𝐇 𝐰 𝐚 𝐚 火 - 01
Chaeyoung tenía apoyada su barbilla en sus brazos, quienes a su vez estaban recostados en el barandal del balcón. La pequeña pelinegra miró a su costado con el ceño fruncido, el telescopio que tenía a su lado tenía su lente apuntando hacia el cielo, todos sus esfuerzos por ver más allá de las inmensas montañas había sido en vano, su telescopio, que era uno de los más modernos no había funcionado muy bien. Este sería otro más que se sumaba a la colección de fallos. Tras de ella, aguantando las ganas de reír se encontraba su mejor amiga desde la infancia: Kim Dahyun. La pálida miraba su teléfono y a su amiga intercaladamente, notando los suspiros que la pelinegra daba.
—Por más que lo intentes no podrás ver más allá de las islas del fin -musitó Dahyun, Chaeyoung se recompuso y miró a la pálida- ¿Sabes por qué? -Chaeyoung negó- Hay una barrera natural llamada curvatura de la tierra que no te dejará ver más de setenta kilómetros de mar adentro.
Chaeyoung bufó, cruzando sus brazos. —Crei que saldrías con algo más científico, como una especie de máquina que nubla o hace cualquier cosa para que no veamos más allá -esta dijo, Dahyun soltó una carcajada- ¿Por qué te ríes?
—Tienes que dejar de ser tan conspiranoica Chaeyoung, no todo se trata de eso -Dahyun respondió- La tecnología no ha podido avanzar tanto como para hacer eso, disfruta de tu teléfono, invita a salir a tu ex -esta dijo, haciendo que la menor frunciera el ceño- Oh, verdad que ella ya... -Dahyun tragó duro- ¿Por qué te empeñas tanto en mirar hacia el mar?
Chaeyoung notó el evidente cambió de conversación, por lo cual decidió seguirle el juego a la pálida.
—¿No sientes curiosidad de ver qué hay más allá? ¿Lo que oculta el nuevo mundo? -esta dijo, regresando su vista hacia las montañas, en dónde por medio de una enorme grieta podía ver el extenso azul- Sabemos que en Hokkaido el invierno dura más de siete meses, y que en Sendai los enormes desiertos del norte podrían enloquecer a cualquiera con su fuerte calor, y en Europa... Bueno, allá se hacen mis películas favoritas. Báltica es nuestro hogar, pero no hay nada más interesante que las cordilleras y los grandes lagos... -esta dijo- Más allá del gran océano hay otro continente, un lugar lleno de misterios y cosas increíbles por investigar, pero nada, no hacemos nada. ¿Si sabes que allá crían dragones?
—La verdad es que no me interesa mucho, soy feliz siendo ignorante -respondió Dahyun poniéndose de pie y caminando hasta quedar junto a su amiga- Los dragones no existen, solo son rumores de cuentos infantiles -Dahyun agrego- ¿Por qué tantas ganas de saber que hay más allá? Es peligroso. Hay leyes que te prohíben siquiera pensar en ello.
—¿Leyes? No existen leyes así, papá es consejero de Jihyo, y según sé, ni la reina Park, ni su padre y los anteriores reyes han prohibido aquello -Dahyun alzó sus hombros, Chaeyoung tenía razón- Es el miedo lo que te hace decir eso -luego, la pelinegra sonrió- Mi corazón de aventurero me dice que me sumerja en lo desconocido.
Desde que era niña, Chaeyoung había soñado con ser una exploradora, descubrir cosas nuevas, sumergirse en la aventura y pasar a la historia como la aventurera más intrépida que jamás existió, luego, cuando creció, la realidad la golpeó de la manera más salvaje que jamás había sentido. Todo lo que había por descubrir ya lo habían hecho otros sujetos, luego, siendo más realista, intentó tomar suerte en el campo de la recién descubierta ciencia tecnológica, pero cuando ya tuvo la edad suficiente para eso ya todo había sido inventado, o al menos, lo más necesario. Está simplemente tuvo que resignarse a ser la hija mayor del consejero del rey, siendo una noble más que solo estaría registrada en la historia como la hija de alguien importante.
Su frustración estaba por las nubes.
Tiempo después, gracias a los libros de historia que había en la biblioteca de su padre está descubrió un libro bastante viejo, de tapa café y hojas amarillentas que hablaban de un lugar lejano y desconocido, escondido en medio de un inmenso Océano; Hwaa, la tierra del invierno eterno.
Aquella parte del planeta había sido descubierta miles de años atrás, pero cuando la Guerra Mágica estalló hace aproximadamente dos mil años atrás las cosas se salieron de control, fueron largos siglos de guerras interminables que terminaron en la separación de ambos mundos. Hwaa había quedado en el olvido, y con el paso del tiempo simplemente desapareció de la historia.
Al terminar de leer los pocos párrafos de información que había sobre este lugar Chaeyoung comenzó a sentir una pequeña obsesión por saber más y más, llegando así hasta la época actual.
—Eso sonó demasiado sentimental para mí, cállate, debo de mantener una reputación -expresó Dahyun, haciendo reír a la pelinegra- ¿Por qué no le hablas a Jihyo de esto? Puede que te dé el permiso de cometer está locura tuya, piénsalo bien, después de todo tu futuro nieto o nieta será el próximo rey o reina de Báltica. Tus opiniones serán tomadas en cuenta.
—Lo dudo mucho, en mis planes no está tener hijos -respondió Chaeyoung exceptica- Más bien dime qué estás haciendo aquí, estaba bastante ocupada antes de que llegaras.
Dahyun enarcó una ceja, mirando a su amiga, luego al telescopio y finalmente a su amiga otra vez.
—Digamos que te creo, así que te diré que tú reina te ha llamado, y si bien recuerdo eso es más importante que observar montañas y esperar encontrar algo que jamás verás -luego, al terminar, está notó la expresión de sorpresa en el rostro de Chaeyoung- Por eso fue que vine, yo también estaba ocupada con la hija de los Hirai, pero aquí me tienes.
Chaeyoung asintió rápidamente, tomando su teléfono y su cuaderno de notas. Antes de salir está miró a Dahyun entrecerrando sus ojos. —Luego hablaremos de tu repentina relación con Momo.
—Ya vete, luego me regañas.
Sin más, Chaeyoung salió casi volando de su habitación, dejando a una pálida riendo en su balcón. Antes de irse Dahyun miró la libreta de Dibujos de la pelinegra y su telescopio, observando los múltiples bocetos de la más baja allí plasmados. Todos con el nombre de "Hwaa" y el símbolo del fuego en la parte de la esquina superior.
—Definitivamente se pondrá feliz después de esto -musitó Dahyun en voz baja, saliendo del balcón con una sonrisa en su rostro.
Pronto las cosas cambiarían para siempre.
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