7. ¿Cuál es tu sabor hoy? [2/2]
—Es raro besar a desconocidos.—contesta Jihyo.
—Dicen que besar a un desconocido es lo mejor.—trata de convencerla.
—¿En serio?—pregunta ella sorprendida.
—No lo sé, me lo acabo de inventar.—responde Sana para luego reír.—Pero en este caso, debes hacer una excepción, besar a una chica de jengibre no se da todo los días, Park. ¿Quieres probar y descubrir el siguiente sabor?
Jihyo se queda pensando un largo rato, pero luego Sana se acerca más a ella, para que simplemente le siguiera el juego, coloca sus brazos sobre el cuello de su creadora, acercándose cada vez más, Sana podía apreciar los sonidos del cuerpo de Jihyo, sus latidos y sus respiraciones. Ella no lo piensa dos veces, cierra sus ojos y rápido posiciona su labios entre la parte superior de los labios de Jihyo, moviéndolos suavemente y esperando una respuesta por parte de la coreana, quien nuevamente se siente sorprendida por el segundo beso, pero quería, quería saber cuál es el siguiente sabor, comienza a mover su labio inferior, lentamente y algo nerviosa, poco a poco siente como el sabor de menta penetraba su boca. Es dulce y un poco picante, pero bastante adictivo, lo que provoca que Jihyo tome el control y poco después coloque sus manos en la cintura de Sana e inclina su cabeza al lado opuesto, para así evitar que su nariz chocara con la de ella. Su misión es llegar a la tercera fase del beso y así conocer el otro sabor. Cuidadosamente desliza su lengua a la boca de Sana, ella no tarda en responder, Jihyo continua moviendo su lengua de una manera lenta y juguetona, para dar el resultado de un apasionado beso, y así dar al descubierto el misterioso y delicioso sabor de chocolate. Están cada vez más cerca, la coreana aumentó la velocidad de sus movimientos, el momento es cada vez es más intenso, quiere dar una pequeña mordida a los labios de Sana, pero sabía que no podía hacerlo, pero pasa lo contrario, Sana es quien decide dar ese paso, Jihyo siente como su piel se estremece y como todas las emociones se mezclan. El beso da unos resultados inesperados y traía ventajas para ambas chicas.
Jihyo se separa de Sana por varios segundos, para poder respirar con tranquilidad.
—Vaya, ser humano tiene sus desventajas.—se burla.
—Eso no me impedirá, probar tus labios de sabor a miel.—responde y le sonríe, atrae a la chica de jengibre hacia ella, y prosigue con el beso, aumentando un poco más la velocidad.
Una vez alcanza la cuarta fase, siente como en par de segundos puede ser la persona más feliz en el mundo. ¿Cómo es posible que un beso alcanzara todo eso?
Los labios de Sana no solo traen variedad de sabores, sino, que puede traer consigo todas las emociones positivas, lo cual es una gran ventaja para ambas chicas. ¿Por qué? Jihyo volvería a ser la chica de antes, mientras Sana...
—¡Oh!—exclama sorprendida y ambas dejan de besarse.
—¿Sucede algo?—pregunta Jihyo.
—No, solo sentí unas cosquillas en este lado.—levanta un poco su camiseta y justo es en el lugar donde está ubicado la fecha de creación y expiración.
—Se agregó un día más.—dice Jihyo sorprendida.—¡Guau! No pensé que un beso llegará tan lejos.
—Cariño, el hecho de que te estoy haciendo feliz en este momento, me dan más ganas de quedarme a tu lado.—la abraza.
—Sana.—dice ella en un tono tierno y responde su abrazo.—¡Gracias por estar aquí!
—Necesitamos hablar, te lo pido de favor.—reclama aquella mujer a través de la línea telefónica.
—Ya te dije que no, pronto me casaré y no quiero que Tzuyu sospeche.—responde.—Ah y por favor, no me llames, deja que yo lo haga.—cuelga la llamada y le sonríe a su prometida quien entra con una bandeja servida de dos jugos de naranja, hacia la habitación de ambas.
—¿Con quién hablabas?—pregunta Tzuyu.—Te noto un poco molesta.
—Cosas del trabajo, ya sabes como son, quieren que haga guardia en el hospital.—responde Jeong.
—Deberías ir.
—No, prefiero quedarme aquí contigo.—la besa en los labio y luego continúa depositando besos en el cuello de la taiwanesa, ella se sentía un poco incómoda. ¿Y por qué? Porque finge no haber escuchado aquella conversación que Jeongyeon tenía durante la llamada, sabía que era aquella mujer de nuevo. Aquella, que no dejaría que el compromiso de ambas prevaleciera, y aquella mujer con la que alguna vez Jeong, tuvo el descaro de serle infiel.
—Ahora puedes abrir los ojos.—le dice Dahyun a Momo mientras la guía a la maravillosa y resplandosa cena que habían preparado SaHyo.
—¡Oye amor! ¿Serás que me puedes quitar las manos?, digo, para poder ver.—dice Momo.
—Oh, oh, lo siento.—saca sus manos del rostro de Momo.
—¡Guau! ¡Comida!—exclama ella de felicidad y Dahyun le sonríe al ver el lindo brillo de sus ojos.
—Sabía que te iba a gustar.
—¿Las patas de cerdo son solo para mí verdad?
—Sí Momo, las preparé solo para ti.—Dahyun acomoda la silla para que Momo tome asiento.
—¡Eres tan romántica! ¡Te amo! Y por eso, elijo comer patas de cerdo el resto de mi vida junto a ti.—ambas ríen.
—¡Yo también te amo Momo! Aunque seas una pendeja.
—¡Oye!
—Mi pendeja.—antes de que Momo tome asiento, Dahyun la detuvo por un momento, y agarra su cintura, para regalarle un apasionado beso y demostrarle cuanto la ama.
—¿Deberíamos salir?—le pregunta Sana a Jihyo en voz baja, mientras admira la escena romántica desde la cocina.
—No, ya deberíamos irnos a dormir, es algo tarde.—responde con su tono de voz bajo.
Abre la puerta trasera de la cocina silenciosamente y ambas salen del local.
—Todavía no acaba este día, ¿qué vamos hacer?—pregunta la chica de jengibre mientras Jihyo cierra la puerta trasera de su repostería, ya que Dahyun es lo bastante olvidadiza y capaz no cierra el local completo.
—¿Has visto las estrellas?—pregunta Jihyo.
—¿Aquellas luces brillantes?—Sana señala y ella asiente.
—Tengo un telescopio en mi apartamento, sería una gran idea, que tú y yo, podamos observarlas. Hace mucho no lo hago.
—Me agrada la idea de que compartas algo tuyo conmigo.
—¿Me puedo cambiar esta ropa? Me queda algo incomoda.–dice Sana y su creadora asiente.
—Ve, yo limpiaré y me ocuparé de acomodar el telescopio.—habla ella en un tono relajado.
Sana se dirige a la habitación de Jihyo, y busca una prenda exacta y que no le incomodará. Una camisa blanca y bastante grande, que deja en cubierto sus piernas. Una vez se cambia, fue a donde Jihyo, quien se encuentra en el balcón de su apartamento observando las estrellas a través de su telescopio.
—¡Acércate Sana! No muevas el telescopio, quiero que veas esta estrella.—Jihyo se despega un poco del instrumento y Sana intenta acercarse, pero el timbre del apartamento ocasiona que el momento de ambas, sea interrumpido. Las dos se observan.
—Abre, por favor.—le pide a Sana.—Debe ser Dahyun o Momo.—supone ella.
Sana corre hacia la puerta y la abre sin pensarlo, así topándose con alguien de espaldas, cabello azulado y con su pijamada, la chica se escucha llorando.
—¿Te puedo ayudar?—le pregunta Sana.
Aquella chica detiene su llanto, voltea y observa a Sana de arriba hacia abajo.
—Lo siento, me equivoqué.—se va corriendo.
—¡Tzuyu! ¡Espera!—le grita Jihyo a espaldas de Sana y corre tras la morena.
—No es lo que piensas.–detiene a la taiwanesa.
—Está casi desnuda, Jihyo, en verdad no pensé que ya estabas con alguien, de verdad lo siento.—llora más y cubre su rostro avergonzada.
—Lo has interpretado mal.—intenta aclarar la coreana.—Ella es solo una amiga.
Tzuyu detiene su llanto y observa a Jihyo, la mayor la observa y limpia las lágrimas de su ex novia con su dedo pulgar.
—¿Qué te paso?—pregunta Park preocupada.
—Es Jeongyeon nuevamente, creo que aún me sigue engañado.–explica y continúa llorando. Jihyo no lo duda y la abraza.
Sana observa la escena y siente un sabor amargo en su boca, esto cada vez se convierte en una fuerte y mala sensación. Algo, que podría ser una gran desventaja para ella.
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