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008| ¡𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐄𝐋 𝐄𝐒 𝐌𝐈𝐎!. (Part 2)

ANTERIORMENTE EN "HE IS MINE":

Al quedarse solo juntó con Lin, Ganimedes se permitió llorar...no le gustaba llorar delante de nadie. En estos momentos...Ganimedes solo estaba asustado, con tristeza y bastante decepción.

...Zeus nunca le amo, pero...¿No podía aunque sea haber cumplido con la promesa de proteger a Castiel?, su hijo casi moría ¿y que hizo el idiota que tanto presumia su poder? ¡Nada!.

Y lo peor de todo es...que él no estuvo ahí para cuidar de su hijo pero aún así...no estaba arrepentido de amar a su padre, de amar a Zeus, y lo seguía amando apesar de todo y eso era todavía peor.

Ganimedes ya había perdido una hija...no perderá a otro.

Una sonrisa calida se formó en los labios rojizos de Castiel aún con sus mejillas pintadas de rojizo, esa acción que hizo Lu bu lo había dejado aún más enamorado. No había duda que cada segundo que pasaba tiempo con uno de sus amados lo hacía enamorarse más y más.

Lu bu le mandó un besó a su amado semidiós el cual no pudo evitar reír con ternura a tal acción, una acción que molestó los ex's de Castiel.

—¡¡MI SEÑOR, ESO FUE FABULOSO, MARAVILLOSO!!—. Cheng lloraba de emoción y tiraba rosas que tenia en una canasta a la arena para dar un ambiente más romántica a la atmósfera que habia entre su líder y su amado.

—¡¡VIVAN LOS NOVIOS!!—. Gritaron todo el ejército haciendo la misma acción de Cheng con las rosas también llorando de la emoción.

—¿De donde sacaron las rosas?—. Se preguntó así misma Rin entre sus pensamientos viendo con la ceja arqueada como sus tíos lanzaban las rosas que estaban en las canastas que tenían a la mano.

'¡El humano Lu bu acaba de escribir el nombre de su amada pareja en la arena al mismo tiempo que peleaba!'—. Anunció Heimball que miraba la arena impresionado y a su vez fascinado de que el humano podía pelear y ser romántico al mismo tiempo. —'¡No cabe duda que este es un GRAN actor!. ¡Uno de los mejores en la historia!'—. Por alguna razón, Heimball sentía que se iba a quedar sin trabajo al decir eso.

Göll no paraba de llorar de fascinación. —¡Hermana Hilde, el señor Lu bu es todo un romántico!—. Exclamó entre lágrimas de forma chistosa la Valkyria más joven.

—Si, es igual así de romántica la Diosa Carysse contigo?, querida Göll—. Comentó sin expresión alguna en su rostro y más atenta en la batalla que a su hermana.

El corazón de la Valkyria más joven casi se detiene, se quedó helada, fría, no podía moverse o casi respirar. ¿...Como su hermana mayor sabía eso?, es más, ¿¡Como se enteró!?.

—¿Como...?.

—Ustedes dos son muy obvias, tanto yo como

Thor vió con el corazón partido a la mitad las miradas que su preciado Castiel y ese maldito roba-parejas se tenían mutuamente, prefería arrancarse a los ojos que ver eso en primer lugar, no, más bien..., quería arrancarle los ojos a ese humano mal nacido. De la ira que sentía apretaba tan fuertemente al Mjolnir.

Rompió aquellas miradas que se daban yendo de forma directa a darle un golpe mortal al humano.

—¡Ah!, ¡Amor, cuidado!—. Aviso preocupado y alterado el semidiós señalando la dirección de donde venía el Dios nórdico.

Lu bu puso los ojos serios, no, más bien molestos, bloqueo justo a tiempo el ataque de Thor con su lanza causando una gran ráfaga de viento que llegó incluso hasta las gradas.

Castiel cayó hasta sentado en su asiento por la fuerte ventisca del impacto, claro que, no pensó que Hermes sacará de inmediato una sabana para evitar que la tierra que venía con ese aire le cayera ensima. Esa fue una acción que no esperó de uno de sus antiguos hilos dorados, pero a lo mejor solo lo hacía por modales o algo así.

La pobre Rin casi sale volando al ser pequeña, de no ser por Cheng quien la abrazado fuertemente y protegiendola de la tierra con su cuerpo, la pobre kitsune ya hubiera salido volando del Valhalla.

Göll estaba tosiendo ya que le había caído algo de la tierra en su boca, Brunhilde solamente estaba con su experiencia seria e incluso fruncio el ceño al sentir que algo andaba mál.

En un movimiento rápido, el humano llevó el ataque del Dios hacía atrás para poder retroceder quedando ambos separados en diferentes lados de la arena, ese maldito quería matarlo con ese ataque acaso?.

—Ja!—. Bufó el chino mientras limpia parte de su sudor que estaba en su frente con su brazo. —¿Aun enojado por lo que te dije?—. Dejó el manto de su manga tocar el suelo mientras se seguía limpiado el sudor mirando con burla y una sonrisa al contrario.

Thor fruncio el ceño. —Callate...—. Y al decir eso, volvió a la ataque.

El corazón de Castiel se lleno de alivio al ver a su amado a salvo, aun estaba bien, pero...Thor...ese maldito casi mataba a Lu bu...más bien, hubiera matado a su Lu bu si este mismo no bloqueaba su ataque.

Castiel podia ser distraído...incluso algo menso, pero no era un tonto, Thor había lanzado ese ataque con intenciones de querer matar a su humano, y eso...lo enojaba y mucho, aun más cuando Heimball no le dijo nada al Dios.

—Mmmm vaya, que interesante...—. Susurro Zeus mientras se acariciaba la barba viendo atentamente la arena de pelea.

—Uh?, que cosa?, padre—. Preguntó Castiel curioso mirando a su progenitor.

—La arma que utiliza uno de tus nuevos amados—. Zeus no sabía que al decir eso había despertado una vez más la molestia en los ex's presentes. —ya debería haberse hecho añicos tras entrar en contacto con el arma divina de un Dios—. Se recargo más las espalda en su asiento mirando más de forma atenta al humano que peleaba contra Thor.

—Mmmm tal vez las valkyrias han de tener algo que ver en eso—. Dijo Hermes de forma pensativa teniendo su mano en su barbilla.

El de ojos aperlados recordó de inmediato cuando vió a su amado Lu bu y a esa valkyria, Randgriz, haciendo el volund, una técnica muy vieja pero si importante. Por supuesto que no le diría nada de esto a su padre o alguien más, ¿razón? Prefería que los descubrieran solos.

—Las valkyrias?—. Arqueo la ceja el rey del Olimpo viendo a uno de sus hijos.

—Hace tiempo...escuche que las valkyrias podían utilizar una técnica que unía su alma con los de sus portadores—. Comenzó a explicar Hermes al de cabellos blancos. —En otras palabras, ellas se transformaban en armas uniendo su alma con la de su portador en una sola. A ese poder se le llama...; Volund—. Terminó de contar.

El padre de los dioses vio de inmediato a las valkyrias que estaban enfrente de ellos en otro lado de las gradas, Brunhilde también lo veía con una expresión seria, hasta que....sonrió. Afirmando por completo lo que Hermes había dicho.

—Ah!, con que son las cosas?, ¡Que lista eres Brunhilde!—. Susurro con una sonrisa divertida y entretenida, Zeus. Luego suspiro bajando la mirada. —Esas niñas de verdad van enserio, ¿creen que pueden ganar contra nosostros los dioses?, ¡Eso es..., esos es...,—. Apretó fuertemente los lados de su silla. Castiel se puso algo nervioso al ver eso, ¿su padre acaso estaba enojado?, Afrodita solo mostró el poco interés que tenía en la reacción del anciano, Hermes solamente estaba curiosa por su reacción al igual que Shiva. —MARAVILLOSO!—. Rio divertido el Dios. Sus ojos parecían ser reemplazados por corazones en sus ojos.

Empezó a mandar besos hacia las valkyrias sin vergüenza alguna. Castiel solo se pudo pegar en la frente y ocultar su rostro al ver eso, a veces le daba vergüenza su propia padre, ¿estaba mal por sentir eso?.

—Ah!, ¡Hermana, el Dios Zeus nos estaba mirando raro!—. Exclamó Göll a su hermana mayor escondiéndose atras de ella con una expresión de miedo convinada con horror.

...Deja de vernos así, anciano pervertido—. Pensó con completo desagrado Brunhilde manteniendo sus brazos cruzados y una expresión seria.

—¡BRUNHILDE, ME SORPRENDES, ERES UN BOMBÓN!—. Gritaba Zeus sin vergüenza alguna.

—Por favor, para...—. Susurro Castiel aún con sus manos en la cara.

Ganimedes aventó su vaso de plástico con agua a la pantalla justamente cuando escuchó a Zeus llamar a Brunhilde "Bombón". Lin miro eso sorprendido, no se había esperado.

—Gany...?—. Susurro el pequeño dragón de oro viendo al rubio.

El humano no respondió, estaba sentado de rodillas en la cama con sus manos apretando las sabanas.

—Eres un...eres un...—. Empezó a susurrar el Rubio bajando poco a poco más la cabeza. —¡¡ERES UN MALDITO MENTIROSO!!—. Alzo la mirada con sus ojos cerrados. Estaba llorando. Lanzo una de sus almohadas a la pantalla tomando por mas sorpresa al dragón. —¡¡Yo era tu bombón, yo era el amor de tu vida, yo era tu hilo dorado!!—. Siguió aventando las almohadas de su cama a la pantalla que apuntaba a Zeus.

El pequeño dragón no supo que hacer algo ver al humano así, no se esperaba que Ganimedes tuviera una reacción así pues siempre era alguien serio, reservado y actuaba de forma madura.

Ahora tenía sentido cuando su ma-, es decir, su señorita Carysse le dijo que Ganimedes parecía otra persona cuando se trataba de Zeus, aún así, no tenía sentido que haya reaccionado entre lágrimas pues el rubio no lloraba ante nada y nadie, ni enfrente de Zeus, eso se sabía muy bien.

—¡¡Pero no, claro, no era a sí!!, ¡¡METIROSO, TRAIDOR, ABANDONADOR, COBARDE...!!—. En una de esas agarro sin querer a Lin y también lo lanzó a la pantalla, de no ser porque el dragón sabía volar, hubiera estrellado contra la tele.

El Rubio cayó en su cama hacia atrás entre lágrimas diciendo un monton de cosas (mayormente eran insultos hacia Zeus).

—¡¡Y LO PEOR DE TODO..., *Sniff* A PESAR DE TODO...,!!—. Ganimedes abrió sus ojos, aunque el único que se podía ver era el que no tenia tapado, su ojo azulado cristalizado de lágrimas. —...Te sigo amando...—. Sollozo él con una de sus manos en su corazón empezando a llorar más fuerte. —¡Eres un metiroso, y aún así te amo!—. Sus sollozos cada vez eran más fuerte. —¡Te necesitó y a la vez no!. ¡Ojala pudiera decirte que te odió, pero soy malo mintiendo!.

Lin camino por la cama de Ganimedes hasta llegar delante de su cara, después dio un pequeño suspiro.

—Sabes que?, Gany—. El dragón pequeño emprendió vuelo hasta la mesita de la cama. —Desde ahora tomarás solo dos pastillas de lágrimas de fenix—. Comentó él tomando la cajita de pastillas.

El dragón dorado no tenía pruebas pero tampoco dudas de que Ganimedes estaba así por los efectos secundarios de estas pastillas, cosa que es curioso.

¿Por que? Porque el efecto secundario deja a la persona quien toma estas pastillas en un estado emocional tan vulnerable que dice las cosas que en verdad siente.

Esta pelea seguia igualda, la fuerza de ambos contrincantes era tan parecida que hasta daba miedo. Ambos seres habían encontrado lo que antes tanto habían buscado...un digno rival que iguale su fuerza y capaz de llamarlo amigo, pero como se dijo, eso era antes.

Las caras de los hombres no reflejaban ningún gestó de diversión o entretenimiento, a pesar de que el general tenía una sonrisa, era una sonrisa más burla y complaciente de que el Dios este tan enojado por saber ahora que ya no tenía ningún derecho sobre Castiel, algo que se negaba a creer.

Thor y Lu bu...ambos hombres serán de distintas razas pero tienen mucho en común más de lo que creen, entre esas cosas en común; que ambos aman con locura a un dulce semidiós de bellos ojos aperlados.

No importa cuanto se esforzará el Dios de cabellos rojizos por mejorar sus ataques, nada parecía llamar la atención de Castiel, ni siquiera volteaba a mirarlo a él, el semidiós únicamente estaba enfocado en el humano a quien sonreía con tan dulzura y amor. Cada que veía eso su corazón dolía más y más como si le inyectaran veneno, es más, prefería mejor beber veneno que seguir viendo esto.

Cuando le llegó la noticia que Castiel había regresado de nuevo, no aguanto mostrar una gran sonrisa de emoción con alivió, hasta incluso se le escaparon unas lágrimas. Pensó que todo iba a estar bien ahora cuando le pidiera disculpas a su bella nube perdón por todo lo que le hizo en el pasado pero...todo se desmoronó cuando no fue así...

Su ángel había vuelto pero con nuevos destinos dorados, había vuelto con otras personas que les daría amor..., un amor que por derecho era suyo al igual de los demás del antiguo Harem, no, no antiguo harem, el VERDADERO harem.

Nunca creyó lo que le dijo Carysse hace siglos de que Castiel ya no era más su destino dorado, que ella corto los hilos y los unió a unos nuevos, unos nuevos que harían muy feliz a Castiel. Recordó incluso que se había reído ese día pensando que todo era una broma de mal gusto y hecha por la diosa del hilo dorado..., fue un estúpido de no haberle creído.

Thor odiaba esto...odiaba a Carysse, odiaba al humano y a los demás miembros de actual harem dorado de SU Castiel...y sobretodo...odiaba a esa zorra que lo engaño.

¿Dejaria ir a Castiel? Sobre su cadáver. Lo había perdido una vez...no habrá segunda...

Fue en un descuido que el Dios tuvo al comenzar a poner más atención a sus pensamientos que a la batalla, eso Lu bu lo aprovechó para romper con la punta de su lanza uno de los guantes de Thor, también aprovechó para herir su pecho hasta sangrar, lo que ocasionó conmoción en todos los espectadores.

'¡...Uno-Uno de los guantes de Thor ha sido destruído!. ¡El humano rompió uno de lo guantes del Dios Thor!'—. Anuncio complementamente desconsertado Heimball mirando con asombro eso.

—¡¡Si, eso es!!—. Gritaban de alegría y felicidad Cheng y Rin estando la pequeña kitsune en los hombros del mayor.

Brunhilde sonrió con orgullo y gusto al ver eso, esto cada vez más iba saliendo bien, Göll también estaba contenta y aliviada así que siguió apoyando al chino con una gran sonrisa.

Suspiro. —Extraño a mi dulce Ares...~—. Pensó Afrodita con algo de poco interés en la batalla, no mentiría que estaba también entretenida con este enfrentamiento sobretodo por los constantes celos de los antiguos integrantes del harem dorado, pero ella de verdad extrañaba a su destino dorado, su querido Dios de la guerra; Ares.

Cuando Carysse reveló que el destino dorado del Dios de la guerra era ella, no pudo evitar sentirse emocionada pues ella ya llevaba enamorada de Ares desde hace mucho tiempo, así que saber que estaba destinada al Dios que amaba fue como un sueño hecho realidad.

Bien era sabido que apesar de que Ares fuera el Dios de la guerra era algo idiota, no idiota de mala persona, idiota de que...pues...no se veía muy inteligente y amenazante que digamos, pero eso a Afrodita no le importaba, amaba a Ares con toda su alma, su ser, su existencia, lo adoraba con todo su corazón y cada parte de su existencia que no se imaginaba un mundo donde ella no lo amará.

Esta pareja eran una de las favoritas de la mismísima Diosa Carysse, pues eran una de las parejas que se adoraban, amaban y apreciaban mutuamente, aparte de que era una de esas parejas sanas de las que no se veían mucho.

—¡Maravilloso, simplemente maravilloso!—. Pensaba con sonrisa dulce con las mejillas rojas, Castiel, con sus ojos color perla solamente en su amado Lu bu. —Mi preciado General de seguro se debe estar divirtiendo—. Sonrió aún más con los ojos cerrados para después abrirlo y seguir viendo.

Frejya tenía la cabeza de Fortesi entre sus pechos mientras este mismo seguía viendo la arena de pelea con una cara bastante asustado, en shock, alterado e incluso angustiado. La diosa le daba palmaditas en su espalda para tratar de tranquilizarlo.

—E...Ese hu.humano rompió uno de los guantes de Thor—. Dijo el Dios de la justicia completamente atónito señalando temblorosamente con su mano la escena que ocurria delante de él.

—Ya, ya, lo más seguro es que Hefesto le haga otro—. Consoló la diosa al contrario con un tono suave y tranquilo aún dándole palmaditas en su espalda teniendo la cabeza del Dios aún en sus pechos.

—en mis propios ojos...—. Susurró Fortesi, parecía que iba a chillar. Entonces proceso lo que le dijo Frejya. —El problema es el saber donde se metió ese hombre—. Comentó él acomodando su cabeza en el pecho de la diosa para estar más cómodo.

—Bueno, en eso tienes razón.

—Lo que significa...—. Una día le llegó al de lentes, una idea que lo aterro. —¡Que Thor no podrá utilizar el martillo nunca más!—. Casi pega un grito en agonía, se refugió de nuevo en pecho de la diosa para ahora si, empezar a llorar.

Suspiro. —Ya, ya, no te preocupes, todo estará bién...—. Volvió a consolar Frejya a Fortesi que de la nada la abrazo por la cintura. Ese acto la tomó por sorpresa causando que sus mejillas se tornarán de color carmesí.

La leyenda del martillo de Thor y sus guantes. Thor debía usar esos guantes para poder utilizar al Mjolnir, si no utilizaba los guantes, el poder del martillo acabaría con Thor.

Castiel se levantó de su asiento para poner sus manos en el barandal de piedra, con una sonrisa, alzó la voz lo suficientemente fuerte para ser escuchado por su amado.

—¡Eso fue increíble, amor!. ¡Ya tienes esta pelea ganada!—. Afirmó Castiel muy contentó alzando un brazo agitandolo con emoción. El confiaba ciegamente que su amado ganaria.

—Uy, no de nuevo...—. Pensó Afrodita sintiendo un escalofrío recorriendo por su espalda al sentir los celos y la ira de Odín, Shiva y Hermes. No le negaba, le resultaba entretenido eso pero a su vez le daba miedo. De verdad, necesitaba a su querido Ares.

El general volteo a ver a su amado con una dulce sonrisa y sus ojos brillando de amor hacia su semidiós. Que Castiel llegará a su vida fue una bendición, llegó a él en el momento menos esperado pero también indicado.

Ante de Castiel...no le encontraba sentido alguno a su existencia cuando descubrió que ya no había nadie en el mundo capaz de enfrentarse a él, capaz de darle una buena pelea, fue ahí que ya no le importaba seguir viviendo, pensó hasta en dejarse capturar por el emperador Cao Cao.

Pero...todo cambio con la llegada de Castiel a su vida, el mundo volvió a tener color, había una razón por la que ahora podía existir...Castiel...

Si Castiel tenía miedo, el será su protector, si Castiel quería algo de comer, el aprendería a cocinar, si Castiel quería a un enemigo muerto, el lo mataría, si Castiel moría...el moriría con él...

Después de todo...Castiel es su existir...

Ambos amantes se veían con ese brillo cálido en sus ojos, con las mejillas rojizas y una sonrisa dulce hasta empalagosa. No existía duda alguna que estos dos se amaban.

Un sonido como un corazón latiendo, aquel sonido rompió la atmósfera romántica entre el mortal y el semidiós para poder después mirar a Thor, de ahí provenía el sonido, específicamente el martillo el cual parecía romper estar...rompiéndose?.

Los ojos de Castiel se abrieron con sorpresa. Tanto Shiva como Hermes sonrieron al ver eso, era el fin del humano.

Brunhilde se quedó asombrada al ver eso...el Mjolnir...tenia acaso carne adentro?, ¿Que estaba pasando?. Göll parecía darle un infarto cuando vio eso, para ella le daba miedo.

—Jojojo! ¡El Mjolnir al fin a despertado!—. Rio al aplaudir Zeus mirando con mucho interés lo que estaba por venir.

—Eh?—. Castiel lo miro confundido y preocupado, volvió a sentarse. —¿Que quieres decir con que ha despertado?—. Dirigió su mirada a su padre; Hermes le estaba sirviendo a Castiel unos bocadillos, al tenerlos listos se los dio con una sonrisa. El semidiós solo lo aceptó porque tenía algo de hambre y porque los bocadillos eran unas palomita con salsa valentina y un refresco de uva, se sentó bien en su trono para poder disgustar bien los alimentos.

Zeus miro con una sonrisa paternal a su hijo, estaba apuntó de decir algo cuando fue justamente interrumpido por una voz femenina.

—Tu padre se refiere a que alteró sin querer una leyenda Nórdica—. Entró en ese momento justo Carysse con una sonrisa radiante como si nada malo hubiera hecho jamás en su vida.

Los antiguos hilos del harem dorado vieron a la diosa que acababa de entrar con un desprecio enorme. Ni en sus sueño, pesadillas o último aliento perdonarían a una de las mujeres que les arrebató su felicidad.

—Esa perra...—. Pensó con un enorme desprecio Shiva mirando con desdén a la pelirosa que se sento en su lugar con suma tranquilidad al lado se Castiel.

Zeus solo hizo una mueca al ser interrumpidos por Carysse, le debía mucho a esta mujer, hasta le tenía miedo, pero estaba apuntó de entablar una buena conversación con su hijo que fue arruinada por la recién llegada.

—Soy una asco para ésto—. Pensó Zeus completamente desanimado. —...Si estuvieras aquí...seguro me darías buenos consejos...mi amor...—. Recordó a cierto chico de cabellos rubios ondulados de aspecto suave y esponjoso, pero rápidamente se Quito ese recuerdo de la cabeza.

—¡Tia Carysse!—. Exclamó con una sonrisa Castiel mirando a la mujer quien tomaba vino de forma tranquila (se lo sirvió de mala gana Hermes).

—Lamentó la tardanza, Casti'. Tu tita estaba ocupada—. Sonrió sin preocupación alguna sacando su abanico para empezar a abanicarse.

—Ja!, y yo que pensé que ya te había llevado la perrera—. Bufo Shiva cruzando dos de sus brazos y con los otros dos poniendolos atrás de su cabeza.

Ese comentario hizo que el semidiós frunciera el ceño, ¿por insultaba así a su Tía Carysse?, eso era lo que se preguntaba. Castiel iba a decir algo se inmediato para defender a la pelirosa, pero esta fue más rápido como siempre, y habló primero.

—Ah!, es cierto!—. Carysse fingió inocencia, cerrando su abanico volteo a ver al Dios indu para después acercar su abanico a su barbilla. —Lord Shiva, ¿Que le parece uno de los integrantes del nuevo harem dorado de mi sobrino?—. Abrió de nuevo su abanico para acercarlo a ella con una sonrisa 'inocente'.

Esa pregunta tocó un nervio bajo de Shiva lo que hizo que se estremecieron abriendo los ojos como platos, seguido de eso apretó los dientes con rabia.

—¿Que dijiste?, maldita—. Volteó la mirada a la contaría, los ojos de Shiva miraron con seriedad y molestia a la diosa quien solo rio al ver eso.

Afrodita movio su asiento más alejada de Shiva, le era entretenido pero también le daba miedo.

—Oh! Solo tengo curiosidad por su opinión sobre el General Lu bu, segundo hilo dorado de Castiel—. Carysse sonreía con dulzura amigable bien fingida. El abanico le daba un toque de que lo decía de manera inocente, lo que la beneficiaba.

Zeus y Afrodita se miraron, después tragaron saliva para desviar la mirada. Conocían muy bien a la diosa del hilo dorado, esto no se veía bien. El pobre Castiel no entendia que pasaba.

—Después de todo...el general Lu bu tiene lo tu no tienes...el amor de Castiel—. Dejó caer su máscara revelando una sonrisa burlona, seria y satisfactoria de verlo así de enojado. A la vez que sonreía, su abanico estaba cerca de sus labios.

Aquello hizo que Shiva mordiera su labio interior hasta sangrar para tratar de tranquilizarse. Odín y Hermes solo se mantenieron serios al por eso, no podían perder el control...menos delante de Castiel.

—Bueno! Como decía!—. La sonrisa de la pelirosa cambio de forma muy rápida a una divertida y amigable. —Verás Casti', la leyenda de Thor y sus armas divinas tiene un error—. Comenzó a contar ella cerrando su abanico poniendo la punta del objeto en su mejilla derecha.

'¡Es el corazón!. ¡Mjolnir ha despertado al fin!'—. Exclamó Heimball con un voz emocionada e interesada por lo que estaría apuntó de ocurrir.

—Un error?—. Dijo Castiel curioso.

Carysse asintió. —Así es. Los guantes no son para proteger a Thor del Mjolnir...—. Abrió su abanico aún sonriendo y comenzó a abanicarse. —Son para proteger al Mjolnir de Thor—. Terminó de decir ella mirando ahora con seriedad la arena de pelea.

Castiel dejó caer su taza de la que tomaba leche con azúcar al suelo.

—...¿Que?—. Solo pudo pronunciar eso como reacción el semidiós. Sintió de inmediato el temor y la angustia invadirlo...su amado...su general...estaba en peligro!.

Göll trago saliva con dificultad mirando la escena confundida. La mayor de las valkyrias mordió su pulgar derecho mirando con enojo eso, ya sabía lo que estaba pasando, y eso le molestaba.

Thor bufó sin sonreír. —Eres un dormilón...—. Quitó de su mano su último guante dejándolo caer al suelo ocasionando que este se rompiera sorprendiera a todos en las gradas.

Lu bu miro eso con seriedad y se preparó para cualquier ataque.

—...Tu también estás enojado?, no?—. Caminó el Dios hacía su martillo, su expresión se veía como siempre, neutra, pero por dentro la furia lo dominaba. —Ese humano...—. Se detuvo al ya estar cerca del Mjolnir. —Forma parte de los malditos que nos quitaran nuestra felicidad...—. Sacó del único bolsillo de su vestimenta un broche de flor con pétalos rojos y amarillos.

'¡Esto es un regalo para usted...!, Dios Thor...'. Thor recordó perfectamente el día en que su Castiel le había regalado este broche de flor, un broche...que en el pasado rechazó.

Besó con delicadeza el broche con mucha dulzura y lo volvió a guardar.

—Oye humano—. El dios levantó sin problema alguno el Mjolnir mientras se dirigia al humano.

Las gradas de los dioses gritaron se emoción, estaban más que seguros que Thor los haría ganar en la primera pelea.

—¡Aun lo puede usar, aún lo puede usar!—. Repetía Fortesi muy feliz aún abrazando a Frejya por cintura sin tener intenciones de soltarla.

Lu bu solo miro de forma fija al Dios quien también lo miro de la misma forma.

—Dijiste que tu nombre era Lu bu, verdad?—. Recargo el Mjolnir en su hombro para después tomarlo con ambas manos y alzarlo.

El nombrado solo respondió asintió con la cabeza e hizo una mueca con desconfianza y en posición de defensa.

—Quisiera pedirte un favor—. Del martillo comenzaron a salir rayos al igual que en las manos de Thor. —Muerte de una vez—. Su rostro cambio a uno de desprecio convinado con un enorme odio.

El general fruncio el ceño al oir eso.

Thor lanzo con una muy gran parte de su fuerza el ataque que Lu bu bloqueo con su lanza de inmediato generando otra ventisca por el impacto, esta vez, más fuerte que la enterior.

Castiel trataba de abrir sus ojos para saber que era lo que pasaba, pero el fuerte brillo de los rayos del martillo y el choque entre ambas arma que generó la ventisca se lo estaban impidiendo. En los ojos del semidiós, solo había reflejo de angustia y temor por su amado, tenía miedo se perderlo, no quería perderlo...

No de nuevo...

——» AÑOS ATRÁS:

Castiel se aferraba fuertemente a la mano de un ya anciano Lu bu en cama...completamente débil.... Los ojos del semidiós derramaban lágrimas, incluso su cuerpo temblaba por el miedo sabiendo cual sería este día el destino de su amado.

—...No llores...—. Habló el chino débilmente pasando una mano por el cabello de su ser más amado.

—¿Como *Sniff* quieres que *Sniff* no lloré?—. Dijo el semidiós sin poder dejar de llorar aferrándose más a la mano de su amado.

La pequeña cria de Kitsune, Rin, estaba justamente detrás de ellos en brazos de su ya viejo, tío Cheng. La niña veía todo con también tristeza sabiendo igual el destino de uno de sus padres de este día. Cheng también estaba triste, tanto él como Rin tenía los ojitos cristalizados de las lágrimas.

—Castiel..., mi adorada nube..., mi calma..., mi fuerza...—. Decía Lu bu acariciando la mejilla de su amado tratando de borrar las lágrimas que caían de ella. —Te amo tanto, más de lo que unas palabras puedan decir...—. Sonrió con una calidez de amor que llegó al corazón del contrario haciendolo llorar más.

—Yo *Sniff* igual Te amo...—. Dijo Castiel entre lágrimas aún temblando, no lo soportó más y se lanzó a abrazar a su amado con todas sus fuerzas, sabiendo que dentro de unos minutos...ya no sentiría su calor.

—Rin, mi pequeña guerrera..., cuida de tu madre, por mi, si?—. Miró el humano a su hija adoptiva en brazos de su mano derecha. La pequeña asintió ya no podiendo aguantar las ganas de llorar, y fue así que se volvió un mar de lágrimas. —Estoy orgulloso de haber tenido a una hija como tú, estoy seguro, que crecerás como una niña fuerte y sana!—. Alzó su brazo a Rin para que Cheng la acercará y acariciar su cabeza con un cariño paternal.

Castiel seguía aferrado con todas sus fuerzas a él, llorando, temblando, con un gran miedo en su ser, su corazón en estos momentos era un cristal, en cualquier momento se rompería con la partida de su amado general.

—No estes más triste amor, nos volveremos a ver en el Valhalla—. Quitó su mano de Rin y ahora acarició la cabeza con mucha dulzura y amor a su preciado Castiel. Su voz era suave y sus ojos llenos de calma.

Sollozo. —¡Lo se, pero aún duele!—. Dijo él aún llorando. Se alejo un poco del abrazo para mirarlo a los ojos.

—Mi Castiel...—. Lu bu con una sonrisa amorosa y tierna acarició el rostro del semidiós con sus ojos brillando únicamente de amor y adoración. —Quiero que sigas buscando a tus demás destinos. Yo te esperaré lo que sea necesario, si nos volvemos a encontrar en el Valhalla quiero porque sea que ya los haz encontrado—. Pidió aún sonriendo Lu bu sin alejar su mano del rostro de su ángel quien asintió en lágrimas al oir eso. —Me haz hecho el hombre más feliz al haber aceptado mi amor...

Negó Castiel. —¡No!, ¡Tu me haz hecho a mi el hombre más feliz!. Me amaste...me quisiste y me cuidaste aún sabiendo mi pasado...—. Lágrimas caían de sus mejillas a las sabanas del general. —Lu bu...Te amor...—. Dijo él llorando.

El general solo sonrió aun más con amor al oir eso. Tomó de la barbilla a Castiel, levantó su mirada y acercó sus rostros.

—Yo también Te amo, mi amada nube—. Y dicho eso...le dió un último beso para poder irse en paz de este mundo.

——» ACTUALIDAD:

La multitud de las gradas humanas gritaban y festejaban de que Lu bu siguiese vivo después de haber enfrentado a ese bestial ataque de Thor. El humano había, por lo visto, salido ileso de había, claro, algo sudoroso pero ileso.

—¡Eso es, Lu bu ganará!—. Aseguró Göll apoyando con todo su ser al mortal que estaba en un extremo de l arena alejado de Thor quién lo miraba con desprecio.

Castiel dejó salir un gran suspiro de alivio al ver que Lu bu estaba bien, menos mál, por un momento pensó y...

Un relincho de caballo estando alterado se escuchó por toda la arena llamando la atención de los dioses, deteniendo el festejó de los humanos y el alivio de Castiel.

Las piernas de Lu bu se rompieron en dos ocasionando que cayera al suelo de rodillas tratándose de sostener de su lanza. Sangre salía de los pies rotos del humano manchando el suelo por completo.

Odin, Thor, Shiva y Hermes no pudieron estar más que contentos mientras que Carysse se lo veía con seriedad y molestia aquella situación.

El cuerpo de Castiel comenzó a temblar un poco, su respiración se volvió algo agitada, las pupilas de sus ojos parecían incluso también temblar, las lágrimas no tardaron en salir más solo a cristalizar sus ojos.

—¡¡LU BUUUUUU!!.

—EXTRA!:

«¡Secretos del Ragnarök!»
Con: Carysse.

🚨ADVERTENCIA🚨
«Lo siguiente de abajo contiene spoilers del fanfic, eres libre en decidir si quieres verlo o no. Seguido de eso, hay memes del fanfic»

Apesar de que aún sigo algo enferma, he estado trabajando aún es ese tiempo con escenarios futuros de esta historia. De hecho hay un escenario que me tomó; 5181 PALABRA, en poder llevarlo a cabo, lo cual...se volverá un capítulo.

¿De que trata esto?, pues...el nombre estaba aquí abajo encerrado en el círculo rojo. 👇

[Ignoren el "EPIC MUSICAL; Odiseo y Penélope", es que me volví fan de una saga músical de la mitología griega. 😔]

Les dejó una escenita para ver si adivinan de que va a tratar ese capítulo.

Posdata: Rin se va a llevar un gran susto en ese capítulo.

Esta autora se despide, adiós!.

Posdata 2: Dejó memes.


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