
011. trouble in paradise
CHAPTER ELEVEN
❝problemas en el paraíso❞
cobra kai season one | act. one
ETHAN LLEVABA treinta minutos sentado en el suelo mientras esperaba a que Miguel salga de su examen preparatorio.
En su defensa, le había dado ansiedad no llegar a tiempo y terminó llegando demasiado temprano.
—¡Hola! —dijo Ethan levantándose con una sonrisa apenas lo vió.
—Hola —dijo Miguel sin mucha emoción.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado—. Seguro te fue bien, no tienes que preocuparte.
—Nos vemos —se despidió Demetri.
—Sí, adiós —Miguel lo despidió con la mano y volteó hacia Ethan—. Estaba un poco... distraído, es todo.
—¿Por qué? —Ethan saco una pequeña bolsita de su mochila y se la extendió—. Te traje gomitas, se que los exámenes pueden dar ansiedad a veces. ¿Quieres salir? Así te distraes.
—No, es por el torneo —Miguel tomó las gomitas mientras negaba—. No tengo mucho tiempo para prepararme...
—Confio en que te fue bien en el examen y te irá bien en el torneo—aseguró Ethan sonriendo levemente—. Eres bueno en karate.
Los dos se quedaron en silencio por unos segundos hasta que Miguel decidió hablar de nuevo.
—¿Y que hiciste anoche?
—Cena familiar.
—Me gustaría conocerlos un día —dijo Miguel.
—Tienes que ir de nuevo. La verdad, mi papá casi nunca está conmigo a no ser que sea por el karate pero seguro a mi mamá le caerás muy bien. A mi me gustaría ir a tu casa.
—Eres bienvenido cuando quieras —aseguró—. A mamá le encantaría conocerte. O puedo ir a tu casa y conocerlos.
—Hoy no puedo, invite a Cassie. Pero podríamos ir a Ventura ahora. Yo invito los batidos.
—Sí —Miguel bajo la mirada—. Uhm... Voy a entrenar. Quizá en otro momento.
—Oh... —Ethan se rascó la nuca un poco incómodo ante al tono que uso—. Esta bien.
—Pero te llamo luego —le dio una mini sonrisa y se fue.
La cabeza de Ethan empezó a trabajar tan rápido que su corazón se acelero al no saber que le pasaba a Miguel.
¿Había hecho algo mal?
Ethan y Cassie estaban juntos mientras jugaban Uno en la mesa de la cocina mientras Amanda lavaba los platos.
—Mamá —dijo Sam—, ¿viste a papá? Necesito hablar con él.
—No, salió, y necesito hablarte. ¿Chocaste y huiste hace unos meses?
Los dos mejores amigos voltearon a mirar tan rápido que podrían haberse roto el cuello. Sam bajó la cabeza con culpabilidad.
—Dios mío —dijo Amanda incrédula.
—Juro que yo no conducía —dijo Sam—. Fue Yasmine.
—Sammy —exclamó Ethan sorprendido.
Cassie hizo una mueca y luego sonrió victoriosa.
—¡Uno!
—¡Tramposa! —reclamó Ethan.
—¡Ustedes dos, silencio! —dijo Amanda—. No me importa quién fue. Debiste decirnos esto. ¿Sabes el problema que causaste?
—Lo siento...
—Eso no bastará —Amanda se cruzo de brazos—. No puedo creer que lo diga pero estás castigada. Dame tu teléfono.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque mientras tengas internet, ir a tu cuarto es un juego. Ahora dámelo.
—No olvides la computadora y el reloj —dijo Anthony comiéndose un pepinillo.
Sam le dió sus cosas a regañadientes.
Cassie puso su última carta. Ella y Ethan subieron al cuarto del chico para no estar en el ambiente incómodo que se había formado.
El teléfono de Ethan no había dejado de vibrar en toda la película y Cassie ya estaba harta.
Tomó el teléfono y lo apagó, sin siquiera revisar los mensajes.
—¡Oye! Era Miguel, déjame contestarle.
—Cuando termine la película —Cassie sonrió divertida y le dio un codazo no muy fuerte—. Como van las cosas con el.
—Estaba raro hoy —Ethan pausó la película y la miro—. Supongo que bien pero no lo se...
—Yo creo que deberías besarlo y ser feliz —Cassie le puso play y apoyó la cabeza en el hombro de su amigo.
—Wow, que buen consejo, muchas gracias —respondió sarcástico.
Luego de un rato, terminó la película y sonó el timbre.
—¿Me das mi teléfono? —pidió Ethan.
Cassie rodó los ojos y le dió su teléfono.
—Gobernado.
—Cállate —Ethan revisó los mensajes y le contestó con un "Te veo ahí <3" y miró a Cassie—. ¿Quieres ir a una fiesta?
Ethan le pidió permiso a su mamá y luego fue a cambiarse. En una media hora, en la cual espero a que Cassie se terminara de arreglar, salieron de la casa y se encontraron a Robby y a Sam.
Robby cojeaba.
—¿Estás bien? —preguntó.
—Caminaré y se pasará —alzo los hombros y dio un saltito comenzando a caminar normal—. Ah, mira. Ahí esta.
—Espera —dijo Sam—. ¿Fingiste todo eso?
—¿Fingir qué? —preguntó Cassie.
—Dijiste que eras prisionera. Pensé en sacarte —Robby alzó los hombros y miró a los tres chicos en frente de el—. Entonces... ¿adónde vamos?
Ethan y Cassie se miraron y asintieron.
—¡Fiesta!
Sam había insistido en manejar. Llegaron en unos minutos al Cañon con un traumatizado Robby, una Cassie apunto de vomitar y un Ethan cantando a todo volumen sin pudor alguno.
—Me gusta ir rápido —empezó Robby—, pero fue una locura. Suerte que sobrevivimos.
—No exageres. Aparte, Miguel debe estar desesperado por ver a Ethan —dijo Sam con tono burlón.
—Llegó un poco tarde —dijo Robby alzando los hombros—. Qué importa. No debería enojarse.
—Vamos a bajar —avisó Cassie tomando la mano de Sam logrando que ella se sonrojara—. Nos vemos.
Se despidieron con la mano y bajaron corriendo por la colina.
—Traicionera —dijo Ethan y miró a Robby—. No es solo eso. No estoy seguro que paso, estamos... ¿saliendo? Y no le he dicho a mis padres. Supongo que lo sabe por qué hoy fue un poco incómodo.
—¿Por qué lo ocultas? No has... ¿salido del closet?
—No, no es eso —Ethan negó—. Bueno... papá odia al sensei de Miguel, mucho, si se enterará se volvería loco. Planeaba decirles cuando tengamos algo serio pero... no lo se me siento mal. Lo siento, no debería cargarte con mis cosas, me voy a callar.
—No. Lo entiendo.
Los dos chicos comenzaron a bajar la colina y Ethan casi se tropieza. Robby lo atrapó mientras reía.
—Ten cuidado, estúpido.
—¿Cuál es la necesidad de insultarme? —preguntó Ethan riendo.
—Hola —dijo Miguel acercándose.
—Hola —Ethan sonrió y le dio un beso en la mejilla—. ¿Todo bien?
—¿Quien es este tipo? —preguntó sonriendo sarcásticamente.
—El es...
—Espera —interrumpió Robby—. ¿Este es el chico?
—Sí —dijo Ethan frunciendo el ceño—. Miguel, tranquilo. Él es Robby, es el chico que entrena conmigo y trabaja con mi papá.
—Con tu papá —respondió Miguel asintiendo—. Claro, tiene mucho sentido.
—¿Perdón? —preguntó. Ethan se acercó a el y olió el aire—. ¿Estuviste bebiendo?
Miguel lo miró incrédulo y rió.
—No. No hablemos de mí. Te escribí y te llamé todo el día, ¿y me contestas una vez hace veinte minutos?
—Estuve con Cassie, te lo dije. Aparte me quitó el teléfono así que no pude contestarte.
—Ooh, qué conveniente —dijo sarcástico.
—Oye, hombre...
—¡Lárgate! —dijo Miguel y empujo a Robby haciendo que se caiga de espalda.
—¿Cuál es tu problema? —dijo Ethan comenzando a enojarse—. ¿Por qué estás así?
—Oye, ¿lo harás otra vez? —preguntó Robby a la defensiva.
—¿Otra vez? —dijo Miguel acercándose.
—Ni se te ocu...
Ethan se interpuso entre los dos justo cuando Miguel trató de golpear a Robby. Claro que le termino dando un puñetazo a Ethan en la nariz.
—¡Ethan! Mira, lo siento.
Cassie y Sam se habían acercado al escuchar los murmullos y los gritos. Miguel trato de acercarse pero Ethan lo empujo con una mano.
—¿Que mierda te pasa? —preguntó limpiándose la sangre que bajo por su nariz—. Sabes que, traté de no hacerle caso a mi padre sobre lo que decía sobre Cobra Kai pero supongo que tenía razón. Buena suerte en tu maldito torneo.
—Ethan...
El chico se dio media vuelta y se fue con Robby siguiéndolo. Cassie miró a Miguel con decepción.
—Lo jodiste todo.
Robby estaba entrando mientras Ethan mantenía una bolsa con hielo en su nariz. Keene había tratado de hacer que su amigo entrenara con el pero no había logrado nada.
—Hola, chicos —dijo Daniel entrando al dojo tambaleándose.
—Señor LaRusso —dijo Robby con una mirada de culpabilidad—, necesito hablarle de alg...
Detrás de Daniel, Johnny Lawrence entró al pequeño dojo haciendo contacto visual con Robby.
—¿Qué demonios? —preguntó ahora mirando a Ethan—. ¿Qué pasa?
—Johnny, olvidé contarte —dijo Daniel sonriendo—. No eres el único con un alumno. Yo también tengo uno, bueno dos.
—Papá, ¿estás borracho? —Ethan dejo la bolsa en el suelo y se acercó.
Johnny lo empujo contra la pared sobresaltando a los dos chicos.
—¿Qué diablos te pasa?
—¿A ti qué te pasa? —dijo Johnny acercándose enojado.
Robby se puso en medio y agarró a Johnny de la camisa. Ethan obligó a su papá a retroceder.
—¡Papá, retrocede! —gritó Robby.
—¿Papá? —preguntaron los dos LaRusso's al mismo tiempo.
—Si quieres pegarle, pégame a mí primero —dijo Robby con los puños en alto.
—Esto es un chiste —dijo Johhny negando y se fue sin mirar a ninguno de los tres.
Ethan observó a Robby aguantándose las ganas de llorar. ¿Por qué todo salió mal ese día?
—Iba a decírselos —se excusó Robby tratando de acercarse a Ethan.
Solo que el se alejó, cansado de las peleas.
—¿Fue un engaño? —preguntó Daniel—. ¿Juegas un juego enfermo conmigo?
—No, no fue así —dijo Robby estresado.
—Me mentiste.
—Por favor...
—¡Vete! —gritó el adulto.
—Papá... —trató de razonar Ethan.
—¡Cállate! —le gritó a su hijo haciendo que se tapara la cara, como si Daniel hubiera amenazado con golpearlo—. ¡Vete! Y no vuelvas a esta casa ni a la agencia jamás. Aléjate de mi hijo. ¿Entendido? Nunca más —gritó de nuevo y cerró la puerta de un portazo.
Ethan se quedo paralizado viendo a Daniel recoger un trofeo que había caído al suelo.
¿De verdad había pensado que su padre iba a golpearlo?
—¡Fuera de aquí!
Los ojos del menor se llenaron de lágrimas y salió corriendo.
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