⠀⠀ ⠀⠀01. (🌸) a kiss hello
💗┊ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎
un beso de bienvenida
¿LES HA PASADO ALGUNA VEZ QUE SE HAN ENAMORADO DE ALGUIEN, PERO NI SIQUIERA SABEN CUÁNDO NI CÓMO SUCEDIÓ? Es como un click instantáneo que ocurre en un momento tan repentino que ni siquiera lo notamos. Al principio, parece algo insignificante, un detalle que dejamos pasar como si no tuviera importancia alguna. Pero cuando deja de ser irrelevante, cuando se convierte en parte de nuestro día a día, nos golpea con la fuerza de una avalancha, como una bola de nieve cayendo desde lo alto de una montaña a miles de kilómetros por hora.
Lo más curioso —y un poco frustrante— es que las personas a nuestro alrededor suelen darse cuenta de estos sentimientos mucho antes que nosotros. Mientras nos esforzamos en negar lo evidente, ellos ya lo han visto reflejado en nuestras miradas, en nuestros gestos, incluso en la forma en que nuestro tono cambia al mencionar a esa persona.
Algunos describen esta sensación como tener mariposas en el estómago, ese cosquilleo que nace de algo tan simple como una sonrisa, un gesto amable o una mirada fugaz de quien consideramos especial. Al principio, parece algo pasajero, hasta que aquel sentimiento se instala por completo, y no desaparece hasta que finalmente aceptamos que son reales y entonces, todo se complica.
Y es justo ahí donde empiezan los problemas.
Para Eve, esa sensación no tenía nada de romántico. No era un descubrimiento dulce ni emocionante. Para ella, era incómodo, casi irritante. Era más fácil mirar hacia otro lado y pretender que sus sentidos no se alteraban con la presencia de alguien en particular, que rendirse a algo tan intangible y volátil como el amor.
No era que Eve fuera una joven de corazón de hielo o careciera de empatía o sentimientos como cualquier otra persona. No, nada de eso. Pero ya había visto cómo sus emociones podían derrumbarse y hacerse añicos junto a su corazón. Sabía cómo era cuando las mariposas en su estómago se convertían en un nudo asfixiante que oprimía su pecho hasta llenarlo de angustia. Y lo único que tenía claro era que no quería volver a sentirse así.
Aunque, por supuesto, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Porque hay cosas que no se pueden controlar. A veces, simplemente, no puedes apagar esa chispa interna que, por más que intentes, parece destinada a arder para siempre. Y cuando se trata de lo que el corazón quiere, es imposible discernir con él.
Apenas aterrizó el avión, Eve comenzó a recibir una avalancha de mensajes y notificaciones en su celular, indicándole que finalmente tenía señal disponible. Una sonrisa se dibujó en sus labios al leer los mensajes de su madre, quien le deseaba suerte y le avisaba que la llamaría más tarde cuando Eve se instalara en su dormitorio. Aunque la diferencia horaria era un impedimento para mantenerse en contacto con frecuencia cuando estaba en KISS, ambas siempre encontraban una forma de hablar para saber cómo estaba la otra.
Sin embargo, esta vez la calidez de las palabras de su madre no logró disipar del todo la ansiedad que crecía en su interior. Desde hacía días, una sensación de nerviosismo se había instalado en su pecho ante la idea de regresar a KISS. Pero ahora, estando de vuelta en Corea, con la realidad frente a ella y ningún kilómetro de distancia como barrera, esos nervios parecían multiplicarse.
Eve dejó escapar un suspiro profundo mientras se recostaba en el asiento del autobús que trasladaba a los alumnos directamente a KISS. Observó por la ventana, sintiendo como su memoria parecía recordar a la perfección cada detalle del recorrido. La emoción de estar de vuelta se mezclaba con una inquietud latente que no lograba sacudirse. Cada edificio que pasaba parecía traer consigo recuerdos del semestre anterior, algunos cálidos y otros que preferiría enterrar.
Su celular vibró nuevamente en el bolsillo de su bolso. Eve se apresuró a revisar sus notificaciones, sonriendo cuando supo de quién se trataba.
Q⭐
¿Ya llegaste? ¿Nos vemos pronto?
Muero por contarte un millón de cosas.
Eve🌷
¡Estoy en camino!
Q⭐
Aquí te espero entonces.
Por cierto, ¿Has revisado los mensajes del grupo?
Eve leyó el mensaje más de una vez, sus ojos recorriendo cada palabra como si buscaran un significado oculto. Internamente, intentaba formular una respuesta que no delatara el nerviosismo que sentía. Sabía que Q, siendo uno de sus amigos más cercanos, entendía perfectamente el estado de incertidumbre en el que probablemente se encontraba.
El simple hecho de no responder de inmediato hacía que la ansiedad se instalara en su pecho como un peso creciente. Eve temía que su silencio ─o peor aún, una respuesta mal calculada─ pudiera preocuparlo más de lo necesario.
Finalmente, dejó escapar un suspiro y comenzó a escribir, dejando que sus dedos se movieran casi automáticamente, esperando que el resultado fuera lo suficientemente convincente para tranquilizar a Q sin dejar entrever las emociones que aún no estaba lista para compartir.
Eve🌷
No he tenido tiempo aún. Apenas pude responderle a mamá
que llegué bien. Aunque no creo perderme demasiado.
Q⭐
No, sólo las crisis de siempre.
Te veré antes del baile de bienvenida.
Eve agradeció internamente que Q evitara los detalles de los mensajes del grupo. Tampoco eran completamente necesario. Ella conocía perfectamente a sus amigos como para saber de qué podía tratar la conversación. Sin embargo, cuando se dispuso a bloquear la pantalla de su celular para guardarlo nuevamente en su bolso, le llegó otro mensaje.
El corazón de Eve se aceleró repentinamente en cuanto su mirada captó el mensaje en la vista previa de su celular. Era un simple texto, pero bastó para que sus latidos empezaran a zumbar en sus oídos. Sabía que era probable recibir un mensaje de su parte, especialmente ahora que el semestre estaba por comenzar y que, esa misma noche, en KISS sería el esperado baile de bienvenida. Sin embargo, no había estado preparada para la sensación que la embargó cuando leyó su nombre en la pantalla.
Eve tragó con fuerza, notando cómo sus dedos vacilaban sobre la pantalla.
Era un mensaje casual. No obstante, el ritmo frenético de su corazón parecía desmentir la tranquilidad que ella intentaba manejar.
Bloqueando nuevamente la pantalla de su celular, Eve trató de relajarse durante el resto del trayecto a KISS, intentando disfrutar esos últimos momentos de aparente tranquilidad. Afuera, el paisaje de Corea se deslizaba como un borrón de colores y luces, pero su mente parecía no poder desconectarse. La incertidumbre, combinada con aquel simple mensaje que había recibido minutos antes, seguía rondando en su cabeza como un eco persistente. Por más que intentara enfocarse en otra cosa, su mente parecía recordarle que no todo sería tan sencillo como había esperado.
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CUANDO EL AUTOBÚS SE DETUVO FRENTE A KISS, EVE SE APRESURÓ A TOMAR SU EQUIPAJE MIENTRAS EL RESTO DE LOS ALUMNOS DESCENDÍAN Y SE DIRIGÍAN AL INTERIOR DEL EDIFICIO PRINCIPAL. La estructura, imponente y con su diseño moderno, y sus impecables jardines, lucía tan majestuosa como la recordaba, aunque en esta ocasión parecía tener un aire renovado, como si anunciara el comienzo de algo nuevo.
Con su maleta en mano, Eve comenzó a avanzar por el campus, observando todo a su alrededor. Cada rincón evocaba una mezcla de emociones: los pasillos que conocía de memoria, los árboles que daban sombra en los días más cálidos y las risas lejanas de estudiantes que ya parecían acomodarse en su regreso. La sensación era agridulce, como si parte de ella estuviera emocionada por volver mientras otra parte aún cargaba el peso de los recuerdos del semestre anterior. No obstante, cuando dejó ir esos sentimientos, una ligera sonrisa se dibujó inconscientemente en sus labios. La idea de regresar a la rutina le traía una inesperada sensación de calidez, como si KISS no solo fuera un desafío, sino también un hogar temporal que, de algún modo, seguía llamándola de vuelta.
Tan pronto como empezó a caminar en dirección al edificio principal para registrar su ingreso y que le notificaran su habitación, su atención se desvió hacia los estudiantes ingresantes. Sus rostros reflejaban una mezcla de nerviosismo y emoción que le resultaba extrañamente reconfortante. Era como verse a sí misma en su primer día, intentando encajar en un lugar que al principio parecía tan intimidante.
El bullicio del vestíbulo principal de KISS estaba a tope con estudiantes corriendo de un lado a otro, algunos arrastrando maletas y otros reencontrándose con su grupo de amigos tras el largo receso. Eve suspiró aliviada mientras se apartaba del ajetreo luego de anunciar su llegada, buscando en su teléfono la confirmación del número de su dormitorio. Había una parte de ella que deseaba éste semestre pasar de sus antiguas compañeras por obvias razones. No le importaba tener que compartir su dormitorio con tres desconocidas, al menos quizá podría deshacerse del drama innecesario.
──Emm ¿Disculpa? ──Eve levantó la mirada, parpadeando al ver a una chica de cabello largo y castaño con una sonrisa amistosa──. ¿Crees que puedas decirme dónde están los dormitorios? Éste lugar es inmenso.
La joven estaba de pie con un par de papeles en sus manos, mientras que, de la forma que podía, arrastraba su maleta amarilla hasta detenerse frente a Eve, claramente abrumada. Eve conocía esa mirada e inconscientemente, una sonrisa amable se dibujó en sus labios mientras guardaba su celular para prestar completa atención a la castaña.
──¿Estás... perdida? ──preguntó, acercándose con cautela.
──No exactamente, pero... ──la joven suspiró, resignada──. Supongo que sí.
Eve esbozó una media sonrisa.
──¿Primera vez en KISS? ──volvió a preguntar Eve, aunque ya sabía la respuesta, pero sólo intentaba ser amable.
──¿Es tan obvio? ──la chica suspiró, alzando los hombros con una sonrisa ligeramente cansada, pero amable. Eve esbozó una sonrisa, ligeramente divertida por la energía de la chica.
──No te preocupes ──respondió Eve, dedicándole una sonrisa amigable──, todo el mundo se pierde al principio. Los dormitorios están justo al otro lado de ese pasillo, luego giras a la derecha. ¿Qué habitación te asignaron?
La joven revisó rápidamente un papel arrugado en su carpeta.
──302B, creo... Espero que eso tenga sentido.
──Sí, está en el mismo edificio que el mío. Te acompaño, si quieres ──ofreció Eve, sorprendida por lo natural que sonó la invitación incluso para ella misma.
──¿En serio? Eso sería genial. ¡Gracias! ──respondió Kitty, con una sonrisa radiante. Eve dejó escapar una ligera risa antes de comenzar a avanzar en compañía de la castaña──. Soy Kitty, por cierto.
──Eve ──respondió la morena.
──Entonces... ¿No soy la primer persona en perderse en su primer día? ──preguntó Kitty comenzando una nueva conversación mientras ambas caminaban juntas hacia los dormitorios.
Eve sonrió.
──Claro que no. En mi primer semana aquí llegué tarde a casi todas mis clases sólo porque no sabía dónde estaba parada ──respondió Eve, con una sonrisa divertida recordando su primera vez en los pasillos de KISS ──Luego te acostumbras. Es más fácil cuando ya conoces el lugar.
Kitty le dedicó una sonrisa.
──¿Cómo terminaste en KISS? ──cuestionó Eve, dirigiendo su atención a Kitty.
Kitty entonces comenzó a contarle sobre su viaje y su emoción por comenzar una nueva vida en KISS como una forma de sentirse más cerca de sus raíces y de su novio. Eve la escuchaba con atención, algo intrigada por la forma en que Kitty parecía llenar el espacio con su energía positiva y la facilidad con la que parecía abrirse con las personas. Sin embargo, su celular sonó con una nueva notificación de Q, quien le preguntaba dónde estaba y si se encontraba bien, antes de decirle que quería verla antes de la fiesta de bienvenida como ambos habían acordado.
──Bueno, espero que no sea muy complicado instalarme ──dijo Kitty mientras revisaba sus papeles nuevamente. Ambas se habían detenido en medio del pasillo, mientras algunos estudiantes pasaban por al lado de ellas a sus dormitorios── Gracias por ayudarme. Si no fuera por ti habría tardado horas en encontrar el edificio correcto.
Eve se encogió de hombros con una leve sonrisa.
──Ahora sabes que perderte en tú primer día es parte de la experiencia KISS ──bromeó Eve, haciendo que ambas compartieran una pequeña sonrisa. Kitty rió suavemente.
──Gracias de nuevo, Eve.
──Un placer Kitty, espero verte en la Fiesta de Bienvenida ──comentó Eve mientras ambas comenzaban a alejarse en direcciones opuestas──. ¡Suerte con la instalación! ──agregó Eve, observando a Kitty desaparecer en el pasillo.
Eve suspiró mientras se dirigía a su propia habitación. Rápidamente le había respondido a Q que ya se encontraba en los dormitorios y que tenían un par de horas antes de la fiesta. No obstante, aquel mensaje que había evitado responder saltó nuevamente frente a sus ojos en sus notificaciones. Volvió a ignorarlo, aún no estaba lista.
Sin embargo, la energía de Kitty parecía seguir presente en ella, como un aura completamente renovada que le había resultado refrescante, pero también había despertado en ella algo que no había sentido en mucho tiempo: una sensación de novedad, de que tal vez, solo tal vez, este semestre sería diferente.
────────── GIULY AL HABLA. . .!!!
¡Primer capítulo disponible amores! Ayer me vi la segunda temporada completa y no saben la ansiedad que tengo de que confirmen la tercer temporada. ¿Cómo nos van a dejar así de nuevo?
Igualmente debo admitir que me gustó bastante, quizá se resolvió todo muy rápido considerando que eran dos episodios menos con comparación con la primer temporada, pero fuera de eso, me gustó bastante ❤️ ¿Ustedes qué opinan? ¿Ya la terminaron?
Anywaayss, espero les haya gustado el capítulo! No olviden dejar algún voto y/o comentario para saber si les ha gustado y como muestra de apoyo. 🥰🩷
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