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Capítulo 1

La hermosa luna creciente da brillo en una noche fría y agradable de otoño, siendo acompañada con las nubes oscuras y el brillo de las estrellas, las hojas secas, amarillas y anaranjadas, se mecían con un poco de fuerza, algunas caían hasta tocar el suelo mojado con algunos charcos, una estación bastante agradable, tan tranquilo y perfecto para el punto de vista de Yoongi, quien se encontraba en su habitación, la música resonaba, tecleando en su celular, sus pulgares se movían algo rápido y entre labios de vez en cuando pronunciaba palabras, las indicadas para redactar los párrafos que anda creando, dejando fluir su imaginación a la vez.

Min Yoongi, un chico de dieciocho años, estando en los penúltimos años de su preparatoria, amante del rock alternativo y del terror, sus pasatiempos son como de un chico cualquiera, solo que su gran pasión es escribir historias de contenido terrorífico, psicológico o de asesinatos. Sus notas son excelentes, siempre no ha tenido preocupaciones o problemas en las materias, a su corta edad tuvo que depender de sí mismo y ser independiente, ya que sus padres suelen trabajar por largas horas y en pocas ocasiones conviven. Las reglas se siguen como debe de ser, los señores Min no son unos padres tan liberales, el hecho de tener padres ocupados en el trabajo es un sueño para cualquier adolescente rebelde, grandes oportunidades de vivir su etapa a mil sin preocupación alguna, para Yoongi conoce perfectamente cuáles son los límites que llegan a señalar, teniendo una buena educación, atención y cariño, sus padres, hacen lo posible de no estar totalmente ausentes y cumplir bien con su papel dándole un buen camino.

Leía, modificaba o corregía para que el capítulo quede perfecto, hasta que sintió como algo se puso sobre sus piernas, siendo acompañado con un pequeño maullido, dándose saber que era Bokshil, su gran amigo gatuno desde los dieciséis, soltó una suave sonrisa llevando una mano para acariciar su pelaje, leyendo con atención para ver si es necesario concluir el capítulo, tiene pensado actualizar su historia para este fin de semana, ya que ha visto demasiados comentarios en espera de su continuación, y por tiempo de exámenes no pudo, así que prefirió recompensarlo con dos capítulos para esos días.

Yoongi es un chico talentoso cuando se trata de escribir una historia, ha ganado en un concurso de escritura en el año pasado, solo por el maravilloso evento de Halloween, obteniendo el primer lugar. Exacto, Yoongi es Silent Nightmare, en la plataforma tan popular de lectura, en total son cinco obras disponibles en su perfil y una en proceso, ha recibido buenos comentarios y felicitaciones por su excelente trabajo. Es la parte favorita de un escritor, los comentarios llenos de apoyo. Le entretiene demasiado leer de como algunos habían sentido ciertas experiencias al leer, alegrándole y motivándole para continuar en provocarles escalofríos.

Escuchó el ronroneo de su mascota, desviando la mirada para observarlo, realmente Bokshil es un gato cariñoso que detesta no tener la atención de su dueño, siempre está en busca de pasar tanto tiempo con él, de obtener sus caricias, ambos les agrada la presencia del otro, sonriendo con dulzura dejando de prestar atención su escritura, para abrazar al gato restándole importancia que su ropa negra terminara impregnado de pelo.

Minutos más tarde, escuchó la puerta tocar, para después ver a su padre asomarse, elevando la mirada bajándole el volumen de su celular, no se había percatado el mensaje de sus progenitores avisando que se encontraban en camino. El hombre se veía tan agotado, hacía lo posible en sonreír y que su voz sonara tranquila hacia su hijo, percatándose que la habitación se encuentra perfectamente ordenada, la casa en buenas condiciones como de costumbre.

—Baja a cenar, hemos traído tu comida favorita. — Avisó su padre tratando de no lucir cansado. — Ha sido la idea de tú madre en ir a comprarla en ese local que sueles ir con tus amigos.

—Bien, en seguida bajo.

El hombre asintió un poco antes de irse, dejando la puerta medio abierta, miró de nuevo a su gato, dándose cuenta que se había dormido en su regazo, así que con sumo cuidado lo tomó para dejarlo sobre una almohada, no sabía cuántos minutos estuvo con la misma posición para que sintiera sus piernas un poco dormidas, las movía haciendo diminutas muecas, tratando de recuperar el movimiento, había sido suficiente en haber escrito lo más importante de sus planes, guardando todo lo que lleva antes de dejar su celular cargar sobre la mesa de noche.

Al bajar por los escalones, encontró a ambos adultos cenando, tomando asiento al lado de su madre, agradeciéndole con un ademán para después tomar la comida con los palillos.

Había un gran silencio entre los tres, visualizaba que se encontraban totalmente agotados, en sus propios pensamientos sabiendo que en sus mentes han de mencionar la palabra "trabajo", masticaba con lentitud gustando del delicioso sabor, Yoongi siempre ha buscado la manera de que sus padres obtengan las horas necesarias de sueño, de que ellos estén bien.

—¿Mañana tienen el día libre? — Soltó, asegurándose que ninguno emitiera un bufido, hay ocasiones que detestan tener un descanso ya que existen momentos tan importantes que no lo necesitan, o desean tener unas largas vacaciones para tener la mente despejada, asintió con lentitud la mujer, que se estaba limpiando la comisura de sus rojizos labios con papel.

—Nos vamos a levantar tan tarde, espero que a la mera hora no haya más trabajo. — Bebió de su refresco antes de continuar. — Ojalá volver en esos tiempos donde te veía antes de que vayas a la escuela.

—Sé prepararme el desayuno, puedo dejarles algo para que lo calienten, yo me encargo de los deberes después de las tareas.

—¿Aún tienes exámenes pendientes? — Cuestiona el hombre, procurándose para ver las calificaciones en su correo cuando la escuela lo notifique.

—Ando libre de ello, solo espero el concurso de escritura de Halloween, pienso inscribirme otra vez.

—Cuando tengamos tiempo, puedes demostrárnoslo antes que lo entregues. — Propone su madre interesada. — En la semana pasada cuando fui a dejarte, tú maestra de redacción se acercó para decir que eres el mejor de la clase, tus trabajos son los mejores que causa curiosidad.

—Yo me asusté que hiciste algo malo cuando tú madre me lo contó.

—Mis calificaciones dirán que he hecho un buen trabajo, no hay nada de qué preocuparse. — El hombre soltó una sonrisa. Ambos adultos están muy orgullosos de su hijo, que es muy rara la vez que haya un problema, sintiéndose completamente tranquilos.

Su madre acarició su mejilla con dulzura.

—Te queremos mucho, Yoongi.

—Y yo a ustedes.

A pesar que ambos mayores todos los días hacen lo posible que nada les faltara, de convivir con él y de asegurarse que su hijo esté bien, puedan sonreír, Yoongi extraña también esos días donde había más tiempo como familia, las veces que llegaban a salir algún lugar juntos. Desde que despidieron a su padre de la empresa de autos, el dinero no duraba demasiado para seguir viviendo en la clase de área que están desde que su hijo menor recién nacía, sacando prestamos cuando los intentos de buscar empleo se volvieron en semanas, teniendo unas cuantas deudas obligándolo en obtener dos empleos, y bueno, su madre se encontraba trabajando como abogada, sus ganancias es dependiendo del cliente que pueda llegar en su pequeño despacho.

Llevó la mirada a un lado, en un mueble donde había un florero, una vela y un marco con la foto de un chico sonriendo, un chico de tez pálida, cabellos oscuros y ondulados, aparentando de veinte años, le parecía triste, preguntándose qué diría su hermano para que las cosas se vuelvan un poco mejor, Yoongi no es bueno en subirle el ánimo a los demás.

Masticaba con tranquilidad, desde que Jiwan falleció, de un día para otro todo se tonó en gris, para Yoongi ha sido complicado lidiar con algunas cosas, por ejemplo en preparar la comida, separar la ropa de color de la oscura, limpiar bien el baño, con algunos deberes en el momento cuando empezó a estar solo en casa. Tuvo pequeños problemas en ese entonces, quería ser tan útil para sus padres de que es más que ser un chico que estudia y estar apegado con disfrutar de su adolescencia.

De hecho Yoongi es un chico rebelde que tuvo que cambiar mucho de él para algo bien.

—Papá, para este invierno, pasemos la navidad en la casa de la abuela. — Como respuesta asintió con lentitud, dudando si le está prestando atención. — El año pasado consiguió lo que siempre deseaste tener, para nada fuiste a recogerlo.

—Yoongi, en diciembre las cosas van a aumentar. — Rechazó, sonándose un poco frustrado, cuidando de nuevo su tono ante el menor. — Aunque quisiera que la pasemos en familia y en año nuevo, tendré más trabajo.

—¿Hay algo que pueda ayudarlos? — Niega el mayor.

—Solo en concentrarte en tus estudios. — Pidió. — Tienes dieciocho y tienes que vivir como los de tu edad, vive bien en la etapa en que estás.

Lo comprendió, miró a su madre quien echaba un vistazo a su celular, Yoongi tiene a la vez la libertad de ir a fiestas, pasar tardes con sus amigos o hacer alguna actividad después de clases, siempre y cuando no abandone sus obligaciones, de igual manera quiere saber de cómo ha sido el día de sus padres, de escucharlos para empezar con una buena plática, dejar de verlos tan cansados y estresados. Tener la convivencia entre padres e hijo como cualquier familia haría. Quizás esta no haya sido su suerte, entiende lo que le dicen en el tema de ayudarles con el dinero y es mejor vivir como cualquier chico de su edad.

Al regresar a su habitación, se recostó bocabajo, para que en segundos después empezara a escuchar los maullidos de Bokshil, lo cual caminaba hacia su dueño y recargar su cabeza sobre la contraria, cerrando sus ojos amarillos ronroneando, de un movimiento perezoso giró a verlo, guio su mano hacia el esponjoso pelaje del animal, acariciando con lentitud, sonrió ligero.

—Tú si sabes como alegrarme. — Habló con voz ronca. — Con tu presencia es suficiente, gracias por ser mi amigo.

Bokshil lamió el dedo de su dueño, antes de acostarse a su lado, Yoongi le entristece el hecho de que su hermano mayor no esté con ellos, hay días que necesita hablar de como se siente y recibir algún consejo, aparte con sus amigos, sabe que necesita la ayuda de alguien tan importante para él.

Después de colocarse la pijama, acomodó el minino a un lado para cubrirlo con las cálidas cobijas, las noches de otoño son las más frías, y no quiere imaginarse cuando el invierno llegue, se acercó a la ventana para cerrarla un poco, admirando su vista, el otoño y octubre son los mejores del año. Se acurrucó entre las cobijas, apagando las luces y tomó su celular, sin olvidar en leer el último mensaje de sus mejores amigos antes de estar en el mundo de los sueños, diciéndose asimismo que al día siguiente debe levantarse temprano como señal de no desvelarse entre semana.























































Las empleadas del lugar se encontraban limpiando lo último que quedaba antes de retirarse, la luz del pasillo se combinaba con la luz que proviene de afuera y se asomaba por los grandes ventanales, el joven príncipe caminaba para dirigirse a su habitación, manteniendo su postura, respondiendo las "buenas noches" de las empleadas con una genuina sonrisa, ocultando su cansancio después de haber tenido una larga tarde llena de tareas y clases especiales. Las relucientes luces aún hacía que su cabellera rubia y su blanquecina piel diera ese aspecto de ángel, teniendo en mente en tomarse un buen baño antes de dormir, ya que como recompensa unos largos minutos de descanso, así para aprovechar su profundo sueño.

Hizo una diminuta reverencia al encontrarse con uno de sus guardaespaldas que solo pasaba por allí, quedaba pensando si las clases de la escuela y las que su padre indicó terminaría con él, ya que es el futuro rey, y dentro de unos años estará en el trono, las clases y sobre todo la disciplina es un poco más estricta que deseó no haber cumplido quince, es un gran deber cuando se trata de gobernar y cuidar su reino, preguntándose si lo hará bien cuando sea el día.

—Jimin. — Una voz conocida hizo eco, haciendo que detuviera sus pasos, mirando por encima de su hombro antes de voltearse un poco, viendo a su amigo correr hasta su dirección.

—¿Ocurre algo? — Indagó cuando el castaño se acercó, negando como respuesta, extendiendo una bolsa para que el príncipe lo tomara.

—Olvidaste tu celular y tu suéter. — Respondió Taehyung recuperando la respiración, sabiendo que corrió por casi todo el palacio. Jimin lo tomó, haciendo un ademán de agradecimiento. — Al menos fui rápido en traértelo, no puedo creer que haya quedado en tercer lugar en la clase de hoy.

—Eres uno de los vampiros más veloces que puedes conocer, estar en tercer lugar no es malo.

Taehyung se aseguró que ninguna de las empleadas se acercara o los escuchara, su expresión se veía totalmente desacuerdo, suplicando que Jimin haga caso alguno.

—Por favor, no vayamos donde están los humanos. — Miró con súplica. — Hoseok está loco y tú casi ni te quitan los ojos de encima.

El rubio sonrió ignorando sus palabras, colocando ambas manos sobre sus hombros.

—Mañana vamos a ver qué planean para este Halloween, quizás Hoseok dé la idea de colarnos en una buena fiesta.

—Sabes que él no puede tolerar el alcohol. — Negó, tratando de ocultar el miedo. — No creo que tú plan funcione.

—Pero aún así vendrás ¿cierto? — El rubio murmuró cuando vio a un guardia pasar por ahí y diciéndoles "buenas noches" a los menores, continuando con su camino. Jimin sabe que Taehyung no puede negarse, al principio lo puedes ver tan asustadizo, preocupado o arrepentido por sus acciones para terminar escuchando que para una próxima vez vuelvan a intentarlo. — Nos vemos mañana en después de la clase de literatura.

—Conociéndolos significa que no iremos a ninguna clase, ¿Piensas brincarnos la cacería?

—Si, ¿Por qué no? — Dijo encogiéndose de hombros. — Tus padres no se van a enterar de nada, tranquilo. — Le dedicó un guiño antes de librarlo y voltear sobre sus talones para irse. — ¡Duerme bien, Kim Taehyung! — Alzó un poco la voz para que sea audible, riendo bajo al imaginarse su expresión al escuchar el plan maestro de Hoseok.

—Claro, no se van a enterar de nada. — Murmuró para sí mismo antes de volver donde su chófer lo está esperando.

El hombre hizo un ademán de agradecimiento después de que hayan servido un poco de vino, bebiendo con tranquilidad y saboreando esa perfecta combinación con ese exquisito líquido carmesi, pasando la punta de su lengua sobre sus labios para limpiar lo que haya sobrado, volviendo a mirar al mayordomo del rey que tenía al frente suyo, lo cual dejaba la botella en la mesa que está en el centro.

Le tranquiliza saber que su plan sigue en pie, debido que el pequeño príncipe no tenía ni el tiempo de convivir con algún amiguito, no encontraba esas oportunidades que con cautela y discreción aprovechaba, le parece tan absurdo que el príncipe tenga esos sueños y curiosidad de cómo es la vida humana, él y sus dos mejores amigos que por una buena razón oculta su gran secreto, dejándolos que la curiosidad los consuma, olvidando un poco de su naturaleza para tener su propia diversión.

No entendía porqué los jóvenes de hoy en día les importa demasiado saber lo que hacen los humanos jóvenes, si son seres débiles, destructivos, estúpidos y son la presa perfecta para su gusto. El tiempo sigue corriendo, conseguir sus oscuros deseos no es fácil de conseguir, no cuando hay alguien quien lo evita, cada vez su hermano está permitiendo ciertas libertades, en busca de llegar a un buen acuerdo con el mundo humano y pretender que ambas especies tengan igualdad.

—Señor, Park. — La voz del mayordomo preocupado lo sacó de sus pensamientos, sabía que moría de miedo. — ¿Está seguro que quiere hacerle esto a su hermano?

—Él nunca merecía estar en el trono, por sus estúpidas decisiones pondrá a todos en peligro. — Cuidaba cada acción del empleado. — La charla de hace rato, Seulki confirmó la función de algunas cosas, ¿Para ti, es la mejor decisión que mi padre tomó?

—Señor, usted sabe que estoy al lado de su majestad. — Respondió tratando de sonar normal.

—Te recuerdo que no querrás que después de esto haga lo que sea por haber tratado de sabotear y subestimar a la corona. — El mayordomo agachó su cabeza, inclinando su cuerpo como señal de disculpa. — Y recuerda, dentro de dos días.

Hyunsoo asintió para sí mismo, diciéndole que se retirara para terminar viendo como dejaba el salón a pasos rápidos, cuando vio su copa medio vacía, tomó de nuevo la botella para servirse un poco más, teniendo ciertos planes en mente, ya que dicha parte del plan en mano sería tan útil para en ahora en adelante, siendo el único en saberlo para mantener las palabras de todos los reyes anteriores, muy pronto tomará el trono como debió de ser, no sentía ni la mínima lástima, arrepentimiento y empatía a su hermano, para Seulki no hay nada, no importa si es necesario quitar a su mujer y su insolente hijo del camino, sobre todo al príncipe.

Desde que tuvo esas propuestas y cambios locos, jamás se imaginó verlo con la corona en la cabeza, cuando el antiguo rey y el consejo real siempre se lo tomaban como broma, insultaban a los humanos, lo ignoraban, incluso su padre, Park Namsik, ha tratado de que su hermano menor no tuviera esas ideas de la cabeza.

—Te ves estresado. — Al escuchar una seductora voz fémina volteó, topándose con una hermosa mujer de cabello castaño oscuro, usando un vestido negro elegante y llamativo con una gabardina haciendo juego, entrando al salón cerrando la puerta a sus espaldas.

Sus labios pintados de rojo poseían atracción, tan hechizante en su belleza tan peligrosa, y vaya que sabe sacarle provecho, ella al acercarse tomó la copa que Hyunsoo dejó anteriormente en la mesa del centro, bebiendo también de esa bebida especial.

—¿Lograste obtener lo que te pedí?

La vampira gustó del líquido, sus ojos cambiando a un tono escarlata.

—Supe que el príncipe no va estar en la cacería. — Hyunsoo bufó.

—¿Por qué no?

—Estará con sus amigos, van a ir donde están los humanos. — Bebió un poco más. — Mañana es un banquete importante, es perfecto para que el príncipe no se dé cuenta.

—Lo peor será que mi hermano lo va estar buscando, mandará guardias.

—Estaré con la reina mañana, ella, un integrante del consejo real y de educación van a tener una pequeña reunión en el evento, tiene unos planes con el tema de aprendizaje, sabes que ve por el bien de los niños y jóvenes.

—Entonces todo estará en orden ¿no? — La mujer hizo un sonido de afirmación. — Necesito que me cubras por si preguntan por mí, iré a un lugar.

—Será mejor que no te ensucies las manos con esa sangre familiar, tú padre se enojaría si eso se entera.

—Bien, mientras intentaré robar lo que falta, necesito que me cubras por si preguntan por mi. — Asintió la mujer al entenderlo.

—¿Tienes alguna opción?

—Sé quien podrá hacer el trabajo por nosotros, mañana en el atardecer lo conocerás.

La mujer simplemente arqueó sus labios rojizos, formando una sonrisa ladina pero malvada, llena de complicidad, entre los vampiros existen reyes, pero igual líderes que cuidan los cuatro puntos cardinales, la familia Park siempre han gobernado este reinado por décadas, mientras estos líderes siempre serán leales, la cual Hyunsoo debería tener demasiado cuidado.

No son la única especie en este mundo, también han formado su historia a través de los años, igual como los humanos tuvieron guerras, revoluciones, mejorías, evolución. Los reinos son dirigidos por vampiros de sangre pura, la vida entre los vampiros es diferente a la de los humanos, y este plan que tiene en mente el rey, es para que estos mundos tengan una unión, así para que ambas especies conozcan de la otra con tranquilidad, rompiendo por completo esa regla que está por siglos, haciendo un gran cambio para su pueblo, a su historia.

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