CAPITULO SESENTA Y CINCO;
TRAIDORES

El aire tenso en la habitación se sentía, era incómodo para ambos hombres en aquel despacho.

Lucius tenía su mirada sobre Regulus, quién lucia tenso de estar ahí. Frente a el ya no estaba ese viejo amigo que había conocido en aquellas fiestas de navidad, ahora parecía estar frente...a un extraño.

—Entonces, Regulus...te escucho. —dijo Lucius mientras soltaba el aire que había estado reteniendo.

—Estoy...aquí frente a ti para... agradecerte, a pesar de que se que, no me quieres aquí. Cuidaste de mi hija, cómo si fuera tuya. Fuiste...un verdadero padre para ella. Siempre, me contabas como se encontraba ella en primer lugar. Y...no se cómo agradecerte lo que hiciste por ella, Lucius.

—Regulus, no crié a Nashira porque esperaba algo de tu parte. Tanto ella, cómo Draco y Lesath, fueron criados iguales, sin ninguna preferencia. Si lo que crees, es que ella fue una carga para mí...—Lucius miro a Black, seriamente—Te equivocas totalmente. Jamás será una carga.

—No, no...yo no quise decir eso, esa no era mi intención. Se muy bien que tú te aseguraste, que tú Narcissa, incluso Bellatrix se aseguraron de que no estuviera sola y que...no sintiera que no tuvo padres. Esto es...solo un agradecimiento atrasado, solo eso—dijo Black, mientras suspiraba, la mirada de Lucius no decía nada bueno, no solo era el quién mentía, Lucius le había hecho creer a Nashira que nunca supo acerca de que Regulus estaba vivo.

—Entiendo. —el aire tenso volvió a la habitación.

—Debo decir que...cuando dejaste de escribir acerca del estado de mi hija, no pude evitar asustarme.

—Escucha, Regulus...—Lucius se levantó y camino hasta sentarse frente a Regulus—Ya hablamos de esto hace años. —Black apartó la mirada apretando la mandíbula—Nashira, nunca sabría que fui yo quién te ayudo con todo esto, ella nunca sabría que siempre estuviste vivo y yo lo supe. Yo, y solo yo lo sabía, ni siquiera Cissy o Bellatrix que son tu sangre directa.

—Y aún así, decidiste ocultarselo.

—He cargado con la culpa de ello cada día de vida.

—Si...con la culpa—Regulus se acercó a el amenazante—Asi cómo también te culpas de no haberme detenido cuando le sugerí al ministro que dejara a Nashira con Sirius, ¿Cierto, Lucius? No podrás evitar que ella lo sepa.

—¿Y quién se lo dirá, tu?—se burló—Ni siquiera puede verte directo a la cara, ¿Y sabes por qué? Porque te odia.

—Claro que me odia, eso lo se. ¿Pero será capaz de odiarte a ti, cuando sepa todo la verdad?—Regulus se levantó mirando a Malfoy, con la mandíbula tensa.

—Por favor, Black, no quiere ni escucharte, ¿Y crees que te creerá cuando le digas que yo siempre lo supe? Ni siquiera quiso saber tu versión de la historia.

—Ya no dejaré que pongas a Nashira contra mi.

—Que... interesante que lo digas, Black. De eso te encargaste tu solo.

—Quiero estar con ella. Merece oír mi versión de la historia. ¡Es mi hija, Malfoy!—exclamo Regulus con efusividad.

—¡Claro que no! ¡Es mi hija, Black! ¡Mia!—Lucius gritó con enfado—Y no te quiero ver cerca de ella.

—Lumos—susurró Nashira y el extremo de su varita se encendió, pero la luz todavía no era lo suficiente para ser reconfortante. —¿Quieres explicarme que hago yo aquí?—Black miro a Tom, quién no tenía más que una sonrisa cínica en su rostro.

Tom sin detenerse, la miro perspicaz: —Observaras que es lo que sucede cuando unos estúpidos traicionan a Lord Voldemort. —Riddle regreso su mirada al frente.

Justo cuando entraban a una habitación, sintió el repentino cambio en el aire a su alrededor. Casi podía absorber la magia en el aire.

Nashira dijo el hechizo para que su varita dejara de proporcionar luz, cuando las luces se encendieron solo dejando a la vista a tres mortifagos frente a ellos, quiénes habían traicionado y frente a ellos estaban “Voldemort” y Nashira, quién trataba de ignorar la mirada que Rodolphus y Barty le daban desde una esquina de la habitación.

Nashira miro a al hombre Crouch, y se dio cuenta que sus ojos estaban cristalizados y sus manos temblaban. Cerraba fuertemente las manos evitando que alguien viera aquello. Cuando Black regreso su mirada a quién había traicionado a Tom, se sorprendió cuando vio al señor Crouch frente a ellos.

Bartemius Crouch observó la aparición del mago y la bruja que estaban de pie ante él. Nashira mantenía sus ojos en el señor Crouch a pesar de que este le pedía piedad con la mirada.

Nashira aparto su mirada, y miro al otro hombre a su lado. Este en cambio sonreía cínico, sin vergüenza, y sin arrepentimiento, no se veía su miedo en su rostro, sabía que era una máscara y no le daría a Voldemort el gusto de ver su sufrimiento o tal vez...solo estaba afrontando lo que debía pagar.

—Traicionaron a Lord Voldemort. Su castigo es la muerte—las palabras fueron dichas con un siseo de ira.

Nashira no supo porque, pero las venas de sus brazos comenzaron a tomar un tono rojizo, algo raro ya que normalmente eran de un color negro, oscuro. Supuso que sus ojos se encontraban igual y aunque ese extraño sentimiento quisiera eliminarlo sabía que aparecía cuando debía y lo siguiente que había sucedido se lo había confirmado.

—No quise... ¡Avada Kedavra!—hizo un movimiento repentino, el que se encontraba al lado del señor Crouch, que pronto lo reconoció como Jason Miller, disparando la maldición asesina a Nashira.

La bruja evadio fuera del camino, el chorro de luz verde. Barty rápidamente apuntó y lazo el hechizo que hizo que de las manos de Miller, su varita cayera a las de Barty. Rodolphus por otro puso la punta de su varita en el cuello del hombre, al igual que uno de los mortifagos, mientras que los otros dos mortifagos sostenían al señor Crouch para que no intentara hacer algo parecido.

Miller adoptó una sonrisa maliciosa, mirando frente a el a Nashira y a Voldemort.

—El poderoso Lord Voldemort necesita de alguien, vaya sorpresa—Miller finjio interés—Imagino que en el futuro será el quién te manipule niña, tipos como el no son más que un simple cascarón vacío, sin sentimientos, razón, su único objetivo es el poder y el sufrimiento. Podría pagar miles de galeones por ver si algún día la elección se hace presente. ¿A quien eligirá?—Jason hizo una mueca burlona—¿El poder o la pequeña Black?—carcajadas escaparon de los labios de Miller—Creo que la respuesta es obvia. Recuerda esto niña, si el te dice “Si no lo haces, no me amas tanto como quieres” eso es obvio que te tendrá comiendo de la palma de su mano, pero sobretodo tendra todo derecho sobre...

Antes de que otras palabras salieran de su boca, un chorro de luz verde lo golpeó directamente entre los ojos y el Mortifago cayó al suelo, muerto.

Tom poso su vista ahora en el señor Crouch, quién rogaba por piedad.

—Por favor...—rogaba Crouch. Tom miro a Barty JR, quién huía de su mirada al lado de Nashira, al igual que Rodolphus, quién trataba de ocultar cualquier emoción.

Tom regreso su mirada al señor Crouch, mostrando una sonrisa divertida y burlona hablo: —Eres un traidor, y los traidores solo tienen un castigo—siseo.