—¿¡Esconderme sobre tu cabello!? ¿Qué te crees que soy? ¿Un piojo?—se queja Momo.

—A mí una vez me escondieron dentro de un refrigerador.—Sana observa a Jihyo.

—Esconderse en el refrigerador, es un clásico.—Nayeon comienza a reír, Yeri aprovecha a admirar la bella sonrisa de su amiga, son pocas las veces que se reía de esta manera.

—¿Cómo caben dentro de un refrigerador?—se pregunta Mina.

—Si es un refrigerador lo bastante espacioso en forma de un gran cajón, cabes fácilmente.—Sana responde a su duda.

—¿Y la comida?

—El refrigerador no debe estar lo suficiente lleno siempre procuraba esconderme allí, amaba la sensación del frío, pero no pasaba ahí mucho rato, apenas podía soportar unos dos minutos, lo hacía cada vez que jugaba con Chaeyoung.—cuenta Nayeon.

—¿Así se llama ella Chaeyoung?—pregunta Sana mostrando una mirada curiosa.

Nayeon continúa caminando, pero no podía ignorar la tierna mirada de Sana.

—¡Sí!—afirma con una sonrisa.

—¿¡Ves Momo!? Si ellas se esconden dentro de una nevera, ¿Por qué no te puedes ocultar sobre mi cabello?

—¿No se te hace raro que el murciélago pase por tu cabeza y se las lleve a las dos?—le pregunta Jihyo a Dahyun, ella se queda pensando por unos segundos.

—Es de goma, mientras ataca y se enreda en el cabello de mi bella novia, yo comenzaré a comerlo.—Momo propone la solución.

—Es una solución incorrecta..—aparece un chico que está sentado sobre el rincón de la cueva, las chicas se asustan al verlo, y la única que mantiene la calma es Nayeon. Él se dirige hacia ellas. —Si me ofreces a chaneke, me encargaré de cuidarla.—sigue hablando.—No solo los animales de la cueva les gusta comer chenekes.—explica él.

Nayeon apunta la linterna del Candy Bong hacia el chico que continúa hablándoles.

—¡Oh! Mira a quien tenemos aquí.—cruza sus brazos.

—Un gusto verte después de tanto tiempo, Nayeon. ¿Cómo es tu mundo con los humanos?—pregunta él.

—Lo mismo digo Daniel. Todo va bien, aunque hay cosas que odio de ellos, ¿cómo es tu mundo aquí?

—Vengo aquí con el mismo propósito al que tú vienes.—contesta él.

—No soy tan estúpida.—ríe— ¿Aún sigues pensando en preparar a tu creadora y convertirla en una chica de jengibre? Ja, eso es tan patético.—se burla ella.

—Yo protejo a su chaneke, pero a cambio quiero la receta.—propone él.

—Es algo que no tengo que decidir yo, lo tiene que decidir ella.—señala a Jihyo, los ojos del chico de jengibre brillaron y escanearon a la morena.

Le parece tan preciosa la humana, que no desvía su mirada a ninguna de las chicas, sus ojos están tan atentos a ella, que Jihyo parece  ser su centro de atención.
¿Acaso un chico de jengibre podía sentir atracción por otras personas?

De alguna manera, siente la sensación de su creadora sobre Jihyo, se acerca un poco más...

—Eres tan parecida a ella. "Tal vez renació en aquella hermosa mujer" —piensa él en voz alta. Se acerca un poco más, levanta su mano y la intenta llevar hacia la mejilla de Jihyo...

—¡Oye!—Sana lo detiene.—¡Es mi creadora!

—Lo siento, me deje llevar.—se disculpa un poco nervioso.—¡Me llamo Kang Daniel!—se presenta.

—¿Por qué todas las personas de jengibre tienen un apellido decente, excepto el de Sana?—se pregunta Dahyun.

—Con gusto puedo proteger a su chaneke.—dirige su mano para poder saludar a Jihyo, ella la recibe algo extrañada, este asunto le comienza a confundir un poco.

Y a Sana, no le simpatiza para nada ese chico, se vuelve a sentir como la primera vez en la que vió a Tzuyu abrazando a su creadora.

—No quiero que un acosador me ponga las manos encima.—Momo coloca sus manos sobre su cintura.

—¿Podemos confiar en él?—Le susurra Yeri a Nayeon.

—Sí.—responde sin importancia.—Debemos salir de esta cueva antes de que anochezca.—dice y continúan caminando.

—¿Protegerás a Momo así? ¿Sin nada a cambio?—le comienza a preguntar Dahyun.—¿No quieres la receta?

—Estoy segura de que Jihyo fue mi creadora en su vida pasada.—sigue observándola.

Nayeon ríe.

—¡Basta de teorías locas, Daniel!—continúa riendo.—Te daremos la receta, para que continúes con tu loco plan.

Al rato, Sana busca el momento más tranquilo e inesperado para poder advertir al chico.

—Dani.—Sana se acerca a él.

—Mi nombre es Daniel.—corrige.

—No me importa como se pronuncie tu nombre. Solo no involucres tu pasado con mi creadora, ella me creo a mí, no a ti. ¿Entendiste?—le advierte y corre hacia los brazos de Jihyo.