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014. renewing miyagi-do

CHAPTER FOURTEEN
❝renovando miyagi-do❞
   cobra kai season two | act. two


DANIEL QUITÓ la lona que estaba sobre el auto con emoción.

—Vaya —dijo Robby sorprendido—. ¿Se lo regaló el señor Miyagi?

—Sí —dijo Daniel—. El mejor regalo de cumpleaños. No he podido venir seguido para cuidarlo como se merece.

—Veo una lata de cera en mi futuro —murmuró Robby sonriendo.

—Yo también —admitió Ethan con una mueca de cansancio.

—Descuiden —les sonrió Daniel—, hay mucho que hacer antes de eso.

Lo primero que hicieron fue re-pintar las paredes de fuera. Descolgaron los sacos de boxeó. Cambiaron la madera de las cercas y lijaron el suelo de la plataforma.

—Círculos más grandes —dijo Daniel sosteniendo una caja llena de cosas—. Más grandes.

—Papá, solo puedo usar un brazo, no me pidas tanto —se quejó Ethan sintiendo todo su cabello mojado por el sudor.

—Inhala y exhala, Ethan.

Ethan lo fulminó con la mirada y siguió haciendo círculos mientras Robby reía a su lado.

Quitaron las lonas de todos los autos. Pintaron la cerca nueva. Ethan y Robby enceraron todos los autos. Se metieron al pequeño estanque y pusieron dos bonsáis a cada lado.

Bueno, en realidad Robby y Daniel lo hicieron. Ethan estaba muy ocupado refrescándose la cabeza con el agua.

—No, un poco más hacía atrás, Robby —pidió Daniel—. Un poco más. Debe estar en equilibrio.

Un par de horas más tarde, Ethan ya se había quitado el cabestrillo. Los tres chicos salieron al patio y sonrieron al ver lo nuevo que se veía todo el lugar.

Una vez que se hizo de noche, Daniel llevó a Robby a su casa y volvieron justo para la cena.

—Buenas noches, familia —saludó Ethan sentándose en la mesa, completamente agotado.

—Hola, trabajadores —dijo Amanda con una sonrisa.

—Debo admitir que es genial volver a trabajar —Daniel le dió un beso en la cabeza a Anthony.

—Yo digo que es sobre explotación infantil y que te voy a denunciar —murmuró Ethan con la cabeza recostada sobre la mesa.

—Dramático. ¿Dónde esta Sam?

—Está arriba, creo que estaba hablando con Cassie por videollamada.

Los dos adultos se quedaron viendo como Ethan parecía apunto de caer dormido sobre la mesa. Tenía ojeras debajo de los ojos y había estado de mal humor.

—Ethan, desde que paso todo esto con Miguel estás más cansado —dijo Amanda preocupada—. ¿Has dormido bien?

—¿Señor Golpe Bajo? —preguntó Daniel—. Odio decírtelo pero te lo advertí.

—No quiero hablar de Miguel —dijo escondiendo su cara entre sus brazos.

—Daniel —dijo Amanda con tono de regaño.

—¿Qué? ¿Debe dolerme que no hable más con el bravucón de Cobra Kai?

—Yo pienso igual —dijo Anthony.

—Gracias por el apoyo, pulga —murmuró Ethan.

—¡Te dije que no me digas así!

—Lo sé.

—Gracias, Anthony. ¿Sabes? ¿Y si este verano no acampas y te unes al Miyagi-do? Entrenarías con Robby y con Ethan.

—¿Siguen haciendo quehaceres o practican karate? —preguntó el más pequeño con la vista pegada en la nintendo.

—Eso es solo una parte. Si empiezas...

—Prefiero acampar —interrumpió y Amanda soltó una pequeña risa.

—Cariño, solo quiero asegurarme de que no te sobrecargues —dijo la adulta aún mirando a Ethan con preocupación—. Me alegra que retomes karate pero ¿abrir tu propio dojo? ¿Podrás equilibrarlo con todo lo demás?

—El equilibrio es lo mío.

—Lo tuyo es dormirte y babear —dijo Ethan levantándose para servirse un vaso con jugo.

—Ethan, cállate —Daniel volteó a ver a Amanda otra vez—. No quiero que mis hijos vayan a la escuela con niños que hacen trampa. Basta de bravucones. Hay que hacer algo.

—¿Por qué todos me callan? —susurró Ethan rodando los ojos.

—¿Por qué debes hacerlo tú?

—Porque sé cómo vencer a Cobra Kai. Les gané hace treinta años. Y puedo ganar de nuevo.

—Estoy un poco cansado, ¿pueden avisarme cuando este lista la cena? —Amanda le dio un beso en la frente y Ethan subió hasta su habitación.

Sabía que si se dormía ahora, no dormiría más tarde y tenía planeado hacer una maratón de Shameless así que decidió ver su teléfono mientras esperaba la comida.

Abrió Instagram y lo primero que le apareció fue una foto que subió Miguel en el torneo junto a Eli y Bert, otro chico de Cobra Kai. Ethan bloqueó a Miguel y lanzó su teléfono al piso. Se mordió el labio para aguantar las ganas de llorar.

Una lágrima traicionera bajo por su mejilla y la limpió bruscamente antes de tomar su computadora y sus audífonos para poner música tan fuerte que no pudiera escuchar sus propios pensamientos.

Mientras que por el lado de Miguel.

El latino estaba buscando la cuenta de Ethan para poder escribirle pero al buscar su nombre y no encontrar nada, dejo su celular en la mesa y bajo la cabeza con arrepentimiento.

Serpiente —dijo Halcón en español—. Ahí estás.

—¿Así celebras el primer lugar en el campeonato? —preguntó Aisha sentándose a su lado.

—Me bloqueó —respondió sin ánimo alguno.

—¿Qué haces si te bloquean? Contraatacas —dijo Halcón sentado del otro lado—. Pero esta vez no le pegues.

Soltó una risa y Aisha lo fulminó con la mirada.

—¿Muy pronto? —hizo una mueca y miró a Miguel—. Mira, lo que digo es que no te des por vencido.

—No, lo arruiné, es imposible.

—Dale tiempo —dijo Aisha—. Conozco a Ethan desde que tengo memoria, cambiará de opinión.

—O no —dijo Halcón. Los dos chicos lo miraron con el ceño fruncido—. Eres el campeón. Conquistarás a cualquier chica... o chico, lo que sea. Eres como Drake. Disfrútalo.

—No sé si quiero ser Drake —murmuró Miguel y Aisha le dio palmaditas en el brazo.

—Descuida, no lo eres.

Miguel rió y Aisha sonrió al ver que había funcionado.


Al otro día, Ethan había pasado a buscar a Robby para irse al dojo. Cuando llegaron, vieron a Daniel con una tabla en la mano.

—Hola —saludó Robby.

—Hola —dijo Daniel viendo una tabla.

Robby sacó un Den-Daiko de una caja y empezó a jugar con el.

—Cuidado —advirtió Daniel—. Eso me salvó la vida.

—Mi cabeza acaba de crear un millón de situaciones y en ninguna tiene sentido que esta cosa te haya salvado la vida —dijo Ethan mirando el pequeño instrumento con confusión.

—Perdón, no quise tocarlo —dijo Robby volviendo a dejar la cosa esa en la caja.

—Es solo un juguete —Daniel alzó los hombros—. Aunque no todo en Miyagi-Do es siempre lo que parece.

Robby le dió un pequeño codazo a Ethan y le señaló con la cabeza una medalla que se encontraba encima de una caja.

—Es la Medalla de Honor —explicó Daniel—. La máxima condecoración del ejército.

—¿El señor Miyagi fue un héroe de guerra? —preguntó Robby sonriendo.

—Sí, así es.

—Había más que bonsáis y kata —Robby sonreía divertido y luego vio otra cosa que le interesó—. ¿Qué es esto?

—Me alegra que preguntes —dijo Daniel cruzándose de brazos—. ¿Primera regla del karate Miyagi-Do, Ethan?

—El karate es solo para defenderse —dijo el luego de recordar.

—¿Y la segunda regla del karate de Miyagi-Do?

—Primero aprende la regla número uno.

Daniel sonrió con orgullo y Ethan sonrió. No había visto esa sonrisa muchas veces.

—La primera es la única.

—Seguro haría una excepción con Cobra Kai —dijo Robby y Daniel frunció el ceño—. Cuando mi papá se enteré de esto, quedará noqueado.













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