Capítulo 4
Eran las diez de la noche cuando Jackson llegó a casa de la familia Kim, tuvo que tratar de actuar tranquilo y no ansioso para no alterar a nadie, cuando demostró el vídeo a su padre, Myungdae se apresuró en poner las cartas en el asunto, diciendo que va solucionarlo lo antes posible, claro, los Choi no saben si podrán hacer esto solos ya que siempre han solucionado las cosas en secreto. Saludó unos cuantos guardias antes de ser recibido por el ama de llaves, lo cual hizo una diminuta reverencia teniendo las manos entrelazadas al frente, pidiéndole de favor que esperara a Namjoon.
No sabe por cuánto tiempo tiene que soportar esto, le preocupa demasiado lo que al trono pueda pasarle, al rey y la reina, sobre todo a su único hijo. Rechazaba cada que le ofrecían algo de beber, haciendo un ademán con sus manos o cabeza, mientras se encontraba sentado en uno de los sillones de la moderna sala, teniendo su pie sobre su rodilla izquierda, lo cual subía y bajaba ansioso, su codo se recargaba en el respaldo del mueble viendo a un punto a través del gran ventanal, cuestionándose si su primo logró averiguar quién es la persona con el que habló ese guardia, cerró los ojos y suspiró angustiado, cada vez ciertos enemigos no se cansan, de dejar de insistir al antiguo rey de que Seulki deje la corona.
—Joven Choi. — Llamó la mujer que lo recibió, encontrándola parada en la entrada. — El joven Kim está aquí.
Asintió antes de ver a su amigo en segundos, quien agradeció a su empleada con un murmuro antes de mirar al pelinegro, Jackson sintió un poco de alivio levantándose de su asiento.
—Jackson ¿Necesitas algo? — Indagó tranquilo.
Al parecer Namjoon se veía ocupado, ya casi no salían juntos a convivir con sus otras amistades, tal como lo hacían en su adolescencia, teniendo en claro visitarlo en caso de algo tan importante, ya que por mensajes hablaban de vez en cuando. No era una sorpresa, pero a Namjoon notó su expresión, estando curioso en espera de su respuesta, ya que se aseguraba que nadie ande escuchando o que el ama de llaves se haya ido.
—Tenemos un grave problema. — El moreno frunció las cejas.
—¿Problema?
—No sé si tú me puedes creer, pero la familia real corre en peligro.
—Deja adivinar. — Cruzó de brazos. — Otra vez Hyunsoo.
—Si pero esto es peor, traigo pruebas.
—Creí que ya dejaron de hacerle la vida imposible.
—¿Cuál vida imposible cuando nosotros siempre tratamos de proteger al reino? — Soltó molesto sacando su celular. — Ese hijo de perra piensa asesinar dentro de un día, el mayordomo, Bae Dongsun, últimamente ha dejado ser el mismo, ya que siempre ha detestado a Hyunsoo y extrañamente le tiene miedo. Creí que era él en ver a este hombre pero al final un guardia, era quien lo estaba esperando.
—Un momento... — Parpadeó confundido mirando a su amigo. — Dices que el mayordomo está actuando extraño y ahora me sales con un guardia.
—Pero el mayordomo fue a buscar al príncipe. — Continuó, extendiéndole su celular para que el contrario lo tomara. — Es para que veas que nosotros del territorio este jamás hemos mentido.
Namjoon lo tomó para ver el video, Jackson miraba a otros lados si alguien está cerca, su cuerpo temblaba un poco del desespero que está teniendo, la familia Choi no puede mandar orden de cuidar el territorio y más en el palacio sin autoridad del mayor rango, si el rey no puede hacerlo, los del territorio norte si. Namjoon prestaba atención a la conversación, vio el momento que el guardia recibió un frasco y luego como el desconocido será quien matará a la familia real, asombrado terminó por entregar el celular a su dueño, caminando a un lado de la sala pensativo, teniendo una mano en la boca.
—Tú padre puede mandar guardias sin que el rey lo pida. — El pelinegro rompió el silencio, el tiempo se estaba agotando, suplicando que su amigo no empiece a pedir por explicaciones ya que es una larga historia. — Quiero que vayas y se lo cuentes, aquí está la prueba, puede avisarles a los del sur y oeste.
—Papá no se encuentra en casa. — Soltó. — Fue a un lugar para hacer el trato respecto con la nueva ley, la economía de este país va aumentar si los demás reinos les interesa esta oportunidad.
Jackson resopló furioso.
—Mi padre no va poder ir a ni un lado con este problema de mierda.
—Lo lamento, no tengo la autoridad para mandar guardias cuidar al palacio.
—Dudo que cualquiera nos escuche. — Guardó su celular en los bolsillos delanteros de su pantalón con decepción. — Sabía que va ser inútil pedirte ayuda.
—Jackson...
—Ya sabes nunca mentí, podría esperar que esto se solucione para demostrarle a todos que él no merece compasión, ha cometido demasiados delitos y más estos intentos de homicidio.
—Tengo un plan, mandaré algunos de mis guardias con la excusa que es práctica como futuro líder. — Volteó a verlo. — Sé cómo convencerlos sin necesidad de llamarle a mi padre, si las cosas se ponen difíciles es donde tú territorio debe actuar.
—¿Y de ti?
—Primero tenemos que mantener a la realeza a salvo, no sabemos si pueden atacarnos también solo por ser quienes cuidamos a todos.
—Nunca podrán con ningún territorio.
—Siempre han estado enfocados en una sola cosa, para nada se les ocurrió pensar en ustedes.
Jackson suspiró estresado, asistiendo con lentitud tensando la mandíbula, no pueden hacer grandes escándalos en dichos puntos o su reputación en el país puede hundirse de lo normal, más cuando cada líder menos del este van a estar fuera del territorio, no hay nadie al mando más que ellos y se tiene que saber a través de mensajes, los futuros líderes no pueden hacer nada pero Namjoon haría lo posible en ser la excepción.
—El sábado por la mañana los reyes irán a China y dentro de cinco días volverán. — Recordó Namjoon. — Armemos un gran plan, pondré como excusa que me invitaste a cenar y le pediré de favor a Taehyung que no salga de casa.
—Bien, te espero.
—¡Minsoo! — Alzó la voz para llamar a una de las sirvientas, esperaron unos minutos hasta que la nombrada apareció, preguntando qué es lo que necesitaba. — Saldré ahora con Jackson, saldré un poco tarde. — La mujer mayor asintió. — ¿Taehyung está en su habitación?
—Salió de nuevo con sus amigos. — Namjoon gruñó molesto, era lo que menos quería.
—Ese niño me va oír.
—Namjoon será mejor que no lo alteremos.
—No puedo, trato que me haga caso pero... — Apretó el puño al no saber qué decir, su mente está concentrada en lo que acabó de ver. — Andando, vámonos. — Miró a la mujer acomodando sus cabellos. — Si lo ves, le dices que estará solo y quiero que lo cuiden, le diré a Moon que no deje entrar a nadie que no sea tan importante.
Sin decir algo o con sospecha alguna la sirvienta asintió comprendiendo, ya es costumbre cada que Taehyung va estar solo en casa, la seguridad aumenta por las órdenes del mayor, Namjoon siguió a su amigo indicándole que le esperara por unos minutos, así para desaparecer de su vista tomando en camino donde se encontraría el encargado de cuidar la mansión.
Jackson comenzó a teclear en su celular, avisándole a su padre que estará de regreso, que ha logrado a convencer al futuro líder del norte para que les ayudaran con el plan, aunque quisiera haber hablado con el líder, lamentablemente ha sido un mal día, esperando si habrá alguna excusa o algo para que nadie sepa lo que está por pasar, se le ha pedido de favor a Haewon y a su primo Seongsu en cuidar a esos tres chicos, era de esperarse que salieran a estas horas a otro lugar con los humanos, igualmente han ido a esos territorios normalmente en secreto, suplicaba mentalmente que esto salga bien pero aliviado que toda la verdad saldrá a la luz.
La brisa fría movía sus cabellos y chocaba con su piel blanquecina, provocándole un pequeño escalofrío para que metiera sus manos en los bolsillos de su chamarra, cargaba unas cuantas bolsas en sus brazos mientras caminaba escuchando música, Yoongi tarareaba entre labios la letra de la canción prestando atención a sus alrededores, al llegar a casa notó que su madre no podrá hacer la cena y además le convencieron que vaya por algo de comer, después de cenar leerá uno de los libros pendientes que tiene agregado en su biblioteca, juntando un poco más de dinero para comprar la secuela de su trilogía favorita.
Las calles andaban algo solas, las hojas de temporada decoraban los suelos y en los céspedes, de vez en cuando veía personas regresando a casa o paseando con sus mascotas, le deseaba las buenas noches a las mujeres de tercera edad como muestra de respeto cada que le hablaban, detuvo sus pasos en una esquina cuando vio unos cuantos autos pasar y el semáforo verde, aprovechando la oportunidad en seleccionar otra canción.
Pero al elevar la mirada y voltear a su derecha, encontrando un grupo de hombres a distancia, vestidos de ropas elegantes hablando con un sujeto, lo cual se ve demasiado tranquilo. Ladeó la cabeza disimulado, tratando de no ser descubierto, pero el carro que tenían al frente es demasiado costoso algo imposible de ver por aquí, dio un sobresalto al ver como esos tipos tomaron a la fuerza al desconocido, quien automáticamente trató de librarse de ellos cambiando su expresión a uno de miedo, de inmediato desvió la mirada al frente con el objetivo de no llamar a la policía y meterse en problemas, manteniendo la calma.
No percató que alguien se detuvo detrás suyo, al sentir una mano posicionarse en su hombro de nuevo brincó un poco del susto, volteando con una fingida tranquilidad para terminar encarando a un hombre de traje. Aquel traía un cigarro entre sus labios, demasiado alto que él y su piel un poco más blanquecina, su mirada intimidante le decía que proviene de ese grupo, tragó duro con el miedo al ser descubierto y meterse en problemas con una mafia.
Se bajó los auriculares curioso, la expresión del hombre lucía tranquilo.
—¿Puedo ayudarle en algo? — Indagó con naturalidad.
—Necesito saber si hay alguna farmacia cerca.
—Oh... — Miró al lado contrario señalando con su índice, tomando las dos bolsas livianas en mano. — En cinco cuadras a su derecha está.
—Bien, muchas gracias.
No dijo nada, pero al ver que este no se iba comenzó a prepararse en correr.
—Te he descubierto viendo a mis hombres jugar. — De nuevo volvió a mirarlo.
—D-De verdad yo... — Balbuceó un poco nervioso.
—No viste nada, es lo que puedo decir. — Expulsó humo al alejarse. — Eres demasiado joven, mejor concéntrate en tus estudios.
Yoongi asintió con lentitud desconfiado, haciendo un ademán de que no dirá nada y que no vio eso, finalmente el hombre comenzó a caminar a la dirección donde vio esa escena, con gran tranquilidad y firmeza. Este había elevado una ceja y dio una buena calada a su cigarro, expulsando humo por su boca y nariz antes de soltar una ladina sonrisa, tranquilo en que el adolescente seguirá con su rumbo, apresurándose un poco para volver con sus hombres.
—Los jóvenes humanos huelen delicioso. — Murmuró para sí mismo, descartando su idea de la cabeza. Le tiene piedad a los menores, pero muere por probar algún día la sangre de un humano adolescente.
Yoongi cruzó la calle lo más rápido posible, cuidando de que no le estén persiguiendo, soltando un suspiro aliviado al llegar en la calle donde había más personas trabajando en sus tiendas o puestos de comida, el aura de ese sujeto no le causó confianza pero un poco de tranquilidad que no le haga nada, si, los adultos suelen decir que los jóvenes y niños tienen que enfocarse en la escuela, más lo que se dedican en asuntos ilegales, ese tipo de personas como el que acabó de hablarle pueden contar las cosas con cierta tranquilidad, suspiró pesado agitando la cabeza tratando de olvidar lo que acabó de ver.
El frío de la noche cada vez es más, un hombre miraba a sus alrededores asustado cuando lo sacaron del lujoso auto a las malas, tratando de averiguar qué clase de sitio lo habían llevado, durante el camino suplicaba que lo dejaban libre, incluso su labio sangraba, trataba de mantenerse en pie al momento de ser empujado. Los hombres que lo capturaron sonreían cínicamente provocándole miedo, se sentía desesperado lo que podría pasar, suplicando su vida sin importar la gran cantidad de golpes. Cada que lloraba o pedía que lo dejaran en paz era en vano, esas personas actuaban como si él no lo hacía, solo un ser que no vale.
—Y bien... — Habló el jefe con tranquilidad, inquietándole demasiado, teniendo la vista borrosa por las lágrimas. — Necesitamos el dinero ahora mismo... pagas o adiós.
—L-Le dije que el jueves se lo pagaría, no pude juntarle porque mi esposa está a punto de tener nuestro primer hijo. — Soltó tratando de no titubear limpiándose las lágrimas, temblando de miedo soportando el terrible dolor que ni el frío cooperaba.
El aludido rio seco, mirando a uno de sus hombres como señal de algo.
—Pero hoy es jueves. — Respondió con ironía. — ¿O te referías cada jueves de la semana por no pagar?
—N-No, no es eso.
—Malditos humanos, tan ingenuos solo para pedir prestado y gastarlo en lo innecesario.
Aquella respuesta ha sido tan extraña que lo confundió, se abrazaba asimismo mirando a cada hombre presente que lo rodeaba, lo más extraño es ver esos pares de ojos coloreados de un rojo carmesi, cuando anteriormente los tenían cafés como cualquier persona, no sabía si lo que estaba viendo es parte de su imaginación, se sentía mareado, nauseabundo con un hueco en el estómago, su corazón latía a mil.
El jefe del grupo tiró la colilla de cigarro, pisándolo para apagarlo para que después se girara sobre sus talones, dirigiéndose a un auto tan lujoso, al abrir la puerta del copiloto se detuvo, mirando a sus hombres por arriba del hombro, ya que estaban tan ansiosos.
—Mátenlo... déjenlo sin sangre y agréguenlo en las bolsas para al rato. — El sujeto que atraparon palideció mucho, estaba a punto de huir para que en segundos lo agarraran por los brazos inmovilizándolo, el jefe subió cuando los gritos de ayuda o preguntando qué clase de personas son estas se hicieron presentes.
¿Caníbales? Es eso lo que tiene en mente.
Pero ¿Un caníbal tendrá los colmillos largos y bebería solamente sangre?
No era un momento indicado para averiguar qué mierda sucede, porque su vida ha sido arrebatada con crueldad en segundos, su yugular no tardó de ser cortada para matarlo de inmediato, el aroma tan dulce de la sangre emanaba en las fosas nasales de estas personas, quienes olfatearon con satisfacción, ojos carmesi, colmillos filosos, hombres fuertes, aterradores y peligrosos. El color de sus ojos era tan radiante que se podría verse en la poca luz, las risas llenas de diversión resonaban en el lugar tétrico y lúgubre, sedientos por una gota de ese delicioso vino, tan prohibida para los de su especie.
No dieron la maravillosa oportunidad que los gritos de agonía sean sonoros, ero era lo que les complace de sus víctimas, pero están tan hambrientos que prefirieron adelantar las cosas, de probar ese líquido tan espeso hasta que su corazón humana dejara de bombear.
Mientras tanto, el jefe de aquella mafia sacó su celular del bolsillo de su saco al sentirlo vibrar, el camino directo al territorio es tranquilo y desapercibido, accedió a la llamada pidiéndole a su chófer que dejara de informar, llevando el aparato en el oído.
—Esperaba tu llamada, ¿Qué es lo que querías pedirme?
—No te pediré nada. — Una voz grave y relajada contestó. — Solo te llamo para avisarte que mañana en la noche atacaremos al palacio, no vayas a faltar en la reunión.
—¿Y qué es lo que vamos hacer allá? Sabes que no podemos matar a nadie.
—Solo pidieron de nuestra ayuda, también estoy con la curiosidad, pero la amenaza es tan grave que será mejor que no preguntes, ni investigues y ni hagas un movimiento, solo obedecer.
—Bien... — Asintió tomándolo como broma, la voz de aquel vampiro se escuchó un poco temblorosa, no ha de ser algo nuevo esa amenaza cuando ya es de costumbre, pero viniendo de esa persona será mejor mantener la cabeza baja, escuchar, seguir órdenes y estar callado. — Te veré en la reunión de mañana, prepararé a mis mejores hombres.
Matar a un vampiro es muy poco probable para hacerlo, solo buscar maneras para quitar unos cuantos de tu camino sin necesidad de arrebatar una vida, una manera tan frustrante y complicada cuando ellos tardan años por envejecer, y al llegar a esa etapa vivir unos cuantos siglos más hasta que te sientas cansado. La muerte no es nada común como lo es para los humanos.
Quedó pensativo por unos largos minutos, preguntándose qué clase de ataque será, si capturarán a la familia real o algo, pero es solo un secreto tan peligroso que proviene en la mente oscura de esa persona, que está totalmente relacionada con los profundos secretos que la realeza oculta por décadas.
Así que no es recomendable subestimarle si no quieren terminar con un destino tan cruel.
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