027. are we too young for this?
advertencia: TEPT, ansiedad, depresión
CHAPTER TWENTY-SEVEN
❝¿no somos muy jóvenes para esto?❞
cobra kai season three | act. three
ETHAN LLEVABA DOS DÍAS durmiendo en la sala de espera.
Le habían dicho incontables veces que no podía ver a Miguel ya que no era familiar, ni doctor, ni paciente pero no le importó. Se negaba a irse sin verlo.
Y ya lo habían visto llorar tanto que finalmente lo dejaron pasar. Tenía cinco minutos, pero lo dejaron pasar.
Entró a la habitación con su cuerpo entero temblando y se sentó al lado de la cama, tomando la mano de Miguel y llevándola a su frente con delicadeza.
—Hola —comenzó un tanto incómodo. No tenía idea que se supone que tenía que decir—, las doctoras dijeron que podías escucharme así que... solo quería decirte que... lo siento mucho. Se que si estuvieras despierto me dirías "Oh, cierra la boca Eth, no es tu culpa" pero la verdad es que si lo es.
La enfermera que tenía que asegurarse de que saliera a tiempo escuchaba todo con una mueca desde afuera.
—No puedo evitar pensar que todos estarían mejor si yo ya no... —negó con la cabeza, borrando esos pensamientos—. Se que tu nunca me vas a culpar —dijo ahora con la voz rota—. Tory me dijo que empeoro todo para todos y... si te soy sincero creo que tiene razón. Tu no estarías en un jodido coma si no me hubieras conocido...
La enfermera le avisó que se estaba quedando sin tiempo así que se limpió las lágrimas y se levantó para dejar un pequeño beso en la frente del latino.
—Eres fuerte, Miggy —dijo en un susurro—. Vas a salir de esta. Te quiero mucho.
El día que se supone que terminaba su suspensión, Ethan no le podría haber importado menos. No se levantó ni hizo nada. Solo se quedo acostado.
Estar en esa casa lo drenaba más de lo necesario. Hubiera preferido quedarse con Johnny pero llevaba tanto tiempo borracho que Ethan no estaba seguro como aún no le daba un coma etílico.
Tres toques se escucharon en la puerta y la pelirroja cabellera de su mejor amiga se asomó por la puerta.
—Podrías ventilar un poco —sugirió con una pequeña sonrisa que se borró al ver a Ethan darle la espalda—. Vamos, Eth.
—¿Qué haces aquí? —preguntó con voz rota.
—Tenemos escuela —Cassie se sentó a su lado y acarició su brazo—. Vamos, levántate.
—No quiero —abrazó una almohada y cerró los ojos, tratando de evitar soltar lágrimas.
—Luca esta en el auto con Sam, por favor...
Al no recibir respuesta, Cassie se acurrucó a su lado y lo abrazó, tomando su mano y entrelazando sus dedos con cariño.
—Se como te sient...
—No, Cassie, no lo sabes —interrumpió Ethan bruscamente—. Por más que intente no puedo hacer nada que me haga bien porque me siento culpable. Miguel esta en coma por culpa mía.
—Ethan no fue tu culpa. Es culpa de la idiota de Tory por empezar una pelea cuando podría haber sido lo suficientemente madura para tener una conversación.
—No debí besarlo —Ethan se dio la vuelta, abrazando a Cassie con necesidad—. Si no lo hubiera besado el estaría bien. Todo estaría bien.
—No puedes dejar que tu vida se base en un error —Cassie lo obligó a mirarla y le limpió las lágrimas con los pulgares—. Date una corta ducha, vístete y vamos a la escuela. Si te sientes muy cansado, yo misma te traigo de vuelta, ¿está bien?
Ethan suspiró y asintió sin ganas antes de levantarse y ver como Cassie abría las cortinas y abría la ventana.
—Y comerás algo en el auto —dijo cruzándose de brazos.
Con la simple idea le dieron náuseas.
Cuando llegaron a la escuela, habían rayos X. Ethan se sintió abrumado pero intentó mantener la compostura.
Avanzó un poco y logró ver como mientras pasaba, chicas y chicos empezaban a murmurar mientras los apuntaban y reían. Se llevó una mano al corazón al sentir su respiración fallar y su corazón acelerarse.
Luca asesinó con la mirada a un par de personas mientras se dirigían a la escalera. Los tres chicos subieron un par de escalones y pararon abruptamente al ver a Ethan aún en el primer piso con la mirada perdida en la escalera y las manos temblando.
Los flashbacks sobre la pelea inundaban su mente. Su mano fue directamente hasta su mejilla y sintió las tres cicatrices ya curadas en su cara. Pudo ver nuevamente como Miguel caía y el sonido de sus huesos romperse frente a el.
Cuando alguien detrás suyo toco su hombro, casi manda un puñetazo directo a la nariz pero se abstuvo al ver a Demetri.
—Tranquilo, Capitan America. Somos del mismo equipo. Creo. ¿Lo estamos?
Sus tres amigos bajaron las escaleras con preocupación.
—Ethan, ¿estás bien?
Apenas Ethan escuchó su corazón latir como si estuviera justo en su oído salió corriendo.
Y corrió hasta llegar a Miyagi-Do. ¿Cómo pudo correr tanto sin desmayarse? No tenía idea.
Sabía que estaba teniendo un ataque de pánico pero en ese momento no recordaba ninguna de las formas que le enseñaron para calmarse.
Sus manos llegaron a su cabeza con brusquedad mientras lágrimas corrían por sus mejillas y sentía todo el mundo girar a su alrededor.
No supo cuando termino boca arriba sobra una de las plataformas, tratando de descifrar formas en las nubes y con música de Conan Gray sonando de fondo.
—¿Ethan?
Ethan rodó los ojos y se levantó, limpiando sus lágrimas bruscamente.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
—¿Tu qué haces aquí? ¿Y Robby?
—¿No has sabido nada de él? —dijo con preocupación mientras se cruzaba de brazos.
—No —negó Daniel—. Lo estaba buscando. ¿Por qué no estás en la escuela?
—Lo siento —dijo Ethan bajando la mirada—. No puedo. Me agobié mucho...
Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo pero se obligó a no llorar. Daniel se acercó y se sentó enfrente.
—Lo entiendo —dijo él—. He pasado por muchas peleas.
—No lo entiendes —dijo Ethan—. Todo esto es mi culpa. Lo que están viviendo Miguel y Robby... son la consecuencia de mis acciones. Y toda la escuela lo sabe.
Ethan se llevó una mano al pecho, acariciándolo. Un intento en vano para calmar su ansiedad.
—No es tu culpa —dijo Daniel suspirando—. Todo esto comenzó antes de que ustedes nacieran. Si no fuera por mí y Johnny, la pelea no hubiera ocurrido. Esto es mi culpa.
—Me uní a Cobra Kai para que no le hagan daño a Sam o a Cassie y las dos casi terminaron en el hospital —murmuró Ethan viendo un punto fijo—. Cada maldita decisión que tomo termina mal.
—¿Por eso te uniste a Cobra Kai? ¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Lo intenté —dijo Ethan con la mandíbula tensa—, un millón de veces —dijo en voz baja. No tenía energía ni ganas para discutir.
Daniel suspiro y lo abrazó. Ethan se tensó pero no se alejó.
—Lo siento —murmuró el adulto—. De verdad. Debí escucharte desde un principio, no fue muy maduro de mi parte.
Ethan comenzaba a odiar el sentimiento que tenía cada vez que lloraba. Pero era inevitable.
—Se que piensas que solo soy un flojo —murmuró Ethan separándose—, pero de verdad estoy intentando seguir con mi vida.
Hizo una pausa con un suspiro tembloroso. Se dió cuenta de que Daniel lo veía con suma atención como si intentara analizar como se sentía y entenderlo.
—Es muy difícil, papá —dijo tapándose la cara—. Estoy tan cansado...
Cada día Ethan tenía menos ánimos para ir a la escuela. Pensar en ir a ese lugar le daban ganas de vomitar pero ya estaba harto de no hacer nada.
Y puede que le haya prometido a su mamá intentar ir a la escuela sin escapar en la segunda hora todos los días.
Entró junto a Luca y se acercaron a las escaleras, solo que Ethan se paralizó de nuevo.
—Cierto —dijo Luca bajando los pocos escalones que subió y pasando su brazo por los hombros de su amigo—, las escaleras no. Vamos por el otro lado.
—Gracias —dijo Ethan sonriendo casi invisiblemente.
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