𝟎𝟐
Asriel los invitó a pasar y sentarse en la mesa mientras él iba a la cocina, honestamente agradecía que los aromas de los tres alfas de su familia sean lo suficientemente fuertes para ocultar el olor a humo de quien tenía viviendo ahí.
Si sus padres descubrían que vivía con un alfa no dejarían de insistir para poder conocerlo.
Probablemente Salem se enojaría por los olores en "su territorio" pero eso era lo que menos le importaba.
Los olores eran algo extraño y también eran un problema en ocasiones.
Los alfas solían tener olores fuertes y los omegas dulces.
Pero un alfa puro tenía un aroma dulce y un omega puro tenía un olor fuerte.
Su madre por ejemplo era una omega pura y tenía un olor muy marcado a hojas de arce.
Frisk era un alfa puro con un olor a frambuesas dulces.
Chara, su hermana quien era una alfa normal tenía un aroma fuerte a chocolate amargo.
También había casos donde los cachorros podían tener una especie de mezcla de los aromas de sus padres o uno que combinara con ellos, como su sobrino que era un omega con aroma a fresas y chocolate blanco.
También era muy raro y no solía ocurrir, pero existían aromas que eran hereditarios como el de su padre y el suyo, flores doradas.
Al parecer estos casos eran más comunes en los monstruos.
Pero en cualquier caso agradecía que el olor a plantas y frutas opacaran el amargo del humo.
Mientras servía la comida su madre entró a la cocina para ayudarlo.
──Déjame ayudarte hijo. ──
──Gracias mamá. ──
Ambos estaban en un cómodo silencio, pero algo le decía a Asriel que Toriel iba a tocar un tema del que no le gustaba hablar.
──¿Cuándo piensas buscar un compañero o tener cachorros? ──
Ahí estaba el tema.
──Ya te he dicho que no quiero cachorros; además no creo que pueda cuidar de alguno. ──
──¿Y qué tal el compañero? Es raro que un monstruo de tu edad no tenga uno, y antes de que lo digas sé que no es indispensable; pero como tu madre me sentiría más tranquila sabiendo que tienes a alguien contigo cuando yo ya no esté. ──
Esa clase de temas era algo que no acostumbraban a hablar debido a su historia y la de Chara, así que entendía la preocupación de su madre si hacía leve mención a pasar a mejor vida.
──Además me gustaría tener nietos. ──
──¡Mamá! Ya tienes uno. ──
──Pero también sería lindo tener uno de tu parte. ── Toriel se rió cuando lo escuchó gruñir. ──Por cierto, ¿tu celo está cerca no? Traje algunas cosas que puedes usar. ──
──Gracias mamá. ──
[...]
Al día siguiente, Asriel estaba mirando a Salem demasiado molesto.
¿Por qué? Por haber entrado a su habitación cuando le dijo más de una vez que no lo quería ahí dentro durante dos semana.
──¿¡Por qué no me dejas entrar!? ──
──¡Porque es mi nido y no te quiero en el! ──
──¿Pero por qué toda la habitación? ¡no necesitas un nido tan grande! ──
—¡Es mi casa y mi habitación, yo decido que tan grande hago mi nido, ahora largo! ── Y le azotó la puerta de la habitación sin dejarlo responder.
Los omegas solían ser muy territoriales y cuidadosos con sus nidos, sobretodo los omegas que esperaban o tenían cachorros.
Era su lugar cómodo y seguro donde nadie podía entrar sin su autorización.
Además Salem no tenía derecho a quejarse por no tener la autorización para entrar.
Hace muchos años, en los primeros meses de Chara en el subsuelo, a pesar de ser su querida hermana, su mejor amiga y la persona que más le importa; tampoco tenía autorización, y la primera vez que lo vió construir un nido tenía tantas ganas de entrar que lo hizo sin preguntar.
Asriel terminó llorando mares por sentir su espacio invadido.
Había ocasiones que no sabía si Salem lo hacía por molestarlo y marcar territorio o porque realmente no sabía lo importante que era el nido para los omegas.
Como sea, tuvo que arreglar lo que Salem destruyó mientras lo hacía se aseguraba de que no hubiera dejado su asqueroso olor sobre el suyo propio, por suerte no lo hizo.
Asriel solía llevarse una semana construyendo su nido, le gustaban las cosas grandes y majestuosas (esas enormes alas arcoiris de Dios de la Hipermuerte solo lo afirmaban) mientras su celo duraba cinco días y le tomaba dos días recuperarse, por eso le pidió no entrar a su habitación en dos semanas.
Aunque si por él fuera lo echaría de su casa esos días; pero por más que fuera peligroso tener a un alfa como él cerca no podía hacerle eso, además nadie podía ver a Sans vestido de brujo, generaría mucha confusión.
Escuchó que tocaron la puerta de su habitación y se acercó a abrir, encontrando nada más y nada menos que gato que le fastidiaba la vida entera.
──¿Puedo entrar a tu nido? ──
──No, largo. ──
Y le volvió a azotar la puerta.
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