12. Lo que pueda pasar después
Kim Namjoon
Recuesto la cabeza contra el asiento, teniendo como última imagen su espalda en mi memoria. No sé en qué estaba pensando, se suponía que vendría a aclarar todo y pedir perdón, no solo por mis acciones sino también por las palabras que le siguieron a ello. Pero justo en ese momento se atravesó en mi mente el recuerdo de mi madre diciéndome que ya era hora de que le presente a una chica.
No soy idiota, estoy seguro de que toda esa insistencia suya, a pesar de mi corta edad —que no llega siquiera a ser la establecida por las leyes surcoreanas para considerar a una persona "adulta"—, se debe al hecho de que siempre estoy con mis amigos o rodeado de chicos —como es el caso de mis clases en la academia—. Pero en mi defensa, debo decir que todo se debe a que nunca me había detenido a pensar en ello, ni siquiera en broma.
El punto es que ahora me encuentro peor de como estuve en un inicio. No quiero que mi madre siga pensando que me atraen los de mi mismo sexo —algo en lo que no estoy en contra en lo más mínimo—, pero tampoco deseo continuar escuchando sus reproches sobre que el hijo de no sé quién ya tiene novia y que si sigo así no conseguiré casarme nunca.
Como si me importara, susurra la vocecita de mi cabeza.
La vibración en uno de mis bolsillos traseros es insistente y casi no me deja pensar por más que trato de ignorarlo, pero al final no lo consigo y termino atendiendo la llamada sin detenerme a mirar el identificador.
—Acepto —todo mi cuerpo se yergue y pone rígido, retiro el aparato de mi oreja y veo que el número no está registrado, pero su voz es inconfundible a mis oídos y su respuesta es lo que termina de afirmar mi pensar—. Tomé tu número prestado de Hoseok —aclara—, y llamé solo para decir que acepto tu propuesta, pero bajo mis términos y condiciones —establece.
—Claro que sí, como tú desees, noona —suspira al escucharme llamarla así, supongo—. Pero, ¿puedo saber por qué...?
—En estos días hablaremos bien al respecto. Mientras tanto, ten buen día, Kim Namjoon.
Todo mi ser se agita al escucharle pronunciar mi nombre. No creo en nada, pero si hay algún dios en el cielo, quiero que sepa que lo que está haciendo conmigo no es justo, sin embargo pienso tolerarlo solo por tratarse de esta chica.
La llamada finaliza y yo me quedo en el limbo. Minutos después salgo del auto solo para ubicarme en el asiento del conductor, debo regresar a casa antes que mi padre para que no se entere de que me he dado a la fuga con uno de sus bebés. Con esfuerzo he conseguido acercarme un poco a él, pero aún no soy capaz de poder expresarme libremente ni de mantener una conversación estable sin que hayan reclamos de por medio.
En retrospectiva, todo aún es muy complejo con el señor Kim Soo-chul.
En cambio, mi madre es un tema completamente diferente y últimamente anda un poco extraña. La edad, supongo.
—Entonces, ¿sí hay una chica?
Respingo del susto. Su intervención en mi llegada es tan abrupta que me hace retroceder los pocos pasos que avancé en el aparcamiento subterráneo que tenemos. Mi padre es tan extravagante que casi parece que vivimos en un palacio, o algo así.
—Mamá.
—¿Cuándo me la piensas presentar? ¿Es bonita? Obviamente tiene que serlo —ríe de su propio comentario—. ¿Cuál es su nombre? ¿Es alguien conocida?
—Responderé tus preguntas en orden —me detengo antes de atravesar la entrada al salón—: Dame tiempo para hablarlo con ella. Sí, es muy bonita y sé que te va a agradar. Se llama Im Youso y no, no es conocida.
—Entonces...
—La conocí gracias a Hoseok. Es todo lo que diré —nos detenemos frente a la puerta de mi habitación—, así que si me disculpas...
—Oh, sí, claro, claro.
—Gracias —me despido de ella porque sé que no la veré hasta dentro de un par de horas, cuando ya sea la cena, y le paso el seguro a la puerta una vez he entrado en mi zona segura.
Avanzo los pasos que me separan de la cama y ni bien llegar, siento como el cuerpo se deja caer cual peso muerto.
Estoy agotado mentalmente.
Un mensaje me llega, y su remitente solo me anuncia nuestro lugar y hora de encuentro. Al principio estoy dudoso por todo el teatro que voy a obligar a esta chica a armar, pero, aun así, por muy extraño que sea, me siento emocionado por lo que pueda llegar a pasar más adelante. Aún cuando al final ella pueda terminar odiandome.
*Total de palabras: 794.
Bueno, este fue un capítulo muy corto en comparación a los anteriores, pero ajá uwu.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro