[15 horas]

Corrían a toda velocidad para encontrar a Sana, la llaman por cada rincón que pasan, pero no hay respuesta.

Es tanta la presión y la desesperación que Momo resbala, y su único soporte es aguantarse de la cadena de su compañero, sus manos no resisten tanto, y anda buscando la manera de no caer al suelo, pero un gran salto provoca que el collar se suelte y Momo caiga, ella siente la terrible sensación cuando cae, su ritmo cardiaco aumenta y la ansiedad no tiene control, solo le queda una opción: cierra sus ojos y deja que las cosas sucedan.

—¿Mi aventura termina aquí?—se pregunta ella antes de caer al suelo.

El tiempo se siente lento, Daniel se detiene y se da cuenta que no trae su collar y mucho menos a Momo.

—¡Chaneke!—grita desesperado.

Dahyun se paraliza, está imaginado lo peor en estos momentos, al observar a Daniel buscando por el suelo sus pensamientos se confirman.

—¡Momo!—pronuncia ella con su voz temblorosa.—¡Momo! ¡Mi amor!—grita ella.

Daniel la sigue buscando desesperadamente, Jihyo voltea, al sentir que nadie está a su lado, y al ver la escena de su amiga y compañero de viaje preocupados, se dirige hacia ellos confundida.

—¡Momo cayó!—explica Dahyun con lágrimas en los ojos.

—No debe estar muy lejos, sigamos buscando.—le responde su amiga.

Jihyo continúa caminando.

Un solo paso podía decidir el destino de Momo. Justo delante de ella, Jihyo pudo contemplar la pequeña criatura herida y adolorida, la recoge del suelo e intenta no llorar.

—No siento mis piernas, Jihyo.—dice Momo débilmente y la coreana traga saliva.

—Resiste un poco más, solo un poco Momori—le suplica—¡Dahyun, la encontré!—grita y ambos corren hacia Jihyo.

—¡Momo mi amor!—habla desesperadamente y observa a su novia.—Estarás bien, encontremos el libro y volverás a tu altura, resiste un poco más, quiero casarme contigo y tener hijos. ¡Resiste Momo!—Dahyun trata de distraerla con sus palabras para que Momo no cierre los ojos.

—Come esto, te ayudará solo un poco, no durará lo suficiente hasta que encontremos el libro.—Daniel le ofrece un pequeño pedazo de almendra azucarada a Momo.

—¿Cuánto dura el efecto?—le pregunta Dahyun y quita a Momo cuidadosamente de las manos de Jihyo.

—No lo suficiente, deben volver a su mundo.—dice él y observa el cielo, las aves comenzaban a rodear el grupo.—Deberían irse ya, yo las cubriré.—las empuja.

—¿Y tú chica de jengibre? Prometí darte la receta.—le dice Jihyo.

—Me iré con ella.—le sonríe—Fue un placer conocerte, Jihyo.—fueron las últimas palabras de Daniel, antes de que una de las aves se lo llevara.

—¡Corre, Jihyo! ¡Debemos buscar a Sana y el libro o si no, Momo morirá!—Dahyun arrastra a su amiga.—No mires nada, Jihyo, no mires nada, el mundo de dulces también tiene su lado cruel.—Jihyo reacciona y voltea su cabeza.

—¡Gracias por todo, Dani!

Entre rocas y hojas de dulces pasteleados, caramelos y otros tipos de sabores, Mina encuentra a Sana, quien llora y llora sin parar.

—¿Quieres un abrazo, pequeña?—le pregunta Mina mientras se acerca a ella.

—¡Jihyo! ¿Viniste por mí?—pregunta Sana y la busca con la mirada.

—Soy yo, Mina.—responde un poco triste.

—Mina...—Sana baja su cabeza.—¿Jihyo, está aquí?

—Ella nos encontrará pronto.—Mina sostiene su mano y le sonríe.—¿Amas mucho a Jihyo a pesar de todo lo que te hizo?

—Fui creada para estar enamorada de ella.—responde Sana.—Mi objetivo es hacerla feliz.

—Oh... ¿sabes? Estamos en la isla de confesiones...—observa el alrededor.—y necesito confesarte algo Sana.—traga e intenta ocultar lo nerviosa que está.

—Tú... ¿eras la chica que salía con la prometida de la ex novia de Jihyo?—le pregunta Sana.

Mina comienza a reír, no pensaba que Sana se diera cuenta de las palabras de Tzuyu.

—Lo siento si fui muy pesada. Solo que capté sus palabras el otro día.—se disculpa Sana.

—No pasa nada. Creo que eso es lo que está mal en mí, me fijo en las personas que son felices con alguien más. ¡Soy una zorra!—ríe sarcásticamente.

—No, no, no digas eso, Minari.

—Salí con ella hace tiempo...—comienza a contar.—Mucho antes de que Tzuyu y ella se conocieran, Jihyo jamás sufrió sola por aquel compromiso. Volví a mi país, para alejarme de Jeong, pero cuando Dahyun me habló de ti, pensé que yo también podría crear a mi chica de jengibre...–observa a Sana fijamente a sus ojos.—Nunca le dirigí la palabra a Jeong, cuando anunció su compromiso con Tzuyu, ¿no sé por qué su prometida actúa como una perra loca conmigo? Si la llamé, pero, solo fue porque necesitaba acabarlo todo, es lo que hacemos los humanos.

—Mina...—Sana acaricia su mejilla.

—A lo que quiero llegar con todo esto, es que hiciste que me enamorara fácilmente de ti.

Sana se queda en silencio y sorprendida por la confesión de ella.

—Mina, yo...

—Lo sé, amas a Jihyo, y debes cumplir tu objetivo Sana, hacerla feliz, pero que ella te haga feliz a ti también. Si tú corazón se rompe una vez más, jamás le perdonaré todo el daño que te está haciendo, se supone que sea ella quien se enamore de ti, no yo.—Mina intenta acercarse a Sana para besarla pero...

Un resplandor de luz llega hasta la japonesa, absorbiendo su cuerpo entero y ocasiona que desaparezca en cuestión de segundos.

—¿Mina?—pregunta Sana al ver que ella no está allí.

Jihyo aparece entre los arbustos junto a Dahyun, y observa a Sana quien está desorientada. Jihyo no lo piensa dos veces y se dirige abrazarla.

—¡Amor te encontré!—le da un beso en la mejilla.

—Mina desapareció.