{🫧XXXI} Archipiélago de Sabaody
Después de acabar con Duval y sus subordinados, tal como Camie les prometío, Hatchi les cocina de aquella comida exquisita que satisface a toda la tripulación pirata. Sin embargo, Duval llega a molestarlos en su hora de comida sólo para agradecerles por el favor que le hizo Sanji, el cual fue arreglarle el rostro al enemigo.
Duval comienza a presumir de lo guapo que ahora estaba para luego acercarse a Hela—. Qué te parece, chica linda? Acaso no soy lo suficientemente apuesto para salir contigo? —Coquetea seguro de sí mismo.
—Aléjate de ella!! —Gritan Sanji y Dusan a la defensiva.
—Ni aunque fueras el último hombre en el mundo. —Rechaza la estratega asqueada.
El rubio se encoge de hombros ante la respuesta de la asesina, pero se recupera cuando piensa que habrá muchas chicas más a las que no se resistirán a su rostro. Duval se queda admirando de su nuevo rostro mientras aprovecha para coquetearle a Nami y también ofreciendo su ayuda en lo que fuera enterándoles su número para que se comuniquen con el Den Den Mushi.
Una vez que finalizan el banquete, Hatchin les explica a los piratas que es más complicado para los humanos llegar a la isla Gyojin. Pappag añade un par de cosas acerca de la ruta más segura para llegar a ella. No obstante, la estrella de mar afirma que hay otra ruta se puede tomar siendo esta mucha más peligrosa, a lo que Camie afirma que para que el Sunny pueda sumergirse hasta el fondo del mar, tendrán que conseguir un revestimiento para el barco que se encuentra justamente en la isla que se dirigen ahora.
—Hemos llegado!!! —Avisa Pappag con entusiasmo haciendo que los Mugiwara se emocionen al ver el Archipiélago de Sabaody.
Era una isla bastante bonita de la cual flotaban enormes burbujas, con mucha vegetación y aire fresco y agradable. El barco se instala en el Grove 41 y como siempre, el capitán es quien baja primero a explorar la isla, seguido de los demás dividirse en grupos para encontrar a un artesano revestido para el Sunny, y los otros grupos se irán a explorar del lugar.
—Pero una vez dentro de la isla, quiero que me prometan algo. —Pide el pulpo—. Veremos a Nobles Mundiales.
—Quienes son ellos? —Desea Luffy saber.
—Los habitantes de la Tierra Sagrada, Mary Geoise. —Responde Robin.
—Qué hay con ellos? —Insiste Luffy.
—Pase lo que pase en la ciudad, deben prometer que no atacaran a los Nobles Mundiales! Aunque maten a alguien frente a sus ojos. Sólo finjan no haber visto nada!! —Advierte seriamente Hatchin.
Ante la promesa de Hatchin, Hela sintió un poco de culpa al aún no decirle a Dusan sobre su linaje. Estaba buscando el momento adecuado para la revelación pero los pasados días, su hermano estaba muy ocupado con Chopper y Usopp. Ante ello, no quería interrumpir la diversión que su hermano disfrutaba con sus nakamas. Por lo que supuso que este sería el momento para decirle.
—Dusan, espera...
—Hela! Voy a ir con Luffy y Camie. —Avisaba el chico de ojos azules.
—Te tengo que decir algo...
—Mmh no puede esperar? Es que ya se están yendo. —Hace un puchero.
—No. No puede. Mereces saber...
—Agh! De seguro me vas a sermonear de que no soy lo suficientemente capaz para cuidarme y por eso no me vas a dejar ir! Sabes? Te has vuelto muy estricta y pesada conmigo. —Bufa rodando sus ojos.
—Oye! Respeta a tu hermana mayor! —Pide Sanji a lo lejos.
—Sí, respétame, mocoso! —Apoya Hela.
Dusan se aparta de su hermana con dirección al grupo de Luffy—. Ya me voy.
Hela frunce el ceño—. Oye! Aún no acabo contigo!
—Dale su espacio, Hela-luv. —Aconseja Sanji detrás de ella—. Déjalo que busque sus propias aventuras. Aunque tiene razón, eres muy sobre-protectora con él. —Lo fulmina con la mirada haciendo que el rubio retroceda unos pasos—. Ejem, cambiando de tema, has podido pensar acerca de nosotros?
—Ah! Ahora quien es el pesado? —Cuestiona irónica.
—Sólo me interesa saber si has logrado llegar a la conclusión de que soy mejor opción que Ace. —Expresa pícaro.
—Agh... tu no entiendes lo que es...
Un grito por parte de Usopp interrumpe su conversación—. Zoro!! A dónde crees que vas tú sólo?
El peliverde se gira—. A pasear. Por qué?
—No lo hagas! —Regaña Usopp.
—Te perderás, maldita sea! Nos tardaremos en encontrarte! —Recuerda Sanji.
—No me voy a perder!! —Reniega el espadachín—. Quién se va a perder en un lugar como este? Todos los árboles tienen un número escrito en ellos.
Su explicación consigue convencer a Sanji y Usopp pero no a Hela—. Aha, aún así se va a perder como un bebé llorón. —Argumenta bajándose del Sunny para acompañar a su nakama.
—Qué no me voy a perder! Ves? Estamos en el Grove 1. —Insiste.
—Además de idiota, estás sordo y ciego. —Suspira frustrada—. Qué no escuchaste decir a Hatchin que estamos en el Grove 41, ves?! —Toma la cabeza de Zoro para que vea el número.
—Oye, Hela! Pero si tenemos que hablar! —intenta el cocinero detenerla.
—Nope! No hay nada de qué hablar! —Lo ignora caminado a un lado de Zoro.
Cuando se adentran más a la isla, Zoro se atreve a hablar con la estratega—. Por qué de repente quieres estar conmigo? Muy cobarde para enfrentarte al ridículo de tu novio?
—No es mi novio. Ya no. —Desvía la mirada.
—Pasó algo entre el hermano de Luffy y tu? —Desea saber sorprendiendo a Hela por los intereses de Zoro.
—Por qué te importa saber?
—No es eso. —Explica—. Me refiero a que te he visto que intentas hablar de eso con Nami o Robin pero noto que te incomoda y te arrepientes al final.
El peliverde tenía razón, a Hela le incomodaba hablar de sus problemas amorosos con las chicas por temor a que se burlen de ella o la juzguen. La pelimorado jamás pensó verse envuelta en un triángulo amoroso y lo odiaba. Necesitaba olvidar de sus líos y que mejor caminar con Zoro, una persona que le daba igual la situación del amor. Le da un leve golpe con su codo al costado de Zoro—. Aww! Si te preocupas por mí.
Zoro rueda sus ojos—. Cómo sea. Sólo digo que si ese cocinero pervertido te hizo algo, yo mismo me encargo de él.
Su comentario hace sonreír a la estratega—. Gracias, pero no me hizo nada. —Siguen caminando en silencio por un rato hasta que vuelve a hablar—. Te debo una disculpa por lo que pasó en Water 7. Debí reaccionar antes de que...
—No. —Interrumpe Zoro en seco—. Yo soy quien debió estar más alerta. Por mi culpa te apartaste de la tripulación y de tu hermano. Pese a que le dije a Luffy lo sucedido y aún así no me culpó. Tomo toda la responsabilidad por lo que te sucedió mientras estabas con ese jefe tuyo. Lamento no poderte rescatar. —Confiesa arrepentido.
Ahora Hela entendió por qué Zoro comenzaba a comportase con ella de este modo. El espadachín se sentía obligado a pagar su deuda con la asesina. Por eso lo sucedido en Thriller Bark—. Es por eso que no me dejaste sacrificar contra Kuma?
Este traga saliva nervioso—. Tú...?
—Sé lo que hiciste por Luffy y nosotros. Zoro, aún sigues malherido... —Intenta tomarlo del brazo pero este lo aparta bruscamente.
—No hay nada de qué hablar. —Se rehusa a seguir con el tema.
—No lo iba a comentar. —Aclara—. Pero si de verdad aún no te recuperas, yo te cubro. —Consigue apoyar su mano en el hombro de Zoro haciendo que este la mire por primera vez—. Para eso cuentas conmigo.
Zoro esboza una diminuta sonrisa que apenas es visible en su rostro—. También cuentas conmigo, Hela.
—OH! Espera un momento! Acaso hice que sonrieras?! —Cuestiona sarcástica y burlona—. El cazador de piratas Roronoa Zoro sonríe?!
—Eres una de las pocas personas que lo ha logrado. —Revela.
—Es todo un honor—. Le sigue el juego exagerando su voz.
Después de conectarse más, los piratas se van a un bar en busca de alcohol donde la pelimorado se atreve a confesarle de su viaje con Ace y compañía, con la respuesta de que eligiera al pecoso pues le caía mejor que Sanji. Entre demasiados tragos, risas y burlas, los Mugiwara se la estaban pasando muy cómodos hasta ser interrumpidos por un hombre.
—Cazador de Piratas Roronoa Zoro. Asesina Aniquiladora Hela. —Interrumpe la voz del hombre.
—Te importa? Estamos ocupados. —Ignora Hela.
—No es coincidencia que nuestros caminos se hayan juntado. —Insiste el hombre haciendo que los piratas se giren para verlo.
El hombre lucía con una blanca túnica abierta resaltando su pecho, pantalones morados y una bufanda que cargaba su espada; cabello rubio-oro ondulado, ojos rojos y con dos pares de delgados triángulos en sus cejas—. Oye, déjanos beber en paz. —Pide Zoro.
Hela se fija en la apariencia del hombre—. Mmh, no está tan mal? O tú que opinas, Zoro?
—No es mi tipo. —Le da un trago a su bebida.
—Uyy! Yo sé cuál es tu tipo. —Indaga Hela pícara para después girarse con el hombre—. Quién eres y por qué debería importarnos?
—Oye! Más respeto para nuestro capitán! Él es quien esta interesado en ti! —Demanda uno de los sirvientes del rubio.
—Por qué?
—Porque según mis cartas, en un futuro ustedes estarán involucrados en un conflicto que me perjudicará—. Desenfunda su espada—. Por lo que planeo acabar con ustedes en este mismo lugar.
Los Mugiwara comparten miradas en busca de respuestas—. Quién dijiste que eras?
—Basil Hawkins. —Dicho su nombre, intenta atacar a Hela con su espada pero Zoro bloquea el impacto.
—Primero deja que nos terminemos este último trago y después peleamos. —Propone el espadachín y con ello se pelea contra Hawkins.
Mientras tanto, Hela se pelea con los demás tripulantes del pirata Hawkins. Sin embargo, su diversión no les dura pues personas alrededor del bar alertan que la Marina se aproximaba, por lo que Hela y Zoro deciden escapar de la pelea al recordar la promesa que le hicieron a Hatchin de no meterse en problemas. No obstante, cuando estaban corriendo, la pelimorado tropieza con un pie en su camino a punto de caer al suelo sino fuera porque sintió que unos brazos tomaban de ella. Aquel contacto hizo que su mente se nublara y viera de nuevo una de sus visiones que tuvo en Thriller Bark.
Se trataba de aquel chico con tatuajes acariciando su cuerpo con delicadeza, en su cama, compartiendo besos completamente desnudos. Pese a ello, consigue deshacerse de su visión y lo primero que ve es el brazo de la persona que la sostenía el cual tenía los mismo tatuajes que el chico de su mente. Esto hace que Hela lo empuje pasmada elevando su vista para mirar que efectivamente ese chico era el mismo.
Piel morena, ojos grises, cabello oscuro, la única diferencia era que este usaba de un sombrero de peluche con manchas negras en el borde. Al parecer el chico también miraba extraño a Hela pues no sólo fue la asesina quien vio de la visión, sino que compartió de ella involuntariamente con el moreno.
Los dos pierden la noción del tiempo al quedarse clavados en los ojos del otro, sino fuera por Zoro quien notó que Hela se había quedado atrás—. Esperas que la Marina te atrape? Vámonos! —La toma de la mano alejándola del chico.
El espadachín se percató del la razón detrás del retraso de Hela, por lo que se gira para ver al de ojos grises y fulminarlo con la mirada.
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