1996, Fuerte Apache.

Candela se estaba sumergiendo en un abismo de sensaciones desoladoras, los días transcurren bastante rápido pero para ella que se siente atrapada en un túnel los días pasan lentamente. La falta de alimentación ha dejado a Candela con sus huesos prominentes, su figura delgada y débil, como una niña pequeña.

Más allá de lo físico y evidente, su mente también estaba afectada. La neblina de la desorientación y la fatiga la envuelven, aunque lucha por mantenerse alerta en un mundo que cada vez se vuelve borroso y difuso.

Cada contorno de sus costillas comienza a sobresalir, formando un patrón intrincado debajo de su piel, una evidencia gráfica de la autonenegación que ha emprendido. Cada arista en su anatomía narra la historia de su resistencia, pero también la de su vulnerabilidad. El dolor al comer inundaba su estómago, no podía dar un bocado sin sentir como se aprieta su pecho, y su cuerpo
rechazaba el mínimo alimento.

Candela estaba dando saltos mientras caminaba, iba de la mano con el Uruguayo el cual le pidió (suplicó) que lo acompañara donde el Cochi, necesitaba que le firmasen unos papeles. Aunque Cande dudo, termino aceptando al ver la emoción de su chico.

El beso con Danilo sigue resonando en su mente, recordando la conexión profunda que comparten. A pesar de la creciente intimidad entre ellos, la vergüenza y el miedo la mantienen alejada de compartir completamente su verdadera situación.

—¿Sabe'? La Anabella leyó mis poemas, y me dijo que tengo un re futuro—explicaba Candela con una sonrisa, pasar tiempo con Danilo le hacía olvidar todo lo demás.

Y viceversa.

—Ahora va' a tener que bancarte la fama, no te vaya' a olvidar de mi—respondió golpeando su pecho con la mano desocupada—vo' me tenés que dedicar un poema.

—Ya tengo un poema para vo' pero e' secreto—sonrió mientas ambos sentían el calor de sus manos, ambos caminando con una sonrisa de oreja a oreja.

La risa de Danilo resuena en el aire mientras, en un gesto nervioso y espontáneo, pasa su mano por la cintura de Candela. Sin embargo, su contacto revela una sensación inesperada. Siente sus huesos sobresalir, era un tacto algo nuevo, pero estaba claro que Candela estaba más flaca de lo normal.

Al sentir el roce de Danilo en su cintura, se remueve incomoda, una señal sutil de que algo no está bien para ella.

Candela y Danilo llegan donde se encontraba el Cochi con la Anabella, golpea el portón. El sonido resonante corta el silencio del lugar, marcando su llegada.

—¿Quien es?—consultan desde el otro lado, Cande reconoció esa voz al instante, era la Anabella.

—Danilo y Candela—anuncia, la puerta se abre y los dos niños siguen tomados de la mano. Con un gesto amable Anabella besa la mejilla de ambos antes de dejarlos entrar.

—Cada día ma' linda vo'—Cande en un gesto más afectuoso abraza a la mujer, Anabella había sido más madre que su madre en todos los sentidos posibles—¿te sentís bien, nena? Tenés los ojos rojos.

Candela asiente, aunque en su interior sabe que es una mentira. Los ojos rojos y cansados no son producto de una enfermedad o algo así, sino de los efectos persistentes de la droga. Anabella confiando en la respuesta sonríe algo dudosa.

—Ojo vo' cuidado con lo que hace'—advirtió, Candela rodó los ojos con una sonrisa mientras seguía a Danilo, el cual tomó asiento junto a su hermano.

La niña saluda a Sebastián (hermano de Danilo) junto con la China y Jorge. Con un suspiro de cansancio se acomoda junto a Cochi el cual parecía tener la mirada fija en el partido, jugaba Boca.

—¿Le ta' mirando el culo a mi novia, o te pica el hocico, Danilo?—pregunta con brusquedad y una sonrisa burlesca Jorge, Candela solo pensaba en lo mal que le caía su hermano.

Cande pensaba en lo poco que había visto a Hernán, después del incidente de la madre de Carlos, no había vuelto a ver a Hernán, en ninguna parte. No había un solo rastro de el, como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

—Tengo novia yo, eh—menciona en forma de defensa, con una sonrisa victoriosa. Al decir eso se acomodaba más—e' Cande.

Candela, al escuchar a Danilo referirse a ella, como su novia, abre los ojos sorprendida. La sorpresa inicial se transforma en una expresión de felicidad y complacencia. Aunque no hayan formalizado, le gustaba la manera en que Danilo se refería a ella, ambos confirmaban de una u otra manera sus sentimientos por el otro.

—¡Ey, ey, ey!—exclama con molestia Anabella, posiblemente a la escena de la China inhalando cocaina—Cortenlá, par de quemados.

—¿Que? ¿Andan queriendo adoptar wachos ustedes?—la China brama con una sonrisa burlesca, Cande sonríe incomoda.

A pesar de la incomodidad que siente la niña en el ambiente, la presencia tranquilizadora de Anabella y Cochi, quienes siempre se han preocupado por ella, actúa como un bálsamo reconfortante. La presencia de Danilo también contribuye a calmar la infinidad de Candela.

Su conexión especial y la seguridad que siente a su lado le brindan un refugio emocional en medio de la atmósfera tensa.

Candela se pierde en sus pensamientos sin darse cuenta del tiempo que ha pasado. Cuando emerge de su introspección, se encuentra con un ambiente cargado de tensión. El Cochi discute acaloradamente con Jorge, por su parte Anabella le indica a Danilo que se levante.

—Dale nena, nos vamos—indicó Cochi, Candela caminó en seguida hacia el, algo incomoda. Sus pies caminaban torpemente, su mirada perdida y su cuerpo frágil se dejaba guiar por el Cochi.

—Chau—aunque el ambiente estuviera cargado de tensión, Candela siempre terminaba haciendo que todo se calmara. Con una sonrisa algo túmida se despidió del Jorge y la China, agitando su mano en forma de despedida.

—Sos un ser de luz—recitó Danilo, entrelazando sus manos de nuevo.

—¿Soy tu novia ahora?—consulto con una sonrisa Candela, este mordió su labio soltando una risa nerviosa.

     —¿Queré' serlo?—Candela con una mezcla de emociones, sonríe nerviosamente sin saber si Danilo solamente está jugando—dale gila' no me deje así.

En un tierno movimiento, toma las mejillas de Danilo y deposita un beso en sus labios. La acción toma al niño por sorpresa, pero rápidamente le corresponde el beso. Cande infla los cachetes de manera juguetona, sacando una risa espontánea en Danilo, el cual no despegaba sus labios de los de su chica.

Era un momento íntimo y juguetón que fortalecía la conexión entre ambos niños, ambos comparten gestos y risas.

—Ta' claro que si quiero—habló por fin despegando sus labios, ambos recuperando el aire perdido.

𝙖𝙪𝙩𝙝𝙤𝙧'𝙨 𝙣𝙤𝙩𝙚;

perdonen la demora, realmente me sentía agobiada y cansada, creo que escribir debe ser algo divertido y lindo, no una obligación ni algo que te haga sentir mal. Por eso me tome unos días, quería descansar.  Juro que apenas veía "gaucho" se me quitaban automáticamente las ganas de escribir, pero ya las recuperé!!

Muchas gracias a todos por los 7k!! no saben lo mucho que los amo, jamás creí tener tanto apoyo. Yo opino qué hay q juntar firmas para que Cochi y Anabella adopten a Cande

SIENTO QUE CANDE ES MUYYY
SPACE GIRL, la amo (es tan yo)

BESOS! RECUERDEN COMENTAR Y VOTAR
SOFI. ❤️

así me veo cuando me desvelo escribiendo:

(ultimo capítulo feliz... ¿o no?)