No te fijes en mis lágrimas que no pueden retenerte
No te dejes engañar...
••••••

—¡Maldita sea Rosé, sube al auto!—grité golpeando el capó.

Veía como se alejaba de mi lado mientras gritaba constantemente que me calmara. Subí al vehículo y conduje lo más rápido que pude hasta ella; no pensaba dejar que caminara sola hasta la casa.

—Sube al jodido auto Roseanne Park—ordené.

Ella obedece a regañadientes. Después de un momento de silencio me dispuse a romper el hielo.

—No puedo creer que lo hayas hecho—inicié—¿Creiste acaso que no me daría cuenta?.

No respondió.

—¡Respondeme Rosé!.

—¡No quería hacerlo!—respondió exasperada.

Fijo mi mirada a la autopista nuevamente; estaba dolida pero no se lo haría saber.

—Será mejor que tengas una buena explicación—digo—De lo contrario esto se acaba.

Parecía rumorearlo; observaba la autopista en silencio como si la boca se la hubieran sellado para así no contar nunca los secretos.

De la nada suelta un suspiro—Fue Suzy la que empezó todo—explicó—Yo... Jennie, te juro que nunca estuve de acuerdo.

La autopista estaba vacía; decidí adelantar el vehículo. Ella se gira violentamente hacia mí con lágrimas resbalando por sus mejillas.

—¡Eso no justifica que me engañaste!—escupí—¡Me engañaste Rosie!.

—¡No! ¡Eso no fue lo que pasó!—me interrumpió.

—¡La besaste Rosé! ¡Confíe en tí y así me pagas!.

Permaneció en silencio un momento.

—Jennie—habló preocupada—¡JENNIE MIRA AL FRENTE POR DIOS!.

—¡NO! ¡Explicame primero por que lo hiciste!.

Me encontraba llorando; podría soportar cualquier cosa menos esto.

—¡JENNIE POR FAVOR MIRA AL FRENTE!—volvió a gritar.

Hago caso omiso mientras ella lucha por hacerme ver la autopista.

—¡JENNIE BASTA MIRA AL FRENTE!.

El Fuerte sonido de un claxon me alerta; fue muy tarde para girar.

—¡JENNIE!.

Fue lo último que oí antes de que todo se oscureciera a mi alrededor.

Esa pesadilla me está atormentando otra vez...