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024. jealousy

CHAPTER TWENTY-FOUR
❝celos❞
   cobra kai season two | act. two





ETHAN TENIA LA INTENCIÓN de ir a la cocina a comer algo pero se encontró con Miguel y Johnny en los sillones.

—Chicas supersensuales —dijo el latino—. Qué pregunta tonta. Bien, ¿qué le gust..? Oh, hola Ethan.

—¿Qué hacen...? —preguntó sirviéndose agua.

—Miguel descargó una aplicación en esa cosa para encontrar chicas sexy's —dijo Johnny con los pies sobre la mesa.

—¿Qué le gusta? —preguntó Miguel viendo a Ethan sentarse junto a el para mirar.

—¿Qué me gusta? ¿Qué debo decir? ¿Caminar por la playa? Me gustan las artes marciales y el Águila de Acero. La uno y la dos. ¿No lo escribirás? Fue tu idea.

—Debe tomarlo en serio —dijo Miguel.

—Solía ser simple —dijo Johnny rodando los ojos—. Antes, veías a una chica. Fingías tropezar con ella y le comprabas una cerveza.

—No —dijo Ethan con una mueca de asco.

—Así era, LaRusso —dijo Johnny negando—. Como los cavernícolas. Eso también me gusta. Como los de los comerciales de seguros.

—Creo que puedo completar el resto por mi cuenta —dijo Miguel suspirando—. ¿Y la ropa? ¿Qué vestirás?

—¿Ahora me enseñarás sobre moda?

—Debería —dijo Ethan sonriendo burlón.

Miguel se levantó, yendo hasta la habitación del adulto mientras Johnny y Ethan hacían una guerra de miradas.

—Pensaba en una camisa y jeans desgastados —gritó Miguel—. ¿Tiene?

—¿Jeans viejos? —preguntó Johnny aún con la vista puesta en Ethan—. Claro.

Sonó una notificación y Johnny miró.

—¡Gané! —gritó Ethan elevando los brazos tal niño pequeño.

—Oigan —dijo—. Hay una chica en mi app.

—Sí, muy bien —gritó Miguel—. Si le gusta, desliza a la derecha.

—Esto es tonto. No puedes saber nada de ella por... uh, esta es sensual.

—Eres asqueroso —murmuró Ethan rodando los ojos.

—¿Me presta esta chaqueta? —preguntó Miguel.

—¿Qué? Sí, claro —volvió la vista a su teléfono—. No. No. Demasiado alta. Si te quitas el lunar... De hecho, sí.

Ya era viernes por la noche y el grupo de amigos entro al restaurante disfrazados de distintos personajes de los 80's.

—Sabes, no estaba segura de los disfraces, pero me gusta no tener que andar a escondidas —dijo Cassie sonriendo.

—Deberías haber venido como Molly Ringwald —dijo Sam tomándole la mano.

—Tenía el pelo muy corto.

—Tu deberías haberte disfrazado de Andrew McCarthy, o al menos Duckie —reclamó Luca viendo a Robby.

—Vamos. Por el pelo, mi única opción era Spader.

—Me muero de hambre. Disculpa. ¿Nos traes el menú? —le preguntó Ethan a una mesera que resulto ser Tory.

—Vaya —dijo mirándolo de arriba a abajo—. Mira quién es.

—No... sabíamos que trabajabas aquí —dijo Sam dándole un codazo a Ethan, quien alzo los hombros.

—Sí, no todos usamos la tarjeta de papá.

—Solo queríamos pedir algo —dijo Sam—. Lo siento.

—¿A qué hora sales? Para que las papas estén crujientes —dijo Miguel. Ethan cerró los ojos con cansancio—. Vaya... no te reconocí. Lucen bien.

—Gracias.

—Tory, ellos son Sam, Cassie y Robby —presentó Miguel—. A Ethan y Luca ya los conoces.

—Ya nos conocemos —dijo Tory—. Sam y yo nos peleamos en el club de playa.

—¿De donde se conocen? —pregunto Sam.

—Tory esta en Cobra Kai —respondió Miguel.

—Con razón —murmuró y Cassie le dió un codazo.

—¿Disculpa?

—Nada.

—Bien, debo ir a trabajar. Nos vemos, cariño —dijo Tory y beso a Miguel antes de irse.

—Busquemos unos patines —dijo Robby llevándose a todos.

Robby y Luca se fueron a la pista de patinaje al igual que Cassie y Sam. Ethan se quedo fuera, esperando a que le trajeran nuevos patines ya que le habían quedado pequeños.

—Hola —dijo Miguel apareciendo por detrás.

—Hola... —respondió Ethan incómodo—. ¿Quieres algo?

—Necesito unos patines más chicos —explicó bajando la cabeza—. Acerca de Tory...

—Miguel ya te dije que no me importa —dijo Ethan dándose la vuelta un poco molesto—. Puedes hacer lo que quieras.

—Yo soy el que debería estar molesto —dijo Miguel—. Me haces creer que soy paranoico, ¿y sales con Robby?

—El que sale con Robby es Luca, yo estoy aquí porque me invitaron —Ethan se cruzó de brazos y suspiró—, y de igual manera estoy solo.

—Mira, vine a hablar para que las cosas no fueran tan raras. Pero es inútil.

Miguel se fue y Ethan agarró el par de patines para irse hacia el otro lado. Se puso los patines y se levantó para ir a la pista pero Tory pasó por detrás goleándolo en el hombro y haciéndolo caer.

—Lo siento, principito.

Ethan se levantó con enojo y le hizo una barrida, logrando que se caiga toda la comida que tenia encima.

Pudo ver como sus amigos corrían hacía allí.

—¿Qué diablos, Ethan? —gritó Miguel enojado.

—¿Yo? Vete a la mierda —dijo Ethan apretando los puños.

—¿Estás bien, Tory? —dijo un guardia.

La rubia se agarraba la cabeza como si se hubiera golpeado increíblemente fuerte y se levanto con ayuda de Miguel.

—Gracias.

—Bien, se acabó. Fuera de aquí —les dijo el guardia.

Ethan rió sin gracia y se quitó los patines para salir dando un portazo.

Escuchó la puerta abrirse y Luca se acercó a él.

—¿Estás bien?

—¡Es una hija de puta! —gritó Ethan pateando un basurero—. ¡No le he hecho absolutamente nada! ¿Qué problema tiene conmigo?

—Si esperas que la defienda olvídalo, me cae muy mal —dijo Luca negando.

—Perdón por arruinar tu cita —murmuró Ethan mirándolo—. Antes de que digas que no es una cita, si lo es, deja de mentirte.

—Jodete.

—¿Cual es su problema? —se quejó suspirando.

—Si me preguntas a mi, yo creo que esta celosa porque viviste con Miguel y el no le dijo —Luca alzó los hombros y sonrió divertido.

—¿No le dijo?

—Nop.

—¡Chicos! —gritó Cassie desde el auto—. ¡Vengan aquí o les rompo la nariz!

—Luego nos echaron de la pista —dijo Ethan con dramatización—. No entiendo que le ve Miguel, no voy a negar que es atractiva pero, se supone que a alguien le gusta una persona por su personalidad no por el físico.

Ethan estábamos ahí —dijo Cassie en la videollamada—. Al menos los dos siguieron adelante, ¿no?

¡No! —dijo Ethan indignado—. Y por más que intente no quererlo no puedo. ¡Lo odio, que rabia!

¿Vas a la fiesta? —preguntó Luca al lado de Cassie—. Moon dijo que podíamos ir, su mamá no esta. Sam invitó a los de Miyagi-Do.

¿Fiesta?

Sí. Si vas te encontramos a alguien para que te olvides de Miguel. Al menos por una noche.

Johnny entró a la habitación como si nada, con una camisa negra y peinado.

—Oigan, les hablo luego —sonrió levemente—. Nos vemos allá.

Los dos primos se despidieron y cortaron la llamada.

—¿Por qué tan arreglado?

—Voy a una cita con Carmen —avisó evitando el contacto visual—. Pídete comida o cocina algo, lo que quieras.

—¿La invitaste a salir? —preguntó Ethan emocionado.

—No es para tanto —dijo aguantando una sonrisa—. No hagas una fiesta, no hay espacio.

—Tengo planes —dijo Ethan cruzándose de brazos.

—¿Con quién? Miguel tiene novia.

—¡Oye! —Ethan le lanzó un zapato y Johnny se lo lanzó de vuelta—. Me invitaron a una fiesta.

—¿Y a quién le pediste permiso?

—¿Desde cuando tengo que pedirte permiso?

—Desde ahora —contestó cruzado de brazos.

—Vete a tu cita que llegarás tarde.

Johnny se despidió y se fue. Ethan se levantó y se metió al closet (irónico) para buscar ropa decente.























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