Las grandes olas golpeaban contra el casco del barco que imponente se abría paso por las aguas. Chaeyoung desde el puente de mando miraba hacia el horizonte en dónde las costas de Báltica quedaban atrás, haciéndose más pequeñas conforme se alejaban. La pelinegra suspiró con una sonrisa en su rostro, la noche anterior no había podido dormir debido a la emoción del viaje, si bien su cuerpo debía de descansar su inquieta mente no le permitió pegar el ojo. Ahora mismo se encontraba en un barco destructor -otorgado por la reina Jihyo como parte de su equipo- en dirección al Gran Océano del Oeste, Chaeyoung estaba al mando de una de las armas de destrucción más poderosas que existen y de todos sus tripulantes. De algún modo u otro ella se sentía poderosa.

Mientras está estaba admirando al horizonte tras de ella se acercó la capitana del barco.

—Lady Chaeyoung, hemos fijado el curso hacia el oeste, el radar meteorológico avisa de posibles huracanes que vienen del mar del norte, la marea podría subir cerca de dos o tres metros en la noche.

Chaeyoung fijó su vista en la morena; la capitana Zhou Tzuyu de la marina real de Seúl. La chica alta era una descendiente directa del clan Zhou, los protectores de Báltica. Su pequeño corazón se estrujó al ver el cuerpo de la más alta.

—Gracias capitana Zhou -esta dijo, luego guardo su libreta en el bolso de mano que tenía- ¿Hay buen clima?

—Por el momento si -esta respondió, haciéndose al lado de la baja- El Gran Océano es un lugar desconocido, ahora mismo podría decirle que estamos a nuestra propia suerte y con el buen funcionamiento del radar -luego miró la brújula que tenía en su mano- Todo saldrá bien.

Luego, ambas chicas se miraron fijamente, riéndosen nerviosamente por ello.

—Lo siento, no sabía cómo ibas a reaccionar al verme aquí -Tzuyu había salido de la seriedad de su cargo, apoyando su cuerpo en la baranda de seguridad, Chaeyoung rió y negó- ¿No estás enojada?

—¿Por qué lo estaría?

Tzuyu suspiró, acariciando el puente de su nariz con sus dedos. —Creí que me ibas a odiar por haberme casado con Mina -esta confesó, Chaeyoung negó riendo- ¿De verdad no lo estás?

—No, de verdad -esta respondió- Mi relación con Mina terminó hace mucho tiempo, años debo decir, y sea lo que ella decida ya no es de mi incumbencia Tzuyu, de verdad -luego, relajando su corazón se puso sus lentes de sol, los rayos de luz comenzaron a ser molestos- Pero me alegro bastante de que hayas sido tú y no nadie más, eres una gran chica, sé que harás a Mina feliz.

Tzuyu asintió tranquila.

—Gracias -dijo, Chaeyoung cerró sus ojos e inclinó su cabeza hacia la morena- En mi defensa, fue la reina Park quién me puso al mando de esta nave, de hecho me iba a rehusar, pero cuando me enteré del objetivo de la misión acepte de inmediato.

Cuando ni una de las grandes cordilleras de Báltica quedaron atrás, Chaeyoung supo que ya no había marcha atrás, en unos minutos más pronto dejarían las aguas territoriales de su nación y se aventurarían a lo desconocido. Al menos el saber que tenía a Tzuyu a su lado era un punto positivo a su favor, la morena era una militar excepcional que la protegería de cualquier cosa. Luego, en el horizonte, había un destructor del imperio de Sendai regresando a tierra.

—¿Desde cuándo los Jeon hacen patrullajes en aguas de Báltica? -expresó Chaeyoung viendo el barco a lo lejos- ¿Que eso no es ilegal?

—Las rutas cerca de Hwaa han sido cerradas por precaución, han habido desapariciones de barcos mercantes cerca del golfo del polo sur, Jihyo ha dado permiso para que los buques de cualquier tipo sean militares o mercantes pasen por el océano de Báltica medio hacia el estrecho de Guri para ir a Sendai o Europa -Tzuyu explico, ojeando de reojo al buque- Las cosas nunca habían estado tan tensas como ahora, algunos excepticos dicen que es el fin del mundo, los más nerviosos aseguran que hay algo extraño ocurriendo en Hwaa, y que pronto sabremos que pasará.

Ambas chicas se quedaron en silencio.

—Regresare a la sala de control, tengo que revisar los protocolos y rutas de escape para emergencias, este océano no me da confianza -dijo la morena, Chaeyoung asintió y despidió a la alta con una reverencia, dejando que está se perdiera en los pasillos hacia la sala de mando del destructor.

Al escuchado la palabra "rutas de escape" un frío indescriptible recorrió toda su espalda, los nervios acapararón todo su cuerpo, ¿De verdad algo malo podría pasar?, El océano era muy traicionero, cualquier cosa podría suceder, y si Tzuyu, una navegante experimentada decía aquello significaba que las posibilidades eran grandes.

Con el sol ocultándose tras su espalda Chaeyoung regresó a su camarote, descansando su adormecido cuerpo para lo que vendría después.

De regreso en su camarote, Chaeyoung sacó aquel libro de historia que Jihyo le había obsequiado en su último día en el palacio. Aquel vejestorio de cuero y correas de terciopelo rojo contenía fragmentos de la gran guerra mágica que el primer rey de Seúl recopiló después de lo sucedido, por lo cual, obviamente, el libro tenía cerca de dos mil años de antigüedad. Las hojas estaban en buen estado, denotando el riguroso cuidado con el cual había sido conservado.

Chaeyoung abrió el libro en la primera hoja, el idioma era una especie de mezcla entre Coreano -la lengua nativa de Báltica- y alguna lengua antigua del norte de Sendai. Las primeras líneas trataban del descubrimiento de Hwaa a manos de un explorador Báltico en el año 39 a.G (antes de la guerra mágica), si bien no había nada más, el párrafo dió un salto de 120 años al futuro, que fue en aquella época cuando la guerra había terminado.

El libro decía que una heroína de Hwaa, apodada como "La devastación escarlata" y también como "el tifón carmesí" separó el continente de Hwaa con Asia (que ahora es un continente hundido en el gran océano) del resto del mundo. No se sabe con certeza como es que aquella heroína hizo tal hazaña, pero si hay constancia de que aquella mujer existió, y que antes de aislarce del resto del mundo se convirtió en la primera emperatriz de Hwaa.

Chaeyoung leyó: “Con sus colosales poderes y su magia oscura, La poderosa Devastación Escarlata rompió en dos al continente de Asia, formando así nuestra nueva tierra que de ahora en adelante será nuestro hogar; Hwaa, la tierra del fuego y la flor. La nueva emperatriz decretó una ley que nos prohíbe fraternizar con aquellos extraños que casi nos aniquilan, según ella el aislarnos del resto del mundo era por nuestro propio bien" luego, al final, leyó lo siguiente: “Esperamos que pronto entraremos a una nueva era de paz, liderada por...” y hasta ahí llegaba el párrafo ya que una especie de come libros había hecho de las suyas allí, borrando parte de la historia del mundo.

—La devastación escarlata... -musitó Chaeyoung, viendo algunos símbolos extraños allí- Suena interesante.

Con cada segundo que pasaba Chaeyoung ansiaba llegar a aquel fantástico lugar.