003| 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐎𝐅 𝐑𝐀𝐆𝐍𝐀𝐑𝐎𝐊
ANTERIORMENTE EN "HE IS MINE";
Carysse miró a Göll por unos segundos con una sonrisa, para después ver por la ventana como de pronto caían las gotas de lluvia muy fuertemente...estaba más que claro que el Ex's Harem Dorado ya sabía sobre el nuevo Harem Dorado.
—Castiel...— Susurró Carysse mientras la lluvia caía en la ventana y se mostraba la puerta de la habitación de Castiel. —Espero y sigas siendo virgen.— Se mostró a Castiel acostado en la cama junto con Rin mientras 13 hombres cuidaban de el y de Rin mientras dormían.
Los ojos color perla de Castiel se fueron abriendo poco a poco al sentir un rayo de sol caer en sus ojos. Lo primero que vio al abrir sus ojos, fue a su pequeña Rin dormir a un lado suyo tranquilamente mientras salía de su pequeña nariz de zorrita una burbuja grande de moco.
A Castiel se le formó una sonrisa tierna en sus labios al ver a su pequeña Rin así, aún que se le hizo extraño ver a Rin utilizando audífonos, pero en ese momento, sintió que alguien besaba su frente.
—Buenos Días, mi perlita—. Esa voz masculina que tenía un tono de cariño y lleno de amor la reconoció al instante.
Castiel se dio la vuelta de inmediato y a estaba, Lu bu, el general volador, su segundo amante, su segundo hilo dorado. Las lágrimas se asomaron por los bellos ojos color perla de Castiel, pero esas lágrimas fueron quitadas por Lu bu quién veía de forma cariñosa a su perla.
—No llores mi hermosa perla, tu segundo amante está aquí—. Hablo con cariño Lu bu para después besar a los rojos labios de Castiel.
Castiel solamente correspondió el beso entre lágrimas mientras enrollaba con sus brazos el cuello de lu bu, y el lo agarraba de la cintura, ese beso no solamente fue de amor, si no también de cariño, ternura y de lo mucho que extrañaba a uno de sus amados. Aquel beso hizo que Castiel recordara varios momentos que paso con el chino antes que este muriera, y eso hizo que el beso se llenará más de lágrimas por parte solamente de Castiel.
Ese beso hubiera seguido de no ser porque abrieron la puerta provocando que el chino y el Semi-Dios se separarán, pero manteniendo su posición.
—My Love~!.— Aquella voz tan elegante pero a la vez masculina y calida hizo que Castiel notará no solo la presencia de Jack que había entrado por la puerta, sino también la de sus demás amados.
Atrás de Jack, estaban su demás amantes, Kojiro Sasaki, Raiden, Tesla, Leonida, Simo, Rasputín, Nostradamus, Qin, Okita y Kintoki.
—Mi-Mis Co-Corazones—. Las lágrimas volvieron a salir de los ojos perlas de Castiel. —No fue un sueño—. Dijo mientras recordaba dormir siendo rodeado por sus amados. Lu bu estaba abrazando a Castiel por el cuello mientras que el de ojos perlas estaba sentado.
En ese momento, Castiel sintió que alguien se había recargado en su pierna, y cuando miro, ahí estaba, Jack estaba arrodillado con sus manos cruzadas y recargadas en su pierna mientras le miraba.
—My Love~—. Jack saco una rosa blanca sin espinas mientras tenía un leve sonrojo. —El color blanco de esta rosa no solo refleja lo puro de su alma, sino también del puro amor que siente por nosotros—. Hablo con calidez y en un asentó romántico mientras ponía la rosa en la oreja derecha de su perla.
—Mi Jack, Mi pequeño Jack— Sonrió dulcemente Castiel mientras tenía unas pequeñas lágrimas en sus ojos.
Raiden tomo de la mano izquierda a Castiel llamando su atención.
—Mi chico, ¿Dormiste bien?—. Esa sonrisa de bobo enamorado que tenía Raiden hizo reír un poco a Castiel.
—Claro que si, Mi hombre—. Respondió de forma dulce y tierna Castiel al igual que su sonrisa.
Todos ahi jurarian que si Raiden fuera un perro, en estos momentos se le estuviera moviendo la colita debido a que el luchador de sumo siempre le pone muy feliz que Castiel le diga su hombre.
Ahora Sasaki le había tomado la otra mano haciendo que la atención de Castiel este en el.
Sasaki beso la mano de Castiel. —Mi tesoro, no sabes cuánto de extrañe—. Sonrió radiantemente mientras ponía la mano de Castiel en su mejilla.
—Yo también te extrañe, Mi adorado espadachín—. La sonrisa que le daba Castiel a cada uno de sus amados, siempre iba a hacer la misma, una sonrisa dulce y tierna.
Sintió que alguien más se puso en sus piernas, están vez, era Tesla quien estaba en su otra pierna en la misma posición que Jack.
—Estoy 100% seguro de que me extraño mucho, Mi Luna—. Sonrió con un leve al sonrojo mientras le guiñana el ojos a Castiel.
—Y tu como siempre, tienes los cálculos exactos—. Castiel dio una pequeña risa y regresó el guiñó mientras mantenía su sonrisa.
Nostradamus se sentó en el suelo y recargo su espalda en cama y colocando si cabeza en medio de las piernas de Castiel, las cuales estaban juntas.
—Ya no llores Mi Luna plateada, que su vidente ya llegó—. Dijo con una sonrisa coqueta mientras acariciaba la mejilla de Castiel.
—Y tu como siempre siendo mi lindo vidente comediante—. Dijo Castiel entre un pequeña risita mientras quería desordenar el pelo de Nostradamus pero Sasaki y Raiden al tener sus manos, no pudo.
Sintió a qué era sujetado por atrás de la cintura por dos personas, volteó, y ahí estaban Simo y Rasputín con una sonrisa con sus cabezas en sus hombros. Lu bu estaba en medio de los dos aún con sus brazos en el cuello de Castiel.
—Tan lindo, mi Paz—. Susurró dulcemente Simo mientras sostenía las manos de Rasputín para que no tacara el trasero de Castiel.
—Mi dulce paloma—. También Susurro en un tono dulce Rasputín.
—Mi lindo francotirador, y mi adorable pervertido, se ve que no han cambiado nada—. Sip, Castiel sabía que Rasputín quería tocar su trasero y Simo lo estaba deteniendo, conocía muy bien a sus amados, y nada se le podía escapar si se trataba de ellos.
—Castiel!, ¡Yo también quiero tu atención!— Hablo en un tono desesperado y de que quería que lo consintieran, Okita, mientras hacia a un lado a Nostradamus para que le dejara espacio.
—¡Oye, yo estaba aquí primero!—. Nostradamus hizo un puchero tierno al sentir que lo hacían a un lado.
Nostradamus iba a decir otra cosa, pero cuando vio la mirada asesina de Okita se cayó, pero esa mirada asesina cambio a una inocente y triste al oir la voz de su Castiel.
Castiel río. —Oh mi adorable Oki, Sigues siendo un tierno e inocente niño—. Esas palabras para todos ahí sabían que no eran ciertas, pero, si Castiel las decía, es que no tenía idea de lo doble cara que era su "inocente" Okita.
—¡Yo también quiero!—. Hablo Kintoki también haciendo a un lado a Nostradamus, quedando el francés muy pegado a Nikola.
—Bola de metiches, se meten cuando yo estaba aquí primero—. Murmuró para si mismo Nostradamus mientras hacia un puchero enojado.
—Oh mi lindo Toki—. Dijo Castiel mientras tenía ahora su mirada en Kintoki. —Sigues siendo mi lindo botón de oro—. Kintoki sonrió con un leve sonrojo al oir eso.
—Abran paso que el favorito de Rin ya llegó—. Hablo con una amplio sonrisa Qin mientras se acostaba en el regazo de Castiel.
—¿Y quién dijo que eras el favorito de esa pequeña zorrita color rosa?—. Preguntó Leonidas mientras se acostaba en la parte del regazo de Castiel que le dejo Qin.
—Yo siempre le doy lo que quiere—. Respondió orgullosamente, y tenía razón lo que decía.
—Mi Rey~, Mi guerrero~—. Los ojos color perla de Castiel se posaron en ambos reyes que estaban en su regazo.
Ambos reyes al escuchar sus apodos dieron una gran sonrisa.
Castiel levantó la mirada y vio a todos a sus amantes, estaba feliz, estaba muy feliz de tener a sus amados a su lado.
—Uh?, y donde esta mi hermoso príncipe?—. Preguntó Castiel mirando por todos lados.
Por ese apodo, sabían de quien hablaba por lo que Jack habló.
—Nos pidió que le dijéramos que lo disculpara, tenía asuntos que atender.
Castiel asintió comprensivo ante eso.
—Lo-Los extrañe mucho—. La voz de Castiel sonaba temblorosa mientras trataba de no llorar, pero...¿Cómo no llorar cuando al final estás con los ser que más amas?.
Castiel en esos momentos fue abrazado por todos ellos mientras trataba de detener sus sollozos.
—Ha pasado tiempo...hijo—. Adán entró por esa puerta sonriendo con cariño y felicidad.
—...Papá...—. Castiel se sorprendió al ver a Adán ahí, ese mortal que lo cuido más a él de lo que su padre biológico lo habia cuidado a él.
—Mi adorable hijo, Castiel—. La voz de Adán hizo que Castiel alzará de nuevo la mirada. —Llora si así lo deseas, después de todo...—. Hizo una pequeña pausa. —Tu eres el que más sufrió aquí, ya que viste morir a cada uno de tus amados y no pudiste hacer nada al respecto—. Esas palabras causaron que las lágrimas de Castiel salieran poco a poco. Y con eso consiguió que Castiel se desahogara mientras lo abrazaban.
Mientras Castiel lloraba y era consolado por sus amados, Rin se encontraba dormida tranquilamente a un con la burbuja de moco saliendo por su nariz y los audífonos conectados a su reproductor de música con la canción llamada "Bandoleros" de Don Omar reproduciendo.
Así pasaron unos segundos hasta que la puerta fue abierta por la diosa de los hilos Carysse.
—¡¡CASTIEL, MI NIÑO, HORA DE DESPERTAR!!—. Grito con una enorme sonrisa provocando que la burbuja de la nariz de Rin se rompiera, provocando que ella se despertara.
—Eww!? ¿¡Que perro con mantequilla!?—. Exclamó mientras miraba a todos lados media dormida mientras trataba de enfocar la vista.
Castiel y los demás vieron a Carysse y ella a ellos.
—Uy lo siento!—. Hablo de inmediato Carysse. —Interrumpi de seguro un momento conmovedor—. Se rasco la cabeza de los nervios mientras mostraba una sonrisa nerviosa.
Nostradamus, Qin, Okita, Lu bu, Rasputín y Simo la miraron feo con cara de "Ah, no me digas".
Castiel se limpió las lágrimas y sus amados lo soltaron. —Sucede algo, Tía Carysse—. Hablo mientras separaba.
Carysse al oir eso asintió repetidas veces.
—¡Tu padre me mandó a avisar que te prepare para el inicio del Ragnarök!—. Anunció con una gran sonrisa. Los ojos de Castiel se abrieron por completo al oir eso...el Ragnarök, ya se le había olvidado eso.
Castiel volteo rápidamente su mirada a sus amados para decirles lo que le dijo su padre a noche, pero se detuvo al ver la mirada seria y decidida de cada uno de ellos, aún que unos estaban sonriendo. Aquella mirada que mostraban sus amados le dejó claro a Castiel una cosa...sus amados ya sabían sobre la muerte definitiva, incluso, el hombre que veia como su padre, Adán, lo sabía, de tan solo pensar en eso apretó su camisa en la parte de su pecho mientras se morida el labio inferior, pero Sasaki lo tomo de la mano.
—No te preocupes, estaremos bien—. Mostró su típica sonrisa Sasaki que hacía que Castiel guardara siempre la calma, ese espadachín sabía cómo calmarlo.
Castiel solo asintió con una sonrisa.
—¡Muy bien, es hora que se vayan!—. Carysse tomo a Sasaki de su bufanda y lo separó de Castiel. Carysse empezó a empujar a todos los hombres, excepto Castiel y Adán, para que salgan de la habitación.
—Nos veremos después, hijo. Eva estará muy feliz de verte de nuevo!—. Dijo Adán sonriendo acariciando la cabeza de Castiel con una sonrisa para después irse de ahí.
Castiel no dijo nada, solo sonrió y asintió.
—¿¡y eso por que!?—. Exclamó Raiden mientras Carysse lo sacaba de la habitación junto con Sasaki.
—Tengo que preparar a Castiel para el Ragnarök—. Contesto mientras sacaba con una mano a Okita quien estaba alzado para que no tocara el suelo provocando que esté patalee, y con su otra mano estaba Jack el cual se dejaba. Carysse tira a ambos de la habitación. —Y el saco los labios rojisos naturales de su madre, por lo que será muy difícil encontrar un atuendo que le convine al igual que un labial—. Tomo a los demás y los saco también.
—Aaah~ como adoro sus labios rojisos—. Suspiro en un tono enamorado Qin mientras era sacado por Carysse.
Una vez que Carysse saco a todos los peleadores, puso su mano en la puerta y con una sonrisa dijo;
—Ahora vayan con la valkyria Brunhilda y hagan el völund—. Y al decir eso, cerró la puerta y le puso seguro para que nadie los molesté.
—...Esos no eran-...—. Rin quién ya había despertado completamente, al canzo a ver a los amantes de su dueño.
—Si, tus papás—. Interrumpió Carysse con una sonrisa mientras empezaba a buscar algo para Castiel en el armario del azabache.
—¡¡MI PAPI QIN!!—. Y Rin al gritar eso, salió volando para alcanzar al emperador de China, pero Lin la detuvo. —Oye Lin!—. Dijo enojada.
—Lo siento Rin, pero me temo que no puedes irte—. Hablo Carysse a lo que Lin asintió.
—¿Por qué?—. Dijeron Castiel y Rin al mismo tiempo.
—Rin al ser tu guardiana y una hija para ti, también debe verse di-vi-na—. Hizo pose de diva Carysse al decir eso. Tanto como Castiel, Rin y Lin, la miraron con una gota animada en la cabeza.
Por los pasillos del Valhalla se encontraba caminado de forma rápida Thor, tanto su mirada como su forma de caminar se mostraba desesperado o ansioso, y eso se debia a qué...se habia enterado que su amado Castiel había vuelto al Olimpo, pero a la vez, tenía otros destinos.
Un fuerte golpe se escuchó por todo el pasillo, Thor había destruido una pared entera al recordar eso, de tan solo pensar que su amado Castiel fue tocado o besado por un sucio humano, las ganas de vomitar o esa sensación de vomitar se hacía presente, nadie más que el y los que conformaban su verdadero harem dorado tenía derecho a tocar o besar a Castiel, Castiel era suyo.
Siguió su camino aún que un poco más calmado, y cuando se dio cuenta, al fin había llegado a la habitación de su amado Castiel, su hermosa nube de seguro estaba esperando a alguien de su verdadero harem dorado, y ahí estaba a el.
Tocó la puerta y a la primera hubo respuesta por medio de una mujer que dijo "Espérate que lo estoy arreglando".
Thor solamente espero unos minutos cuando al fin la puerta fue abierta encontrándose a Carysse, la diosa del hilo rojo...la maldita perra que lo separó de su Castiel.
—¿Que haces aquí?—. Dijo de forma amenzante Thor mientras miraba con irá a la diosa.
—Primero que nada se dicen; Buenos días, ¿cómo amaneció?—. Hablo de forma educada y sin importarle que ese Dios la puede matar de tan solo un golpe.
Thor estaba apunto de decir algo, de no ser por la voz de Castiel que llamo su atención.
—Carysse, ¿Quién es?—. Castiel se acercó a la diosa, encontrandose de inmediato con uno de sus Ex's Harem. —...Thor...—. Susurró al ver al dios vikingo del trueno.
Los ojos dorados del dios se abrieron dando a entender que estaba sorprendido, en sus mejillas se empezó a formar un leve sonrojo provocado por Castiel.
El joven Semi-Dios de cabellera azabache y ojos perla, estaba utilizando un traje un poco parecido a los chinos (según Carysse).
(Vestimenta de Castiel)
—¡Mi nube!—. Thor sonrió con un sonrojo para después entrar a la habitación, pero Carysse lo detuvo.
—Thor será mejor que te vayas—. Carysse se encontraba enfrente de Thor con los brazos cruzados y una mirada fria y voz seria.
Thor miro con furia a la diosa. —No te metas, Carysse—. El tono del nórdico era amenazante, cosa que no le gusto a Castiel, Rin y a Lin.
—El Ragnarök va a empezar, y por lo que tengo entendido, tu serás el primer peleador—. Eso despertó la curiosidad de Castiel cuando Carysse dijo eso. —Por lo que debes estar en la entrada de la arena de pelea en 20 minutos, o de lo contrario serás descalificaran—. Thor apretó su martillo fuertemente para después mirar a Castiel e irse.
Cuando Thor se fue, Rin estaba volando a un lado de Castiel y Lin de Carysse.
Carysse solamente mantuvo una mirada molesta a la dirrección por dónde se había ido el dios nórdico.
—¿Quién peleará contra Thor?—. La voz de Castiel hizo que Carysse lo mirará. Castiel estaba preocupado y angustiado por uno de sus amados quien pelearía contra Thor.
—¿Y tú quien crees?—. Sonrió Carysse haciendo que Castiel pensará unos segundos para después abrir los ojos sorprendidos.
—El va a...—. El tono de voz de Castiel sonaba un poco sorprendido. Carysse asintió.
Mientras que adentró de la habitación, ahora se encontraba tanto como Rin y Lin en la cama de Castiel.
—¿Que haces?, Rin—. Preguntó Lin mientras tenía sus garritas en su barbilla; Rin estaba escribiendo una carta.
—Una carta para mi papi Qin—. Respondió de inmediato. —El es mi favorito—. Sonrió. —Solo no le digas a mis demás papis—. Hizo una señal de silencio a lo que Lin asintio.
Castiel corrió lo más rápido que podia para llegar al lugar donde se encontraba el luchador de la raza humana que iba a pelear, y cuando llegó, abrió la puerta de golpe haciendo sorprender a la mayor de las valkyrias, junto a sus hermanas.
—¡Lu bu!—. Las resperacion de Castiel sonaba agitada mientras que su voz estaba en un tono de decesperacion.
El general se dio al vuelta de inmediato cuando escucho la voz de su perla. El chino quedo sonrojado cuando vio al amor de su vida con esa vestimenta.
—¡Espera Castiel!—. Dijo Carysse mientras se paraba detrás de Castiel para después agarrar aire; Rin y Lin estaban flotando por lo que no se cansaron.
Cuando Göll vio a la diosa del hilo oro, simplemente se sonrojo, cosa que su hermana mayor noto.
—¡Papá Lu!—. Rin salió volando directo a Lu bu, el cual la recibió con los brazos abiertos.
—¿¡Cómo has estado pequeña fresita!?—. Dio una amplia sonrisa mientras abrazaba a la pequeña para después sentarla en la palma de su mano izquierda y acariciar su cabeza con su dedo índice de la mano derecha.
—¿¡En cierto que vas a pelear!?—. Exclamó Castiel mientras entraba a la habitación con dirección a Lu bu.
—Ya no puedo—. Diría Carysse en un tono bien cansado para después dejarse caer al suelo preocupando a la mayor de las valkyrias y a la menor.
—¡Carysse!—. Brunhilda y Göll salieron con dirección a la peli-rosa, una vez que dijeron su nombre.
—Que lindo Dragon—. Dijo Randgriz mientras veía al pequeño Dragon dorado de Carysse volar a un lado de ella.
—Responde Lu bu—. Dijo Castiel.
—Si, así es—. Respondió de inmediato el general volador.
Castiel al oir eso no pudo evitar preocuparse, el sabía más que nadie lo muy fuerte que era su amado Lu bu, y que con esa fuerza, sería capaz de enfrentar a un dios, pero al saber que si alguien en el Ragnarök moría, su alma se destruiría, por lo que no podría volver a ver a su amado Lu bu nunca más.
—Ay dios—. Carysse se sentó en el piso, y Lin fue a verla. —Lin recuérdame no volver a perseguir a Castiel, oh por el hilo, ese niño corre muy rapido—. Göll y Brunhilda la ayuda a levantarse.
—¿Te encuentras bien?, Carysse—. Dijo preocupada Göll a lo que Carysse asintió. Brunhilda frunció el ceño al oir el modo en que Göll le hablaba a la diosa con tanta confianza, ¿que sucedía entre ellas dos?.
—Me duele la cadera—. Dijo de la nada Carysse haciendo sonrojar a Göll y ponerse nerviosa.
—Tan feo se cayo—. Susurró para si misma Brunhilda.
—Y se supone que yo soy la distraída—. Pensó Randgriz mientras veía a sus hermanas y a la diosa del hilo dorado.
Lu bu puso sus manos en los hombros de Castiel para que el azabache lo mirará.
—No te preocupes, estaré bien mi perla—. Beso la frente de Castiel para después recibir un beso en los labios por parte de Castiel.
—Te amo, mi General—. Susurró mientras lo veía con una mirada de angustia.
Lu bu sonrió con ternura. —Yo también Te amo—. Beso los labios de Castiel, el cual correspondió. Rin estaba en el hombro de Lu bu.
Las valkyrias y la diosa miraron eso con una sonrisa...aún que Randgriz estaba llorando diciendo que iba morir soltera.
Tanto como humanos y dioses, estaban reunidos pero divididos en las gradas de la arena del Valhalla. Los gritos se escuchaban por todas partes, el Ragnarök estaba apunto de comenzar.
Brunhilda y Göll estaban en su lugar para ver el Ragnarök, y los dioses principales, Odin, Shiva, afrodita y Hermes estaban en su lugar.
La puerta del sitio de los dioses principales se abrió, y de ahí, entro Castiel mientras tenía en sus brazos a Rin. Cuando entró, nadie se dio cuenta de su presencia, fue hasta cuando se sentó a un lado del lugar de Zeus, el asiento de Castiel, era un sillón muy cómodo de color azul oscuro y los bordes del sillón eran de oro.
Los ojos de Shiva, de Odin y los de Hermes se poseron de inmediato en Castiel mientras un leve sonrojo se creaba en sus mejillas, Castiel estaba hermoso. Afrodita miró a Castiel no muy contenta. Shiva se levantó.
Castiel estaba acariciando la cabeza de Rin.
—Te vez hermoso Castiel—. Halago Shiva mientras tomaba la mano de Castiel y la besaba, tanto como Odin y Hermes no dijeron nada, después de todo, Shiva también pertenecía al harem dorado.
—Gracias, Lord Shiva—. Dijo en un tono seco y sin sentimientos mientras se quitaba el agarre de Shiva.
Tanto como afrodita y los demás dioses estaban sorprendidos por lo que dijo Castiel, Castiel nunca antes había llamado a Shiva así desde que supo que el era parte de su harem dorado, siempre lo llamaba por mi nombre.
El silencio se hizo presente y Shiva siguió parado ahí tratando de procesar del por que Castiel lo había llamado así.
—¿Y como dormiste Castiel?—. Pregunto Odin con una sonrisa mientras veía a Castiel.
—Bien, dios Odin—. Castiel ni le miró y solo se concentró en abrirle uno de sus dulces a Rin, su tono era el mismo con el que había hablado a Shiva.
Odin también quedo en el estado en que se encontraba Shiva.
—Castiel—. Llamo Hermes. Odin y Shiva sabían que Hermes al ser el más cercano a Castiel, Castiel actuaría de una manera diferente con el. —Me alegra que haya dormido bien—.
—Aja—. Contesto sin mirarlo y manteniendo su mismo tono.
Los únicos tres integrantes del harem que se encontraban ahí, pardearon sus ojos un par de veces, mientras que afrodita, se estaba empezando a incomodar por el silencio que se hacía presente de nuevo.
Las puertas de abrieron, y entró Zeus.
—Jo jo jo!, ¡Que inicia la pelea!—. Al oir la voz del padre del cosmo, Odin, Shiva y hermes volvieron a recobrar sus conciencia por lo que Shiva volvió a su lugar.
Zeus se sentó de un salto en su asiento mientras su hijo, el más menor de todos, Castiel lo veía, Zeus le sonrió a Castiel una vez que se sentó, pero Castiel, simplemente cerro sus ojos y giro la cabeza con una mirada enojada, eso puso triste un poco a Zeus.
—¿Y como amaneciste?, ¿Te encuentras bien?, Castiel—. Por primera vez en su vida Zeus está haciendo algo que NUNCA ha hecho en su inmortal vida..., el estaba queriendo saber más o tratando de hablar con sus hijos, ni sus favoritos tenían ese privilegio.
Castiel no respondió y simplemente veía a Rin comer su dulce de fresa.
Zeus bajo la mirada al no tener respuesta. —Ah, si...ya veo...—. Su tono sonaba...¿triste?, eso tenía que ser una broma o un sueño.
Rin miró a Zeus triste, el de verdad quería llevarse mejor con Castiel, por lo que jalo de la manga del traje de Castiel haciendo que esté le hiciera caso.
La pequeña zorrita comenzó a hacer señales discretas de que le respondiera a Zeus, pero Castiel siempre respondía discretamente de que no haría eso. Después de unos segundos de insistencias, al final Castiel accedió.
—Amanecí bien, y me encuentro bien—. Respondió Castiel a lo que le dijo su padre, de mala gana, pero respondió.
Zeus al oir que su hijo contestó, se puso muy feliz.
Castiel miró molesto a Rin, pero ella simplemente dijo;
—Algun día me lo vas a agradecer—. Susurró con una sonrisa para después Castiel suspirar de forma frustrada.
De pronto, la luz se apagó llamando la atención de todos, y en medio de la arena se encontraba una luz en donde estaba el dios Heimdall.
—Despues de miles de años, el momento que tanto deseé al fin llegó—. Dijo para si mismo mientras apretaba los puños de la emoción. —'¿¡ESTAN TODOS LISTOS!?'—. Grito deseé su cuerno.
Todos los dioses y humanos de las gradas gritaron al oir eso, Brunhilda estaba seria, Göll estaba buscando con la mirada a Carysse, Los dioses principales estaban serios excepto Afrodita, Zeus y Hermes quienes tenía una sonrisa en su rostro, Castiel miraba el lado de los humanos esperando a que llegara Lu bu, y Rin...Rin estaba comiendo dulces sin preocupación alguna.
El sonido del cuerno de Heimdall hizo que los gritos se hicieran más fuertes, hasta el punto en que para Castiel se estuviera volviendo molesto, y a punto de taparse los, Hermes tapo sus oídos primero hasta que los gritos terminaron.
—'¡Sean todos bienvenidos al RAGNARÖK!'—. Comenzó a anunciar Heimdall. —'Las reglas son sencillas;'—. Castiel apretó sus vestimenta, el ya sabía cuáles eran la reglas. —'Esta prohibido matar a su contrincante, con tal de dejarlo noqueado o que esté fuera de combate, la batalla ya estaría ganada'—. Eso hizo confundir a todos los dioses.
Castiel estaba sorprendido, miró a su padre en busca de respuestas, Zeus solamente le dio una sonrisa y le acarició la cabeza...okey, para Castiel este día junto con el de ayer se estaba volviendo raros, pero...estaba feliz, sus amados humanos están a salvo.
Castiel suspiró aliviado. —Mis corazones están a salvo—. Pensó en voz alta haciendo que todos ahí oyeran lo que dijo. Rin se quedó nerviosa al oir eso.
Odin apretó su asientos junto con Shiva mientras que Hermes se mordía el labio inferior, apenas empezaba el Ragnarök, y ya lo dioses se habían enojado.
—'¡¡Cómo primera representante del lado de los dioses, tenemos a este dios; ¡un dios que venció al ejército de jornaks sin ayuda!, ¡Un días que es tenido como respetado!, ¡un dios que destruyó la fortaleza de los gigantes cuando su hilo dorado desapareció!'—. Esos dejo tanto como confundido, como sorprendido a Castiel. —'¡Con ustedes, el dios THOR!'—. Un rayo cayó enfrente de la puerta del lado de los dioses para después revelar a Thor, el cual se quitó su tipo capa para mostrar sus pectorales.
Los gritos de todos los dioses se escucharon.
—Vamos Thooooor~!—. Grito Fortesi, el fan número uno del dios.
Castiel solamente lo miraba serio. —Idiota—. Susurró mientras veía al peli-rojo en ella arena con una mirada seria.
Thor noto que Castiel lo estaba mirando, por lo que le lanzo un beso, eso causo que Castiel al fin se sonrojara pero oculto su rostro nervioso y sonrojado, poniéndose a Rin en la cara.
Tanto como Odin, Hermes y Shiva estaban sonriendo al ver la reacción de Castiel, sabían que Castiel los seguía amando.
—¿¡por qué me pasa esto a miiii!?—. Chillo internamente Castiel.
—'Y del otro lado de la arena'—. Castiel al oir eso se paró de su asiento y corrió directo hacia el varandal dejando a Rin en su asiento.
Tanto como a Odin, Shiva, Hermes se pusieron serios al ver eso, ¿Por que Castiel le ponía más atención al bando contrario que al de dónde pertenecía su harem dorado?.
—'tenemos como peleador de la raza humana, este hombre; ¡Este hombre que se ganó el respeto y temor de toda china, este hombre que enfrentó un ejercito entero solo con su lanza para salvar al amor de su vida!'—. Castiel sonrió sonrojado al oir eso. —'¡Con ustedes LU BU, EL GENERAL VOLADOR!'—. Salió de la puerta montando un cabello mientras la cinta que tenía se destruía.
—¡¡MI SEÑOR, ESO FUE GRANDIOSO!!—. Grito Cheng, la mano derecha de lu bu mientras lu bu bajaba del caballo, el caballo se fue.
—¡¡VAMOS LU BU TU PUEDES!!—. Grito Castiel con un leve son rojo y una gran sonrisa; Rin voló directo al barandal para ver también al general.
—¡¡Usted puede, papá Lu bu!!—. Exclamó con una gran sonrisa mientras agitaba las banderas que tenían el nombre del chino.
Odin, Shiva y hermes se enojaron, más bien, estaban furiosos, Castiel apoyando a un humano...SU Castiel apoyando a un humano!?. Ellos no eran los únicos furiosos, Thor también estaba así.
—¡¡VAMOS MI AMOR!!—. Grito muy fuerte el azabache que toda la arena lo escucho.
Lu bu sonrió con un leve sonrojo mientras veía a Castiel, le gustaba mucho ver a su perla apoyando lo.
Un fuerte sonido de algo destruirse se escuchó desde donde estaban los dioses principales, Odin, Hermes y Shiva estaban furiosos que rompieron lo primero que tenían cerca.
—Castiel, ¿que fue eso?—. La voz de Shiva sonaba molesta, no más bien, furiosa.
—¿Que?, solo apoyo a uno de los de mi harem dorado—. Esas palabras que dijo Castiel hicieron que los dioses se enojaran más.
Los Ex's de Castiel estaban a punto de decir algo, pero Zeus los callo.
—¡¡Guarden silencio!!—. Hablo serio Zeus logrando calmar al trio de dioses.
Mientras que en la arena...digamos que cierto dios peli-rojo no estaba feliz con lo que ollo.
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