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Capitulo 44
【 Dragonstone part 1 】
Nymeria Targaryen despertó con una sonrisa en el rostro, la noche anterior había sido inolvidable, Arrax se recostó en su pecho provocando que la princesa sonriera. — ¿Puedes sentir mi corazón latir de felicidad? — el gato solo maullo. La princesa se percató de que sus compañeras ya no se encontraban en el dormitorio. Había sido la última en despertar.
Más tarde después de tomar un baño y cambiarse la pijama por un vestido en tono rosa y una capa calientita, acomodo su cabello, con un par de trenzas sencillas dejando lo demás suelto. Utilizaba con frecuencia sus trajes de montura, eran pocas las veces que usaba sus radiantes vestidos y consideraba que podía hacerlo más a menudo.
Minutos después subió con la intención de encontrar a Harry o a Hermione en el desayuno, mientras avanzaba trataba de acomodar sus guantes. Llegó a las grandes puertas del Gran Comedor y antes de entrar la voz de Ron Weasley la hizo darse la vuelta.
— ¡Nymeria! — la princesa le sonrió y lo saludo alegre.
— ¿Dónde están Harry y Hermione? — pregunto la princesa con curiosidad.
— No tardan en venir. — la princesa asintió. — Me adelante porque... Bueno... Lamento lo de ayer.
— Oh. No importa Ron, solo controla más tu temperamento, no es la primera vez que te expresas de esa forma hacia mi y siendo honesta no entiendo la razón. — el pelirrojo desvió la vista e hizo una mueca. — ¿Hice algo malo? Puedes decírmelo.
— No, para nada, me disculpo de igual manera. Es solo que... yo... no creo que seas una mala persona, bueno no creemos todo lo que dicen de ustedes... Ya sabes.
— No comprendo.
— Supongo que las madres saben esas cosas, la verdad no tengo idea pero, mi mamá cree que a la larga solo vas a generar más problemas para Harry de los que ya tiene... — la princesa asintió lentamente en silencio, jamás lo había visto de esa manera, pero ahora, tenía una perspectiva diferente y de forma errónea creyó que era verdad, Harry ya había pasado por mucho y ella estaba en medio de una tormenta de problemas que pronto se convertirían en un completo huracán.
—Ahora... entiendo. Por lo que veo, también lo crees... — Ron se encogió de hombros sin saber que responder, Nymeria volvió asentir. — ¿Es por la notas del diario Él profeta?
— Fue inevitable que medio mundo las leyera Nymeria. — lamento. — debiste ver a Harry, lo puso realmente mal, solo que nunca quiere preocupar a nadie... Y ahora sales con él como si no estuvieras... Ya sabes prometida con Malfoy, es extraño.
— Eso es una mentira. — afirmó la princesa. — deberías disculparte con Daella. — dijo Nymeria en un susurro. — Si me permites iré a buscar a mi madre.
La princesa se dio la vuelta en dirección contraria a las puertas del Gran Comedor, su animo había caído de la torre más alta y se estrelló hasta quedar echo añicos. ¿Por qué no se había planteado tal escenario? Se dejó caer en la orilla de la fuente, observo sus guantes y jugo con ellos durante un par de segundos. Hasta que con la poca nieve que había se dispuso a moldear un dragón, la princesa había conocido la nieve por sus viajes junto al Rey Viserys a la muralla, cuando estudio en Beauxbatons y ahora en Hogwarts. Extrañamente nunca nevaba al sur de su reino.
— ¿Un dragón de hielo? — Nymeria se levantó rápidamente tirándole la cabeza con su capa al pequeño dragón que ella misma moldeó, Dumbledore sonrió. — Son poco comunes.
— Si. — admitió en un murmullo la princesa. — en Dragonstone solo se conoce de uno y es una leyenda viviente entre los habitantes de más allá de la muralla.
— Lástima que solo sea una leyenda. —Nymeria asintió sin tanto ánimo. — ¿Cuál es la pena que embarga a la princesa de Dragonstone? — pregunto el director con tranquilidad. Nymeria negó nerviosa.
— Nada, son meras tonterías. — Nymeria dejo las palabras en el aire.
— Nymeria... — las palabras de Harry quedaron en el aire, el director le sonrió a ambos y después dijo : — Debó irme, escuche que habrá tartaletas de frambuesa. Princesa.
La rubia asintió y después Harry hizo lo mismo, el director estaba por irse cuando se giro de nuevo. — Lo han echo muy bien hasta ahora, los dos.
Dicho esto se fue.
— Ron me dijo que habías ido en busca de tu madre y justo iba hacia alli. — comento Harry señalando el pasillo con la cabeza y sonriendo de nuevo.
— Si, me distraje un momento. — respondió girandose y agachándose para pegarle la cabeza al dragoncito de nieve.
— ¿Quieres que te acompañe a buscarla? — pregunto Harry sentándose en la fuente, cerca de ella. — No la vi en el comedor.
— Eh, no. — respondió la joven, Harry jugó con sus dedos y miro hacia un punto fijo, segundos después la penetrante mirada violeta de Nymeria lo hizo mirarla. — ¿Estás bien con esto?
— ¿A qué te refieres, Ny?. — pregunto con curiosidad.
— A mi. Hace apenas una semanas salia con Malfoy ¿Estás bien con eso? — pregunto levantándose de la nieve.
— Ahora estás conmigo y es lo único que me importa. — respondió el pelinegro. La princesa se sento a su lado pensativa. — ¿Pasa algo malo?
Nymeria negó.
— No. Tengo el presentimiento de que Rita Skeeter hablara pestes de mi en El Profeta, es todo. — mintió.
— Puedes contarme lo que sea. — afirmó el pelinegro. Nymeria le sonrió por primera vez desde que había llegado a la fuente y negó.
— Si tengo algo que contarte, mi madre visitará a mi abuelo y posiblemente Daella y yo vayamos con ella, le he pedido que te incluya. ¿No te molesta?. — Harry la miro sin saber que decir.
— No es demasiado pronto para que conozca a tu abuelo. — comento inocente, Nymeria se echó a reír y negó.
— Solo vas de visita como el ahijado de mi madre no a pedir mi mano. — Harry sintió la cara arder y Nymeria volvió a reír, el pelinegro negó con la cabeza nervioso, segundos después la princesa dijo: — me encanta hacerte sonrojar. — susurro.
Harry la miro y elevó una de sus cejas. Sonrió divertido. — Me esforzaré para que eso cambie y seas tú quien se sonroje, princesa.
Nymeria dejo de reír, sus ojos se llenaron de asombro. La había llamado princesa.
— Olvide que odias que te llamen así, lo siento. — pidió aún sonriendo. Nymeria negó con la cabeza.
— No... creo que ya no. — afirmó la joven heredera. — Creo deberíamos ir a desayunar, tal vez mi madre aún continúa dormida, la perdí de vista anoche.
— Acepto, muero de hambre. — admitió Harry, Nymeria rió, se puso de pie y tiro del pelinegro de su brazo izquierdo. — Te conté de la vez que un profesor desapareció mi hueso justo este brazo...
— Si, pero no diste detalles. — respondió alegre. — Puedes contarme. — tiro de él caminando hacia atrás, Harry comenzó a relatar la historia de como Lockarth casi lo deja sin brazo después de una lesión que tuvo en un partido de Quidditch en segundo año, una sonrisa se dibujo en el rostro de Nymeria y de pronto sintió un poco de angustia, Harry se estaba volviendo muy especial para ella en muy poco tiempo.
【 ... 】
Daenyra Targaryen despertó golpe, acababa de tener una terrible pesadilla, trago saliva y llevo su mano derecha al pecho, tratando de calmar el dolor. Aturdida observo su alrededor, se percató de que aún llevaba puesto el vestido del baile, ¿Cómo había llegado hasta su cama? Entonces lo recordo, se le habían pasado las copas y se golpeó mentalmente por ello, ya no tenía dieciséis años, llevo ambas manos a la cabeza, ¿Qué hora sería?
Se dejó caer nuevamente entre las almohadas, en sus planes no estaba levantarse o al menos eso creía, pues segundos después su hija de catorce años entro a su oficina en busca de su madre y posteriormente a su dormitorio, debía cambiar su contraseña, otra vez. Nymeria Targaryen se sentó al borde de la cama. — Madre... — la princesa le jalo un menchon provocando que Nyra escondiera la cara en la almohada. — ¡Madreeee!. — grito zarandeadola de un lado o otro. Nyra dejo escapar una risita pero no cedió. — Tuve sexo anoche.
— ¡¿Qué?! — Nyra se levantó de inmediato y miro a su hija con los ojos muy abiertos. — Dime qué Harry y tú fueron cuidadosos... — la princesa se carcajeo cayendo hacia atrás, mientras Nyra la miraba con preocupación. — Nymeria Erinne Targaryen en lugar de reírte, cuéntame, ¿estás bien?
— ¡Es broma! ¡Por los siete, mamá!. — Nymeria se volvió a carcajear. — Harry apenas y sabe besar... Alto, ¿Por qué asumiste que fue con él?
Nyra sonrió y se cruzó de brazos
— Se cosas y he visto cosas. — comento orgullosa. — ¿Cuando planeaban decirme que están juntos, eh?
— Un día. — vaciló la princesa sonríendo.
Nyra negó divertida.
— ¿Qué pasó con...?
— No quiero preguntas sobre Malfoy. — se apresuró la princesa, Daenyra asintió lentamente algo impactada. — si iremos a Dragonstone ¿verdad? Ya se lo he prometido a Harry.
— Si, Rhaegar vendrá por nosotras mañana. Si queremos que Harry venga tendremos que hablar con Dumbledore y Minerva al respecto, de eso me encargo yo. — Nymeria asintió contenta. — podrán visitar a Sirius.
La princesa se quedo sin habla, Nyra no sabia absolutamente nada sobre que Sirius había dejado Dragonstone. — He meditado mucho su situación y creo que es tiempo de que hable con mi padre, explicarle lo que en realidad sucedió y darle protección.
— ¿Se puede hacer eso? ¿No lo ponemos en riesgo? — una pizca de emoción inundó los ojos violetas de Nymeria, Daenyra acaricio el cabello de su hija y sonrió.
— Podemos intentar y fallar... — murmuró lo último haciendo una mueca, pero Nymeria salto de felicidad.
— Yo se lo pediré, no hay cosa que el abuelo no hago por mi. — chillo Nymeria con felicidad y Nyra negó de inmediato. — ¿Por qué?
— No es tan fácil, yo hablaré con él, todo con calma. — la princesa hizo un puchero. — lograremos limpiar su nombre, ya lo verás.
— ¿Algún día seremos una familia? — pregunto Nymeria en un susurro, Daenyra suspiro y se obligó a sonreír, la situación con Sirius era complicada pero no quería quebrar las ilusiones de su hija.
— Si, algún día. — afirmó Nyra, la joven heredera la abrazo con fuerza y sonrió llena de felicidad.
— ¿Me lo prometes?. — pidió la princesa.
— Te lo prometo. — dijo Nyra al separarse y besar la frente de Nymeria, la princesa volvió a sonreír, hasta que de pronto dejo de hacerlo, su madre elevó una ceja y se ánimo a preguntar.
— ¿Sucede algo malo?. — pregunto Daenyra con curiosidad, pero la princesa negó, se levantó y bajo de la cama.
— Voy a buscar a Daella y de paso le hablaré a Harry de mañana. Te veo más tarde. — Nymeria salió de la habitación dejando a Daenyra con la duda, las palabras de Ron aún paseaban en su cabeza y ahora debía poner al tanto a Harry de la situación de Sirius, si Nyra los descubría, ambos estarían con los siete.
Daenyra en cambio suspiro y se recostó nuevamente, acababa de prometer a su hija algo de lo cual no estaba segura si iba suceder. No salió lo que restaba del día de su oficina, debía pensar y mucho. Durante esas horas las paso leyendo libros antiguos en busca de un símbolo en especial que había visto en su sueño, intento dibujarlo lo mejor que podía recordarlo, sin embargo no obtuvo la respuesta.
La hora de cenar llego, y Daenyra decidió bajar, no había comido casi nada en todo el día, había tomando una ducha y se coloco una bonita túnica elegante en color blanco, al llegar al Gran Comedor saludo algunos estudiantes con una sonrisa, el lugar estaba casi vacío debido a que los demás alumnos habían acudido a sus hogares para pasar el resto de las vacaciones allí, Daenyra tomo asiento junto a la profesora McGonagall dejando un espacio vacío. — Creí que habias viajado a Dragonstone. — comentó la profesora.
— Oh, será hasta el día de mañana. — aclaro Daenyra sonriendo. — por cierto, ¿habrá problema si Harry viene con nosotros?
— Sus tíos tendrían que firmar un permiso...
— Bien, debo conseguir que me firmen un permiso, eso haré. — afirmó la princesa convencida y después dijo: — soy su madrina, ¿puedo firmarlo yo?
— No habrá problema, le vendrá bien a Harry cambiar de aires. — comentó Albus Dumbledore tomando asiento, los ojos de la profesora McGonagall casi lo atravesaron como dos cuchillos.
— Por supuesto pasen por alto las indicaciones del jefe de casa. — comentó con una pizca de molestia, Nyra solto una risita.
— Harry estará bien, Minerva, será un día. — afirmó Daenyra con una sonrisa, después sus ojos se clavaron en Harry qué llegaba junto a Nymeria. — los traeré devuelta completamente sanos.
— ¿Viserys quiere aprobarlo? — pregunto Dumbledore, Daenyra le miro y elevó una ceja.
— No, aun es muy pronto. — afirmó Nyra sonriendo. — aunque admito que sería un buen príncipe consorte para Nymeria.
Dijo mirándolos, ambos platicaban en la mesa de Gryffindor junto a los Weasley y Hermione, los ojos violetas de Daenyra se desviaron al joven Malfoy que cenaba en completo silencio en la mesa de Slytherin.
La cena término y Severus Snape no apareció por ningún lado, Daenyra observo fijamente el lugar vacío con preocupación.
Minutos después caminaba pensativa a su oficina, una pizca de duda surgió en ella ¿por qué no había aparecido Severus? respiro profundamente y regreso decidida a bajar a las mazmorras.
El castillo, estaba sumido en penumbra, solo recibía luz de las antorchas. De pronto, Daenyra se sentía como si estuviera dentro de aquella obra muggle que había leído por insistencia de Amy, incluso viajaron a Londres para disfrutar de un majestuoso musical. El “Fantasma de la Ópera” se había convertido en una de sus obras muggles preferidas, y ahora mismo, se sentía protagonista de ella.
La princesa se planto frente a la oficina de Snape, trago saliva y llamó, no obtuvo respuesta, noto que la puerta estaba entreabierta, la empujó, levanto una ceja, le resultaba extraño, regularmente su oficina permanecía sellada y asomo la cabeza. — Severus...
No obtuvo respuesta, respiró profundo y entro, cerro la puerta no por completo y recorrió el lugar con la mirada, ¿Qué estaba haciendo? Se regaño así misma por tal acción, lo mejor era volver a su oficina, se dio la vuelta y para su mala fortuna Snape estaba allí de pie mirándola fijamente.
— Daenyra... — murmuró.
La rubia sonrió. — No bajaste a ce
... quiero decir no subiste a cenar, ¿estás bien? — pregunto acercándose.
Snape retrocedió. Daenyra se detuvo. — veo que estas bien.
— ¿Cómo entraste? — pregunto cortante.
— La puerta estaba entreabierta, creí que podía...
— ¿Creíste que podías invadir mi espacio solo porque te apeteció? — pregunto caminando hacia su escritorio pasándola de largo. Daenyra le miro impresionada, su actitud hacia ella había vuelto a ser desagradable y no comprendía la razón.
— Lo lamento, será mejor que me vaya, buenas noches, Snape. — dijo la rubia en un susurro.
— Si, tu única salida siempre es huir. — comentó el profesor de pociones, el rostro de Daenyra cambió ¿A qué se refería?
— ¿De que hablas? — pregunto molesta. — se un poco más claro, ¿huir de que?
— Solo te alejaste... — murmuró Snape sin mirarla.
— No comprendo. — comento Daenyra acercándose.
— Pensé que tu acercamiento era real.
Y entonces Daenyra comprendió.
— Me aleje por mi propio bien, Severus, no había poder que te hiciera cambiar con respecto a tomar...la marca. Ni siquiera yo. — dijo Daenyra posando su mano en el brazo del profesor y mirándolo con melancolía.
— Mientes. — afirmó con cierto dolor. — solo se trataba de un juego muy sencillo para ti y yo te lo creí.
— ¿Qué? Claro que que no, todo el tiempo fui juzgada por querer darte una oportunidad, incluso Lily trato de advertirme...
— Es otra de tus mentiras. — espeto zafando su brazo del agarre de Daenyra. — ella no...
— Piensa lo que quieras de mi, pero nunca jugué contigo, me aleje por tu actitud y tus malas decisiones, me dolió tener que darle la razón a James y a Sirius...
— No iba hacerlo... — respondió con furia. — No iba tomar la marca por ti y tu solo quisiste demostrar que era una presa fácil.
— Sigo sin entender.
— Jamás terminaste tu relación con el perro, solo fue un tonto reto entre tú y tus amigos, imagino que lo cumpliste con satisfacción.
— ¿Qué? Termine con Sirius por la estúpida broma que puso en peligro tu vida y el secreto de Lunático, sobrepaso la línea, no podía con su inmadurez.... y ahora mismo no puedo con la tuya, nunca existió tal reto ni nada parecido, si tu y yo comenzamos a... tu fuiste quien se acerco a mi buscando el perdón el Lily... — Daenyra pauso y después negó con la cabeza. — ¿A qué viene todo esto?
— El beso, te pido que lo olvides, entre tú y yo no puede haber nada, Targaryen. — le pidió sin mirarla.
— Bien... — murmuró Daenyra. — bien.
La rubia retrocedió poco a poco y con un nudo en la garganta abandono la oficina de Snape.
La mañana siguiente Nymeria Targaryen esperaba ansiosa en los campos del colegio que Rhaegar apareciera por entre las nubes, junto a ella estaban Harry, Hermione y Ron. El pelinegro sentía como las manos le sudaban de los nervios.
El dragón de Rhaegar se dibujo en el cielo y Nymeria salto de felicidad, Rhaegal sobrevolo un poco antes de descender, el príncipe bajo de su dragón de un salto, la rubia corrió inmediatamente a su encuentro, Rhaegar la abrazo y después poso sus ojos en Harry, Hermione y Ron quienes lo miraban con nervios.
— Rhaegal no hará nada a menos que se lo pida. — anuncio el príncipe con una sonrisa. — ¿Cuál de los tres vendrá con nosotros?
— Yo... señor. — respondió Harry completamente nervioso, Nymeria se echó a reír y Rhaegar elevó una ceja.
— Solo Rhaegar. — respondió el rubio riendo al igual que su sobrina. — ¿Henry?
— Harry... se...ñor. — dijo Harry una vez más nervioso, al grado de que incluso Ron y Hermione rieron.
— Tú debes ser Whisky. — los cachetes de Ron se pintaron de inmediato. Nymeria volvió a reír.
— Es Weasley... — susurro Ron.
— Era por el Ron. Mal chiste. — admitió el príncipe. — Por supuesto la señorita Granger, gusto en volver a verla.
— Igualmente. — respondió la castaña sonriente.
— Presumida. — susurro el pelirrojo.
— ¡Tío! — grito Daella corriendo hacia ellos y casi se tiro encima del príncipe. — ¿Iremos en Rhaegal?
El príncipe negó con una sonrisa.
— Hermano. — dijo Daenyra llegando segundos después que Daella. — ¿Cómo estuvo el viaje?
— No muy pesado, bueno un poco, es difícil traer contigo dragones sin jinete. — las tres se giraron y vieron a Drogon, Syrax y Sunfyre sobrevolando no muy lejos, el primero en descender fue el dragon de escamas rosas. Daella casi volvió loca y corrió a su encuentro rápidamente, seguida de Nymeria, quien jalo a Harry de la mano y por ende Hermione hizo lo mismo con Ron.
— ¿Todo en orden? — le pregunto Rhaegar a Daenyra, la mujer sonrió y asintió.
— Si, será mejor irnos, me gustaría que Nymeria aproveche el día para llevar a Harry a conocer Dragonstone, al menos el castillo. — dijo desviando la conversación y caminando al encuentro de Drogon.
Nymeria subió sobre Syrax de un salto y una vez se acomodo estiro su mano hacia Harry. — No es difícil. — comentó Hermione.
Harry respiro hondo y tomo la mano de Nymeria, una vez arriba, su mejor agarre fue la cintura de la princesa, un dragón era muy diferente a su escoba de Quidditch. — Los veremos mañana. — dijo Nymeria a Hermione y Ron.
— ¡Suerte, Harry! — escucho el pelinegro antes de Nyny le ordenará a su dragona volar, Syrax extendió sus alas, avanzo un poco y después emprendió vuelo.
Harry apenas podía sostenerse así mismo y sostener a la vez sus gafas. — ¡Nyny, mostremosle a Harry!
— ¡Si! — respondió Nyny en un grito. — ¡Dracarys!
Syrax dejó escapar fuego y Daella se apuro atrasarlo junto a Sunfyre, la joven princesa se echo a reír. Era la primera vez que Harry escuchaba a Nymeria darle tal orden a su dragón y se había escuchado demasiado bien.
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VOLVIIII
No como yo quería pero volví.
Mi plan era que este capitulo fuese más largo, pero he decido hacer dos partes.
No había podido actualizar nuevamente, por cuestiones de mi trabajo y otras cosas más.
Aun me estoy acostumbrando a mi nuevo celular, e incluso ya estoy publicando un poquito más de contenido en Tiktok por si gustan ir a verlo.
Prontito también tendremos la historia de Nyra en Wattpad y esta historia estará disponible en Inkitt. Adicional a eso estoy trabajando en otro fanfic de HP.
Y bueno, ¿creen que Nymeria sea una mala opción para Harry o viceversa?
Y Snape, sino te pones las pilas, Canuto si lo hará.
Sin nada más que añadir, nos leemos pronto.
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