ʟxx.Aᴘᴏʟʟɪɴᴇ Dᴇʟᴀᴄᴏᴜʀ
CAPITULO SETENTA;
APOLLINE DELACOUR
Después de la discusión que Nashira y Lesath habían tenido, la platinada había comenzado totalmente otra rutina, en la que ya no se basaba en compartir mesa con los Slytherin, hacer bromas de doble sentido con Blaise, escuchar a Draco y Daphne criticar a los Gryffindor's, y ella respondiera que no debían hacerlo, aunque muy en el fondo también lo hacía, ya no podría celar a Nashira por hablar con Lara. Tal vez extrañaba un poco a sus amigas, pero todo lo que hizo había sido lo mejor para ella, ¿verdad?
Ella no podía seguir ahí, era demasiado peligroso arriesgar su vida por alguien que valía tan poca cosa como lo era Riddle. Ella parecía ser la más coherente ahí, usar aquella estrategia de elegir a George por encima de ellos habían funcionado bien, pero a su vez, había sido demasiado doloroso para ella todo eso.
¿Qué más podría hacer? No quería decepcionar a sus padres, pero estaba segura de que ya lo había hecho. Desde que tuvo uso de razón, sus padres, tenían unas expectativas altas sobre ella y siempre creyó que las cumpliría.
El problema era ¿Las estaba cumpliendo? Ella no se sentía suficiente, tal vez solo era una mentira que se había hecho sobre ella misma, en realidad no era inteligente, solo buscaba una forma de llenar aquel vacío que nunca podría acabarse.
—Así que...¿No piensas volver a hablarles?—la pregunta de George salió inmediatamente directa, causando que Lesath pensara por varios minutos su respuesta. —Quiero decir, ni yo mismo creo el que puedas estar tanto tiempo lejos de tu familia.
—¡Yo no fuí quien se alejo!—respondió Lesath cruzándose de brazos.
—Mhm, yo no diría eso, porque indirectamente si lo hiciste. —dijo George recibiendo una mala mirada de la rubia platinada. —Oh vamos, sabes que es cierto. Amor...
—¡Nashira tiene la culpa!—dijo la platinada sobresaltando a George sobre su asiento. —Ella fue quien inicio toda esta idiotez de seguir a un estúpido hombre que se puede convertir en serpiente. ¡Y está llevando a Draco con ella! ¡Incluso Lara!
—De acuerdo, de acuerdo...—George alzó las manos inocente, mientras se levantaba de su lugar y caminaba hasta sentarse al lado de Lesath, después de recibir una mirada de la bibliotecaria. —Porque no, intentamos calmarnos...
—Nunca le digas a una mujer que se calme George...—Lesath se giro a mirarlo con los brazos cruzados.
—Bien. Escucha, no es que te esté diciendo que estés equivocada pero, si no recuerdas, todo esto empezó porque Nashira recuperó la piedra de la resurrección a cambio de que el no pudiera dañar a ninguno de ustedes...
—Y eso no lo cumplió. —dijo la platinada entre dientes. —Le hizo daño al tío Barty...
—Lo siento por eso pero, ¿En qué habría sido distinto?—Lesath lo miró con incredulidad. —Pregunta equivocada. Me refiero a que, aún si Nashira no hubiera aceptado ese trato, en algún punto, tanto tus padres, como Snape, Mary, los hermanos Lestrange, Marlene, e incluso Regulus y Linda, hubieran tenido que regresar a el, cuando hubiera vuelto a la vida. Tal vez, Nashira adelanto demasiadas cosas, pero esto estaba destinado a pasar. —Lesath aparto la mirada. —Ellos tienen la marca en su brazo. Regresarían de una forma u otra.
—¿Por qué esto tiene que ser así?—murmuró Lesath.
—¿Errores del pasado? Sinceramente no lo sé. Pero, tampoco trates de culpar a Nashira por todo esto, todo siempre tiene un inicio y un final. Nashira comenzó buscando la aprobación en su familia, algo que nunca pudo obtener de Sirius, pero lo encontró en ustedes, fueron ustedes quienes impulsaron a que su mente se volviera rencorosa con todos, es por eso que busca estar al lado de Riddle, porque a su lado, nadie podría pararle, y es lo que busca...—Lesath observó al pelirroja confundida. —Le ayuda a Riddle para derrotar a Potter y al final, ella ser la única con un poder tan grande, que ni ella misma podría reconocerse. La cosa aquí es; ¿Cuál es el final para todos nosotros?
—¿Nosotros...?
—Estamos en esto Lessy, desde el primer momento que todo comenzó. Cada uno tiene un final marcado...—George miro a Lesath directo a los ojos intentando sonreír. —Es como un juego, ver quién llega al final de la historia con vida.
Lesath suspiro con frustración, mordiéndose los labios y bajando la mirada.
—¿Podemos...cambiar de tema, por favor?—el pelirrojo asintió, colocando su barbilla encima del hombro de la platinada, observando maravillado el perfil de la chica que lo tenía enamorado.
Malfoy observó de reojo al pelirrojo divertida. Aún podía sentir la tensión del ambiente. No quería que aquel tema volviera a salir por al menos un tiempo, y si era posible, que jamás pasará.
—¿Cuando voy a poder conocer a tu madre?—preguntó Lesath, sintiendo como George se alejaba de ella un poco, obligándola a girarse para mirarlo.
—Ugh. —el pelirrojo rodó los ojos. —La estábamos pasando tan bien.
—Amor...—lo toma de las manos.
—¿Por qué quieres conocerla?—preguntó mirándola, esperando con ansias que dejara ahí el tema.
—Porque es tu madre. —responde incrédula.
—Eso lo sé Lessy, pero, no es...el momento. Y no es que no quiera que la conozcas pero...
—Soy una Malfoy. —George baja la mirada, dando un ligero apretón en la unión de sus manos.
—Lo siento cariño pero, no quiero que te coman viva, por así decirlo. Mamá no reaccionó de la mejor manera cuando Fred y yo quedamos en Slytherin. Pero si te hace sentir mejor, todos mis hermanos lo saben, y te aman...—la platinada alzó una ceja. —Excepto Ron. Pero Ginny, Percy, que ya los conoces te aman. Y...tal vez no conozcas a Bill y Charlie, pero les conté sobre ti, y están fascinados por conocer a la hermosa chica que me trae loco. —la mejillas de la Malfoy adoptaron un color rosado, sonriendo emocionada.
—Es usted todo un encanto George Weasley. —Lesath se inclinó sobre su asiento, besando la mejilla del pelirrojo.
—Y usted señorita es preciosa Señorita...
—Malfoy.
—Honestamente, me pause en señorita para no decirte Weasley.
Lesath se sonrojó un poco y abrió sus brazos y movió sus marnos en señal de que quería un abrazo, George rio un poco, se acercó y la abrazó, recargando su cabeza en su pecho.
—George...
—Mhm...—hizo un ruido con la boca.
—¿Ese es Fred coqueteando con una de Beauxbatons?—George levantó la mirada para mirar a la platinada, y después seguir su mirada, y mirar hasta donde su gemelo se encontraba intentando ligar con una rubia.
—Soy Fred Weasley. —dijo el pelirrojo mientras se colocaba frente a la rubia, mirándola con una sonrisa.
—¿Si?—cuestiono la rubia. —No me interesa. —dijo mientras intentaba seguir paso, consiguiendo moverse un par de metros, hasta que volvió a tener a Fred frente a ella.
Desde las mesas, Lesath y George mantenían la vista puesta en ellos, siguiendo sus movimientos.
—Weasley, enserio, solo vengo aquí para el torneo, no vale la pena. Es más, deberías ir con aquella chicas, parecen estar verdaderamente interesadas en ti. —señalo con la mirada, a una chica de Gryffindor y otra de Ravenclaw que mantenían su vista en Fred, pero el ni siquiera las miro, siempre estuvo con su vista en la rubia.
—Ellas no me interesan. —la rubia francesa regreso su mirada a el, cruzándose de brazos y alzando una ceja. —Pero... Tu si me interesas.
La francesa observó a Fred por unos instantes, antes de apartar la mirada, no pudo evitar sonrojarse, volteo a mirar a Fred. Lesath y George aún los miraban fijo.
—Entonces...¿Me dirás tú nombre?—Fred preguntó esperanzado. La rubia aún cruzada de brazos, bajo la mirada, suspiro, y al levantarla, una sonrisa se asomaba por su rostro.
—Apolline. Apolline Delacour. —lo miró con una pequeña sonrisa, antes de alejarse de el, y caminar a la salida de la biblioteca.
—Apolline...—murmuró Fred, dirigiendo la mirada por dónde la rubia se había ido.
—¿Lo perdimos?—Lesath le preguntó al pelirrojo junto a ella al ver la mirada de su cuñado.
—Lo perdimos. —asintió George.
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