CAPITULO CUARENTA Y DOS;
AZKABAN

Cuando despertó, su cabeza aún seguía dando vueltas. Sabía que se encontraba en su habitación de Slytherin, pero ninguna de las chicas se encontraba ya. Miro a su lado y puedo observar a Tom enroscado en uno de los tubos de madera de la cabecera, algo gracioso de ver, fue obsevarlo mientras dormía con su lengua de reptil de fuera.

—Esto...es tan confuso—toco su cabeza mientras miraba a su alrededor un poco mejor—Que carajos...—dijo al observar una carta sobre su tocador con las mismas iniciales que antes.

Cuando se levantó con cuidado—puesto que aún seguía mareada—tomo el sobre entre sus manos y lo abrió con rapidez:

No todo lo que creemos es real. No todas las personas que amamos nos serán fieles siempre. No siempre podemos ser felices. No siempre podemos tener lo que deseamos. No siempre se es la mas poderosa. No podemos confiar en nadie, ni mucho menos en tu propia familia.

—Esto debe ser una broma...

—¿Que es una broma?

—¡Diablos! Deberías tener una campana, casi me mato de un susto, escamas. Y en realidad no es nada, simplemente... ¿Crees que mi madre pueda estar viva?—Nashira dió media vuelta y obsevo a Tom, quien la miraba sorprendido y un poco divertido.

—Esa pregunta, es un poco...rara, pero contestando... Yo creo que sí, no puedes creer siempre lo que uno te dice, Black. —Nashira asintio mientras miraba la nota entre sus manos—¿Estás lista para ir a Azkaban está noche?

—¿Sev consiguió hacer las posiciones?—Tom asintio mientras aparecía una copa de vino en su mano—¿Tienes a los idiotas?

Tom la miró divertido—Asi es. Barty Crouch padre te dejara entrar sin ningún problema. ¿Cuando crees que seden cuenta que desaparecieron?

—Tres días...maximo una semana. No son tan idiotas como parece.

Azkaban. La mayoría de sus prisioneros dentro de sus muros mueren de desesperación, habiendo perdido la voluntad de vivir. Debido a la presencia de los dementores en la isla. Los dementores drenan a las personas de toda felicidad y las dejan con sus peores recuerdos. Largos términos de exposición también pueden llevarlas a la locura.

Azkaban durante años se ganó una reputación como un lugar horrendo, en mayor parte debido a los dementores en la prisión. La mayoría de los prisioneros eventualmente se volvían locos y lentamente morían bajo la influencia negativa de los dementores, perdiendo la voluntad de vivir o incluso dejar de comer. Incluso aquellos que sobrevivieron o fueron liberados fueron traumatizados por sus experiencias dentro de ese lugar.

—Buenas noches, señorita Black—dijo Barty Crouch—Señor Riddle, es un gusto volver a verlo.

—Igualmente, señor Crouch.

—¿Puede convocar un patronus, señorita Black?

Nashira lo miro con tranquilidad y asintio: —Expecto Patronum—musito y de su varita salió una serpiente que se sitúo delante de los tres.

—Sorprendente. —Nashira sonrió ante las palabras del hombre—¿Traen a los sujetos?—Tom señalo por encima de su cabeza, mirando cuatro cuerpos inertes—Bien, podemos seguir.

Caminaron  entre las celdas con el patronus por delante. Escuchaban los gritos y las risas, gente que se dejaba llevar por la locura.

—Los hermanos Lestrange, se encuentran en la celda 243, mi hijo y su esposa están a su lado. —llegaron al frente de las celdas, se escuchaban quejidos de otros prisioneros, más no de las personas que esperaban.

—¿Está seguro de que están vivos?—pregunto Tom mientras se acercaba a la celda del matrimonio Crouch.

—Debo volver, espero puedan lograrlo. —Barty señor, dió media vuelta y camino lejos de ellos.

—Asegurate de que los Lestrange, estén vivos. —Nashira se acercó hasta la celda y miro por un rabillo de luz una cabellera rubia.

—¿Linda?—la voz de Barty la hizo sonreír, mientras lo observaba acercarse.

—No. Su hija. Nashira Black.

Eso pareció llamar la atención de la rubia quien a pasos lentos se acercó hasta las rejas de la celda.

—¿Nashira?

—Asi es, tía Marlene.

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