15. Reaparición
—¿De qué quieres hablar, Sana?—le pregunta Nayeon una vez se encuentran fuera de la tienda.
—¿Por qué tienes una marca parecida a la mía?—interroga, refiriéndose a la cicatriz que Sana vió cuando Nayeon tropezó.
—Es una larga historia.—responde ella.
—Te convertiste en humana. ¿Me recomiendas hacerlo?... Porque...—agacha su cabeza—tengo mis dudas en hacerlo. A pesar de que amo a Jihyo, sé que mi destino es morir y estar solo unos días con ella.
Nayeon suspira y acaricia el cabello de Sana.
—¡Ya estamos aquí! ¿No crees que es muy tarde para arrepentirse?—le pregunta a Sana.—Ahora debemos llamar a las demás, para buscar el libro lo más rápido posible.
—¿Por qué tu insistencia en buscar el libro?—pregunta Sana.
—Bien, buscó la receta de una porción.—explica ella.—Si eres de jengibre, no te conviertes en humano, solo en una roca que aparenta serlo.—rasca su piel para mostrarle a Sana que no tiene marcas.— ¡Lamento mentirles y seguirles la corriente!—se da la vuelta para entrar a la tienda de nuevo, pero Sana la detiene.
—¿Qué pasará después de que beba la porción?
—Estarás toda la vida con Jihyo.—explica ella.—¿Acaso no es eso lo que quieres?
—¿Y que pasará si ella ya no está?—pregunta nuevamente. Nayeon cruza sus brazos y la observa a los ojos.
—Lo mismo que a mí.—responde dejando a la chica de jengibre con muchas dudas.
Sana ya no quería beber la porción, porque ya conoce de su realidad.
—¡Nayeon, queremos hablar contigo!—se encuentra con Jihyo y Dahyun, frente a la puerta de la tienda.
—Debemos llegar a la cueva antes de que anochezca.—dice y repasa el mapa.
—No de eso no, es acerca del libro.—contesta Jihyo mientras comienza a perseguir a Nayeon. —¿El libro está aquí?—pregunta.
—¿Qué te hace dudar de eso? Si no está en tu cocina ¿en qué otro lugar estaría?
—La chica de jengibre de la tienda acaba de decirnos: que el libro solo huirá de nosotros.—explica en un tono alto.
—Por esa razón debemos darnos prisa, si no quieres que el tiempo acabe y el libro corra en manos de alguien más.—Nayeon levanta su voz.
—¿Por que me gritas? ¿Qué nos estás escondiendo? ¿Y por qué tienes la misma cicatriz de Sana?—le hizo varias preguntas enojada y angustiada, había sido totalmente engañada.
Mina aparece junto a Momo y ella una vez más calma la situación.
—Jihyo, recuerda que Nayeon nos está ayudando.—la defiende.
—No nos está ayudando, nos está mintiendo.—le contesta la coreana.—¿Qué acaso no lo ves? ¡Es una chica de jengibre!
—Sí lo soy joder.—admite ella y tira el mapa al suelo enojada, todas la observan y permanecen calladas.
—Lo lamento tanto.—se disculpa Mina avergonzada e iba a recoger el mapa, pero Yeri se adelanta y lo recoge, lo mira por si no está roto y luego de eso le hace entrega del mapa a Nayeon.
—¿Desean seguir?—pregunta ella, todas asisten en silencio y la persiguen.
—Esto se llama Happy Happy, ¿no se supone que estemos felices?—le pregunta Momo a Dahyun luego de ver el escándalo de sus compañeras.
—¡Solo deja de comer y ve las etiquetas rojas!—le quita la zanahoria acaramelada.—¿No lees? Dice que te puede cambiar tu piel a color negro.
—¿Sana, aún sigues segura de esto?—le pregunta Jihyo.
—Cuando las cosas estén más tranquila podemos hablar con ella y darle lo que quiere, la receta.—le contesta Sana.
—¿Qué receta? No entiendo de que hablas, Sana.
—Es una chica de jengibre sola y triste, todas acaban así cuando su creador ya no está.—responde Sana mientras observa a Nayeon apenada.
Tzuyu se dirige a la tienda de Jihyo un poco avergonzada, en sus manos carga con un regalo de disculpa. No era su culpa, que ella recibiera la energía de furia aquella noche. Pero, le irritaba ver el rostro de la amante de su prometida, tras de eso, Mina tenía el descaro de verla a los ojos, lo que la enojaba más.
¿Por qué volvió Mina, si Jeongyeon dijo que estaría lejos de ambas?
¿Por qué busca a su prometida, ya cuando faltaba poco para su boda?
Tzuyu mira el local, nunca lo había visto cerrado en éste día de la semana. Se asoma por el cristal de la tienda y todos está apagado.
—¿Debería entrar?—piensa en voz alta ya que aún permanecía con la llave. La saca, pero no se sentía segura de hacerlo, tal vez Jihyo había cambiado la cerradura y puede que suene la alarma.
Pero sucede todo lo contrario, Tzuyu entra a la tienda en busca de Jihyo, imagina qué tal vez abriría más tarde y está con Dahyun horneando más pasteles. Pero sus teorías fueron descartadas una vez más, porque ve la cocina apagada y recogida.
Coloca el regalo en una de las mesas, y entra allí, caminando despacio y un poco confundida.
La cocina está casi limpia, casi, porque en un rincón de ella, había un saco roto con harina derramada.
—Jihyo jamás dejaría su cocina así.—habla con ella misma y se dirige por el recogedor y la escoba. Tzuyu es una persona bastante organizada y cuando estaba con Jihyo siempre mantenía la cocina más limpia de lo normal.
Comienza a barrer cuidadosamente el suelo y fue acomodando todo ese polvo en el recogedor. Ella pudo observa una textura marrón, cosa que le sorprendió, porque el piso es completamente blanco, sigue barriendo más rápido, se coloca de rodillas y acaricia aquel pedazo de cartón.
—¿Un libro?—se pregunta ella, lo recoge y lo coloca sobre la mesa en donde se prepara la masa, agarra un paño, y lo moja solo un poco para proseguir limpiando el libro y quitarle la harina que le quedaba.—Libro de recetas mágicas.—lee la portada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro