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ʟxᴠɪ. Lᴇssʏ

CAPITULO SESENTA Y SEIS;
LESSY

Nashira descansaba sobre el pasto verde que se encontraba en el patio trasero, mientras cerraba los ojos fuertemente, al igual que cerraba sus manos en puños cerrados arrancando césped por la fuerza que ejercía.

Había sido hace una hora cuando volvió de las lecciones que según Tom le había demostrado, para los mortifagos que alguna vez lo traicionaron o aún lo seguían haciendo. No sabía si había sido su imaginación pero estaba completamente segura de que aquello era más una advertencia para ella y su familia. No podía pensar en que algo malo les llegará a suceder, ni siquiera a Regulus, que apesar y después de todo, era su padre.

Las recientes miradas que Lucius le daba cada vez que se encontraba cerca de Regulus, la hacía confundirse de una manera que ni ella misma sabía cómo explicarlo. Últimamente todos parecían estarle ocultando cosas, todos, no había excepción, aunque tal vez era ella quien estaba malinterpretando las cosas pero...¿Que Lucius se interpusiera o interrumpiera a Regulus cada vez que hablaba? Eso sí que era raro, ya que normalmente, Malfoy no solía tomarle importancia.

Suspiro mientras abría los ojos para ver la presencia de una persona a su lado que interrumpía su momento de paz y tranquilidad. Miro a Blaise, que mantenía su vista fija en algún punto del lugar.

—¿Te enamoraste?—Nashira pregunto, atrayendo la atención del moreno, que la miro por unos cortos segundos antes responder.

—¿Que te hace pensar eso?—pregunto Blaise a la defensiva.

—No eres muy discreto Zabini. Además, no cualquier chico se preocupa como tú lo hiciste por ella esa noche. —al ver qué Blaise trataba de poner excusas sobre aquel tema, la pelinegra lo interrumpió—Tranquilo, puedes estar seguro de que no le diré a nadie. Estoy muy segura de que Lara te dijo que debian mantenerlo en secreto por la arpía que tiene por...ni siquiera se que es.

—¿Crees que es correcto?—Blaise la miro mientras atraía sus piernas hacia su pecho y cruzaba los brazos sobre sus rodillas.

—¿El que? ¿Su relación? Se que Lara no me agrada lo suficiente aún pero...

—No, no, no hablo sobre la relación, si no de...ya sabes, todo esté asunto con Riddle, no le está haciendo un buen a nadie. Tu y Lesath parecen distanciarse cada vez más, Draco por poco y vive en San Mungo tratando de no separarse de Narcissa, Lucius y tú parecen tener una relación algo tensa, como si...

—¿Escondiera algo?—Zabini asintió—Si yo también lo creo, y estoy bastante segura de que tiene que ver con Regulus.

—¿Algún día lo perdonarás?—Nashira lo miro sin responder. —Bien, creo que no hay respuesta pero...algún día tendrás que saber la verdad.

—Lo se, Blaise, es solo que...hasta no saber que es lo que pasa realmente en esta familia no puedo confiar y creerle a alguien. Cambiemos de tema, no quiero hablar de esto por ahora. —dijo Black, mientras trataba de evitar la pregunta que Zabini había hecho.

—Regresaremos a Hogwarts en dos semanas. Al parecer el viejo barbón nos necesita en el colegio, supongo que para tener noticias de San Potter cada que quiere entrar a la sala común como en segundo grado.

Nashira soltó una corta risa al recordar lo que había sucedido ese día. El día que Potter y Weasley habían decidido hacerse pasar por Crabbe y Goyle. Black junto a Nott habían hechizado a ambos chicos para que no pararan de balbucear por una semana, y cada mentira que dijeran tendrían que admitirla, jamás podrían mentir, o al menos por esa semana. Además, de que Theodore había hecho volar a Weasley de la sala común aprovechando que estudiantes entraban por aquella puerta, mientras Potter había corrido detrás de el gritando su nombre.

—¿Que es tan gracioso?

—Solo, recordé ese día. —Zabini asintió.

—¿Estás lista para verlo otra vez?—Nashira miro a Blaise ante tal pregunta.

Black suspiro: —No lo sé, es...raro, verlo después de tantos años y recibir una carta suya es algo que me confunde demasiado pero, al menos se que tengo que devolver sus recuerdos antes de que el año termine, no puede volver con Sirius nuevamente y...si te soy sincera, quiero ver a la tía Marlene y a Barty feliz, al menos...sabré que hice algo bueno después de todo.

Blaise asintio lentamente, mientras apretaba los labios en una larga fila como si intentará sonreír.

—¿Seguirás su juego?

—La haré. Si quiero terminar con esto por mi misma, tengo que hacerlo, aún sin importar que esté bajo la amortentia, ya sabes...—Nashira hizo una mueca.

—¿No crees que es algo precipitado? Digo, nadie más que, Lucius, yo, Theo, Pansy, Tori, Draco y Daphne lo saben.

—Y aún así, son muchas personas Blaise.

—Deberías decirlo al menos a Regulus o Linda para que estén preparados. Fuimos obligados a crecer por una guerra que empezó desde antes que nacieramos pero que no habrá fin sin que...

—Lo se Blaise. —interrumpio al moreno—Pero mi decisión sigue de pie. Nadie más lo sabra.

—Bien. —Zabini suspiro.

—Por cierto. Tu noviesita nos está mirando desde la ventana, parece que es algo celosa—dijo Nashira con diversión.

—Deberia cuidarme, podría irme y ser libre como las mariposas.

Nashira miro a Blaise con una ceja alzada: —Seguro. Más bien el que tendría que cuidarla serás tú. ¿Acaso viste los admiradores que tiene Lara? Estoy segura de que podría elegir a Potter.

Zabini la miro con cara de pocos amigos mientras Nashira se partía en carcajadas.

—Vamos, sabes que estoy bromeando. Pero lo digo enserio, más te vale cuidarla en Hogwarts, sabes la clase de hombres que hay ahí y con nuevos visitantes, pues...puede que la lista de pretendientes aumenté.

—Pregunta, ¿Estás tratando de animarme o de humillarme diciéndome de la manera más sutil que conoces que no soy un dios griego?

—Puede que ambas, pero un poco más de la segunda. Ahora yo te preguntaré algo, ¿Por qué Lara desconfía de mi?—Nashira miro a Blaise esperando una respuesta de su parte.

—Bueno, puede que le haya dicho sobre la cita que tuvimos en tercer año.

—¿Por qué harías eso? Si tú mismo dijiste que había sido solo un capricho muy bonito pero que sentías algo más por otra persona.

—Lara dijo que había tenido una cita en el mundo muggle con un amigo que había conocido, así que le dije que había tenido una cita contigo y que estábamos intentando algo para ponerla celosa y al parecer funcionó, pero ahora parece que te odia.

—Bueno, gracias por agregar una persona más a la lista de personas que me odian, Zabini. —Nashira le sonrió sarcástica.

—De nada, para eso están los amigos. —Zabini abrazo por los hombros a la pelinegra.

—Idiota.










[...]











Nashira entro a la biblioteca descubriendo a un hombre de espaldas que se encontraba ahí. Pudo distinguir a Regulus sentado en un sofá concentrado en su lectura, por su seño fruncido pudo distinguir que no estaba al cien porciento concentrado, algo lo inquietaba, no había hablado lo suficiente con el o tan siquiera le había dirigido una palabra sin discutir, así que sin más suspiro y camino hasta uno de los estantes que contenían sus obras literarias favoritas.

—No sabía que te gustaban los libros románticos. —la voz de Regulus la hizo darse una media vuelta y mirarlo.

Nashira apretó los labios en una fina sonrisa para evitar decir, por primera vez y evitar una discusión.

—Si bueno, no muchas personas lo saben, es más como mi... oscuro secreto. —Nashira camino hasta estar quedar sentada frente a Regulus, quien finjia volver a su lectura después del incómodo silencio que se formó.

Nashira observó el libro y en el título del mismo.

Romeo y Julieta

Abrio el libro y dos pergaminos cayeron al suelo. La joven Black recogió los sobres de papel, dándose cuenta de que ambos iban al mismo destinatario.

De: Regulus Black
Para: Linda Granger

Con cuidado abrió el primer pergamino, mirando directamente a Regulus que seguía en su lectura, aunque debes en cuando la miraba de reojo, con cuidado leyó lo que esté tenía escrito y jamás pensó que aquello sería lo que una historia de amor aún no había acabado.


Cada vez te veo me dan muchos nervios
¿Porque sera?
Mi piel se comienza a sonrojar
Mis labios tiemblan
Mis ojos te persiguen pero a la vez se esconden huyendo de tu mirada

¿Sera que me estoy enamorando?
Me quedo sin palabras con tan solo verte
Mi corazón palpita muy fuerte, cómo si quisiera salir de mi cuerpo
¿Sera que me voy a morir? ¿O solo es mi corazón buscando el tuyo?

Lo que nunca supe que quería parecía aparecer de una forma que jamás espere encontrar
Pareces ser todo lo que uno necesita
No puedo esperar a verte cada día del año
Pareciera como si me encontrara solo aquí en una habitación sin nada que perseguir
Es como si estuviera solo

Siento una necesidad tremenda de estar contigo
Mi piel se eriza con tan solo tenerte cerca y oír tu voz
¿Que me pasa? ¿Es amor?
Ahora que lo pienso este sentimiento tal vez solo es imaginación mía
O una ilusión de un amor con el que un día sueño tener.



Nashira levantó la mirada para encontrar a Regulus mirándola con interrogación, sabía que la chica había tomado el libro que Linda solía leer anteriormente, cuando vio ambos pergaminos solo pudo pensar en aquel invierno cuando Granger había salido con Barty y la señora Crouch.

Una pequeña sonrisa involuntaria apareció en el rostro de la pelinegra.

—¿Enserio te sentías así con mi madre?—pregunto Nashira mientras trataba de ocultar su diversión, sin hacer caso a sus palabras dichas.

—Era solo un niño de once años, no sabía lo que era el amor para mí en ese entonces—comento Black feliz de por primera vez poder conversar sin tener una discusión de por medio.

—Dime algo, ¿Descubriste lo que significaba?—Regulus la observó con confusión—¿Era solo una ilusión o tu imaginación?

La sonrisa de Regulus creció aún más: —Ninguna de las dos. Siempre fue amor por tu madre. Nunca me gustó que estuviera demasiado tiempo con Barty pero yo no podía prohibirle nada, ni siquiera aún siendo pareja podría hacerlo. Cuando ellos terminaron vi una oportunidad de poder conquistarla, claro que después de unos problemas entre ellos, Linda no quería otra relación.

Nashira observó con diversión a Regulus.

—¿Le diste amortentia?—Regulus río negando levemente con la cabeza.

—No, no lo hice. Solo...le demostré que verdaderamente estaba enamorado de ella, claro que al principio no fue fácil y menos teniendo a Potter y al idiota de Sirius molestándola todos los días. Fue...—Regulus sonrió nostálgico—...el día, el primer día—se corrigió—Mas feliz de mi vida cuando acepto ser mi novia en un partido de Quidditch cuando se lo propuse. Slytherin acababa de ganar así que...bueno, quise que todos supieran lo enamorado que estaba de ella.

Nashira observó a Regulus con atención, tendiendole el pergamino que había leído anteriormente, mientras aún conservaba el segundo en sus manos.

—¿Alguna vez pensaste en rendirte con mi madre?

—Si te soy sincero, si. Si lo hice. Sirius y Potter me llenaron la cabeza con pensamiento absurdos durante un tiempo que fue cuando, bueno, yo empecé a “salir con Hestia”—enfatizó Black haciendo comillas con sus dedos. —Hubo un tiempo en el que yo tuve inseguridades acerca de eso y...ellos se aprovecharon diciéndome que jamás podría ser suficiente para Linda que...

—¿Que...?—Nashira lo miro esperando una respuesta.

—Bueno, sabes que un adolescente pasa por ciertas etapas y una de ellas es la inseguridad acerca de si mismo y yo..bueno, solo me deje llevar. Potter y Potter copia, me hicieron saber que mi actitud era muy diferente a la de Lucius, Barty o Severus, ellos eran más reservados pero se llevan las miradas de varias chicas. Mientras que yo en ese momento era más tímido, más solitario, era por decir así un extraño en Hogwarts. Me sentía alguien común y corriente, por más que fuera alguien seguro de si mismo.

—¿Y que es lo que hiciste tu?

Regulus mantuvo su mirada fija en la pelinegra.

—Nada.

—¿Nada?—Nashira lo miro con selo fruncido—¿No hiciste...nada? ¿Por qué?

—Porque sabía que tenían razón. Aunque, Linda me hizo ver lo equivocado que estaba. —Regulus sonrió por inercia.

—¿Y...Jones?—Regulus negó lentamente.

—De alguna manera, ella siempre me hacía sentir mucho peor y yo me repetía cada noche que...no merecía nada mejor, y que por primera vez Potter y Sirius tenían razón. —el ojigris suspiro.

—¿Por qué seguías con ella entonces?

—Trataba de buscar el amor o atención que buscaba de Linda.

—¿Jones era su...

—¿Remplazo? Así es, aunque jamás pude sentir nada por Hestia, creo que era más la necesidad de hacerme creer que la amaba, pero siempre fueron engaños. Ella nunca me amo de verdad como decía y yo...nunca fui capaz de sentir algo por otra persona que no fuera Linda. Y de hecho, el pergamino que sostienes en tus manos es una evidencia de lo que sentía el día que nos casamos. —Regulus sonrió al recordar ese día mirando fijamente el anillo de matrimonio aún en su mano.

Nashira miro el pergamino en sus manos y suspiro antes de abrirlo y leer con determinación lo que estaba escrito e inclusive la fecha estaba escrita en el.

9 de diciembre, 1979

Ella es todo lo que necesito que nunca supe que quería
Es todo lo que quiero que nunca supe que necesitaba
Sólo quiero tenerla cerca de mí
Ella me hace sentir tan vivo y seguro que jamás espere que me amaría de verdad

Nunca supe lo que significa estar enamorado hasta que descubrí mis sentimientos por ti
Dormía todas las noche mientras pensaba en ti y en si me amarías algún día

Estar enamorado de ti es abrazarte en silencio mientras tu estas llorando y deseando un consuelo

Estar enamorado es que tu me pidas una flor y yo no solo te de esa flor si no que te la de con todo mi amor

Estar enamorado es cuando nuestras miradas chocan y nos hacen hacen sentir niñerias para algunos mientras para nosotros es amor

Estar enamorado de ti es observar tu brillo en los ojos cada día cada noche y no dejar que te apagues porque si fuera necesario yo daría mi alma y vida por ti



—Esto es...vaya, no se que decir—dijo Nashira sorprendida mientras terminaba de leer y dejaba el pergamino de lado. —Si nada de esto hubiera sucedido, tu y mi madre...

—Linda y yo...—el ojigris suspiro—Todo habría sido muy diferente sin duda alguna.

Nashira observo con detenimiento a Regulus sentado frente a ella, trataba de encontrar algún indicio en su rostro, movimientos de que tal vez era falso, pero no, todo era una absoluta verdad.

—¿Aún la amas?

Regulus bajo la mirada para mirar el anillo que formaba parte de si, para después subir la mirada hasta la joven Black.

—Despues de haber estado doce años separados, sigo amándola tal y como la primera vez.
















[...]
















Nashira veía el techo de su habitación con aburrimiento. El día de los mundiales de Quidditch había llegado, Draco, Lucius, Regulus, Rabastan Theodore y Blaise no podían estar más emocionados por aquel evento. Por desgracia Rodolphus y Barty no habían podido librarse de Tom Riddle, menos aún cuando faltaba poco tiempo para que los chicos volvieran a Hogwarts para reanudar sus estudios.

Suspiro mientras se levantaba de su cama y caminaba hasta el tocador de su habitación, dónde se observaba fijamente, o al menos eso creería cualquier persona que entrara por la puerta de su habitación, porque la realidad al punto de vista de Nashira era totalmente diferente.

Estaba tan concentrada mirando por el reflejo del espejo que ni siquiera se dio cuenta de que empezo a llorar.  Se obligaba a controlar sus lágrimas y a evitar derrumbarse ahí mismo, pero era lo que más deseaba. No siempre es bueno reprimir sus emociones.

Deseaba gritar hasta desgarrarse la garganta con la esperanza de ser escuchada y liberar aquella frustración que sentía. Deseaba que todo hubiese sido diferente. Deseaba poder llegar a casa después de cada año en Hogwarts o las vacaciones, pero no podía, aquello ya no era posible.

Ya no podría ver más a Bellatrix.

Nashira no queriendo ver más aquella imagen que rondaba por su mente día y noche, en sus sueños, que se convertía en una pesadilla. Tomo el espejo entre sus manos arrojandolo a cualquier rincón de su habitación. Unos golpes en la puerta del cuarto la hicieron salir de aquella ensoñación.

—... adelante...—dijo Nashira mientras se daba una media vuelta para evitar que se quien hubiera tocado no la mirara así.

—Shira, debemos irnos, ¿Estás...—las palabras de Pansy quedaron en su garganta cuando miro el espejo en el rincón de la habitación roto—¿Que fue lo que sucedió? ¿Shira, estás bien?—pregunto la castaña preocupada.

—Shira—escuchó la voz de Astoria a su lado, así como sus manos sobre sus brazos, arrodillandose ante ella. Nashira Lentamente se giró para verlas, notando que tenía los ojos llorosos, con la vista nublada por las lágrimas. —¿Que sucedió?

—Nada importante—Nashira se soltó del agarre de Astoria mientras limpiaba sus lágrimas con ambas manos. —Solo...algo que sueño hacer cuando tengo mucha presión. —intento sonreír.

—Claro. —Pansy asintió no convencida.

Astoria por otro lado solo se quedó observando a la pelinegra: —¿Puedo abrazarte?—pregunto con los brazos abiertos.

Nashira la observo por unos segundos antes de asentir y lanzarse abrazando a Astoria, que pronto Pansy se unió abrazándola, dejando está vez, que las barreras sean derribadas de nuevo.




















[...]



















Nashira veía con detenimiento a Lesath, que huía de su mirada, todos podían notarlo. Draco no podía estar más desesperado porque las cosas se arreglarán y dejara de existir una horrible tensión entre ellas que no podía ni cortarse con un Avada.

Suspiró rendido cuando cuando miro a Nashira simplemente tomar el brazo de Linda junto a Lara quien sostenía la malo de Regulus, y el ojigris la mano libre de Granger para después desaparecer.

Draco miro a su gemela por unos cortos minutos, tratando de saber que es lo que había que hacía que ellas siguieran distanciadas, pero ninguna de la dos parecía querer hablar. Debía haber una razón por la cual ambas pusieran su relación en la cuerda floja, sabía que era nada más por el plan que se vio arruinado o por el hecho de que George Weasley haya salvado a su hermano, había una razón existente aún más.

Sabía que nada estaba yendo bien. Lesath normalmente era una persona con un honor bastante agradable y bromista, pero últimamente su humor era el peor de todos, pareciera que todos lo ignoraban pero el no podía hacerlo, ambas chicas eran sus hermanas, una su gemela y la otra su hermana mayor, tal vez no se sangre pero ambos lo eran.

Draco podía ver como su gemela tomaba el Licor de su padre a escondidas. El problema de su madre en San Mungo parecía estarla consumiendo lentamente y su única solución era ahogarlas en alcohol, uno demasiado fuerte para hacerla caer inconciente. Draco lloro la primera vez que la había descubierto, tumbada en su cama, completamente dormida sin conciencia y con varias botellas de cristal vacías en el suelo de su habitación, esa noche ni siquiera había podido conciliar el sueño.

Tal vez Lesath pensaba que beber la podría hacer sentir más tranquila, la tensión y sus miedos se disiparian y muchas de las preocupaciones momentáneas se desvanecerian. Lesath parecía estar últimamente mas temerosa o preocupada, así como estar bajo presión o dificultades para conciliar el sueño, ella bebía para combatir ese estado. Sin embargo, el efecto era todo lo contrario, el autocontrol disminuye, las preocupaciones y los problemas resurgen sin freno y aparecían sentimientos negativos.

Mientras que Nashira por otro lado, su hermana, fumaba en varias ocasiones, cuando las cosas no salían cuando las tenía planeadas, había veces que la había escuchado llorar de frustración cuando descubrió lo que tanto temía pero que se había vuelto realidad, el tampoco no quería perderla, era su familia, esa noche, Draco lloró con ella cuando supo la verdad, nadie debía saberlo, esa había sido su promesa, pero no sabía cuánto tiempo podría soportar sin hablar, no quería perderla.

Cuando menos se dio cuenta ya se encontraba en la estación del tren que lo llevaría a Hogwarts, noto como Lesath se despedía de su padre, Linda y Regulus, quienes los habían acompañado ese año. Su gemela le decía unas cortas palabras que no alcanzo a escuchar para después verla alejarse con los gemelos.

Iniciaría su cuarto año y no parecía estar nada contento con volver, no con su madre en San Mungo.

—Padre ¿Cuidarás de madre, cierto?— pregunto el niño viendo a su Lucius, quien asintió.

—Me aseguraré de ponerle mejor vigilancia, no permitiré que esos idiotas se acerquen a ella de nuevo—dijo Lucius mirando a Potter, Black, y Lupin despedir al mini miope. Lucius regreso su mirada a Draco que a su vez también observaba a los Gryffindor's—Cuida de tus hermanas Draco. Nashira podrá hacerse la fuerte pero ambos sabemos que se romperá pronto con todo lo que está sucediendo en la familia. Y Lesath bueno...está pasando demasiado tiempo con los gemelos Weasley y no digo que sena malos pero, no sabemos lo que los estúpidos leones puedan hacer.

—Cuidare de ellas, y aunque no me lo pidieras, lo haría de todas formas padre.

Lucius sonrió: —Cuidate tu también Draco. Te quiero hijo. Nunca lo olvides—susurro Malfoy abrazando a su hijo.

Draco sonrió correspondiendo el brazo de su padre por unos minutos sin decir nada.

—Sube ya o te va a dejar el tren—dijo Lucius separándose del abrazo. Draco asintió comenzando a caminar, no sin antes despedirse de Linda y Regulus, quienes los observaban desde la lejanía y que parecían estar hablando entre susurros.

—Parecen estar... felices juntos de nuevo.

Lucius volteó mirando a Black, que parecía querer empezar una discusión con Regulus y Linda, así que se acercó hasta colocarse a su lado, claro que los Gryffindor's hicieron como si no existiera.

—Asi es... hermano—una sonrisa forzada se formó en el rostro de Regulus—Al parecer tus tácticas de manipulación no funcionan, no pudiste ni siquiera conquistar a Marlene.

—Creí que tenías dignidad Linda.

—Y la tengo Sirius, sin embargo el hombre al que amo está a mi lado y lo conoces perfectamente porque son hermanos, pero aquí el que no tiene dignidad pareces ser tu, ya que conformarte con Jones, sabiendo que se acostó con Lupin—una sonrisa divertida apareció en el rostro de Linda—No sabía que los amigos compartían hasta a la chica con la que salen...—Linda y Lucius reprimieron una carcajada, mientras que Regulus no se esforzó por ocultarla al ver las caras sorprendidas de los dos merodeadores restantes excepto la de Lupin.

—Basta. No estamos aquí por idioteces como está. ¿Dónde está la hermana de Jones?—solto Potter con agresividad.

—¿Por qué te importa Potter?—dijo Lucius soltando veneno en el momento de recitar el apellido del hombre de gafas.

—Ella es parte de nuestra familia. Sale con Remus, por lo tanto también es parte nuestra. —dijo Potter mientras pasaba su mirada de Linda a Regulus como si no lo creyera.

—Es raro...porque ella dijo que odiaba a Lupin—dijo Regulus mientras finjia estar pensando—Es más, dijo que los odiaba a todos ustedes...¡Oh, casi lo olvido!—exclamo Regulus mientras finjia sorpresa. Saco tres sobres de la túnica negra que portaba, la cual llegaba hasta los tobillos—Jennifer me pidió que les diera esto de parte de ella y de Severus.

Los tres merodeadores se miraron entre ellos, el primero en tomar un sobre su Sirius, mirando con este estaba decorado con detalles dorados en el borde. Remus miro a los tres Slytherin's confundido.

—¿Que es esto?—pregunto con el sobre entre sus manos.

—La invitación para la boda de Jennifer y Severus, claro está—respondio Regulus con arrogancia. —Ahora que nuestra tarea está hecha nos retiramos, no queremos que nos vean rodeados de... escorias.

—Pero antes...—dijo Linda mientras se acercaba a James, para este punto ya tenían la mirada de varios padres que habían acompañado a sus hijos, padres que los conocieron cuando estudiaban en Hogwarts. Linda tomó por los hombros a James y cuando menos se lo esperaba un rodillazo en la entrepierna fue lo que recibió de la rubia.

—Uhhh... Eso debió doler—soltó Regulus con una mueca divertida.

—Alejate de mi cuñada Potter. —susurro Linda en su oído acercándose a Malfoy y Black. —Saluden a Jones de mi parte. —y sin más, las tres serpientes desaparecieron.














[...]
















El Gran Comedor, decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo.

Las cuatro largas mesas
pertenecientes a las casas estaban abarrotadas de alumnos que
charlaban. Al fondo del comedor, los profesores se encontraban sentados a lo largo de uno de los lados de la quinta mesa, de cara a sus alumnos. Había más asientos vacíos de lo normal.

—¿Moody vendrá?—pregunto Daphne observando la mesa de los profesores.

—Lo hará. —fue lo único que Nashira respondió, escuchando el siseo sobre sus hombros de Riddle.

La presencia de Tom, no hacía más que frustrar a Nashira, más por el hecho de que ahora por asuntos del pasado y recientes, Lesath ni siquiera la miraba, solo la ignoraba y hacia como si no existiera.

Los susurros y charlas que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante, en qué Dumbledore se levantó de su asiento, y sólo se escuchó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales.

—¡Bien!—dijo Dumbledore, sonriéndoles a todos los alumnos—Ahora que todos estamos bien comidos. Debo una vez más rogar su atención mientras les comunico algunas noticias... El señor Filch, el conserje, me ha pedido que les comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año. La lista completa comprende ya de cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conseriería del señor Filch.

«Como cada año, quiero recordarles que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida alos estudiantes. Otro tanto ocurrebcon el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo. Es también mi doloroso deber informarles de que la Copa de Quidditch no se celebrará este curso.

—¿Qué?—soltó Blaise casi sin aliento. —¡No pueden quitarnos el Quidditch, estoy seguro de que enloqueceria!

—Exageras un poco, ¿No crees?—pregunto Lara a su lado.

—Cariño, el Quidditch es algo importante que me hace sentir libre de alguna frustración o miedo, cansancio te hace sentir con energía—Blaise sonrió mirando a la rubia.

Dumbledore continúo hablando: —Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores, pero estoy seguro de que lo disfrutarán enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...

Pero en aquel momento se escuchó un trueno estruendoso, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe.

En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje. Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observar al extraño, repentinamente iluminado por el resplandor del rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores.

Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor. Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo y desde la mesa de Gryffindor se escuchó como Hermione gritaba sorprendida y asustada al estar todo en silencio.

Aquella luz había destacado el rostro del hombre, y era un rostro muy diferente de cuantos había visto en su vida. Cada centímetro de la piel parecía una cicatriz. La boca era como un tajo en diagonal, y le faltaba un buen trozo de la nariz, pero lo que lo hacía que de verdad le temieran eran los ojos. Uno de ellos era pequeño, oscuro y brillante. El otro era grande, redondo como una moneda y de un azul vívido, eléctrico. El ojo azul se movía sin cesar, sin parpadear, girando para arriba y para abajo, a un lado y a otro, completamente independiente del ojo normal y luego se quedaba en blanco, como si mirara al interior de la cabeza.

El extraño llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano tan toscamente formada como su cara, y Dumbledore la estrechó, murmurando palabras que nadie consiguió oír. Parecía estar haciéndole preguntas al extraño, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy
baja.

Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró al hombre el asiento vacío que había a su derecha. El hombre se sentó y sacudió su melena para apartarse el pelo entrecanoso de la cara; se acercó a un plato de salchichas, lo levantó hacia lo que le quedaba de nariz y lo olfateó. A continuación se sacó del bolsillo una pequeña navaja, pinchó una de las salchichas por un extremo y empezó a comérsela. Su ojo normal estaba fijo en la salchicha, pero el azul seguía yendo de un lado para otro sin descanso, todos esto, siendo observado por los alumnos en silencio sumamente incómodo.

Dumbledore hico un extraño ruido con la garganta, ganándose la atención de los estudiantes nuevamente: —Les presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras—dijo animadamente ante el silencio de la sala por la entrada del profesor Moody.

Lo normal era que los nuevos profesores fueran recibidos con saludos y aplausos, pero nadie aplaudió aquella vez, ni entre los profesores ni entre los alumnos, a excepción de Hagrid, Dumbledore y la familia de Barty, que sabían que estaba detrás de todo aquel disfraz con la poción multijugos, todo el Gran Comedor se giro a los Slytherin's observándolos sorprendidos.

Todos parecían demasiado impresionados por la extraña apariencia de Moody para hacer algo más que mirarlo.

Dumbledore volvió a aclararse la
garganta.

—Como iba diciendo—siguió, sonriendo a la multitud de estudiantes que tenía delante, todos los cuales seguían con la mirada fija en Ojoloco Moody tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. Es un gran placer para mí informarles de que este curso tendrá lugar en Hogwarts el Torneo de los tres magos.

—¡Está bromeando con nosotros!—dijo Fred en voz alta desde la mesa de Slytherin.

Repentinamente se quebró la tensión que se había apoderado del Gran Comedor desde la entrada de Moody. Casi todo el mundo serió, y Dumbledore también, como apreciando la intervención de Fred.

—No estoy bromeando con nadie, señor Weasley—repuso—Hablando de bromear con la gente, este verano me han contado un chiste buenísimo sobre un trol, una bruja, que entran en un bar...—la profesora McGonagall se aclaró ruidosamente la garganta. —Eh... bueno, quizá no sea éste el momento más apropiado...—dijo Dumbledore—¿Dónde estaba? ¡Ah, sí, el Torneo de los tres magos! Bien, algunos de ustedes seguramente no saben qué es el Torneo de los tres magos, así que espero que los que lo saben me perdonen por dar una breve explicación mientras piensan en otra.

»EI Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Para representar a cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración del Torneo.

—Si ese un motivo importante... ¿Por qué carajos están volviendo a esta estúpida competencia?—soltó Theodore.

—El viejito barbón cree que es un buen momento y que sera más seguro está vez—respondio Draco—Claro que, está vez será aún peor.

—¿El número de muertes?—susurró Astoria, algo asustada y conmocionada.

—Nuestro departamento de Cooperación Mágica Internacional, de Deportes y Juegos Mágicos ha decidido que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en peligro mortal. —dijo Dumbledore sobre los cuchicheos emocionados que se escuchaban por todo el Gran Comedor—En octubre llegarán los directores de Beauxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar en Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones.

—Suena muy tentador—dijo Blaise atrayendo la atención de sus amigos—¿Que? No lo pueden negar, yo entraría, si no supiera lo que hay detrás de todo esto, claro.

















[...]























Después de que Dumbledore diera por terminada la cena, todos se habían retirado no sin antes escuchar cada palabra dicha por el director acerca de todo lo que sucedería en Octubre y las restricciones de edad que el Torneo de los Tres Magos tenía, nadie podía negar que estaban de acuerdo con los gemelos Weasley, los cuales se notaban muy indignados por aquel detalle.

Lesath no había podido evitar preocuparse al ver qué George estaba más que emocionado por participar, claro que por Fred también lo hizo, pero había algo más que hacía que sus preocupaciones hacia George fueran mayores. No sabía lo que aquello significaba, su imaginación solo le decía que era una preocupación de mejores amigos nada más.

Suspiro rendida dejandose caer sobre la silla que tenía al lado de su escritorio quedando de frente a un par de pergaminos frente a ella. Los problemas y discusiones que había tenido con Nashira últimamente le estaban provocando dolor de cabeza, no se sentía orgullosa de todo aquello, sobretodo porque la pelinegra se quedaba con la palabra en la boca evitando decir cualquier cosa hiriente para la rubia.

Eso era más que obvio y Lesath no lo negaba, pero no podía simplemente olvidar todo de un día para otro, Nashira era su hermana pero parecía estar viendo más por ella que por cualquier otra persona, y tal vez aquello sonara egoísta pero lo que la pelinegra estaba haciendo solo incrementaba el poder que Tom Riddle podría tener más adelante y eso sería totalmente un riesgo para su familia y eso era lo que Lesath no quería y Nashira no entendía.

—No me gusta verte así, Lessy—George se acercó, colocando ambas manos en los hombros de la rubia.

—¿Que haces aquí Georgie? Sabes que el tío Sev no tiene permitido que los hombres entren al dormitorio de las chicas—dijo Lesath tratando de ignorar lo anteriormente dicho por Weasley.

George suspiro: —Aunque trates de evitarlo sabes que muy en fondo deseas hablar con ella, después de todo, Draco, tu y Shira crecieron juntos, no puedes negar que las extrañas.

—George...por favor...—el pelirrojo asintió lentamente mientras se separaba de la rubia, alejándose. —Esto es difícil pero hasta que no vea que de verdad está arrepentida no volveré a dirigirle siquiera la mirada.

Weasley la observo por un momento antes de asentir, sabiendo que aquel tema Lesath no quería escucharlo.

—¿Te importa si entro a tu baño? Fred estaba bañándose en el nuestro y parece que tarda un siglo en la ducha.

—Claro, adelante. —George hizo un movimiento con la cabeza que Lesath supo identificar como una muestra de agradecimiento.

Cuando se disponía a volver a los pergaminos que tenía en el escritorio la puerta de su habitación fue abierta bruscamente, atrayendo su atención.

—Nashira, no puedes entrar así a mi habitación.

—Tenemos que hablar. —dijo la pelinegra ignorando lo que la rubia había dicho, acercándose a ella.

—Yo no quiero hablar contigo. Así que lárgate de una buena vez. —soltó Lesath con agresividad cuando vio la varita en la mano de Nashira, se golpeó Internamente cuando vio que la suya se encontraba en su cama.

Nashira se detuvo a unos centímetros de ella. Por el rabillo del ojo, Lesath miro como George abría la puerta sorprendido por la escena que estaba presenciando.

—No lo volveré a repetir. Lárgate. —Lesath retrocedió un paso cuando vio como la pelinegra alzaba su varita contra ella.

Obliviate.

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