
⋆·˚ ༘ * ☀️ 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐓𝐞𝐧
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐄𝐍! 𝐖𝐇𝐄𝐑𝐄'𝐒 𝐇𝐄?
Desperté conectada a un montón de cables. La luz encima mío era tan fuerte que sentí como me cegaba un poco. Me tallé los ojos y me levanté un poco.
Emily y Penelope se levantaron de inmediato y fueron hacia mi.
—Cariño, estás bien...–Prentiss acaricio mi cara con la parte trasera de su mano. Sonreí.
—Si... me siento horrible.
—Lo sabemos nena.–Me respondió Penelope. Mire a los lados, esperando ver a alguien más.
—¿Dónde está Spencer...?–Ellas se miraron. Supe que algo estaba mal de inmediato y no me gustó.–¿Dónde está Spencer?
—Sunny, lo importante es que lo están buscando...–Me afirmó Penelope.
—¡¿Cómo?! Ese imbe... ¿él se lo llevó?–Puse mis manos en mi cara e intente no llorar.
—Cariño, él estará bien. Lo que importa es que te recuperes, esos perros te mordieron.
—¡No me importan los perros! Quiero que él esté bien. Llévenme al trabajo ahora.–Solté esa frase que nunca creí que diría. Me gustaba mi trabajo, pero no lo suficiente para salir sabiendo que estaba mal, pero ahora me importaba más que nada llegar y que me dijeran que estaba pasando. Necesitaba buenas noticias.
—Están en casa de Tobías, ¿estás segura de que puedes ir sin problemas?–Prentiss posó su mano en mi hombro.
—Si eso me llevará cerca de él.
[...]
Tuve que ir a la casa de Tobías con ayuda de unas muletas extrañas, resulta que la mordida había sido mucho más profunda de lo que creía, y me había hecho bastante daño.
Veía la carretera pasar al lado del auto, creí ver a un perro en el camino y casi me caí. Las chicas me miraron asustadas, incluso Prentiss casi se sale del carril por mi culpa.
—¿Está todo bien nena?–Me miró Penelope.–¿Quieres un dulce o algo? Algo que te anime.
—No, gracias... ¿cuanto tiempo lleva él ahí?
—Un día y medio.–Jugué con mi pulsera y traté de tranquilizarme, fallando. La entrada de Hotch entró en mi celular y conteste de inmediato.
—Dime que él está bien.–Me adelanté antes de que el dijera cualquier cosa.
—Aún no Sunny. ¿Cómo estás?–Tome fuerzas de donde pude, sabía que no debía hablarle así a mi jefe, pero estaba muy enojada.
—¿En este momento? En este preciso momento estoy odiándote, estoy odiando a todos porque aún no saben dónde está Spencer, ¡y no saben lo que ese loco podría estar haciéndole!–Grité sin poder evitarlo, pero su voz seguía tranquila.
—¿Necesitas algún cuidado extra?
—...Medicinas y estaré en muletas un par de semanas.
—Bien, dile a Penelope que llame cuando estén cerca.
—Muy bien señor.–Él colgó.
[...]
Llegamos a la casa, les aseguré a todos que podría trabajar, pero insistieron en que me quedara en reposo por un par de horas más hasta que realmente me sintiera bien.
JJ llegó junto a Derek y se reunieron con Hotch y Gideon, quienes hasta ahora habían estado murmurando para que yo no escuchara lo que estaba pasando con el caso.
—¿Tuvieron suerte con el contacto?–Preguntó Gideon.
—No tiene idea de donde esté Hankell, pero ya sabemos que tiene un problema de drogas. Dilaudid.–Contó Derek.
—Puede explicar la fractura psicótica.–Murmuró Hotch.
—¿De que están hablando?–Cuestionó JJ por mi.
—Tobías vive como tres personas diferentes; él mismo, Raphael, y su padre.–Señaló Gideon la foto y todos la vimos. Todo esto era más enredado de lo que era antes, y solo me hacía preocupar más.
—Sunny, ve a la habitación con Penelope.–Ordenó Hotch al notar mi estado.
—Pero...
—Es una orden.–Asentí y me levanté. Con mucha fuerza logre llegar a la habitación donde estaba Penelope. Me ofreció un par de M&M's y una silla, acepte ambos y puse mi cabeza en su hombro.
—Me corrieron Pen.
—Lo siento linda.–Ella siguió con lo suyo en su computadora. Las pantallas se apagaron.
—¿Qué pasa?
—No, no, no lo sé.–Las pantallas se volvieron a encender y mostraron en vivo y a directo a Spencer. Estaba amarrado en una silla, tenía sangre en la cabeza, se veía demacrado y cansado. No pude.–No puede ser.
—¡Oigan! ¡Vengan chicos!–Los llamé rogando. Llegaron casi corriendo y vieron a Spencer igual de sorprendidos.
—Lo golpearon.–Notó JJ.
—¿Puedes rastrearlo? Por favor Penelope, dime que puedes.–Suplique.
—Solo transmite a su computadora.
—Es para nosotros.–Dijo sin rodeos Gideon.–Sabe que estamos aquí.
—Lo voy a empalar cuando lo encuentre.–Aseguró Derek.
—¿No puedes localizarlo todavía?–Preguntó Hotch al ver cómo Penelope tecleaba algo en la computadora.
—Cambia de dirección IP cada treinta segundos, no puedo rastrearlo así.–El video empezó a emitir sonido, me acerqué mas a la computadora.
—¿Lees la mente de las personas?–Preguntó Tobías.–¿Ves está basura? Elige quien morirá. Elige uno que vivirá.
—No.
—Creí que serías una especie de salvador.
—Eres un sadico en un episodio de psicosis. No dejarás de matar, tu palabra no vale.
—Los otros paganos observan.–Spencer miró a la cámara.–Elige al pagano que morirá y dire el nombre y la dirección de la persona que se salvará.–Se veía tan solo, tenía ganas de saltar dentro de la pantalla y abrazar a Spencer con todas mis fuerzas. Apreté mi puño, pero JJ tomó mi mano y la abrió para que no me lastimara a mi misma.
—No voy a decir quién será asesinado, para que dejes sus restos como un cazador.–Tobías lo levantó y lo sacudió ligeramente.
—¿De verdad lees mi mente muchacho? ¡¿Puedes ver que no miento?! elige quien morirá, salva una vida o sino todos morirán.–Lo sentó.
—Está bien... elegiré a quien vive.
—Es lo mismo.–Miró frente a él.
—La de la derecha.–Su voz tembló.
—Marilyn David. 4913 calle Walnut Creek.
—¿Lo tienes?–Se acercó Hotch.
—Si.–Respondió Penelope. Su número y datos aparecieron en la pantalla y Gideon le llamó.
—Hola, ¿Marilyn David? Me llamó Jason Gideon. Soy del FBI.
—¿Raphael?–Interrogó Spencer. La cámara se apagó.
—Penelope, Penelope ¡haz algo! Por favor.–Le pedí. Derek salió golpeando la puerta, completamente frustrado.
—Lo intentó, de verdad lo intento.
Pase mis manos sobre mi cabello y después tomé mis muletas para levantarme.
—¿A dónde vas?–Me detuvo Hotch.
—Necesito salir de aquí.–Me libere de su agarre y salí de la casa.
Salí y me senté en el pórtico. Sabía que este trabajo sería difícil, pero no sabía que me dolería tanto la realidad de lo que se hace aquí.
[...]
Pronto hubo otra escena del crimen, no podía ni siquiera imaginar por lo que estaría pasando Spencer, siendo amenazado, atormentado y además tener que ver cómo mataban a las personas que tú habías elegido en contra de tu voluntad.
El día pronto se volvió noche y tuve que volver a entrar porque con cada luz que veía en la oscuridad me hacía recordar el granero con los perros.
Me acerqué a Penelope, pero ella me miró cansada, todos estábamos igual, sabía que no era su culpa, pero algo dentro de mi necesitaba alguien en quien descargarse. No lo hice, no pude ser así.
Solo me senté junto a ella y esta vez fue ella la que dejó su cabeza sobre mi hombro, quitándose los lentes y tallándose los ojos.
Sin importar cuanto quieras a una persona, todos tenemos un límite, todos llegamos a cansarnos.
Mañana sería un día nuevo y, a pesar de que extrañaba a Spencer con todo mi corazón sabía que era lo mejor descansar aunque fuera un par de horas.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
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