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005| 𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐄𝐋 𝐘 𝐓𝐇𝐎𝐑.

ANTERIORMENTE EN "HE IS MINE";

—Eres alguien bastante molesto—. Hablo por fin Thor mientras miraba con desagrado a Lu bu. —No se que lo que MI Castiel ve en ti—.

—Pues ve el amor que tú nunca le pudiste dar cuando formabas parte de su Ex Harem dorado—. Respondió con una sonrisa burlona y feliz, haciendo enojar a Thor.

Ante ese comentario que dijo Lu bu, solamente provocó la furia del dios Thor.

—————–AÑOS ATRÁS–—————

(Ubicación; Olimpo. Cuarto De Castiel).

—¿Ya te sientes mejor?, Castiel—. Dijo Preocupada Rin mientras le daba las medicinas en la mano a su dueño.

—Si, no te preocupes Rin—. Respondió Castiel mientras se sentaba con dificultad en su cama y trataba de forzar una sonrisa para tranquilizar a su pequeña zorrita.

—Mentiroso—. Dijo de inmediato Rin al notar la sonrisa forzosa de su amigo.

Castiel dio una pequeña risa al ver qué no funcionó, Rin lo conocía mejor que nadie.

—Rin, descuida estaré bien—. Acarició con una sonrisa la mejilla de la zorrita quien aún se encontraba flotando. —Tu sabes que soy fuerte—. Dijo con una sonrisa cálida.

Rin solamente le miró angustiada como respuesta.

El sol estaba entrando por las ventanas de la había, Castiel se paró con un poco de ayuda de Rin, ya era temprano, y debía bajar a desayunar junto a su "familia", en esos momentos hubiera deseado seguir con el dolor, miró las marcas que tenía en su piel, debía ponerse un vestuario que cubriera todo su cuerpo para que nadie lo notará, y algo de vendas como le dijo el doctor.

—Rin, me ayudas con las vendas?—. Sostuvo un royo de vendas mientras miraba a la zorrita con una sonrisa.

—¡Tu sabes que si!—. Respondió Rin con una sonrisa.

Castiel se encontraba entrando al comedor del Olimpo donde ahí estaban todos los dioses principales, el de verdad no entendía porque su padre lo hacía comer con ellos si solo era un Semi-Dios, y para su mala suerte ahí estaban unos de su Harem dorado, Su tío Hades y Poseidon, y sus medios hermanos Hércules, Hermes y Apolo estaban ahí, y para terminar, el se sentaba hasta el otro lado del comedor quedando enfrente de su padre y en medio de los demás dioses del Olimpo, y también era el último que faltaba para comer, por lo que iba a llamar la atención de todos.

¿Estaba mal pensar en haber querido que el dolor siguiera para así quedarse en cama aún que se estuviera retorciendo y muriendo del dolor?, pues Castiel estaba rogando que eso mejor hubiera pasado.

Caminó directo hacia su asiento sin mirar a los demás dioses que tenían una mirada molesta en el, excepto Hefestos y Hestia. El Semi-Dios tenía su mirada solamente en Rin, quién estaba en su hombro derecho, el se encontraba algo dudoso, no sabía si decir buenos días o no ya que varios de los dioses le daban miradas de que lo querían matar, se sentó en su silla para después poner a Rin a un lado suyo en la mesa, sintiendo aún la mirada de algunos dioses, entre ellos, la esposa de su padre Hera, y los de su Harem Dorado.

—Mami mía, si me estás oyendo, llévame contigo—. Pensó Castiel mientras tenía la mirada hacia a bajo mientras los nervios lo mataban.

—Bien, ya que llegó uno de tus malditos bastardos, podemos comenzar a comer—. Hablo Hera mientras empezaba a cortar la carne de puerco que le fue servida.

Zeus no dijo nada ante eso, el solo comenzó a comer, era de esperarse que el no le diera importancia eso, después de todo, a Zeus nunca le ha importado uno de sus hijos bastardos, ni siquiera al que es legitimo.

Los dioses empezaron a comer lo que le fue servido, toda la comida era de una buena calidad y digna de un Dios, mientras que Castiel solamente se encontraba comiendo una humilde sopa, después de todo, era lo que siempre comía en el desayuno, sopa, en el almuerzo comía un poco de carne de pollo con verduras y de cenar, comía ensalada Castil era todo lo que el comía en el día, nunca había probado el huevo, las galletas, carne de res y mucho menos algo de pan, eso era todo lo que el comía desde que era un niño.

Rin estaba comiendo de la comida que Castiel le daba, a pesar de que ella le decía que no, el aún así le daba por el bien de su salud, aún que ahora el que sufría más era Castiel, pero él siempre pondría a Rin primero antes que a él.

Castiel sentía como los dioses de su Harem Dorado tenían la mirada en él, cosa que le incomodaba ya que no lo dejaban comer bien.

El silencio donde se encontraban fue roto por Afrodita quién empezó a hablar de las desgracias de los humanos causando que varios dioses se rieran. Castiel siempre odio que hablan mal de los humanos y se burlaban de sus desgracias.

—Los humanos son tan patéticos, no pueden ni siquiera mantener un Imperio a flote, por eso fue que ese imperio y su gente murieron—. Bufó Afrodita con una gran sonrisa. Castiel apretó tan fuerte la cuchara del enojo al oir las palabras de Afrodita que termino por romper la cuchara.

Castiel no aguanto más que separó de su asiento y se fue sin decir una palabra a nadie mientras que Rin le seguía, después de todo, nadie iba a notar que se fue, como siempre.

Estaba caminando por los pasillos del Olimpo molesto, no había soportado lo que había escuchado, ¿Cómo pueden burlase de eso?, mientras caminaba se terminó por tropezar con alguien.

—Agh!—. Cayó al suelo Castiel, para después sentir un dolor en su trasero por el fuerte golpe que se dio. —¡Eso sí me dolió!—. Se quejo mientras se tañaba donde se había golpeado.

—¡Casti'! ¿¡Estás bien!?—. Rin se acercó preocupada hacia el mayor quién asintió.

—¡Lo siento, Castiel!—. Esa voz Castiel la reconocía a la perfección.

Levantó rápidamente su vista encontrándose Carysse, la diosa del hilo dorado.

—¡Diosa Carysse!—. Rápidamente se levantó sintiendo apenado por haber chocado contra la mismísima diosa del destino dorado.

La mencionada solo sonrió con amabilidad mientras mantenía en sus brazos a su pequeño Dragón de oro, Lin, quién solo estaba actuando con normalidad.

—Por favor, no te disculpes. Fuí yo la distraída—. Ella habló antes de que Castiel pudiera decir una palabra como disculpa por haber chocado contra ella. —Dime, ¿Disfrutas del amor que te da tus amores?—. Sonrió ella.

Al decir eso, tanto como Castiel y Rin se sintieron incómodos. Desde que se anunció los integrantes del harem dorado, ninguno de ellos trató de ir con Castiel o si quiera mandarlo a llamar.

Castiel tampoco intentaba a hablar con ellos por dos simples razón, la primera; no era que ser un genio para saber que sus destinos dorados no estaban del todo contentos con que él sea su destino por lo que mejor decidió tener distancia, con esperanzas incluso de que a lo mejor necesitaban tiempo, y la segunda; no se encontraba bien de salud como para salir y tener que soportar el rechazo.

El silencio reino por unos cuantos segundos hasta que Carysse rompió el hielo.

—Bueno...y que tal si me acompañas a Asgard?—. Con una sonrisa cambio de tema rápidamente al ver a tanto al semidiós y la zorrita incómodos.

—Uh?, yo por que?, con todo respeto, Diosa Carysse—. Dijo confundido Castiel arqueado una ceja mientras Rin se sentaba en su hombro izquierdo.

—Dime mejor Tía Carysse—. Dijo ella dejando a Lin sentado arriba de su cabeza. Castiel arqueo la ceja confundido. —Estoy encargada de la música para el Festival de Asgard, y la neta no conozco mucho de musica, lo máximo que son canciones de Luis Miguel, Chayanne y Selena Quintanilla—. Se cruzó de brazos mirando amablemente al joven.

—Quienes?—. Arqueo la ceja confundido el contrario.

—Luego te explicó—. Movió la diosa la mano derecha y la mano izquierda en su cintura. —¿Entonces que dices?—. Le sonrió amablemente.

El semidiós lo pensó, la verdad ya no le dolía tanto esas marcas extras y también no tenía nada que hacer (nunca hacia nada), dio un suspiro.

—Si, por que no?. No tengo nada que hacer...—. Aceptó sin problema alguno.

¿Por que siento que esto va a terminar mal?—. Pensó Rin sintiendo un escalofrío recorrer por su espalda.

El sol resplandecia por todo Asgard, Castiel estaba siguiendo a Carysse quien se dirigía al campo de entrenamiento para hablar con Frejya quién también estaba a cargó del Festival. Rin y Lin estaban hablando entre ellos mientras flotaban al lado de sus dueños.

Algunos dioses y semidioses comenzaron a murmurar entre ellos cuando vieron a Castiel ir directo al campo de entrenamiento junto a la Diosa Carysse. Todo el mundo sabía que Castiel nunca salía del Olimpo al menos si Zeus se lo ordenará, las únicas veces que el semidiós habia salido del Olimpo por voluntad propia era para ir al mundo humano más nadie sabia que hacia ahí.

—Mira, ahí va uno de los bastardos de Zeus—. Le susurro una semidiósa de cabellos verdes a su amiga.

—Vaya, es feo—. Respondió también entre susurros la otra semidiósa de ca ellos rojizos. —¿Ya viste sus ojos?, ¡Tienen el color del ajo!, ¡apesta!—. Bufo al igual que su amiga.

Podía oir Castiel perfectamente lo que decían de él, pero no les hizo caso, ya estaba de por si acostumbrado a que dijeran insultos o se burlaran de él, aun así le dolia...

Rin también pudo escuchar lo que decían del hombre que era para ella como una mamá, infló sus mejillas muy molesta por eso, trató de ir con ellas para jalarles los cabellos pero Castiel la de tuvo.

—No vale la pena, Rin. Solo déjalo pasar. Recuerda, solo venimos aquí para ayudar a la Dio- Tia Carysse—. Dijo él con simpleza pero también algo desanimado para seguir caminando cruzado de brazos.

La pequeña zorrita solo bajó las orejas triste de ver al semidiós desanimado, no le gustaba verlo así. Dió un suspiro y siguió flotando al lado de Castiel.

—....—. Carysse notó eso de inmediato, miro de reojo a Lin.

—De acuerdo, Maestra—. Dijo el pequeño Dragón de oro para después irse. Lo que había hecho Carysse es como si le había dicho algo a Lin que entendió perfectamente.

Al llegar al campo de entrenamiento del Castillo de Asgard se podía escuchar perfectamente los golpes o gritos que pegaban los dioses o semidioses al momento de entrenar.

Entre todos ellos se encontraba Thor quién solo estaba ahí para ver el entrenamiento de los ángeles guardianes. Solamente estaba ahí parado ahí viendo.

Carysse entró en ese momento y atrás de ella venía Castiel quién tenía a Rin en su hombro derecho. Algunos dioses que vieron a Castiel lo reconocieron de inmediato como el destino dorado de no sólo el Dios Thor, sino también que los Dioses Odín y Loki.

—Carysse, que alegría que hayas venido!—. Dijo con una sonrisa Frejya viendo a la diosa que se quedó parada al ya estar cerca de ella.

—No podía faltar. El Festival de Asgard no sería para nada bueno si yo no fuera también quien lo organizara—. Bromeó con una sonrisa la diosa del destino dorado.

Frejya río. —¡Como siempre eres tan divertida!—. Sonrisa. Cuando noto a Castiel su sonrisa desapareció. —Carysse, ¿Que hace él aquí?—. Señalo con discreción al azabache.

El semidiós se puso algo nervioso, ¿acaso le molestaba su presencia?. Rin solo vio feo a la diosa, no quería que tratara mál a Castiel.

—Es mi ayudante—. Contestó Carysse sin sonreír y mirando a la defensiva a Frejya. —Casti' es el semidiós de la música además de la crueldad. El mismo Zeus menciono una vez en sus eventos de fiesta que él era como la encarnación de la música. Nos será de ayuda para la música del Festival—. Se cruzó ella de brazos mirando con frialdad a la contraria.

Y al mismo tiempo tanto Castiel como Rin arquearon la ceja confundidos viendo raro a la diosa de cabello rosado cuando comentó lo que Zeus dijo de Castiel.

—De verdad dijo eso de Castiel/Mi?—. Pensaron lo mismo Rin y Castiel con la misma expresión de antes. ¿Desde cuando Zeus hablaba bien de Castiel?, ¿No se abra confundido de Dios?.

—¿Algun problema?—. Esos ojos que reflejaban frialdad de Carysse causo un escalofrío en la espalda de Frejya quien negó con la cabeza de inmediato. —Perfecto. Comenzó con los preparativos entonces—. Su mirada cambió de una manera veloz mostrando un dulce sonrisa de emoción.

—Será bipolar?—. Ese pensamiento lo tuvieron tanto Rin, Castiel y Frejya.

Fortesi quien se encontraba anotando los horarios de los entrenamientos de los Ángeles guardianes, noto la presencia de Castiel lo que causó una mirada algo seria.

El día que se supo que el Dios Thor era parte del harem dorado de un semidiós y no cualquiera...era uno más de los bastardos de Zeus, un hijo más olvidado y conocidos también por ser alguien cruel por su primer título de semidiós, todo Asgard sintió pena por él (y también por Odín y Loki).

¿Un semidiós con un Dios? Que tontería...

—Oye Thor, ¿Ese no es el semidiós Castiel?—. Habló Fortesi señalando con discreción al semidiós que estaba hablando con las Diosas Carysse y Frejya mientras sujetaba con papel.

Justo en el momento en que el Dios de lentes dijo el nombre del destino dorado del pelirojo, este no dudó en voltear la mirada y ahí estaba...la razón por la que medio Asgard sentía pena por él, su padre y hermano...ese semidiós hijo de Zeus y de ojos aperlados...

La mirada del Dios del trueno de Asgard miro con seriedad a ese semidiós quien estaba apegado a la Diosa Frejya, ¿desde cuando se llevaban bién?. Fortesi se encontraba hablando burlas de Castiel pero Thor no decía nada, solo miraba al semidiós.

—¡Whoooo!, ¡Esa música se ve maravillosa!—. Los ojitos de Frejya brillaron con admiración al ver las notas musicales que Castiel había escrito.

—No es para tanto...—. Rio apenado Castiel quien sostenía a Rin en sus brazos.

—¡No, de verdad, es maravilloso!—. Frejya le dio el papel a Carysse y tomó de las manos a Castiel. Rin solo salió flotando al hombro del azabache. —¡Eres increíble!. ¡No hay duda que eres digno de tu nombre!—. Halago con admiración y una gran sonrida alegre al semidiós.

Los ojitos de Castiel brillaron con alegría y sonrió con mucha emoción, era la primera vez que alguien a demás de Rin admiraba sus canciones, para él era una gran alegría.

Se sentía como un niño chiquito cuando su mamá halagaba una manualidad que hizo, sip, no había duda, decir que su música era increíble causó esa sonrisa tan feliz y alegre en Castiel, y eso Carysse lo sabía y estaba feliz por eso.

Hace mucho tiempo atrás ella le prometió algo a la misma madre de Castiel, una promesa que siempre estaría arrepentida de no haber cumplido desde un inició pero tenía sus razones para haber tardado tanto pero eso no lo justificaba.

—Uh?—. Carysse sintió como alguien tomaba el papel de sus manos por lo que se sobresalto un poco.

—De verdad, esto es música?—. Dijo Thor mirando con frialdad el papel de las notas musicales que Castiel escribió. —No son más que símbolos.

Hubo silenció..., Carysse estaba desconcertada ante lo dicho por Thor, Castiel sintió los nervios pero también dolor en su corazón ante oir eso de quién se suponía que estaba destinado y Frejya estaba confundida.

—¡Ese es el sentido, esos símbolos formaran una bella melodía!—. Soltó las manos de Castiel, Frejya y defendió la música que había escrito.

—Bella melodía?. Los semidioses no son tan buenos como los dioses de la música—. Dijo Thor tirando la hoja al suelo como basura. —Esto es solo basura como su dueño.

Y el corazón de Castiel comenzo a doler más. Rin quizo ir a pegarle a Thor pero Frejya la detuvo ya que no quería que esa niña saliera lastimada.

—¿¡Como puedes decir eso de tu destino!?—. Exclamó con enojo Carysse.

Él no es mi destinó—. Dijo Thor con frialdad delante de todos.

Carysse abrió los ojos sorprendida y enojada. Todos los que estaban presentes se rieron de lo dicho por Thor a excepción de Carysse, Rin y Frejya. Castiel no soportó más y salió de inmediato de ahí lo más rápido que pudo.

—¡castiel!—. Rin salió volando para seguir a Castiel.

—De verdad ese semidiós creyó tener una oportunidad con el Dios Thor?, no se ha visto en un espejo?—. Dijo entre risas Fortesi.

Frejya le dio un sape en la cabeza. —Siguete burlando y te aviento como comida a los Jorknas!—. Miro con molestia al Dios que se quedó callado.

Castiel entró en su habitación llorando a lágrima, su corazón y alma dolía, salió de Asgard corriendo sin mirar atrás y cuando llegó al Olimpo corrió directo a su cuarto sin importar si alguien lo veia llorando.

Rin no pudo entrar pues Castiel cerro la puerta antes que llegará. Por más que Rin insistió en que le abriera Castiel se negaba pues no quería que la pequeña lo viera en este estado. La menor no le quedó de otra que sentarse en la perijá de la puerta y esperar a que el semidiós le abriera.

El azabache se dejó caer en su cama, llorando a lágrimas, había sido rechazado...por uno de sus destinos dorados y le dolia.

Aún así...intento convencerse de que a lo mejor con los demás no sería lo mismo, que ellos si lo querían...¿Verdad?.

De pronto, una vez más sintió ese dolor inmenso en su pecho, se desabotono la camisa blanca y ahí estaba...esa marca morada como si fuera moreton en la parte de su corazón...

Ahí está, lo que tanto me han pedido, el nuevo capítulo de "He Is Mine".

Ahora, si les gusta las historias de "Shuumatsu no Valkyrie" De yanderes, no tiene mucho que saque este nuevo fanfic de Yanderes.

Los protagonistas son 3 personas; dos chicos y una chica, y cada uno tiene su harem. Eso si, de los tres protagonistas solo uno es el top/activo y es el protagonista que tiene el harem de los dioses.

Protagonistas:

       Satoru         Mitsuri      Hua Cheng         Bottom        Bottom           Top

Esto sería todo por hoy. Esta autora agradece su atención. Adiós!.

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