001. rumors
CHAPTER ONE
❝rumores❞
wednesday season one | act. one
FRANCESCA ESTABA sentada junto a Yoko, sin realmente prestar atención a lo que conversaban junto a los demás. Estaba muy distraída buscando a la chica de ojos azules tomando jugo de frutilla con una bombilla.
Quería agradecerle por los lirios de crochet que había sido entregado en su puerta esa mañana con una nota. Fran ya sabía de quien era pero a Enid parecía gustarle entregar notas con dibujos de gatitos en ellas.
Tenía entendido que hoy llegaba la nueva compañera de cuarto de Enid y quería acompañarla conocerla. Había escuchado rumores pero ella estaba decidida en no juzgar a alguien por eso sin conocerlo primero.
La gente podía ser muy creativa a veces.
Tal como esperado, Francesca vio a Enid entrar al patio junto a una chica vestida de negro. Tenía flequillo y dos trenzas exactamente iguales cayendo por sus hombros, su piel era pálida y tenía un leve maquillaje oscuro en los ojos.
Si se veía como alguien capaz de asesinar a otra persona pero decidió no decir nada.
Además, sus pensamientos fueron directamente a Enid por lo que sonrió y se levantó de la mesa.
—Vuelvo enseguida.
Yoko iba a decir algo pero no alcanzó pues Fran salió corriendo en dirección a las dos chicas. Enid la vió y sonrió de oreja a oreja, abriendo los brazos.
—¡Fran!
La rubia se detuvo en frente de la ojiazul aún sonriendo y dejando ver sus colmillos antes de abrazarla con fuerza.
—Gracias por la flor.
Las dos se separaron unos centímetros pero ninguna soltó a la otra. Enid tenía sus manos sobre los brazos de Francesca y ella tenía sus manos en la cintura de la más baja.
—¿Si te gustó? —preguntó Enid sonriendo con un leve sonrojo en las mejillas—. Un pajarito me contó que tu flor favorita son los lirios y quise hacerte un regalo.
—Me das un regalo cada semana —dijo ella divertida—. No es necesario, en serio.
—No —Enid levantó un dedo y lo puso sobre los labios de la chica, aplastándolos, mientras negaba—. No acepto quejas.
Las dos hicieron contacto visual por un segundo hasta que Francesca recordó que había otra persona más junto a ellas y soltó la cintura de Enid con las mejillas calientes. La chica pelinegra la observó de arriba a abajo.
—Dios, lo lamento, que tonta —suspiro y le extendió la mano con una sonrisa amable—. Soy Francesca Whitlock, un placer.
Al ver que la chica de trenzas no se movía, bajo lentamente la mano con incomodidad. Enid sonrió.
—Fran, ella es Merlina Addams, mi nueva compañera de cuarto.
—Escuche que asesinaste a un chico —dijo Fran apegándose a Enid.
—Fueron dos —contestó Merlina, sin expresión alguna.
Fran giró la cabeza tan rápido que le dolió. Enid alzó los hombros y la rubia parpadeó un poco atónita pues Enid no parecía tener miedo.
Si Enid no estaba asustada, ¿por qué ella debería estarlo?
—Iba a contarle sobre la vida social aquí, ¿quieres venir?
—No quiero participar en clichés tribales de adolescentes —dijo la pelinegra.
—Pues úsalo para llenar tu pozo, claramente sin fondo, de desdén —contestó Enid, entrelazando su brazo con el de Francesca y comenzando a caminar—. Hay muchos tipos de excluidos aquí, pero las cuatro pandillas principales son Colmillos, Pieles, Fumadores y Escamas. Esos son los Colmillos, es decir, los vampiros, como Fran.
—Algunos llevan décadas aquí —contó la rubia—. No se porqué, deberían graduarse y ser felices. ¿Por qué alguien estaría voluntariamente en una escuela por décadas?
Merlina asintió, como si estuviera de acuerdo y Fran sonrió con superioridad hasta que Enid habló.
—Solo lo dices porque no te gustan las clases.
—Sí —asintió Fran rodando los ojos—. No he aprendido nada interesante desde que tengo doce años.
—Seguro —se burló Enid—. Bien, sigamos, ese grupo de cabezas huecas son Pieles, es decir, lobisones. Como yo. Hay mucho ruido cuando hay luna llena. Porque nos enlobamos. Te sugiero audífonos que anulen el ruido, Fran vende a mejor precio.
—Para servir —dijo ella sonriendo.
—Supongo que las Escamas son sirenas —dijo Merlina.
—Aprendes rápido —dijo Enid sin dejar su sonrisa—. Y ella, Bianca Barclay, es lo más parecido a la realeza en Nevermore. Aunque se le está cayendo la corona. Salía con nuestro artista torturado, Xavier Thorpe. Se separaron al comienzo del semestre. No se supo el motivo.
—Enid es la persona que más sabe sobre este lugar —explicó Fran—. Tiene un blog de chismes sobre la escuela y literalmente todo el mundo lo lee. Nunca he logrado descubrir como te enteras de tantas cosas.
Enid le guiñó un ojo.
—Tengo mis contactos.
—Qué fascinante —dijo Merlina.
—Sí, ¿no? Mi blog es la principal fuente de chismes de Nevermore.
—¡Enid! ¡Fran! —gritó Ajax, acercándose a las dos chicas—. No creerás lo que oí sobre tu nueva compañera de cuarto. Come carne humana.
Francesca abrió exageradamente los ojos, tratando de que Ajax notara la indirecta pero el chico no dejo de hablar.
—Se comió al chico que asesinó. Más vale que te cuides. Tu también Fran, después de todo, tu habitación esta al lado.
Enid dio un paso hacia el lado, arrastrando a Fran junto a ella y Merlina apareció. Dado que era más baja que las dos chicas, había quedado oculta detrás.
—Todo lo contrario. Fileteo los cuerpos de mis víctimas y se los doy de comer a mi colección de mascotas.
Ajax abrió los ojos como platos y Fran ahogo una carcajada mientras Enid empezaba a hablar otra vez.
—Ajax, ella es Merlina, mi compañera de cuarto.
—Vaya —dijo el, sorprendido—. Estás en blanco y negro. Como un filtro vivo de Instagram.
—Ignóralo —dijo Enid, empujando a Ajax lejos—. Las gorgonas pasan mucho tiempo drogándose. Es lindo, pero inútil.
Fran alzó una ceja al escuchar eso pero Enid no pareció notarlo.
—Es una escuela chica. Había poco de ti en Internet. Deberías usar Instagram, Snapchat y TikTok.
—Las redes sociales son un vacío desmoralizador de aserción sin sentido —dijo Merlina antes de dar media vuelta y alejarse.
—Bueno, es un rayo de sol —dijo Fran divertida.
—Dale tiempo —dijo la platinada, viendo como Merlina se alejaba—. Voy a lograrlo.
—Estoy segura de que lo harás —asintió la rubia.
Enid soltó su brazo y le dio un beso en la mejilla.
—Tengo que ir a conseguirle su uniforme, ¿nos vemos luego?
Fran asintió, sonrojada otra vez y Enid se despidió con la mano antes de salir corriendo detrás de la chica Addams.
Al otro día, a primera hora, todos tenían clase de esgrima.
Francesca no era la mayor fan del deporte pero no le desagradaba practicarlo. Solo era un poco molesto cuando Bianca empezaba a lucirse pues siempre le ganaba a todos.
Cualquier día normal, simplemente la ignoraba y se quedaba practicando junto a cualquier compañero que le tocara. Ese día, aún no empezaban a practicar pues Enid se había acercado a ella y no dejaba de hablar sobre Merlina.
—Quito mi decoración, ¿entiendes? —dijo indignada—. Dijo que parecía vomito de arcoíris. ¡Y luego amenazo con asfixiarme mientras dormía! ¡Frente a la profesora Thornhill!
—Si intenta hacerte algo siempre puedes venir a dormir a mi habitación —dijo Fran, arreglando su uniforme de esgrima pues le quedaba un poco grande—. Mi compañera de cuarto se fue hace unos meses por lo que tengo una cama extra.
—¿En serio? —preguntó Enid sonriendo—. ¿Me dejarías quedarme?
—Claro —Fran alzó los hombros—. No creo que a la profesora Thornhill le moleste en caso de que tu vida peligre.
—No va a hacerme nada —negó Enid antes de sacar sus garras—. Puedo defenderme.
Francesca sonrió divertida y asintió. Iba a seguir hablando pero la voz de Rowan llamó su atención.
—Entrenador, me hizo tropezar.
—Fue un golpe limpio, Rowan —dijo el adulto.
—Si te quejaras menos y entrenaras más, no serías tan malo —se quejó Bianca—. En serio, entrenador, ¿cuándo tendré un rival digno? ¿Alguien más quiere desafiarme?
—Yo —dijo Merlina, con un uniforme completamente negro. Francesca compartió una mirada con Enid.
—Ah, debes ser la psicópata que dejaron entrar —dijo Bianca con una sonrisa.
—Y tú la abeja reina autoproclamada —contestó la pelinegra—. Dato interesante sobre las abejas: quítales el aguijón y caen muertas.
Enid tomó el brazo de Fran y se acercaron mientras la mayoría dejaba de practicar para ver la escena. Rowan se había puesto sus lentes y miraba a las dos chicas un tanto cohibido. Fran le dio unas palmadas en su hombro y el chico le sonrió.
Le daba un poco de pena, Bianca siempre lo humillaba y nadie le decía nada por ello.
—Rowan no necesita que lo defiendas —dijo Bianca un tanto molesta—. No es indefenso, es perezoso.
—¿Haremos esto o no? —preguntó Merlina.
Las dos chicas se pusieron los cascos y en posición. El entrenador gritó "¡En guardia!" y las dos comenzaron a atacarse mutuamente, yendo de atrás para adelante con un brazo en la espalda. Francesca observó con asombro como Merlina le hacía justa pelea a Bianca y anotaba el primer tanto.
—Punto para Merlina.
Bianca atacó con rabia y las dos se movieron por la colchoneta hasta que la chica de tez morena hacia un punto. Yoko se unió a Enid y Fran, con una sonrisa.
—Ese primer punto fue suerte de principiantes —se burló Bianca—. Terminemos esto.
—Para el último punto, apliquemos un desafío militar —propuso Merlina—. Sin máscaras. Ni puntas. Gana quien anota el primer tanto.
—Tú decides, Bianca —dijo el entrenador sin inmutarse.
Francesca frunció el ceño y apretó el brazo de Enid con el suyo.
—Veamos si sangras en blanco y negro —dijo la sirena lanzando el casco hacia un lado.
A este punto, cada alumno en el salón había dejado de entrenar y todos miraban atentamente a las dos chicas. Merlina atacó, sin perder más tiempo y las dos danzaron por todo el salón, dando piruetas, patadas y golpes hasta que Bianca le hizo un tajo a Merlina, en la frente y apunto el florete hacia ella.
La mayoría parecía decepcionado.
Muy en el fondo, Francesca quería que Merlina ganara y le diera un golpe de realidad a Bianca, porque lo necesitaba.
—Tu cara finalmente tiene ese toque de color que tanto necesitaba.
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