictos —reclamó Ethan igual de enojado.

—¡Señor y señorita LaRusso! Así no nos expresamos aquí. Vendrán dos fines de semana a rehabilitación.

—¡Esta escuela da asco! —Sam le pegó a un casillero y se fue corriendo.

—No voy a ver a esta mierda de lugar un sábado —dijo Ethan siguiendo a su hermana.

—No los conozco tan bien —dijo Demetri una vez se fueron.

—Yo tampoco —negó Cassie.

La consejera les dio una simple mirada reprobatoria y los dos chicos se fueron con la cabeza baja.

—Mamá —dijo Ethan entrando a su habitación—, ¿podemos hablar?

—Claro, cariño. ¿Qué pasa?

—¿Recuerdas esa pelea en la escuela en donde Miguel quedó parapléjico, una chica casi me saca la cara y a Sam tuvieron que ponerle puntos? —preguntó sentándose frente a ella.

—Tengo recuerdos vagos sobre eso —asintió—. ¿Qué pasa, Eth?

El corazón de Ethan empezó a martillar contra su pecho al recordar toda la pelea. Inconscientemente empezó a morder su labios quitando pequeños pedacitos de piel.

—Cuando estábamos peleando con Tory... hubo un momento en el que... bueno, en realidad no recuerdo exactamente qué pasó —Ethan fijó su mirada en las sábanas mientras sus manos se movían nerviosamente en sus bolsillos—. Fue como... como si no pudiera controlar lo que hacía. Recuerdo sentirme muy enojado y no pude... no pude dejar de golpearla mamá.

Sus ojos se llenaron de lágrimas ante el sentimiento de culpa. Estaba empezando a odiar muchas cosas últimamente.

—No se que me pasa —dijo con voz quebrada—. Últimamente no... no me siento yo. Me enojó demasiado y me la pasó llorando. Odio llorar. Odio sentirme así. ¿Por qué me siento así?

Sus mejillas se empaparon al sentir los brazos de su madre a su alrededor. La abrazó como un niño pequeño y se aferró a ella.

—Todo va a estar bien, Ethie —susurró acariciando su espalda con delicadeza—. Ya pasamos por esto una vez, ¿recuerdas? Saliste de esto una vez, puedes hacerlo de nuevo.

Amanda se separó y llevó sus manos hasta las mejillas de Ethan, limpiando sus lágrimas.

—¿Y si esta vez no puedo? —murmuró Ethan mirándola a los ojos.

—No digas eso —lo regañó—. Ni se te ocurra pensarlo si quiera. Eres más fuerte de lo que crees, hijo.

Ethan siguió llorando. Esta vez lloro de impotencia. Quería explicarle todo a su mamá, el sabía como se sentía, lo tenía claro. El problema era que no fue capaz de plasmarlo en palabras.

—¿Recuerdas los ejercicios de respiración? —Ethan asintió—. No solo sirven cuando estas ansioso, puedes usarlos cuando te enojes también.

—Gracias, mamá —dijo abrazándola de nuevo.

—Vete a dormir, tienes escuela mañana —le dio un beso en la frente—. Sonríe un poco.

Ethan formó una sonrisa casi invisible y se levantó mordiendo su labio.

—Buenas noches.





















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