𝟏𝟑, la ascensión hacía la muerte por adolescentes.
ᶜᵃⁿᵈᵉˡᵃ ᵖᵒᵛˢ:
1996, Fuerte Apache.
Me encontraba en un punto sin retorno, donde la anorexia y las drogas se unían para tejer una red oscura en mi interior. La esperanza parecía un lujo lejano, y la idea de recuperación se desvanecía como humo entre mis dedos, me había rendido ante la idea de luchar.
El cumpleaños de Danilo llegó, pero yo no estuve presente. La pelea que habíamos tenido marcó un punto de quiebre en nuestra relación, dejando una brecha difícil de superar. No asistir a su cumpleaños fue mi manera de protegerme, Sentía como si hubiera perdido a mi persona, a Danilo.
Cada vez que pensaba en él, sentía un nudo en el estómago, una sensación de vacío que no podía llenar. La idea de que ya no era "mi persona", de que ya no estábamos en sintonía, me golpeaba con fuerza.
Así, mientras Danilo celebraba su cumpleaños, yo me sumergía en la oscuridad de mi propio mundo, resistiéndome a dejar entrar la luz.
Mi piel, una vez radiante, ahora lucía pálida y apagada, marcada por ojeras profundas y la falta de brillo en sus ojos. La pérdida de peso era evidente, mis ropas colgaban de mi figura demacrada. Todo se había desvanecido en la vorágine de la adicción.
La chispa de mi vida se apagaba lentamente.
Los estridentes gritos de mi vieja, perforaban el aire, resonando a través de las paredes de la casa.—¡Candela, Candela, Cande!
Mis pasos eran vacilantes, y la ansiedad crecía en mí mientras me acercaba al origen de esos llamados desesperados. No sabía exactamente qué me esperaba pero cada llamado urgente de mi nombre era como un golpe directo a mi conciencia.
—¿Qué quere', Julieta?—Mis palabras están teñidas de resignación.Sus ojos vidriosos y la falta de coordinación en sus movimientos eran señales claras de que la falopa había tomado el control de su ser.
Sus palabras son confusas, su mirada perdida en el vacío. Me invade una profunda tristeza al darme cuenta de su estado, consciente de que no puedo esperar su comprensión ni apoyo en mi propia lucha.
Acostada en la cama me miraba, entre risas y sollozos se comenzó a dirigir hacía mí.
—¿Sabe'? Yo también quise ser poeta, como vo.' Pero la vida me golpeó, conocí a tu viejo y aquí ta' vos. Aunque so' igual de linda que yo cuando joven eh.—Estaba en shock, escuchando a mi vieja contarme sobre sus sueños rotos de ser poeta.
Era como si estuviera viendo mi propia vida reflejada en la suya, y me estaba volviendo loca. Porque ahí estaba yo, con mi vieja flasheando poeta y yo tratando de entender cómo carajo terminé en este quilombo.
A veces sentía que la vida era una joda cósmica, una tragedia absurda donde repetir patrones era inevitable.
— Cuchame', tomá aire y descansá un toque. Todo va a estar bien. —le dije, con un toque de impaciencia mientras intentaba ser su roca en medio del caos.
"¿Cómo terminaste así?"Murmuré con cuidado tratando de comprender los parecidos de mi historia y la de ella.
Me alejé de ella, caminando hacia mi habitación, pero un leve toque en mi ventana me sobresaltó. Intrigada, me acerqué y, al abrir la cortina, me encontré con la figura de Danilo al otro lado del vidrio. Mis ojos se fijaron en su mejilla marcada por una herida. Una bala lo había rozado, y noté un parche mal puesto y algo desaliñado que intentaba cubrir la marca fea. Mi corazón latía con fuerza, y aunque traté de ocultar mi preocupación, era evidente que algo serio había sucedido.
—¿Qué te pasó?—pregunté con cuidado, él solo me dedicó una sonrisa ladina dejando ver sus dientes podridos y amarillentos.
—No e' na.'—Me hice la boluda, dejando que me mintiera en la cara—¿como ta' vo'? Cuche' por ahí que tene' el mejor promedio del colegio.
—Sí me fue re bien, ¿y a vo'...?—Inquirí algo incomoda y Danilo solamente elevo los hombros—¿quere' pasar?
—No, toy' bien.
—Dale entrá.—Le ordene—entra nene, te vas a congelar.
A pesar de nuestra pelea la preocupación me comía por dentro, no iba a dejarlo así. Quería comprender que estaba sucediendo, aunque la incertidumbre y el miedo se apoderaban de mi mente.
Me sentí abrumada por la intensidad del momento cuando Danilo me tomó de la cintura mientras unía nuestros labios en un beso. Parecía que nuestros besos podían expresar todo aquello que las palabras no lograban trasmitir. Danilo se separó lentamente dejando un rastro de lágrimas sobre mi hombro, me quedé allí, acariciando su cabello mientras dejaba que sus lágrimas escurrieran en mi hombro.
—No sabe' cuánto me duele no pode' darte una mejor vida.—murmuró aún sosteniendo mi cintura—yo te amo, te amo toda. Vo' me tene' que prometer que va a ser una poeta famosa...pero sin olvidarte de lo pobre.'
Mi corazón se estrujó, todo sonaba como una despedida. Ambos sabíamos que nuestras vidas estaban dando rumbos distintos, yo no estaba decidida a seguir luchando.
Y quizás Danilo tampoco pero yo no lo notaba.
—Te amo Dani, sos mi todo.—Deje un suave beso en su cabeza mientras lo dejaba descansar en mi hombro mientras lloraba, como un nene.
1996 Fuerte Apache
Abrí los ojos lentamente, el sol filtrándose por las cortinas me indica que ya es un nuevo día. Me estiro en la cama, buscando con la mano el calor reconfortante de Danilo, pero solo encuentro ausencia. Confundida, me siento y veo la habitación vacía, excepto por su campera que yacía en la silla. Danilo se ha ido.
Cierro los ojos con fuerza, tratando de contener las lágrimas que amenazan con desbordarse. La campera de Danilo me envuelve, pero no es suficiente para llenar el vacío que ha dejado a su paso. Busco refugio en la única compañía que jamás me ha abandonado, la droga.
En el silencio roto por solo el silencio de mi propia respiración entrecortada.
El calor se intensifica, como si estuviera envuelta en llamas invisibles. Me apoyó contra la pared buscando algo de estabilidad, cierro los ojos con fuerza tratando de recuperar el control, pero las imágenes y emociones siguen desbordándose. Mis extremidades se debilitan, y caigo al suelo como una marioneta sin cuerdas, intento gritar pero mi voz suena distorsionada y lejana.
El pánico se apodera de mí mientras luchó por respirar, mis pulmones parecen colapsar bajo el peso de la sobredosis. En medio de la agonía, una última esperanza se aferra a mi mente.
Pero la oscuridad lo envuelve todo, y me sumerjo en un abismo de dolor, una última pregunta se aferra a mi mente, ¿habrá alguien que me encuentre a tiempo? La vida se desvanece en un suspiro y yo, perdida en la penumbra, dejó que la oscuridad me envuelva por completo.
—¡Cande! ¡Mamá, ayuda!
𝙖𝙪𝙩𝙝𝙤𝙧'𝙨 𝙣𝙤𝙩𝙚:
no tengo nada que decir, no me odien ¿si? yo las amo. Pd: gracias a las personitas bellas que se preocuparon por mí y mi pololo, nosotros estamos bien!!
¿Se murió Cande? ¿La lograrán revivir? ¿Qué piensan ustedes? (Unos capítulos más y se acaba "GAUCHO")
RECUERDEN VOTAR Y COMENTAR
BESOS, SOFI. ❤️
mis mood escribiendo el capítulo:
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