Jihyo despierta en su lugar de trabajo y comienza a maldecir una y otra vez. El libro de recetas no había funcionado. Pero... ¿Qué esperaba? Sería el colmo que algo como eso sucediera. Intenta abrir sus ojos, pero no puede por el exceso de harina que tiene en todo su cuerpo. Tose un par de veces, mientras se levanta del suelo, se dirige al lavamanos ciegamente y comienza a lavar su cara, la harina se vuelve espesa y pegajosa y se hace un poco complicado quitarla. Abre sus ojos y seca su cara con la toalla. El lugar es un desastre, está completamente en blanco, pareciera como si estuviera dentro de una montaña nublada.
Jihyo es interrumpida cuando escucha un crujido en el lugar donde se encuentran ubicadas las neveras.

—¿Hay alguien ahí?—pregunta ella, mientras intenta barrer la harina con sus manos. Observa a los alrededores y fondo de la cocina, logrando ver a alguien que posiblemente es un humano.—¿Dahyun eres tú?—piensa en su mejor amiga y socia, quien luce con cabello castaño oscuro y delgado cuerpo.—¡Oh por Dios!—dice ella al ver a una chica completamente desnuda.

—¿Fuiste tú quién me creó?—pregunta aquella dulce voz.

—No puede ser cierto.—dice Jihyo sorprendida y comienza a caminar por la cocina, no lo puede creer, sin fijarse, tropieza con todo lo que está a sus espaldas.—Pensé que era mentira y que no iba a funcionar.—expresa ella en un tono desesperado.

—Estás en lo correcto...—habla la chica.—no iba a funcionar porque solo faltaba un ingrediente.

Jihyo recuerda que lloró durante la noche, de frustración y por su ex amada.

—¡Jihyo!—gritan desde las afueras del local.

—¡Escóndete!—Jihyo abre la nevera y coloca ahí dentro a su chica de jengibre. Ella se sacude un poco su ropa y se dirige abrirle la puerta a Dahyun.

—¿Qué pasó contigo?—le pregunta su amiga y comienza a reír.

—Un poco de harina.—responde Jihyo, intentando ocultar lo nerviosa que está.

Dahyun entra al local y se dirige a la cocina.

—¡Por Dios! ¡¿Y este desorden!?

—Lo siento...—se rasca su sien.—estaba experimentado recetas.—miente.

Observa hacia donde se supone que este su chica de jengibre, pero la puerta de la nevera se encuentra abierta, la chica no se mantuvo allí dentro. Mira a todas partes y la localiza debajo de la mesa, jugando con la harina derramada en el suelo.

—¡Dubu!—grita Jihyo desesperada—encárgate de buscar más harina.

—Pero... ¿y este desorden?... ¿no necesitas ayuda?

—Yo me encargo.—le dice Jihyo y empuja a Dahyun a las afueras de la repostería.

—Pero...—la mayor no la deja terminar de hablar y le cierra su puerta en la cara, corre hacia la chica.

Jihyo vuelve a buscar debajo de la mesa, en donde creía que se encuentra su chica de jengibre, pero ya no está ahí.

—¡Detrás de ti!—la chica toca su hombro y le dedica una adorable sonrisa.

Jihyo agarra su mano y la llevo consigo a buscar el libro de recetas, para así deshacerse de la traviesa chica de jengibre. Pero, no logró encontrar el libro.

—¿Cómo te llamas?—pregunta Jihyo y voltea a verla, en ese instante se fija que su chica de jengibre no está junto a ella y que solo sostenía su antebrazo.—Joder, esto será un gran problema.—agacha su cabeza ignorando por completo las risas juguetonas de la chica.

—Toda mi información está aquí.—la chica se dirige hacia Jihyo y le señala su información, la cual se encontraba en la parte baja de su cintura.

Nombre: Sana Banana
Fecha de creación: 1/7/2013
Fecha de expiración: 8/7/2013

Solo una semana tiene que estar con lo que ahora es una carga para ella.

—¿Un abrazo?—Sana abre sus brazos. Jihyo la observa sin hacer ninguna expresión en su rostro.

—¡Ven! Necesitamos pegar esto.—le dice Jihyo mostrándole el antebrazo a su chica de jengibre, Sana.