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── ( 𝘇𝗲𝗿𝗼 )








╰┈➤ ❝ [ un muy mal día ] ❞

 — Este es el comienzo de una nueva era,

nuestra era mi pequeño canario.









Una linda rubia despertaba en su departamento completamente desorientada y cansada.

- Carajo - gruñó al sentir el dolor punzante en su cabeza.

- Buenos días, mi canario.

Al escuchar esa voz intentó moverse pero oh sorpresa, sus manos y piernas estaban atadas a la silla.

- No tienes que esforzarte, Ecco hizo un buen trabajo con los nudos.

- ¿Que acaso no puedo estar cinco minutos tranquila sin que vengas a joderme, Jeremiah?

- Oh vamos, hace días que no nos veíamos, ¿no me extrañaste mi pequeño pajarito? - acarició su rostro con su afilada navaja.

- Primero, claro que no te extrañe y segundo, el único pajarito pequeño aquí es el tuyo.

Jeremiah soltó una carcajada ante la actitud de la rubia.

- Es una lástima que no me extrañarás, entonces supongo que no estas interesada en lo que traigo para ti - sacó de su bolsillo un frasco con un brillante liquido verde dentro.

- ¿Que mierda es eso?

- Ecco me dijo que últimamente tus dolencias iban en aumento, así que me tome la molestia de pedirle algo a Strange para que te sientas mejor.

- ¿Mis dolencias? - se burló - De no ser por la mierda que me hiciste yo estaría bien.

Jerome había muerto, Gotham estaba al borde de la locura y Jeremiah sabía que era el momento perfecto para iniciar su plan. Y para lograrlo necesitaba de Dinah, pero con algunas mejoras claramente.

- Ya te lo dije - se agachó a la altura de Lance, abriendo un poco sus piernas para acomodarse entre ellas - No te hice nada malo, solo te mejore para que le muestres a Gotham que eres más que la linda chica que canta en los bares.

- Vete a la mierda, copia barata de cepillin

- Como sea - dió un par de palmadas en los muslos de la chica y se puso de pie - Dejaré esto aquí, quiero que te sientas bien cuando me veas en acción.

- ¿De qué mierda hablas?

- Oh, ya lo veras - inclinó su cabeza hacia un lado - Presta mucha atención al reloj, el té dará la respuesta.

Dejando un beso en la mejilla de Dinah, se marchó con paso firme y una sonrisa en el rostro. Tenía asuntos importantes en en GCPD.

- ¡Maldita sea, Jeremiah! - gritó al verlo salir por la puerta - ¡Desatame maldito idiota!





(...)





Después de varios intentos Dinah había conseguido liberarse, claro que eso sucedió después de una larga hora de mentarle la madre a Jeremiah y Ecco. Pero lo importante es que lo logró. Ahora mismo se encontraba en el balcón de su departamento mirando con duda el frasco que Valeska le había traído.

Podía ser una trampa, otro sucio experimento de Jeremiah y Strange para hacerla "evolucionar" o podría ser verdad, quizá aquel liquido podría hacerla sentir mejor. De cualquier manera ¿Que más podía perder? Su madre había muerto, habían "asesinado" a la única verdadera amiga que había tenido en su vida, no tenía nadie que le amará. Estaba sola en aquel frió y deprimente departamento, si no fuera por los pequeños canarios que le hacían compañía lo más probable es que ahora mismo estuviera con una soga en el cuello.

- A la mierda - y así trago de golpe el "remedio" que habían creado para ella, al pasar por su garganta pudo sentir un ligero ardor que se limitó a ignorar.

Cerró sus ojos sintiendo la leve brisa golpear su rostro, no dejaba de pensar en su pobre madre. En como de un momento a otro había sido arrancada de sus brazos.

Un par de gritos en el pasillo del edificio interrumpieron sus pensamientos, tomo el arma que tenía escondida debajo del sofá y con cautela se asomó para ver lo que sucedía.

- Señor Ramírez, ¿Qué sucede?

El anciano la miró con una gran preocupación en sus ojos.

- Jerome está vivo, acabo de verlo.

- ¿Qué? Eso es imposible - negó - Todos lo vimos morir.

- Es la verdad, lo acabo de ver. Lo juro por el enorme aumento que tienen mis gafas - soltó rápidamente - Lo seguían un puñado de hombres armados, está afuera de la estación de policía. ¡Dijo que Gotham volvería a la edad de piedra!

Eso le preocupó a Dinah, el señor Ramirez no había visto a Jerome, sino a su querido gemelo maquillado.

- Tienes que empacar tus cosas, debemos irnos de aquí jovencita.

Vió al viejo correr -o al menos intentarlo- hacía su departamento, ¿a qué se refería con que Gotham volvería a la edad de piedra?

« El reloj te dará la respuesta»

La voz del ex pelirrojo resonó en su cabeza segundos antes que una estruendosa explosión se hiciera presente. Corrió nuevamente hacia el balcón y dejando caer el arma llevó sus manos a su boca con sorpresa. La torre del reloj estaba hecha mierda, Jeremiah había comenzado su plan.





(...)





Estúpida, estúpida, estúpida.

Era lo que se repetía una y otra vez Dinah. Pues en lugar de empacar sus cosas y largarse como le había recomendado -casi exigido- el señor Ramírez, decidió jugarle al superhéroe y se encontraba ayudando a los heridos en la torre del reloj.

Claro que esto nadie lo sabía, no quería llamar la atención.

- Ayúdenme por favor.

En esos momentos casi podía agradecerle a Jeremiah por las mejoras en su cuerpo, gracias a la gran agilidad e increíbles sentidos mejorados, encontrar a las personas bajo los escombros era más fácil. No le fue difícil encontrar a la persona que lloraba por ayuda, era un chico rubio de no más de 20 años. Su pierna estaba siendo aplastada por un enorme trozo de lo que alguna vez fue una de las ventas del reloj.

- Tranquilo, voy a sacarte de aqui - el chico al verla comenzó a lloriquear más y jaló de sus brazos con brusquedad - ¡Oye! ¿Qué mierda te pasa? Si no te tranquilizas te voy dejar aquí.

- Por favor, quítame esto de encima. Me voy a morir ¡A morir!

- Ay ya cállate - le metió un zape al chico que sólo colmaba su paciencia - Voy a levantar esta cosa y cuando lo haga tienes que arrastrarte hacia atrás lo más rápido que puedas.

- ¿Estás loca? Eres mujer, no podrás levantarlo.

- ¿Sabes qué? A la chingada, muérete.

- Está bien, lo siento.

Molesta por el comentario que había hecho, sin previo aviso levantó la ventana lastimando al chico quién se desmayó al instante.

- Genial, aparte de idiota es un cobarde.

Lo cargó en su hombro y lo dejó cerca de la zona en la que los oficiales se encontraban, seguramente ahí lo encontrarían. Pensaba ya largarse de la horrible escena pero a los lejos vio a Jeremiah adentrarse a un callejón seguido de los fanáticos de Jerome.

Rápidamente salió de aquel lugar para seguirlos ¿Cómo era posible que nadie los viera? Es decir, no todos los días ves a un payaso siendo escoltado por locos con armas, o quizá sí. Nada es raro en Gotham.

Subió por las azoteas de los edificios cercanos tratando de no ser vista, Jeremiah estaba hablando por teléfono, a pesar de que Dinah podía escuchar la conversación decidió ignorarla. Después de un rato encontró la manera de entrar a lo que parecía ser un bunquer.

- Oswald Cobblepot - escuchó decir a Valeska.

Asomó su cabeza y efectivamente ahí estaba, el famoso pingüino. Lance estaba gritando internamente, Oswald Cobblepot estaba ahí, frente a ella. Si semanas atrás le hubieran dicho que podría conocer al hombre en persona jamás lo hubiera creído.

« Dinah concéntrate, no es momento para tu loco fanatismo »

- No dé un paso más, señor Valeska - amenazó el pelinegro.

- ¿Ese es mi querido Jongleur con el interruptor en la mano y una granada sujeta a la boca?

La rubia asomó su cabeza sobre las cajas en las que se encontraba escondida, había un sujeto ( que pudo reconocer como uno de los seguidores de Jerome ) cubierto de sangre temblando del miedo con lo que sea que Jeremiah había dicho entre sus manos.

- Eso es correcto - afirmó Oswald.

- Parece que tienes la ventaja.

- Sin duda alguna - expresó con una enorme sonrisa - Tenemos nuestras demandas.





(...)





- $50 millones. ¿Eso es lo que quieres?

Cobblepot intentaba negociar con Jeremiah, el trato era 50 grandes por el interruptor de su arma. Algo estúpido al parecer de Dinah, Jeremiah no se dejaría manipular tan fácil, a pesar de estar actuando tan tranquilo y sumiso antes las peticiones del pingüino, ella sabía que tenía un plan B.

- Pero siempre hay un plan dos.- alcanzó a escuchar Dinah antes de que sentir una "pequeña" explosión a sus espaldas, que la dejó aturdida por unos segundos.

Pedazos de lo que alguna vez fue Jongleur cayeron sobre la cabeza de la rubia quien hizo una mueca de asco.

- ¿Acaso te has vuelto loco - gritó Oswald con la mandíbula apretada.

- ¿Por qué insisten en que estoy loco? - inquirió Valeska con molestia - No hay nada de loco en tener un plan de emergencia, algo que Jongleur nunca supo.

Dinah no sabía qué hacer, lo mejor de todo sería salir corriendo de ahí, pero ¿Cómo podría? Esa maldita voz en su cabeza la obligaba a quedarse ya ayudar al estúpido grupito que se atrevió a retar a Jeremiah.

- Y ahora como verán, este edifico esta dentro del rango de la explosión y debido a su interferencia voy a detonar las bombas en cuanto me aleje lo suficiente para observar la destrucción en paz.

« Ese maldito payaso loco »

Desesperada comenzó a buscar algo que pudiera utilizar para defenderse dentro de las cajas que estaban a su alrededor, lo único que había dentro eran capuchas negras con enormes sonrisas dibujadas en ellas.

- Bien por lo menos no sabrán quien los golpeo - se dijo asi misma.

- Dile a nuestros hombres que recableen las bombas en secuencia directa, y el resto de ustedes maten a estos tontos.

El primer disparo fue la señal de Dinah, con gran agilidad salto de su escondite golpeando a uno de los hombres armados, las balas volaban por todo el lugar y Lance pudo sentir como si el tiempo corriera lentamente -o quizá era ella la que se movía demasiado rápido- le arrebato de un golpe el arma a uno de ellos y comenzó a disparar mientras rogaba que todo saliera bien.

Eran demasiados para ella, no podía disparar y defenderse al mismo tiempo. Para su buena suerte Oswald y Bárbara habían comenzado a disparar también. Después de eso todo fue muy rápido, ni siquiera vio al tipo acercarse cuando sintió un enorme ardor en su pierna.

- Puta madre - gruñó del dolor al ver el cuchillo clavado en su piel.

Un tiro limpio en la cabeza por parte de Oswald fue suficiente para hacerlo caer de rodillas frente a Dinah. Ella le agradeció con la cabeza, ya que no podían ver su rostro. Al mirar atrás pudo ver a Jeremiah correr lejos del lugar, como pudo lo siguió. No sin antes tomar una de las armas que habían quedado en el suelo.

- No des ni un puto paso más, Valeska - se quitó la capucha, lanzándola lejos.

- Dinah, mi hermoso canario - bromeó el de piel blanca extendiendo sus brazos hacia ella - Que gustó me da verte.

Ella se mantuvo seria, sin dejar de apuntarle con el arma.

- Aquí se termina todo tu estúpido jueguito, nada de planes de emergencia, ni bombas. Solo tú y yo puddin - dijo haciendo énfasis en el ridículo apodo que Ecco le había dado al hombre.

- ¿Que vas a hacer? ¿Dispararme? - inquirió con ironía - Después de todo lo que hice por ti ¿Así vas a pagarme?

- ¿Lo que hiciste por mí? ¡Me secuestraste y experimentaste conmigo como si fuera una puta rata!

- Sabes que lo que hice fue necesario, Gotham tiene que cambiar, tú tienes que hacerlo. A tu madre...

- No metas a mi madre en esto - le interrumpió con una enorme molestia - Ella era una buena mujer, esta, esta - pensó cual sería la palabra correcta - Esta maldición fue lo que la mato.

- Es un don y lo sabes, solo que no quieres aceptar el enorme poder que tienes.

- ¿Poder? Lo único que ha traído el poder a mi vida ha sido muerte y desgracia - una lágrima corrió por su lastimada mejilla - Mataste a muchas personas inocentes en la torre del reloj, no dejaré que mandes a la mierda a Gotham.

- Como quieras, dispárame entonces.

Dinah quitó el seguro del arma y puso su dedo sobre el gatillo, pero su mano tembló. A pesar de querer hacerlo, no podía. Algo en su cabeza se lo impedía. Lágrimas de frustración comenzaron a caer como la lluvia.

- ¿Qué fue lo que me hiciste?

- Tenía que tomar ciertas precauciones - se acercó a ella y le quitó el arma de las manos - Tengo asuntos importantes que atender, espero que encuentres un lugar seguro para ver el inicio de una nueva era, nuestra era.

Sin más dio media vuelta y desapareció de la vista de la chica, dejándola sola y confundida.





(...)





- ¿Ya está todo en la camioneta?

- Sí, solo falta esto - respondió mostrando la mediana jaula que traía entre sus brazos.

- Los canarios de tu madre - el señor Ramirez los miró con cierta nostalgia recordado los momentos que pasó junto a la señora Lance - Tu madre era la hija que yo jamás pude tener.

Dinah sonrió con tristeza, desde que tenía memoria el señor Ramirez había estado apoyando a las dos mujeres en todo lo que necesitaran. Tanto era el afecto que le tenía la chica que lo llamaba abuelo.

- Tenemos que irnos, mientras más rápido mejor.

- Ya no hay de qué preocuparnos, la policía atrapó a ese desgraciado.

O eso era lo que toda la cuidad pensaba, pero era imposible que Jeremiah se diera por vencido tan rápido.

- Más vale prevenir, ¿no lo cree?

Encendieron el auto y se marcharon, dejando atrás todos los momentos que pasaron en aquel viejo edificio. Dejando atrás su vida en Gotham.

Después de un rato -por no decir horas y horas- habían llegado a los puentes, el tráfico era horrible. Uno podía sentir la desesperación de las personas a través de los cristales de sus autos, niños llorando, mujeres y hombres histéricos. Todo era un tremendo caos.

Mientras tanto Dinah y su acompañante cantaban Radio Ga Ga de Queen para despejar su mente. Ella estaba preocupada pero aun así se sentía en paz, quizá era una buena oportunidad de iniciar su vida desde cero, buscar un nuevo destino.

Unos gritos interrumpieron la voz de Mercury poniendo en alerta a la rubia.

- Quédese aquí, voy a ver qué sucede.

Al salir del auto pudo ver a todos corriendo de regreso a la ciudad, oficiales por todos lados gritando como locos.

- ¿Que está sucediendo?

- Tienen que despejar los puentes ¡Ahora! - Antes de poder responder, una explosión los hizo tambalear.

El puente había estallado, uno tras otro iluminaba la oscura noche. Dinah logró ver a su amigo salir de la camioneta asustado, intento acercarse a el pero una avalancha de personas se lo impidieron. Todos corrían asustados hacia el lado contrario empujándola en el proceso

- No, no, no. A un lado ¡Déjenme pasar!

Pero todo fue en vano, el puente en el que se encontraban cedió. Todo se nublo para Dinah, su mirada se encontró con los dulces ojos del ancianito quien le daba la sonrisa más honesta del mundo, abrió la jaula liberando a los canarios y cerró sus ojos aceptando su destino. De un momento a otro la mitad del puente había desaparecido, Dinah estaba en el suelo, con los ojos bien abiertos. Había sido pisada, empujada, golpeada, pero nada se comparaba con el enorme dolor en su pecho.

El hombre que la había acompañado toda su vida, aquel que la había defendido de las bravuconas en la secundaria, el que ayudo a su madre a librarse de su alcohólico padre, estaba muerto.

Se dejó caer al suelo gritando, haciendo que todos los vidrios de los autos que estaban cerca estallaran. Ese había sido un mal día, un muy mal día.

Y aquí tienen el primer capítulo de la historia, no olviden votar y comentar si les gusto. Les amo <33 ( Por cualquier falta de ortografía pido una disculpa JSJSS )

🐧 𝕳0𝖔𝖓𝖊𝖞𝖑𝖊𝖒𝖔𝖓




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