"No me dejes atrás; en los recuerdos... No te fijes en mis lágrimas que no pueden retenerte"

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Recordarte es lo único que puedo hacer ahora; ese momento en el que te conocí, fue tan random.

Salías del Instituto con tus amigas mientras que yo estaba corriendo para no llegar tarde a mi entrevista de trabajo, curiosamente choqué contigo, la primera impresión no fue tan buena; bueno en mayor parte si fue mi culpa, no debí reaccionar de esa manera tan estúpida y rebajarte mucho. Si me hubieran dicho que de esa chica a la que trate de millones de cosas sería el amor de mi vida en un futuro, créeme que me hubiera guardado todos esos insultos horrendos según tú, y no los sacaría a la luz nunca.

Todo eso paso hace dos años....

Estoy frente a esta lápida en la cual está grabada tu nombre, la leo una y otra y otra vez; los demás ya se han ido a sus casas y retomar sus actividades, yo por mi parte me quedaré unos momentos más contigo.

—¿Sabes?- digo—Estoy muy arrepentida de lo que paso; fue mi culpa y lo sabes... ¿Recuerdas lo que fui antes de conocerte? Bueno... creo que volveré a ese estado...

Mantuve una conversación conmigo misma durante las últimas dos horas, no me quejo; es lo menos que podría hacer por la persona que amaba.

Aún recuerdo esa vez en la que nos volvimos a cruzar, esta vez en el parque.

Te vi, estabas hermosa de pies a cabeza, en ese entonces no lo pillaba pero tu sonrisa me cautivó, hacer que volvieras a mirarme aún de mala gana es lo que quise ese día; lo logré aunque Jisoo no paraba de molestarte después.

—¿Recuerdas sus palabras?—hable nuevamente—"Rosie tiene Sugar, Rosie tiene sugar"; esa Jisoo es toda una idiota.

Solté una risa apagada acompañada de unas fuertes lágrimas que ya no pude detener. Sé que me escuchas, sé que estás aquí, por favor Rosie... háblame...