✧✦EXTRA II
𝚁𝚎𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘♥
El chico se apresuraba para llegar a tiempo a clases, consciente de que nuevamente estaba llegando tarde. Ya podía anticipar la reprimenda que recibiría de su mejor amigo por su constante impuntualidad. Le frustraba el hecho de que, de manera invariable, terminaba apagando su alarma sin pensar. Se preguntaba si tenía sentido configurar múltiples alarmas si, al final del día, las ignoraría todas.
No podía culparse a sí mismo por su constante fatiga, ya que su agotamiento se debía al nacimiento de su hermanito hace unos meses. Escuchar sus llantos durante varias noches a altas horas de la madrugada había comenzado a pasarle factura.
Ingresa apresuradamente a su facultad, esquivando a los alumnos que se encuentran en el pasillo, algunos de los cuales empuja pero debido a la prisa no le es posible detenerse para pedir disculpas. Continúa su frenética carrera sin prestar atención a lo que le rodea hasta que, finalmente, llega al aula de clases. Al abrir la puerta, su sorpresa es evidente al darse cuenta de que el salón está prácticamente vacío. Parpadea, confundido, mientras su pecho sube y baja rápidamente debido a la agitación de su recorrido.
Su mirada se cruza con la de su mejor amigo, quien lo observa con una expresión divertida.
—¿Dónde está todo el mundo? ¿Y la clase? —pregunta, frunciendo el ceño, una vez que logra normalizar su respiración.
Seojoon suelta una risa divertida. —¿No viste el aviso? La clase de hoy fue cancelada.
—Entonces, ¿por qué estás aquí? —pregunta, visiblemente confundido.
—Sabía que esto pasaría, así que vine a hacerte compañía.
Taehyung suspira con frustración y se deja caer en el asiento junto al de su amigo, llevando ambas manos a su cabello para acomodarlo hacia atrás. Esta semana ha estado abrumadoramente ocupada desde que comenzó su segundo año en la universidad. Con la llegada de su nuevo hermanito, se ha visto obligado a pasar más tiempo en casa para ayudar a su madre, ya que su padre viaja con frecuencia debido a su trabajo y pasa muy poco tiempo en casa.
Se toma un momento para descansar, realmente agotado por la carrera hasta allí, ya que no se considera precisamente la persona más atlética.
—¿Qué te parece si salimos a tomar un poco de aire fresco? —sugiere Seojoon mientras se pone de pie y le ofrece una leche de fresa.
Los ojitos de Taehyung se iluminan al verla, ya que ni siquiera había tenido tiempo para desayunar. La toma con gusto después de agradecer a su mejor amigo y decirle que es el mejor, luego se pone de pie para seguirlo fuera del aula. Ambos amigos se dirigieron hacia los alrededores de la facultad, en busca de un lugar cómodo donde pudieran esperar su próxima clase que sería dentro de dos horas.
—Luces bastante agotado —comentó el más alto, observando a Taehyung, quien frunció los labios en un puchero.
—Lo estoy. Jimin lloró varias veces en la madrugada, y eso me despertó. Amo a mi hermano, pero a veces es increíblemente ruidoso. Gracias a él, tengo estas ojeras —señaló debajo de sus ojos con el dedo, lo que hizo que su mejor amigo soltara una risa.
—No exageres, Taehyungie. No te preocupes, sigues siendo muy lindo.
Taehyung hizo que su cuerpo temblara y puso una mueca en su rostro. —No te queda decirme esas cosas, me das escalofríos.
Seojoon rio de nuevo a carcajadas y negó con la cabeza. —Lo sé.
Finalmente encontraron un lugar donde sentarse bajo la sombra de un frondoso árbol. La brisa era agradable y, sin duda, era un lugar perfecto para descansar. Taehyung colocó su mochila en el suelo y se tumbó en el césped, utilizándola como almohada improvisada, mientras que Seojoon simplemente se sentó, recostando su espalda contra el tronco del árbol detrás de él.
—¿De verdad piensas dormir?
—Estoy realmente agotado. Un poco de descanso me vendría bien.
El mayor asintió con la cabeza. —De acuerdo, duerme. Te despertaré cuando sea hora de la siguiente clase.
—¡Eres el mejor! —exclamó Taehyung con una amplia sonrisa en el rostro.
Luego de acomodarse de manera más confortable, finalmente cerró los ojos y se dejó llevar por el abrumador cansancio que lo había invadido. Estaba tan exhausto que no le costó nada caer en un profundo sueño. Durante ese rato, perdió completamente la noción del tiempo y de su entorno. No fue consciente de cuánto tiempo había pasado hasta que sintió que alguien lo sacudía con firmeza. Sus ojos se abrieron de golpe, y se enderezó en su sitio, visiblemente confundido y desorientado, por ser recién despertado de un sueño profundo.
—¿Tae, estás bien? —Seojoon le preguntó con evidente preocupación.
Taehyung se enderezó para mirar a su amigo y notó la expresión de inquietud en su rostro, lo que le pareció extraño. —Sí —asintió, todavía algo somnoliento. —¿Por qué me miras así?
Seojoon acercó una mano al rostro de Taehyung y acarició suavemente una de sus mejillas. —Estás llorando.
El azabache se tensó al escuchar eso. ¿Llorando? Llevó sus manos hacia sus ojos y se dio cuenta de que efectivamente estaban húmedos, lo cual le desconcertó por completo. Cuando Seojoon lo soltó, aprovechó para limpiar la humedad que había quedado en sus mejillas.
—¿Otra vez el mismo sueño?
Taehyung permaneció en silencio por un momento, tratando de recordar lo que había soñado. Después de reflexionar durante un rato, finalmente asintió en dirección a su amigo. Llevó su mano hasta su pecho, y allí estaba nuevamente ese abrumador sentimiento de vacío que lo invadía después de tener este tipo de sueños. Realmente no lograba comprender por qué se sentía de esa manera, pero siempre era como si estuviera consciente de que algo le faltaba en su vida.
—¿Puedes recordar algo más? —preguntó su amigo, a lo que el joven negó con la cabeza.
—No, siempre es lo mismo —dijo encogiéndose de hombros. — Otra vez esa despedida y esas palabras que resuenan en mi cabeza... "Lo prometo...". Pero por más que lo intente, no soy capaz de ver el rostro de la otra persona, y cuando desaparece, siento... —hizo una pausa, apretando con más fuerza su pecho.— Siento como si me arrancaran una parte de mí. Es difícil de explicar.
—Quizás con el tiempo puedas descifrar lo que significa, no te atormentes tanto por ello ahora, ¿de acuerdo? Vamos, tenemos que ir a clases —dijo Seojoon, poniéndose de pie y extendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.
Taehyung aceptó la ayuda y, una vez de pie, se sacudió ligeramente. Se inclinó para recoger su mochila, la colgó en su hombro y siguió a su amigo hacia la siguiente clase. En ese instante, notó cómo alguien pasó rápidamente junto a ellos para ocupar el lugar que habían dejado recién. Esto le habría causado gracia de no ser por el escalofrío que recorrió súbitamente todo su cuerpo, provocando que su corazón latiera desbocado y sintiendo que el aire a su alrededor se volvía más pesado de repente.
Estuvo a punto de voltear en la dirección que sentía como un imán atrayéndolo, pero en ese momento Seojoon le habló, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Ocurre algo? —preguntó su amigo con preocupación al ver cómo Taehyung de repente se había puesto pálido.
—Eh... n-no, tranquilo. Vamos —forzó una sonrisa y reanudó su paso, ingresando rápidamente a la facultad para dirigirse a su siguiente clase.
Intentó mantenerse lo más impasible posible, ya que no quería preocupar a su mejor amigo. Sin embargo, los sentimientos que estaban asaltando su interior eran tan abrumadores y complicados de calmar, que incluso sentía una extraña sensación de que algunos de esos sentimientos ni siquiera le pertenecían.
Pero lo que más lo desconcertaba era la manera en la que su propia voz resonaba en su cabeza.
"Lo prometo, voy a encontrarte...".
Cuando finalizaron las clases del día, Taehyung comenzó a despedirse rápidamente de Seojoon, explicándole que le había prometido a su madre que hoy la ayudaría a cuidar a su hermanito mientras ella realizaba algunos mandados.
—¿Quieres que te acompañe? —preguntó el más alto, lo que provocó que la mirada del azabache se iluminara de alegría.
—Eso sería genial —asintió entusiasmado.
Ambos tomaron sus cosas y salieron del salón de clases en dirección al automóvil de Seojoon. Justo cuando estuvieron fuera de la facultad, Taehyung se detuvo abruptamente, ya que esa extraña sensación que había sentido por la mañana comenzó a repetirse. Su corazón latía con fuerza, y de repente experimentó algo que no había sentido en mucho tiempo: una necesidad ardiente en su pecho de buscar algo... o más bien, a alguien.
Llevó la cabeza de un lado a otro en busca de ese algo que ni siquiera sabía qué era, pero la desesperación crecía en su interior, impulsándolo a encontrarlo. Su búsqueda se detuvo cuando Seojoon se colocó frente a él y le tomó de los hombros, llamando su atención.
—Tae, ¿estás bien? —preguntó con evidente preocupación, deslizando su mano hasta la mejilla de Taehyung y acariciándola suavemente.
El azabache parpadeó un par de veces, tomando conciencia de la presencia de su mejor amigo frente a él, y asintió, esbozando una sonrisa cuadrada.
—Estoy bien —aseguró.
Seojoon lo observó durante un momento, consciente de que hoy su mejor amigo ha estado actuando extraño, más de lo normal, y por mucho que desea saber que está pasando, no quiere presionarlo. Por lo cual asintió, dejando una última caricia en la mejilla de Taehyung antes de soltarlo.
—De acuerdo, entonces. Vamos —dijo con tranquilidad y una ligera sonrisa.
Ambos chicos siguieron caminando hacia el estacionamiento. A pesar de que Taehyung aparentaba estar en calma por fuera, en su interior se sentía consumido por emociones que le pedían a gritos que diera la vuelta.
¿Para qué? Se preguntaba, mientras luchaba por entender la inmensa angustia que sentía en su pecho.
—¡Ya estoy en casa! —exclamó Taehyung en cuanto ingresaron a su hogar.
Su madre al escucharlo fue al recibidor, sosteniendo a un pequeño Jimin de cuatro meses en brazos. —Hola, cariño. Oh, Seojoonie, qué alegría verte.
—También me da gusto verla —respondió Seojoon con una reverencia, acompañada de una sonrisa sincera.
—Mamá, se te hará tarde —le recordó su hijo.
—Cierto, debería irme —dijo dando un paso hacia Taehyung para entregarle a Jimin, no sin antes darle un beso en una de sus abultadas mejillas. —Pórtense bien —añadió con un guiño, provocando que su hijo rodara los ojos—. Nos vemos en la cena, traeré pizza. ¿Te gustaría quedarte, Seojoonie?
—Me encantaría, muchas gracias, señora Kim.
—De acuerdo, me voy entonces. Cuídenme mucho a mi bebé.
Después de asegurarle a su madre que todo estaría bien, finalmente se despidió y se fue. Taehyung caminó hasta la sala con su hermanito en brazos, seguido de cerca por su mejor amigo. Tomaron asiento en el suelo sobre la suave alfombra, y Taehyung colocó al pequeño Jimin, sentado entre sus piernas. Luego, acercó hacia ellos los bloques de colores favoritos de su hermano.
—Es increíble que alguien tan lindo como Chimchim sea tu hermanito —comentó Seojoon.
—¡Oye! Yo también soy lindo —se quejó Taehyung, haciendo un puchero que resultaba sumamente adorable, provocando una sonrisa en su amigo.
—Está bien, lo eres. Pero Jimin es aún más lindo —aseguró Seojoon con convicción.
—No lo niego, mi hermanito es hermoso —Taehyung asintió de acuerdo con una sonrisa mientras le entregaba a Jimin un bloque amarillo, que el pequeño rápidamente llevó a su boca.
—Aún recuerdo cuando nació, lloraste muchísimo ese día —recordó el contrario, con una risa divertida.
Taehyung soltó una leve risa. —La verdad es que yo también me sorprendí mucho, ya que no suelo ser una persona muy emotiva. Pero cuando lo vi, me sentí algo extraño por todo lo que sentí en ese momento. ¿Te pasó algo similar cuando nacieron tus hermanos? —preguntó curioso.
Seojoon reflexionó un momento, pero negó con la cabeza. —Recuerdo sentirme muy feliz, pero no lloré como lo hiciste tú.
—Me resultó curioso, porque definitivamente estaba ansioso por verlo nacer. Sin embargo, el día que lo vi por primera vez en el hospital y su pequeña manita sostuvo mi dedo, experimenté una sensación extraña, como si llevara mucho tiempo esperándolo.
Seojoon se acercó al pequeño Jimin, lo cargó y lo miró cara a cara. —Pobre Chimchim... —comentó, con un tono fingido de preocupación. —Te ha tocado un hermano muy intenso y sobreprotector. ¿Sabes lo que te espera? —bromeó, haciendo reír al pequeño a pesar de que no entendiera las palabras que le decían.
—¿Por qué soy el único siendo atacado? —preguntó Taehyung frunciendo el ceño. —Minnie es adorable, pero es bastante ruidoso cuando llora —intentó defenderse, sin éxito alguno, ya que Seojoon estaba ocupado dándole muchos besos en la carita a su hermanito, lo que provocaba más risas del pequeño.
Observó la tierna escena frente a él y finalmente se rindió, dejando escapar un profundo suspiro. Ver a Jimin riendo tan feliz por los mimos que Seojoon le daba llenaba su corazón de alegría. No importaba que a veces fuera ruidoso en las madrugadas y le impidiera dormir. Taehyung amaba a su hermanito con todo su corazón, y estaba dispuesto a soportar cualquier cosa por él.
Cuando finalmente se recostó en su cama, listo para dormirse, se tomó un momento para reflexionar sobre lo que había sentido en la universidad. No sabía qué era exactamente lo que le había provocado esa extraña sensación, y ciertamente la curiosidad e incertidumbre lo abrumaban.
Le hizo recordar su adolescencia, cuando en muchas ocasiones había sentido ese vacío en su interior que lo hacía anhelar la compañía de alguien especial. En verdad creía que algún día encontraría a esa persona que pudiera llenar ese vacío, pero a pesar de haber salido con algunos chicos, ya que nunca se sintió atraído por las chicas, nunca llegó a experimentar la sensación de que ese vacío fuera realmente colmado.
Es curioso que Taehyung pareciera comparar sus relaciones con algo, lo cual era extraño porque él nunca había experimentado el enamoramiento en su vida. Pero estar con alguien más se sentía confuso e incluso desmotivador. Con el tiempo, llegó a pensar que tal vez estaba destinado a sentirse incompleto para siempre.
Sin embargo, hoy, por primera vez, fue capaz de sentir, aunque solo fuera por un breve momento, ese vacío en su corazón llenarse. Y realmente no sabe qué provocó eso, lo que lo hace cuestionarse si está volviéndose loco por todos estos pensamientos que asaltan su mente con tanta fuerza.
Suspira con frustración, súbitamente invadido por la tristeza. Su mano comienza a temblar, y la coloca en su mejilla, notando el frío que emana de ella, ya que sus manos siempre se mantenían frías por alguna razón inexplicable.
No quiere seguir pensando en ello. Hace mucho tiempo se prometió a sí mismo que no se dejaría abrumar por estos sentimientos. Lo que sea que haya sentido hoy no tiene importancia si no es capaz de entenderlo, así que se acomoda en su cama y decide cerrar los ojos para dormir, con la esperanza de que al hacerlo, los pensamientos y las emociones que lo atormentan se desvanezcan por un tiempo.
Todavía estaba bastante oscuro cuando el llanto de su hermanito lo despertó. Taehyung estaba considerando seriamente la idea de comenzar a dormir en la planta baja, ya que tener su habitación al lado de la de Jimin no le estaba ayudando mucho a descansar. Además, había estado teniendo sueños extraños que, más que sueños, parecían recuerdos debido a su vívida intensidad. Era todo un enigma, recordaba estar en una habitación de hospital en algunas ocasiones, y en otras, sentado junto a un gran ventanal. No tenía idea de lo que significaba todo eso, y poco a poco se volvía un tanto borroso en su memoria.
Frotó su rostro con las manos y se estiró para alcanzar su celular en la mesita de noche. Sabía que su alarma no tardaría en sonar, así que decidió que era el momento de empezar el día. Temía que si volvía a dormirse, despertaría tarde, por lo que optó por levantarse de la cama, recoger sus cosas y dirigirse al baño para tomar una ducha.
Cuando ya estuvo listo, bajó a la cocina y, al ver que tenía tiempo de sobra, decidió prepararse un desayuno decente, ya que generalmente no tenía tiempo para comer algo antes de las clases debido a las prisas.
Se dirige al refrigerador y lo abre, sacando una lechita de fresa que se bebe de un solo trago. Decide prepararse unas tostadas con mermelada y unos panqueques, haciendo un poco más ya que planea llevarle algunos a su mejor amigo. También saca algunas fresas, las corta en pedacitos y las coloca sobre los panqueques una vez que están listos. Los disfruta con gusto, saboreando el desayuno. A pesar de sentirse cansado, aprecia la tranquilidad de poder hacer sus cosas sin prisas.
Todavía es bastante temprano cuando sale de su casa y camina hacia la universidad, que no queda muy lejos de su hogar, por lo que no tarda mucho en llegar. Se sorprende al ver lo vacío que está el campus; apenas hay unos pocos alumnos por allí, lo cual es comprensible ya que falta mucho para que comience la primera clase del día.
Taehyung decide buscar un lugar donde sentarse bajo un árbol mientras espera la hora de clases. La brisa de la mañana es particularmente agradable, y no duda en dirigirse hacia un buen sitio para relajarse.
Comenzó a caminar por su facultad, disfrutando del silencio que la envolvía, mientras tomaba profundas inspiraciones para llenarse de aire fresco. De repente, algo lo hizo detenerse en seco, y juraría que el tiempo mismo se congeló a su alrededor. Su corazón latía con tal rapidez que podía escuchar sus pulsaciones en los oídos, sus manos hormigueaban y sus ojos se humedecían.
¿Qué es esto?
¿Por qué parece tan familiar?
¿Y por qué su pecho duele de esta manera?
Frente a él, debajo del árbol, se encuentra un chico de cabellos castaños, completamente absorto en la lectura de un libro. La brisa sopla con fuerza, y el chico cierra los ojos para disfrutar de la sensación del viento en su rostro. De repente, parece confundido y lleva una mano a su pecho antes de girarse en dirección a Taehyung, quien lo mira atónito. Los ojos del chico se abren de par en par, y algo en su interior les grita desesperadamente que debe acercarse al otro.
Sin comprender del todo lo que está ocurriendo, el chico se pone de pie y comienza a caminar al mismo ritmo que el de Taehyung, como si fueran dos imanes irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.
Los ojos de ambos están llenos de lágrimas, y se quedan parados frente a frente sin comprender del todo lo que está ocurriendo. Pero la proximidad entre ellos se siente reconfortante, como si el vacío que habían experimentado durante mucho tiempo se estuviera llenando lentamente. Sus corazones laten en perfecta armonía, la respiración se vuelve más fácil y, de repente, una avalancha de recuerdos comienza a inundar sus mentes.
"¿Por qué no me dejas verte? Sé que has estado cuidando de mí."
"¿Para qué quieres que me quede si vas a asustarte?"
"¿Has venido por mí?"
"Si tienes que llevarme, está bien, lo entiendo."
"¡Ajá! ¡Hablaste!"
"Ni siquiera deberías ser capaz de verme."
"Me gusta tu risa"
"¿No crees que es un desperdicio?" "¿El qué?" "Que seas tan guapo y tengas que ocultarlo."
"Vante... ¿me dirías tu nombre real?"
"Taehyung"
"Estaré contigo, Jungkook... Hasta que la muerte nos separe."
"Jeon Jungkook, 21 años... Te amo."
"Lamento no poder quedarme contigo, pero siempre estaré esperando por ti."
"Lo prometo, voy a encontrarte..."
—¿Kookie? —sus manos se deslizan suavemente hasta las mejillas húmedas del chico frente a él, sosteniendo su rostro con delicadeza. El castaño cierra los ojos y disfruta del frío tacto, una sonrisa se dibuja en su rostro mientras las lágrimas siguen cayendo. Finalmente, abre los ojos y mira al azabache, asintiendo con emoción.
—Me encontraste.
Es asombroso cómo todo comienza a cobrar sentido ahora, el motivo detrás de por qué durante tanto tiempo se sintieron incompletos. Siempre con la sensación de que les faltaba algo.
No, no "algo", sino "alguien".
Pero en este momento, al estar uno frente al otro, finalmente comprenden que han estado esperando este encuentro por mucho tiempo. Aunque no comprenden por qué pueden recordar la efímera y hermosa vida que compartieron, eso ya no les importa. Lo fundamental es que finalmente han vuelto a encontrarse.
Por eso, se acercan, eliminando el espacio que los separaba. Sus bocas se encuentran en un beso apasionado, abrazándose con tal intensidad que parece que podrían fundirse en uno solo. Saben que, sin importar lo que ocurra, siempre volverán a encontrarse en los brazos del otro. Sus labios se mueven en una armonía perfecta, permitiendo que sus sentimientos más puros marquen el ritmo. Ríen mientras comparten ese beso, sabiendo que la espera ha valido la pena, ya que finalmente están juntos.
Porque, sin lugar a dudas, ni siquiera la muerte puede separarlos.
En el vasto inframundo, a través de un portal, son testigos de ese tan ansiado reencuentro que ha tenido lugar en una de las muchas líneas del tiempo del plano terrenal. Ambos gobernantes del Inframundo, con sonrisas en sus rostros y corazones en paz, observan el momento con alegría. Aunque el tiempo para ellos es una variable inexistente, sienten que la espera ha sido interminable. Sin embargo, ahora saben que ha valido la pena.
—Al fin tendrás tu oportunidad. Sé feliz, hermanito.
—Sean felices.
El moreno corrige a su esposo con ternura, provocando una sonrisa en su rostro mientras asiente.
—Sean felices —replica con convicción.
Después de tantas lágrimas, soledad y sufrimiento, finalmente han obtenido su merecida recompensa. Porque el Karma es justo y el Destino es un romántico empedernido. Las dos almas que en algún momento estuvieron al borde de la separación, ahora se entrelazan en un lazo que trasciende el tiempo y la eternidad. Pues, sin importar cuántas vidas puedan transcurrir, al final...
Volverán a encontrarse.
—¿No habrá problema en que les permitieras conservar sus recuerdos?
El moreno se toma un momento para reflexionar al respecto. Finalmente, se encoge de hombros con una sonrisa en los labios. —Será nuestro secreto.
Seokjin deja escapar una risita, antes de inclinarse y besar los labios de su esposo tiernamente.
—Está bien, nuestro.
FIN.
Bueno... Ahora si, hemos llegado al final de "Hasta que la muerte nos separe" AAAAAA, la verdad es que me cuesta dejar ir esta historia a pesar de lo corta que ha sido. Realmente disfruté todo el proceso y estoy satisfecha con el final. No quise alargar esta parte porque es un extra, si me ponía a escribir todo lo que ocurría luego de esto entonces nos alargaríamos demasiado por lo cual lo quise manejar de esta manera.
¿Les gustó?
Si hay algo que quieran saber pueden preguntar aquí y yo responderé sus dudas ----->
Muchas gracias a todos los que estuvieron aquí desde el día uno, también a los que llegaron en el transcurso e incluso los que llegaron cuando esto terminó. En verdad que fue por sus comentarios bonitos que dejaban en los capítulos que me animaba a seguir escribiendo pues soy una persona bastante insegura, pero me alegra saber que fueron capaces de disfrutar de esta historia♥
Gracias a las personitas que se animaron a releer, lo aprecio demasiado. Espero que con esta nueva versión la lectura haya sido más agradable. No tengo más que decir, más que si quieren seguir apoyándome tengo más historias en mi perfil.
En fin, manténganse sanos♥
𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.
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