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Capitulo 48
【 El Huevo de Oro 】
Nymeria Targaryen recibió un par de miradas cuando entró apresurada a su dormitorio, abrió su baúl con decisión, seria el dia, tenia que descubrir de qué se trataba la siguiente prueba, justo antes de tomar el huevo de oro le dio un último vistazo a la caja de terciopelo color verde, suspiro agarro el huevo y cerro el baúl de golpe, salió del dormitorio sin decir una palabra, se detuvo un momento a pensar, ¿debía hacer lo que Cedric le sugirió a Harry? pero ¿un baño?, ¿de qué serviría un simple baño? — ¿Necesitas ayuda? — la voz de Malfoy la hizo girarse a su derecha, el chico de ojos grises la miraba con una sonrisa, Nymeria negó y lo pasó sin decir alguna palabra, Malfoy la siguió. — puedo ayudarte.
Nymeria se detuvo, se giró y clavó sus ojos violetas en él, Malfoy elevo una ceja sonriendo victorioso, la princesa sonrió, sostuvo con una mano el huevo y con la otra lo abrió aturdiendo a toda la sala, el muchacho se cubrió los oídos. — ¿Qué rayos fue eso Nyny?. — la princesa rió por lo bajo.
— Todos odiamos a Hagrid, pero tenemos miedo de decir nada, al menos eso recuerdo que decía la nota que escribió Rita Skeeter, lo que me lleva a pensar que tu le dijiste lo de nuestro falso compromiso…— la princesa suspiró — no necesito la ayuda de un mentiroso.
— Las clases de ese semi-gigante apestan solo que tienes miedo de admitirlo frente a Potter. — aseguró el rubio.
— Tal vez porque un idiota con aires de superiodidad el año pasado reto un hipogrifo, sus clases serían fantásticas, hace su mayor esfuerzo pero eso jamas llegaras a entenderlo, crees que por ser tu mereces todo, y no funciona así. — Nymeria hizo una pausa. — Ahora debo tomar un baño.
— ¿Qué puedo hacer para remediarlo? — pregunto siguiendo de nuevo, la princesa volvió a detenerse frente a los ventanales que daban al lago negro y de vez en cuando se podia ver alguna que otra criatura, Nymeria observo el huevo en sus manos.
— Cedric le dijo que tomara un baño… — susurro admirando el brillo dorado del huevo.
— ¿De qué hablas? — preguntó Malfoy confundido.
— Cedric le dijo a Harry que tomara un baño… ¿que hago diciendote esto? — dijo la princesa intentando alejarse de nuevo.
— Voy a ayudarte. — Nymeria le miró fastidiada. — Tal vez necesita agua.
Los ojos de Nymeria se cruzaron con los de Draco.
— ¿Cómo sabes eso? — preguntó Nymeria no muy segura, ¿agua? ¿Necesitaba agua?
— No creo que tengas que bañarte con eso o ¿si? — preguntó, logrando sacarle una sonrisa a Nymeria. — ¿quieres averiguarlo? — reino un pequeño silencio, Nymeria se veía tentada en aceptar su ayuda pero no podía, al menos no después de lo que había pasado con Hagrid sabiendo cuán importante era para Harry. — ¿Tienes miedo de que te meta en problemas con tu amado Potter?
— Puedo hacerlo sola... gracias por la idea. — el muchacho la observo irse sin decir nada más, quedándose con esa persistente sensación en el pecho.
Más tarde, Nymeria Targaryen se encontraba frente a la puerta del baño de los perfectos, Harry le había comentado que en palabras de Cedric era menos probable que alguien la molestara, pero ¿como era la contraseña? Tantas veces que Harry lo repitió y ahora mismo no lo recordaba, se golpeó mentalmente. — dioses. — murmuró, aclaro su garganta y dijo lo primero que vino a su mente. — Pinos frescos. — no paso nada. — Bien, frescos pinos…
Dijo haciendo un gesto, sus hombros cayeron hacia abajo cuando noto que nada pasaba. — pino fresco, ¿pino y frescura? Carajo ahora entiendo porque no soy Ravenclaw, frescura de pino…
La puerta dejo escapar un chillido y se abrió.
Estaba suavemente iluminado por una espléndida araña llena de velas, y todo era de mármol blanco, incluyendo lo que parecía una piscina vacía de forma rectangular, en el centro de la habitación. Por los bordes de la piscina había unos cien grifos de oro, cada uno de los cuales tenía en la llave una joya de diferente color. Había asimismo un trampolín, y de las ventanas colgaban largas cortinas de lino blanco, en la pared un único cuadro con marco dorado que representaba una sirena rubia profundamente dormida sobre una roca; el largo pelo, que le caía sobre el rostro, se agitaba cada vez que resoplaba.
— Supongo que no sería tan malo ser prefecto el siguiente año. — murmuró maravillada. — Aunque no estoy muy segura que sea el baño de chicas, supongo que ya no importa ahora, a lo que he venido… — dijo observando el huevo de oro en sus manos, dejo el huevo en el borde de la piscina y desabrocho su túnica dejándola caer al suelo.
Se inclino para abrir cada uno de los grifos, cada color representaba algo diferente, sin duda resultaba gracioso y divertido, sobre todo cuando comenzaron aparecer burbujas del tamaño de un balón. Emanaban un aroma tan delicioso que Nymeria se apresuró a entrar, llevo sus manos al nudo de su corbata, comenzó a deshacerlo y se libero de ella tirándola al suelo, después desabotono cada botón de su camisa, al final se deshizo de la falda y medias, se metió a la piscina sintiendo el agua caliente abrazarla, no espero disfrutar tanto descubrir la segunda pista.
— No deberías estar aquí. — una voz la hizo casi sumergirse por completo, buscó desesperada de dónde provenía pero no encontró al responsable, respiro profundo y opto por apresurarse, tomó el huevo entre sus manos, tal vez Malfoy tenía razón debía tocar el agua, respiro profundo y sumergio la cabeza, abrió el huevo y entonces el horrendo ruido fue reemplazado por una hermosa voz.
Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto, pues son importantes, ¡no sabes cuánto!: Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora. Pasado este tiempo ¡negras perspectivas! demasiado tarde, ya no habrá salida.
La princesa salio escupiendo agua llena de burbujas y tosiendo a causa de ello, cerro el huevo para después soltarlo, los ojos le ardían. — ¡Por los siete!. — se recargo el borde de la piscina, le quedo clara la primer parte, hablaba de una criatura bajo el lago, observo la sirena durmiendo en el vitral, era imposible que hubiese sirenas en el lago, pero hasta donde sabia eran únicos seres que cantaban bajo el agua, tenía que escucharlo de nuevo, atrajo el huevo hacia ella, lo sumergio y abrió otra vez, respiro profundo metiéndose una vez más entre las burbujas.
La puerta se abrió haciendo un chirrido tan fuerte que alertó a la princesa, quien casi se ahogo al percatarse de que alguien había entrado, dioses estaba en serios problemas. Asomó su cabeza en busca de una toalla para cubrirse pero estas se encontraban del otro lado de la habitación. — Que estúpida…
— Nymeria… — el huevo de oro cayo de las manos de Harry provocando un escandaloso ruido en todo el baño, la princesa se sumergio casi por completo dándole la espalda y recargandose en la orilla de la piscina, el pelinegro también se dio la vuelta echo un nudo de nervios.
— ¿Podrías pasarme una toalla, están por allá en la esquina? — dijo Nymeria con voz temblorosa.
— Juro que no vi nada. — murmuró caminando rápidamente hacia el montón de toallas. — ¿Qué haces aquí?. — pregunto tomando una toalla y buscando la la manera de entregarla.
— Lo mismo que tú, descubrir el misterio del huevo. — Harry le extendió una toalla sin mirarla y Nymeria la acepto, el pelinegro sintió la mano de la rubia rozar su mano, respiro profundo.
— No pensé que tomarías enserió la pista, al menos no aquí, pensé que tenías otro plan, puedo salirme si tú… — murmuró al escuchar como la joven salía del agua.
— Honestamente no sabia que hacer con el huevo, la pista más cercana fue la de Cedric. — confesó Nymeria. — ganar ese torneo es lo de menos para mi, pero al menos debo sobrevivir cada prueba con estilo, puedes darte la vuelta…
— No, si aun no traes tu ropa puesta. — dijo mirando al frente y sin voltear, Nymeria sostuvo con fuerza la toalla blanca que cubría su cuerpo, se acerco a pasos lentos, coloco una de sus manos en su hombro derecho y le susurro al oído.
— Gracias. — Harry le miro de reojo encontrándose con sus ojos violetas, su respiración comenzó acelerarse, su mano se poso en su cintura sin despegar la mirada de los labios de Nymeria, había algo nuevo, una sensación nueva y distinta.
— Estarán en serios problemas. — dijo una voz burlona en el aire, seguida de una risita cargada de picardia, los dos se separaron de golpe y algo acalorados.
— ¿Quién dijo eso? — pregunto Nymeria mirando hacia todos lados.
— Myrtle. — dijo Harry aturdido.
— ¿La chica que murió en el baño? — pregunto Nymeria buscándola, Harry asintió. — no la había visto…
— Pues yo a ti si, princesa caprichosa. — anuncio con una pizca de molestia.
— ¿Me espiabas? — pregunto Nymeria elevando una ceja.
— Tal vez. — respondió burlona.
La princesa hizo un mueca.
Minutos más tarde Nymeria tomó el huevo de oro en sus manos, llevaba su uniforme puesto y una vaga idea de lo que debía hacer. — ¿Alguna pista?. — pregunto Harry.
— Descubrelo por ti mismo. — dijo Nymeria sonriendo, el muchacho asintió. — tengo que irme o estaremos ambos en problemas.
— Si. — murmuró Harry.
La rubia volvió a sonreír nerviosa. — Nos vemos en el desayuno.
— Si. — repitió Harry.
— Si. — le siguió Nymeria.
Los dos sonrieron.
La princesa camino hacia la puerta y Harry mantuvo su sonrisa aun cuando la vio salir.
Nymeria Targaryen caminaba de regreso a su dormitorio lo más silenciosamente posible, extrañamente no había dejado de sonreír y abrazaba contra su pecho el huevo de oro, cuando paso frente al despacho de Snape se percató de que la puerta estaba ligeramente abierta, se acerco con la intención de averiguar de que se trataba pero desistió cuando escucho un par de pasos dirigirse hacia la puerta, se escondió a la siguiente esquina y asomo su ojos violetas quedando sorprendida de lo que veía, se volvió a esconder.
¿Qué hacia ojo loco en el despacho de Snape?
【 ... 】
— Berilio Rojo ¿no? — pregunto Snape mirando la piedra a detalle, Daenyra asintió desde su escritorio, curiosamente se había encontrado con él cuando regreso de la cabaña de Hagrid.
— La esmeralda roja, pura y sin tallar. — dijo Daenyra levantándose de su silla. — viene de américa, la conseguí cuando fui a conocer Ilvermony, aun no decidía que colegio era el ideal para Nymeria.
Daenyra agarro otra piedra y extendió su mano para mostrarla mejor. —Benitoíta, azul o blanca y con un poco de luz… — Daenyra alcanzo su varita y pronuncio. — Lumus, Se vuelve ultravioleta… — agitó su varita una vez más. — Nox, ambas son extremadamente raras.
— Painita, casi pierdo un brazo por encontrarla. — dijo sosteniendola y observando a Daenyra seriamente, la mujer río al recordarlo.
— No te pedí que la buscaras por mí. — comentó burlona. — el mejor regalo de Navidad que alguien pudo hacerme.
— Eres experta en mentir. — dijo Snape dejando la piedra en su lugar.
— No miento. — dijo Nyra sonriente.
— Si tu lo dices. ¿Vidriodragón? — pregunto señalando el cristal de color negro, Nyra asintió.
— El antiguo Dragonstone esta repleto de el, la antigua cede Targaryen guarda muchísimos secretos. — comentó Daenyra. — nunca he ido para poder descubrirlo, Aegon me lo regaló. — Severus elevo una ceja. — por si no lo recuerdas tenía una buena relación con todos mis hermanos.
— ¿Qué pasó? — pregunto intrigado.
— Lo rechace. — respondió mirando el vidriodragon. — se suponía que… Seriamos algo asi como Aegon el conquistador, Rhaenys y Visenya, pero… conocí a otras personas.
— Jamás me lo contaste. — dijo mirándola fijamente.
— Bueno para entonces ya me odiabas… — hubo un pequeño silencio. — ¿Por qué? ¿Por qué me odiabas? — pregunto clavando sus ojos violetas.
— Nunca pude odiarte. — murmuró sin apartar la vista, Nyra negó con la cabeza.
— Eso no fue una explicación. — concluyó recargandose en el escritorio. — nunca logré comprender porque un día me dijiste una cosa y al otro algo diferente.
— Te alejaste. — respondió con simpleza, tomó un libro del estante y leyó el título. “Luna de sangre” tomó I. — descubrí la razón y creí entender cual era mi camino.
— Pensé que hablar de eso no te agradaba, por como reaccionaste la otra noche. — dijo Daenyra bajando sus ojos al libro que Severus hojeaba con tal tranquilidad.
— Me equivoque. — admite cerrando el libro se golpe y mirándola nuevamente. — Potter y Black me vieron la cara, caí como un completo idiota…
— ¿Qué fue exactamente lo que te dijeron? — preguntó Nyra acercándose de nuevo, Severus regreso el libro a su lugar.
— Una apuesta entre tú y ellos… — hizo una leve pausa.— había decidido no tomarla. — murmuró observando su brazo. — dentro de tanta oscuridad al fin había un poco de luz, tan pronto la obtuve se apago, mi madre murió y… — la miró. — no tenía nada que perder Dany, además era joven y tonto.
— Siento lo de tu madre. — murmuró Daenyra.
— Lamento lo de tu hija. — Daenyra bajo la mirada.
La puerta se abrió de golpe dejando ver a Nymeria algo agitada, los tres intercambiaron miradas uno con el otro. — ¿Sucede algo, cariño?. — preguntó Daenyra tranquilamente.
La princesa clavó sus ojos en el profesor y negó lentamente con la cabeza, creyó que era prudente contarle a su madre lo que había visto pero no, no con él ahí.
— Ya se que hacer en la segunda prueba, es todo. — susurro en una mentira la joven princesa fijando sus ojos violetas en su madre, esperando algún comentario con respecto a estar fuera de su cama justo a esa hora de la noche, pero él no dijo nada.
— ¿En serio? – pregunto Daenyra con una sonrisa, Nymeria asintió.
— ¿Le puedo enviar una carta a mi padre?. — pregunto adrede y sonrió, su madre le miro confundida ¿Qué tramaba? — ¿Puedo? Deseo contárselo.
— Claro que puedes. — respondió la mujer aun confundida. — ¿Por qué no nos cuentas de que trata?
— ¿Qué cosa? — pregunto Nymeria fingiendo no saber la respuesta.
— La prueba ¿Qué es? — dijo Daenyra manteniendo la compostura, Nymeria negó con la cabeza. — esta bien sino quieres contarme.
— No, no quiero. — respondió demasiado hostil, Daenyra supo que su hija estaba molesta, definitivamente tenía que hablar con ella, pero le resultaba una vez más complicado, era incluso complicado para ella. — Me voy, no quiero seguir interrumpiendo.
— No interrumpe nada, Nymeria. — respondió Snape mirándola con tranquilidad, la joven hizo un gesto.
— Te veo mañana mamá. — expresó con indiferencia y salió de la oficina cerrando la puerta. Daenyra respiro profundo.
— Eso fue... Extraño. — dijo Daenyra elevando una ceja ¿Qué hacia Nymeria también tarde fuera de su dormitorio? Noto que Snape no aparto la vista de la puerta, pensativo.
— La veo en el desayuno Dany... — dijo mirándola finalmente.
— Por supuesto. — murmuró sonriendo, le echo un último vistazo y salió rápidamente de la oficina de Daenyra.
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¡Feliz regreso a Hogwarts!
Un capitulo cortito pero el que sigue no tanto, se viene la segunda prueba ❤️
Nos leemos pronto.
PD. No empiecen de golosas...
Resumen del capítulo: tu no eres mi papá cuyeyo 🤣
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