{🫧XLII} Aquel evento canónico que cambió su vida
NINETEEN YEARS AGO
Cuando Atlas Katja miró directo a los ojos de su propia hija, se dio cuenta del verdadero padre de la niña. No era su actual esposo el rey de Thorne, sino era su viejo amor y amante, Dracule Mihawk dado a que los ojos eran iguales a los del mejor espadachín del mundo.
Su hija era una bastarda.
Cuando llegó al reino su esposo el rey se moría de ansias por ver a quien cree que es su hija, por lo que no tenía mucho tiempo para hacer algo al respecto con el verdadero linaje de su hija. No obstante, antes de llegar al reino, logró contactar a una vieja conocida quien le debía un favor a la reina y que mejor momento para pagar esa deuda en un momento así de críticos. Por lo que llegó en un periodo corto de tiempo sorprendiendo a Katja por la rapidez.
—Clea! No sabes el alivio que me haces sentir en estos momentos al verte.
La famosa Clea sonríe—. Lo que sea por la mujer que me salvó la vida ante esos demonios. —Recuerda—. Katja, sacrificaste tus poderes por mi, algo que nunca olvidaré y cargaré siempre. Dime, que es lo que se te ofrece?
—Necesito que realices el hechizo de fisiomófico. —Pide sin pensarlo.
—El encantamiento del glamour? —cuestiona asombrada—. Qué intentas ocultar?
Katja baja la mirada, se asegura de que no haya nadie espiándolas para revelar la verdad—. Tuve un romance con Mihawk que terminó en esto. —Señala a la bebé.
—Se nota que tu nunca pierdes el tiempo. —Aprovecha para burlarse discretamente.
—Esto es serio, Clea. —Regaña—. No puedo permitir que Matze se entere de que no es su hija. No tienes ni idea de lo que es capaz.
—Créeme, lo sé. —Niega la bruja desviando la mirada—. Está bien, te ayudaré.
Con ello, Clea se pone manos a la obra y lanza el hechizo en un collar con una gema amarilla para después colocársela alrededor del cuello de la bebé durmiente dando la indicación que ese collar irá ajustándose conforme la bebé vaya creciendo y resaltando que el encantamiento no tiene caducidad.
La niña abre los ojos los cuales dejaron de ser los amarillos llamativos a unos cafés iguales a los de su madre—. Oh, Clea! Nos has salvado la vida. —Abraza a la bruja.
—Fue lo único que pude ocultar, Katja. —Añade insinuando que había algo más.
—A qué te refieres?
—Es tu hija también, Katja. Por lo que tarde o temprano sus poderes darán a luz.
Katja retrocede—. Te equivocas, me embaracé de mi hija cuando me quedé sin mis poderes. No tendría sentido que le transmitiera mis inexistentes habilidades a ella. —Recalca.
—La magia da muchas sorpresas, por eso sigue siendo un enigma sin resolver. Sólo te advierto porque me preocupa que sigas con ese rey de mierda.
—Te lo agradezco, Clea. —Justo en ese momento, las puertas suenan—. Es Matze! Rápido, Clea, sal de aquí! —Apresura.
Pasaron un par de meses con Katja actuando normal para no levantar sospechas de la sangre de su hija. No obstante, una noche cuando todos estaban dormidos, el rey regresaba del baño pasando por el cuarto de su princesa para seguir admirándola.
Acaricia su cabeza con gentileza diciendo que lo único bueno que había salido de su matrimonio era la pequeña Ashla. Susurró que la iba a proteger ante aquel que temiera tocarla y la defendería hasta el fin de los mundos. Consigue cargarla hasta sus brazos logrando despertarla por lo que suelta un llanto. Matze intenta arrullarla sin éxito y cuando ambos cruzan miradas, el rey se entera de la verdad.
El collar de Ashla no estaba, sus verdaderos ojos dan a luz revelando lo que su misma esposa le había estado ocultando. Deposita a la niña devuelta a la cuna encaminándose después a su cuarto dando un puertazo despertando así a su esposa. Katja se restriega los ojos cuando la luz se enciende percatándose del rey molesto mirándola.
—Cuándo me ibas a decir de tu secreto?! —interroga amenazándola con la mirada.
Katja controla sus nervios mostrándose neutra—. Qué secreto?
—Cuándo me ibas a decir que Ashla no es mi hija? —suelta enojado. Katja no movía ni un sólo músculo—. Es por eso que le compraste ese collar embrujado?! Para ocultar sus ojos?! Me engañaste?! —Se acerca a paso apresurado para tomar el rostro de la reina con su mano por debajo de los labios con fuerza apretando sus mejillas—. Por qué lo hiciste, Katja?
Mantiene la mirada fija en el rey—. Tú respóndeme. Soy tu cuarta esposa, la cual el mundo cree que no murió por parto. Te acabo de salvar tu reputación! De nada. —excusa saliéndose con la suya.
Sacando la verdad a la luz, Matze—. Eres una egoísta! —logra lazar a su esposa lejos de la cama—. Y qué si estoy maldito?! Me daba igual si morías en el parto. Sólo te iba a recordar como la esposa que me dio un heredero vivo y ni aún siguiendo respirando pudiste dármelo.
La reina intenta acercarse a cajón para sacar una pequeña daga para defenderse, pero el rey es más rápido y consigue machucar los dedos de Katja—. Ahora qué? Me vas a matar a mí y a mi hija? —cuestiona aguantándose el dolor—. Es verdad, no puedes. Sino que dirá tu pueblo y el gobierno?! Que el rey del reino más poderoso del Nuevo Mundo se dejó engañar ante sus ojos? Imagínate la vergüenza que pasarías, perderías mucho respeto hacia los demás. —Se ríe ante lo absurdo que sería que ese escenario sucediese.
—Cállate! —azota un golpe directo al rostro de Katja haciendo caer a la reina al suelo.
—No puedes hacer nada! Acabo de enlazar nuestros destinos —finaliza escupiendo sangre.
Levanta a su esposa del suelo—. Te daré una segunda oportunidad para que ahora me des un digno heredero esta vez. —La arroja de vuelta a la cama mientras se va quitando sus pantalones.
*******
Justo un día cuando Ashla se encontraba en la escuela, como de costumbre, los niños comenzaron a burlarse de ella. La chiquilla se armó de valor y golpeó a uno de los agresores ganándose varias miradas de asombro de los niños que la rodeaban. No obstante, un infante regordete estaba a punto de golpearla en el rostro pero la había tomado del collar encantado por lo que falló y terminó haciendo el ridículo.
Los demás se sorprendieron ante la revelación de los ojos de Ashla. Algunos se asustaron ante la mirada que la princesa les daba. Otros solamente se quedaban parados mientras que el resto comenzaban a reírse. Los niños empiezan a especular del verdadero linaje de Ashla mientras que la pequeña se fija en el collar tirado al suelo. Un niño estaba a punto de pisar de la joya sino fuera porque Ashla logra tomarlo a tiempo cerrando su puño pero llevándose consigo un pisotón en la mano—. Qué patética eres. —Le escupe directo en el rostro y los niños dejan sola a Ashla quien contenía sus lágrimas.
Al término de la escuela, Ashla se dirige corriendo directo al castillo para poder llegar a su cuarto y soltar el llanto pacíficamente. La reina se fija que Ashla se limitó a saludarla por lo que se encamina al cuarto de su hija.
—Ashla? Te encuentras bien? —pregunta con delicadeza.
La pequeña sigue llorando calladamente hasta que se atreve a alzar la cabeza—. Es verdad? Es verdad que soy... una bastarda?!! —grita lo último cruzando miradas con las de la reina.
Katja se queda sin palabras ante su hija. Esos ojos que sólo le traen recuerdos de Mihawk. Comienza a lamentarse por tener un romance secreto con el pirata, por el simple hecho de que le ha traído únicamente problemas a ella y su hija quien no ha podido vivir una vida tranquilamente. Al mismo tiempo se alegra que Ashla no sea hija de Matze por lo horrible persona que es el rey.
Matze estaba hecho una furia por lo sucedido en la escuela, iba a descargar su ira en la pobre niña pero Katja sugiere que mejor mandara a silenciar esos "rumores", por lo que Matze mandó a callar a los familiares de esos niños sobornado a los padres con una suma generosa de dinero acompañado de una amigable amenaza haciendo como nada hubiera pasado por al menos unos meses más. Hasta que llegó un evento que haría cambiar la vida de Ashla y su hermanito.
Un espía que se encontraba en cubierto por los Marines descubrió la verdad de la reina Jann Katja. Una revelación que hasta la misma Katja oculta a sus propios hijos para poder protegerlos. Una noche, los Marines comienzan a rodear el castillo del reino de Thorne despertando alarmas por todo el lugar pues buscaban capturar a Katja, Ashla y su hermano menor. Katja sale en busca de su Den Den Mushi para llamar a alguien a quien no estaría segura de si la ayudaría pero tenía que intentarlo. Después se dirige al cuarto de sus hijos a ir a despertarlos.
Ashla ya estaba despierta por el ruido del bombardeo y disparos fuera del castillo, mientras que el príncipe seguía durmiendo plácidamente—. Madre, qué sucede? —Desea Ashla saber.
—La Marina está atacando el reino.
—Pero, por qué? —Pregunta el chiquillo.
—Se han enterado de unos secretos y buscan apresarnos a los tres. —Toma a sus hijos por los brazos y se agacha para quedar al mismo nivel que los chiquillos—. Ya no es seguro que se queden aquí.
En realidad, para Ashla jamás fue seguro. No obstante, lo único que le pasaba por la cabeza a Ashla era proteger a su hermano—. Qué hacemos, madre?
El Den Den Mushi suena y Katja contesta— Katja-san? —se escucha un hombre del otro lado de la linea.
—Mihawk! No pensé que fueras a contestar.
—Escuché que atacan tu reino. Te encuentras bien? —desea el espadachín saber.
—Yo estoy bien. Pero necesito que vengas. Por favor, Mihawk. —pide desesperadamente.
La reina se sorprendió con el hecho de que Mihawk ya estaba en camino por lo que antes de lo esperado. Ya el reino estaba a mitad de ruinas. Matze no se encontraba por ningún lado, suerte para Katja.
Cuando los ex-amantes cruzaron miradas, la reina de Thorne abrazó a Mihawk aliviada ignorando lo que había sucedido en el pasado. El pirata le regresa el abrazo—. Cómo llegaste tan rápido?
—Mis contactos me avisaron que la Marina tenía planeando atacar tu reino. Intenté llegar antes que ellos pero se encontraba más cerca que yo. Mis disculpas, Katja-san.
—Está bien, Mihawk. De hecho...
—Te puedo sacar de aquí sin que nadie se dé cuenta. Si nos vamos ahora... —la jaló de la mano pero Katja se mantuvo parada.
Baja la mirada con tristeza—. No me puedo ir. Si me voy, nunca podrán escapar de los Marines.
—Quiénes?! —pregunta Mihawk y con ello, la reina indica que sus hijos salgan del escondite. Mihawk se sorprende al ver a los niños.
—Son mis hijos. —Confiesa Katja pero Mihawk había desviado la mirada aún sin creer lo que estaba viendo—. Mihawk, la niña es tu hija. —Le quita el collar encantado dejando ver la clara evidencia.
El espadachín retrocede—. Cómo? Cuándo? —balbucea.
—No importa ahora. Necesito que te lleves a mis hijos lejos del reino! —Implora apresurada.— Por favor, hazlo por mi.
—Qué se supone que haga con dos niños?
—Protégelos por mi! Por favor! —ruega.
—Katja...
Se lanza a los brazos de Mihawk—. Si alguna vez me amaste, me concederás este favor. —Dice en contra su pecho—. Es lo único que te he pedido en toda mi vida. Ellos ya no están a salvo aquí.
Mihawk choca miradas con la pequeña Ashla quien transmitía que los ayudaran mientras que el pequeñín se mantenía abrazado de su hermana—. Está bien. Lo haré. —susurra.
Ambos se separan—. Estoy eternamente agradecida contigo, Mihawk. Gracias.
El pirata se preparó para embarcar lejos del reino mientras que Katja se despide de sus hijos—. Mami, no quiero ir con ese señor. —Niega el niño—. Me quiero quedar contigo.
—Lo siento, querido. El castillo ya no es seguro. —Katja acaricia la mejilla de su hijo con delicadeza admirando por última vez el rostro de este llena de culpa y arrepentimiento.
—Mami... —El chiquillo se lanza a los brazos de su madre dándole un fuerte abrazo mientras lloraba en su hombro—. No me quiero alejar de ti.
Katja le regresa el abrazo el cual dura poco tiempo pues la reina apresura las cosas. Después toma a su hija por sus brazos para sostener una seria rápida conversación con ella—. Ashla, te encargo mucho a tu hermano menor. Jamás lo pierdas de vista y mantenlo alejado de tus problemas personales. —Pide clavando su mirada en los ojos de su hija.
—Lo haré, madre. —Su despedida es más fría que con la de su hijo.
La reina les da un abrazo grupal final para ahora si alejarse de ellos con el fin de proteger a sus descendientes del Gobierno. Quien se queda parada viendo partir a su madre es la princesa admirando como es que llegaban soldados a atacarla, Ashla quedó atónita al ver como lastimaban a su madre pero en ese momento Mihawk tomó a la chiquilla para salir lo más rápido del lugar sin ser descubiertos.
Una vez que el barco del espadachín se encuentra a varios kilómetros de distancia del reino de Thorne, los niños salen de este muy asustados al sentirse intimidados por el pirata quien no mostraba empatía con ellos. No obstante, alguien más sale del barco sorprendiendo a los tres.
Mihawk desenfunda su espada apuntando a la mujer de cabello beige—. Prometo no hacerles daño a ninguno de los tres, creo que los niños han sufrido suficiente por hoy.
—Quién eres? —Cuestiona el pelinegro.
—Una aliada. —Se limita a dar detalles.
—Tendrás que darme más detalles sino quieres que me deshaga de ti ahora mismo. —Amenaza con una mirada penetrante.
La mujer sonríe de lado—. Soy una vieja amiga de Katja, Clea. Soy una bruja como Katja.
—Qué haces aquí?
—Me encargo de vigilarte para ver si cumples con la palabra de mi amiga. —Revela con cara de pocos amigos—. Nunca lograste caerme bien, Mihawk. Aún no consigo entender por qué Katja te quiso.
El pirata baja la guardia analizando lo que Clea le dijo—. Tampoco yo. Por eso no creo que yo sea apto para cuidar dos infantes.
—O más bien no quieres. —Desvela Clea.
—Por qué no te pidió a ti que cuidaras de ellos? —Desea saber.
Clea le da la espalda—. Tuvimos una fuerte pelea, ella no quiere saber nada de mí. Fue culpa de ambas pero sostengo mis propios ideales. —Confiesa frunciendo el ceño—. No puedo cuidar de dos niños, soy una mujer buscada por ser una maldita bruja. Sumando a que el encantamiento que Katja me puso viene con una maldición como advertencia, no sé cuánto tiempo me queda de vida. No quiero que los niños se encariñen conmigo y termine muriendo al poco tiempo.
El espadachín se pone a analizar la situación para llegar a la mejor solución para los hijos de Katja. Hasta que recuerda que en Logue Town se encontraba un conocido de hace años, quizá él les pueda ayudar. Incluso suena una gran idea, si es que cualquiera de los niños queda elegido podrían hacer dinero para mantenerse por su cuenta. Mihawk le cuenta su plan a Clea a lo que esta acepta dudosa por la reputación de aquel hombre.
Es así como ambos llegan a un acuerdo y primero plantean la idea de borrarles la memoria a los chiquillos para que olvidaran su traumática niñez y también con el fin de protegerlos de la Marina y Gobierno. Al mismo tiempo, Mihawk les dio un nuevo look para los niños cortándole su cabello y pintando de este, y por último les cambiaría sus nombres.
—Ahora tú serás conocida como Hela. —Indica a la pequeña.
—Hela... —Responde la pequeña Ashla confundida.
—Ayúdame a escoger un nombre para tu hermano. —Pedía el pirata.
—Dusan! —De inmediato responde la princesa—. Mi hermano se puede llamar Dusan.
—De acuerdo. —Dice sin darle importancia desviando su atención a Clea quien preparaba el hechizo de eliminar recuerdos.
—Esto no va a doler nada, pequeñines. Acabará lo más pronto de lo que creen. —Conjura el hechizo rezando que se volviera a encontrar con cualquiera de los dos para restaurar sus recuerdos.
Es así como una vez que llegaron a Logue Town con los niños durmiendo por todo el viaje, los encaminaron al bosque por la noche para dejarlos en un lugar a salvo y que tenga lo que tuviera que pasar al día siguiente. El contacto de Mihawk le informó que no estaría en la ciudad hasta dentro de unos meses más tarde, por lo que los chiquillos tendrían que ingeniárselas para cuidarse hasta ese entonces.
Pero eso será historia para otra ocasión pues Hela estaba despertando de su sueño.
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