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Capítulo 26
【 Ojo por ojo 】
La montura de un dragón es una cosa, pero el trono de hierro es el lugar más peligroso de todo el reino.
– Viserys I.
Advertencia: Contenido sensible
Harry se hallaba acostado boca arriba, jadeando como si hubiera estado corriendo. Acababa de despertarse de un sueño muy vívido y se cubría la cara con ambas manos. La cicatriz con forma de rayo le ardia, como si algo le quemara.
Se levantó sobre la cama con una mano aún en la cicatriz de la frente y la otra buscando sus gafas, que estaban sobre la mesita de noche.
Volvió a tocarse la cicatriz. Aún le dolía. Encendió la lámpara que tenía a su lado y bajo de la cama atravesó el dormitorio, abrió el ropero y se miró en el espejo observo más de cerca la cicatriz, todo parecía normal, pero seguía molestando.
Harry intento recordar lo que soñaba. Todo había sido sumamente real, vio a dos personas que le parecían conocidas y otra a la que no. Se concentró todo lo que pudo, una imagen se formó de pronto, había una serpiente, un hombre pequeño llamado Peter, apodado Colagusano... Y una voz fría... Era la voz de Lord Voldemort. Intento recordar el aspecto de este, pero le fue imposible. Se había despertado al instante en que lo vio.
¿Y quién era aquel anciano? Porque ya tenía claro que en el sueño aparecía un hombre viejo, Harry lo había visto caer al suelo.
Voldemort y Colagusano habían hablado sobre alguien a quien habían matado, aunque no podía recordar su nombre... y habían estado planeando un nuevo asesinato: el suyo.
Harry intento olvidar el tema y recordó que antes dormir había estado leyendo, fue hasta el libro, lo tomó y observó cómo uno de los magos marcaba un tanto espectacular colando la pelota por un aro colocado a quince metros de altura. Luego cerró el libro de golpe. Ni siquiera el quidditch podía distraerlo en aquel momento.
Harry ya contaba los días que faltaban para volver al castillo, quedaban exactamente dos semanas para eso, pero entonces ya habia pasado demasiado tiempo para hablar sobre su sueño. Repaso la habitación con sus ojos y se detuvo en las tarjetas de felicitación que sus mejores amigos le habían enviado. ¿Qué le contestarían ellos si les escribía y les explicaba lo del dolor de la cicatriz?
Primero pensó en Hermione, quien quizá se asustaría y a su vez se pondría a buscar una respuesta en los libros, asimismo le aconsejaría que le contara a Dumbledore, de ahí vino su segunda opción.
El profesor Dumbledore, pero que podría escribir en la carta, varias ideas pasaron por su mente, todas en su mayoría sonaban igual de tontas. Tal vez podría escribirle a Ron, pero no estaba seguro de que toda su familia se enterara, pues tal vez solo era un dolor que pronto pasaría.
Finalmente, a su mente vino, Nymeria, sonrió tan solo de recordar los ojos violetas de la chica. No quería preocuparía, no después de su última carta. Le ansiaba tanto volver a verla, aunque no entendía porqué, una vez más, la princesa creía que él, le dejaría de hablar. Quizá la razón era por el tema de la invitación, pero no estaba molesto por eso... Entonces recordó que también había mencionado otra cosa.
Y entonces encontró la solución. Era tan simple y tan obvia, que no podía creer que hubiera tardado tanto en dar con ella: Sus padrinos.
Se apresuró a buscar un par de pergaminos y tinta.
Querida...
Harry se detuvo a pensar, ¿Debía llamarla Daenyra o Nyra? Optó por algo diferente.
Querida, madrina.
Mi verano no ha sido tan malo después de todo, le conte a mis tíos sobre ustedes, les asusta la idea de que vengas en un dragón y los hagas cenizas, o que Sirius los convierta en murciélagos. Lo único que quizá sobre lo que no tengo poder es sobre los berrinches de mi primo con la comida o los videojuegos, no es nada nuevo.
Casi lo olvido, creo tía Petunia recordó que eras amiga de mi mamá, dijo que siempre parloteaba sobre una platinada que estaba deschavetada de la cabeza, no volvieron a insultante cuando les conte sobre los dragones.
Nymeria ya me ha contado sobre que regresas a Hogwarts, tus clases son geniales pero no soy bueno para el Alto Valyrio.
Yo he estado bien, pero esta mañana me ha pasado algo raro. La cicatriz me ha vuelto a doler. La última vez que ocurrió fue porque Voldemort estaba en Hogwarts. Pero supongo que es imposible que él ronde ahora por aquí, ¿verdad? ¿Sabes si es normal que las cicatrices producidas por maldiciones duelan años después?
Harry.
Harry tomó otro pergamino y escribió otra carta, esta vez para Sirius, una vez convencido, dejó ambas cartas listas para cuando Hedwig volviera y poder hacerlas llegar. Después buscó entre las tarjetas y encontró la última carta de Nymeria, desdoblo el papel, y se dispuso a leerla una vez más.
Querido, Harry.
¿Cómo has estado? Hace unos días te escribí para felicitarte por tu cumpleaños, no quise opacar mi felicitación con otro tema, por ello espere para escribirte en otra carta.
Mi verano no ha sido tan genial como creí que sería, de un momento a otro mi vida a cambiado, quizá ya lo sabes, pero, mi abuelo me ha nombrado su sucesora, saltando la línea de sucesión principal, mis tíos ahora me odian más que nunca, antes podíamos compartir el desayuno o la cena en tranquilidad, ahora sólo hay incomodidad. Mi casa se ha dividido, no sólo se puede sentir, se puede ver.
El castillo se ha llenado de murmullos, palabras claves y secretos que van de un lado otro, recayendo en la misma pregunta, ¿Qué nos depara el futuro?
Jamás había tenido tantas miradas dirigidas hacia mi, es abrumador, supongo que así te sientes todo el tiempo. Mi abuelo dice que la situación mejorara y aún es fiel creyente que soy el futuro de la Casa Targaryen y sabes que es lo peor, que apesar de todo, lo quiero, me veo a mi, en ese trono, y he creado una lucha interna por eso.
Quizá te preguntas la razón, hable con mi padre sobre mi ascendencia Black que me llevó a una sola conclusión. Ron tenía razón, ser hija de un Black y una Targaryen no es la mejor combinación. Temo enloquecer de poder como muchos en mi familia lo han echo.
Solo deseo volver a Hogwarts y ver que aventuras nos esperan, correr por esos túneles hasta Hogsmeade para comprar cientos de dulces en Zonko, y después ser regañados por Hermione mientras Ron se queda con los mejores cromos que vengan en las ranas chocolate.
Bueno, si es que aún no lees El Profeta, quizá ahora mismo ya no quieras responder mi carta.
Los mundiales estan muy cerca, quizá podamos conversar ya que no pudimos vernos en mi cumpleaños.
Por cierto, Daella asistirá a Hogwarts con nosotros, esta muy emocionada, quizá tenga suerte y quede en Gryffindor con ustedes. Mi mamá también volverá, así que abre ese libro de Alto Valyrio y repasa un poco, lo necesitarás.
Hasta aquí mi comunicado, espero con ansias que sea 18 de agosto, dicen que el buscador de Bulgaria es sexi.... Bien ignora eso último jajaja, te veo pronto, Potter.
Con cariño, Ny.
Harry sonrió, él ansiaba volver a verla. Al final, sin darse cuenta el muchacho había logrado distraer su mente con unos bonitos ojos violetas.
── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──
Habían pasado varias semanas desde el nombramiento de Nymeria Targaryen como heredera al trono de hierro. Suceso que ha mantenido los ojos bien puestos sobre la gran dinastía. Fue entonces que la princesa comprendió a que se refería su madre, se había dejado llevar por el momento y las emociones que surgieron, entendió como incluso una decisión tan inofensiva podía provocar grandes mal entendidos.
Después de que Hermione Granger había dejado Dragonstone, la situación se torno en una sola palabra "horrible", las peleas entre Shaera y su madre incrementaron, Rhaegar y Aegon ni siquiera se hablaban, y lo peor, Shaera le prohibió a Daella siquiera acercarse, por lo que ambas princesas recurrieron a usar los pasajes secretos de sus habitaciones para poder hablar.
Viserys había intentado intervenir, logrando que la familia solo se reuniera a compartir alimentos, pero sumidos en un silencio abrumador e incómodo.
Aquella mañana la reunión del Consejo Privado había terminado, Nymeria miraba atento a todos y cada uno de los miembros del Consejo salir, dejó la jarra de vino sobre la charola y se acercó a su abuelo, quien le sonrió.
— ¿Todo en orden, Nyny? — pregunto levantando una ceja.
— No, abuelo — hizo una pausa, la mirada de la princesa demostraba angustia — ¿Estas seguro de que fue buena idea nombrarme tu heredera? Sino lo hubieras echo, nada de esto abría pasado.
— Muy seguro. — Nymeria bajo la mirada, jugando con los anillos que adornaban sus dedos.
— Me bastó un día para arruinar la imagen de nuestra familia... Tal vez aún no estoy preparada para algo tan grande. — dijo convencida.
— ¿Te refieres a los periódicos? — Nymeria sintió las mejillas arder.
— No debi bailar con Dra... Malfoy, se suponía que venían en busca...
— De una princesa Targaryen y el muchacho logró impresionar a una, ¿o me equívoco?
— Abuelo... — Nymeria sonrió. — Aun es muy pronto para decidir, además Malfoy ha echo cosas cuestionables...
— Bueno, tal vez pueda sorprenderte.
...
Daenyra trenzaba el cabello de Nymeria, pues aun le gustaba peinarla como si aún tuviese apenas cinco años. La princesa tarareaba una canción de las tantas que escuchaba en el Walkman que Hermione le había obsequiado. Como adoraba esa pequeña cajita, dejó escapar un suspiro y jugó con los anillos que adornaban sus dedos.
— ¿Sigues molesta conmigo? — pregunto Nymeria en un susurro.
— No. — respondió Daenyra concentrada.
— Tu tono de voz me indica otra cosa, madre. — comentó divertida, Nymeria pudo ver en el reflejo del espejo como Daenyra negaba con la cabeza y sonreía — ¿De qué tanto hablan tú y mi padre? ¿Ya se han reconciliado? ¿Se casaran de nuevo? Deberían hacerlo ¿Me darán un hermano? ¿Puedo pedir uno como regalo de Navidad?
Daenyra dejó de trenzar el cabello de Nymeria y la miro a través del espejo. — Buscamos como demostrar su inocencia, no hemos hablado sobre estar juntos, ni mucho menos de tener otro hijo.
— Ya va, pero cuando su nombre quede limpio podrían hablarlo. ¿No? — Nymeria ensanchó sus labios en una auténtica sonrisa.
— Suena sencillo mi niña, pero es todo lo contrario. — Nyra centro sus ojos violetas en el cabello de su hija y continuó trazando. — Todavía... Todavía tengo muy presente a tu hermana.
Nymeria desvío la vista del espejo, se dio la vuelta provocando que Nyra soltara los mechones de cabello y susurro lo siguiente: — Lo siento. — la princesa abrazo a su madre y Nyra correspondió al instante. Madre e hija fueron interrumpidas por una lechuza, Nymeria la reconoció rápidamente.
— ¡Hedwig! — se aproximó hasta el ave e intento desatar la carta mientras la lechuza le picoteaba las manos.— ¡Auch! Ya, ya tendrás una buena recompensa. — Nymeria observo el papel en sus manos y después levanto la vista en dirección a su madre. — Es para ti.
Daenyra sorprendida tomó la carta entre sus manos.
Arrax aprovechó que la hora de su siesta había terminado, el gato de pelaje blanco subio sigiloso al mueble donde se encontraba la lechuza, intento acercarse y con una de sus patitas quizo tocarla, Hedwig reaccionó antes y picoteo la cabeza del gato. Arrax soltó un chillido — Arrax no peleés. — lo reprendió Nymeria por lo que el gato gruño dramáticamente. Ofendido bajo del mueble y regresó a su comoda cama.
— Tengo que... Nos vemos más tarde, Nymeria. — la princesa asintió confundida.
── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──
La princesa heredera adoraba aprovechar su tiempo libre en Pozo Dragón, sobre todo cuando se trataba de hacer recolecta de huevos, sostuvo con fuerza uno entre sus manos, sus labios se ensancharon en una sonrisa. Guardo el huevo de Dragón en el morral que cargaba y camino en busca de la salida. Algunos dragones dormían, otros deambulaban entre la oscuridad, contenta entono una cancion en Alto Valyrio sosteniendo con fuerza una antorcha encendida.
Era fácil perderse en Pozo Dragón con tantos túneles y oscuridad, Nymeria retrocedió cuando Sunfyre dejó escapar una llamarada y después desapareció entre los muros de piedra, la joven princesa apartó la vista y continuo con su camino, ya estando cerca de la gran salida, Syrax, su dragona la tomó por sorpresa.
— ¿Qué haces? — pregunto divertida, la rubia acarició a la dragona intentado calmarla — iksos sȳz, māzigon arlī, Dohaerās, Syrax! (Esta bien, regresa, obedece Syrax)
Nymeria acarició por última vez a la dragona y se alejó dejando a Syrax alterada, la rubia se deshizo de la antorcha y salió de Pozo Dragón, distraída camino hasta donde se encontraban los cuidadores y entregó el morral con los huevos de Dragón, ahí su tarea había finalizado.
El caballo que montaba Nymeria Targaryen avanzaba por el camino de tierra con lentitud, la rubia debía apresurarse a llegar, la noche había caído y quizá ahora mismo Daenyra Targaryen se preguntaba en donde se había metido su hija.
Nymeria sentía una presión de preocupación en el pecho, Syrax una vez más se había comportado de forma extraña cuando regreso a Pozo Dragón. La princesa Intento hacer caso omiso, y centrar su mente en otros asuntos, ¿Qué le habrá escrito Harry a Daenyra, para qué saliera en busca de Sirius casi de inmediato?
Giro la cabeza hacia atrás un momento, percatándose de que sus guardias no estaban, regreso la vista al frente, trago saliva y ordenó a su caballo continuar, los nervios poco a poco aparecieron, la respiración era más agitada de lo normal y sus manos temblaban sin parar, estaba asustada. El viento movía sus cabellos de oro y plata con delicadeza, y el silencio que la acompañaba era angustiante.
Nymeria se detuvo, a tan solo unos metros, un hombre envuelto en una capucha la observaba detenidamente, no lograba ver su cara, la princesa intento retornar, pero apenas le dio tiempo de reaccionar, su corazón se aceleró cuando el caballo del hombre avanzó hacia su dirección. Nymeria ordenó a su caballo dar la vuelta y galopar a toda velocidad, salió del camino principal adentrándose a la oscuridad del bosque, no podía ver mucho, apenas se distinguían los árboles y bajaba la cabeza a tiempo para no golperse con las ramas.
— ¡Vamos, se que puedes! — soltó Nymeria desesperada, dirigiendo sus palabras al caballo, pero su esperanza se vio anulada cuando el animal relincho de dolor y la princesa cayó soltando un grito desalentador. Aturdida por la caída ni siquiera pudo levantarse, se quejó en su lugar mientras algunas lágrimas rodaban en sus mejillas por un insoportable dolor en su brazo izquierdo se hizo presente.
— Querida Nymeria — Nymeria reconoció la voz de Jaehaerys de inmediato. El hombre le apartó un par de mechones y después acarició su mejilla — ¿en serio creíste que te saldrías con la tuya tan fácil? Lastima que no, mi tarea es sencilla sin embargo como excelente primo que soy... todo este asunto tiene dos posibles soluciones, número uno, cumplir mi objetivo, deshacerme de ti ó número dos, esto nunca paso, inventar una ridícula historia y casarnos. Estoy siendo muy benevolente.
— Jamás me casaría contigo. — afirmó Nymeria con asco. Jaehaerys sonrió burlesco, mientras la princesa intentaba levantarse, noto que el príncipe sostenía en una mano su varita y en la otro una daga.
— La heredera ha elegido — dijo con malicia — Veamos que será más divertido, tortura con magia o sin ella. — comentó divertido, la princesa agrandó sus ojos horrorizada, con el corazón acelerado apenas pudo ponerse en pie e intentar huir, fallando al mismo tiempo, pues Jaehaerys la tomó del cabello y Nymeria fue a dar al suelo una vez más, el pánico y la desesperanza se apoderó de ella cuando Jaehaerys se subió encima aprisionandola.
La princesa gritaba con todas sus fuerzas, aún guardaba la ligera esperanza de que alguien apareciera y la ayudará — Grita lo que quieras, nadie va escucharte. ¿entiendes? — Nymeria sollozo dandose cuenta de que estaba sola, su supervivencia ahora dependía solo de ella. — Pero, antes ¿te parece si nos divertimos un poco?...
— ¡NO! ¡DEJAME, NO ME TOQUES!
— Nadie te escucha...
— ¡Por favor, no! ¡Por favor! ¡Solo mátame! — sollozo forcejeando con todas sus fuerzas. No iba resignarse, no iba permitir que la tocará, utilizó su brazo sano para encontrar algún artefacto que le sirviera de defensa, clavo sus uñas en la tierra y tomó un montón arrojandola sobre la cara de Jaehaerys, quien se echo hacia atrás confundido, aprovechó para tomar un pequeño cuchillo que Jaehaerys traía consigo y sin pensarlo dos veces, fríamente se lo clavo en el ojo.
Jaehaerys dejó escapar un grito desgarrador, la sangre emanaba y Nymeria aún en shock observo su mano ensangrentada. Al ponerse de pie apoyo su mano lastimada y soltó un alarido de dolor, pero la princesa se mantuvo fuerte, se levantó y corrió hasta el caballo que su primo montaba, mientras este le gritaba.— ¡MALDITA PERRA! — Nymeria aún con trabajos logró subir al caballo y ordenarle cabalgar hasta el castillo, las lágrimas aún rodaban por sus mejillas una tras otra, deseando refugiarse en los brazos de su madre.
...
Daenyra Targaryen observaba las estrellas desde el balcón de su habitacion, intentaba mantener la calma, la charla con Sirius no había sido del todo tranquilizadora, Harry también le había escrito por lo que ambos llegaron a una conclusión, sin duda debía volver a Hogwarts, por Harry, por su hija, aunque eso implicará enfrentar su situación sentimental una vez más.
La puerta de su habitación se abrió de golpe, era Amy, la princesa se apartó del balcón al ver el rostro preocupado de su cuñada. — ¿Qué pasa?
— Es Nymeria... — tan solo bastó escuchar el nombre de su hija para salir corriendo en busca de ella. — Nyra espera...
Ambas mujeres atravesaron el castillo, Amy intentaba alcanzar a la princesa, quien iba unos cuantos pasos más adelante. Daenyra sintió su mundo caerse al escuchar los sollozos de Nymeria, provenían de una de las salas, abrió ambas puertas, viendo a Shaera casi encima de su hija gritándole desesperada, mientras Rhaegar la sostenía apartandola por completo. La princesa heredera apenas vio a su madre corrió hacia ella, Daenyra la abrazo dejando qué Nymeria llorara en su pecho.
— ¿Qué paso? — pregunto Daella asustada, apareciendo junto a Alyssa.
— ¡LA BASTARDA DE TU PRIMA, CASI MATA A TU HERMANO! — grito descontrolada — ¡Y ENCIMA LO DEJÓ TIRADO EN MEDIO DEL BOSQUE!
— ¡CUIDADO CON COMO TE DIRIGES A MI HIJA, SHAERA! — dijo Daenyra elevando su voz — Mi dulce niña ¿Qué paso?
Nymeria escondió su rostro y continuó con el llanto, Daenyra sintió un nudo en la garganta al ver a su hija en ese estado, pero al mismo tiempo, estaba furiosa.
— ¡ANDA DILE LO QUE HICISTE! — grito Shaera nuevamente.
— ¡YA BASTA! — intervino Rhaegar. — estoy seguro que fue tu querido hijo quien comenzo con esto...
— ¿Cómo te atreves, Rhaegar? — inquirió Shaera molesta — ¡Mi hijo esta muriéndose ahora mismo en cualquier parte del puto bosque! Si Aegon no lo encuentra a tiempo... — Shaera se echo a llorar.
— Y ahora, ¿Qué sucedió? — pregunto Viserys entrando a la sala, su mirada se detuvo en Nymeria, quien estaba herida y llorando en los brazos de su madre. — Nyny, ¿Qué paso? — pregunto alarmado.
— ¡QUÉ ESA BASTARDA ES UNA ASESINA!
— ¡Más respeto hacia tu futura reina, Shaera! — dijo Viserys firmemente. Shaera miro indignada a su padre, aún con lágrimas en los ojos. — Nyny...
— Me duele... Mi brazo. — Habló Nymeria por primera vez entre sollozos intentado levantarlo. Los ojos de Nyra se cristalizaron y con delicadeza sostuvo el brazo de su hija, mientras Viserys ordenaba traer las sanadoras.
La joven heredera deseaba calmarse, pero el sentimiento, el miedo y las lágrimas volvían.
— Tranquila — dijo Amy acercándose y acariciando el cabello de la princesa — ya paso.
— Solo quería defenderme, no quería... Pero el intento... — Nymeria volvió a quebrarse, y sollozo de nuevo, cerro los ojos con fuerza. Nyra rápidamente imagino a que se refería su hija, su mandíbula se tenso y sus ojos reflejaban la furia que sentía en ese momento.
— ¡No te creo ni una palabra, bastarda mentirosa! — Daenyra se dio la vuelta hacia su hermana, apenas dio unos pasos y desahogo la furia que carcomia su ser en ese momento dándole una bofetada a su hermana con todas sus fuerzas, incluso su mano ardió de dolor.
— ¡Vuelve a llamarla mentirosa y una mísera bofetada será lo de menos!
— ¡TU HIJA ES UNA ASESINA!
— ¡Y TU HIJO UN ABUSADOR, NO QUIERO VERLO CERCA DE MI HIJA!
— ¡Padre, ayudame! — chillo Shaera desesperada.
— Lo que Jaehaerys acaba de cometer es un acto indigno y de traición, no voy a ponerme de tu lado...
— ¡Tú y tu asquerosa bastarda lo pagaran con creces, ahora tienes un deuda con mi hijo...!
— ¡Ya callate Shaera, tu hijo deberá pagar por sus actos, y voy exigir que dejes de llamar a mi hija bastarda o yo misma te arrancare la lengua! — expresó Daenyra con dureza, saco a su hija de ahí dejando a todos en completo silencio.
Nymeria fue atendida en su habitación, las sanadoras le obligaron a tomar una asquerosa poción para los huesos, debido a que su brazo izquierdo se había roto por la caída del caballo, tenía algunos rasguños y raspones en la cara, pero la herida más grande no era precisamente física.
Daenyra acariciaba el cabello de su hija, Nymeria se negó a salir de su habitación después de que Aegon llegará con Jaehaerys mal herido, y en cuestión de segundos todo el castillo ya sabía que había perdido por completo el ojo izquierdo.
— ¿Madre? — dijo Nymeria en un pequeño susurro.
— ¿Si? — la princesa miro hacia el techo, queriendo olvidar lo que pasó.
— ¿Soy débil por llorar?.
— No, fuiste muy valiente. — susurro Daenyra — Te juro que mientras viva jamás permitiré que te hagan daño. Si debo hacer que el mundo arda, lo haré...
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Espacio para desahogarse
Holaaa, después de varios días sin actualizar, he vuelto con un capítulo para nada agradable, me costo escribirlo y mucho.
Después de esto ahora si ya dejamos un poquito la trama de Dragonstone y pasamos a los Mundiales. Personalmente ansio que ya regresen a Hogwarts pero, incluso yo, me tengo que tener paciencia.
Sin más que añadir, nos leemos (espero) pronto.
Pd. No me maten o no sabrán que sigue...
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